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O8

olaa, recuerden votar y comentar!!

—seis años atrás—

—Deberías estar contenta —. Dijo el chico, pasaba una toalla por su rostro, absorbiendo el sudor.

—Lo estoy.

—No, no lo estás —. Levi caminó hacia el tatami del establecimiento y se sentó en una esquina. Imité su acción.

—¡Estoy bien! —mis manos pasaron por mis piernas, desviando la atención a la reconfortante acción.

—¿Y la cara de culo con la que llegaste?

—¡Ya te dije que estoy bien!

La presencia desaliñada de una casi adulta apareció junto a nosotros.

—¡Hola, mis amigues de toda la vida! —Hange interrumpió la conversación, como siempre. La clase ya había empezado hace varios minutos.

—¿"Amigues"? —Levi bufó y se cruzó de brazos —Habla bien, maldita loca.

—¡Agh, Levi! Si los jóvenes de hoy en día te escucharan...

—Levi es joven, ¿No? —pregunté, descansé la espalda en la fría pared, esperando a que el entrenador volviera —¿Cuántos años tiene?

Sabía perfectamente su edad, pero siempre me percataba de ella. Porque la diferencia entre la de él y la mía era el mayor problema que sentía para poder acercarme a él de otra forma que no sea amigos.

—Diecisie-...

—¡No cambies el tema, (Nombre)!

Mis mejillas quemaron, por un instante había olvidado lo que hacía mi estómago ácido.

—¿De qué estaban hablando? —La castaña se sacó la chaqueta que llevaba, mostrando el uniforme blanco.

—(Nombre) hoy tuvo una premiación por... Mejor promedio, ¿No? —Me miró y asentí —Solo fue su mamá y su hermana.

Cómo no había dicho todo completamente, no creí que la mujer se diera cuenta.

—¿Y tu papá? —Hange se sentó a mi lado, dejándome atrapada entre los cuerpos de ambos. Su pregunta había dado, lastimosamente, en el clavo.

—Estaba trabajando —. Sostuve su penetrante mirada, respirando lentamente para no volver a ceder.

—¿De nuevo?

—Le salió un turno —. Justifiqué

—¿Y no podía cancelarlo? El año pasado ya te hizo lo mismo.

—Eso mismo le dije.

—¡Ya, Levi! Estoy bien, de verdad —. No quería seguir con la conversación.

Siempre ocurría lo mismo, me esforzaba por sacar buenas notas y ser una alumna ejemplar, pero parece que a mis papás no les importaba eso. Mi padre no era capaz de cancelar su trabajo por ir a verme y, simplemente, felicitarme como lo deseaba.

Nunca le dije eso a nadie, ni siquiera a mi madre, porque sé que se sentirá mal si se lo digo y por mi culpa ocasionaría una pelea contra mi padre.

Y yo no quiero eso, no quiero que las personas se sientan obligadas a quererme. Que les nazca hacerlo me haría feliz.

Muy feliz.

Y sobre todo si esa persona fuera mi padre.

El instructor Erwin entró en la sala de entrenamiento, su característica voz estentórea nos hizo callar.

—Ya tenemos fecha para el exámen, será en dos semanas.

—¡No me jodas, Erwin! —la chica se paró de golpe, logrando que el mayor se tirara hacia atrás por el susto, no la había notado.

—¿Hange? ¿Cuándo llegaste?

Mis oídos y ojos dejaron de darles atención cuando Levi habló.

—¿Estás disponible los miércoles después de clases?

—¿Qué? ¿Para qu-...? —me detuve a mí misma por la tonta pregunta que hice. No podía estropear la mejor oportunidad de acercarme a él —¡Sí puedo!

—Cálmate, aún ni te digo para qué es —. De sus labios nació una sonrisa casi invisible, pero que hizo que mi pulso se detuviera y volviera en menos de lo que podría imaginarlo.

—Entonces dime.

Mis ilusiones y emociones estaban hasta el límite.

—Te ayudaré a practicar.

Un calor viajó desde mi columna hasta mis pies.

—¡Gracias gracias!

—Pasaré a buscarte a tu colegio.


dos años atrás

—¿En serio le dijiste a Levi que ya no serán amigos? —Sasha abría una galleta mientras arrugaba la nariz.

—Sí, y antes que me juzgues —tomé aire con molestia —, él también dejó de hablar con la chica esa de la fiesta.

—¿Pieck?

—Sí —. Apoyé la cabeza en mi mano y prendí mi celular, leyendo la conversación con el pelinegro —Esa loca, le hizo el tremendo show cuando la bloqueó.

—Obvio, si estaban saliendo ellos dos.

—¿Cuándo? —Me quejé —Porco me contó que ella lo perseguía por toda la universidad. En verdad le falla el cerebro.

—Ajá —. La galleta que mordió saltó en pequeños pedazos, ensuciando la mesa donde estábamos sentadas. Con una mueca de desagrado las empujé al suelo.

Unos pasos rápidos retumbaron por el salón, junto a una respiración agitada. Con Sasha levantamos la mirada, nos extrañamos y asustamos al ver a Nicolo. Parecía que hubiese recorrido todo el mundo para llegar hasta donde descansábamos.

Específicamente a mí, sus nebulosos ojos compactaron con los míos. Provocándome, al instante, un nudo en el estómago.

—¿Nicolo? ¿Qué ocurre? —Sasha se levantó de la silla y caminó hasta el de pelo liso y rubio.

—¡(N-nombre)! —tragó saliva y puso sus manos en las rodillas.

—¿Qué pasa? —pregunté alarmada, imité la acción de la otra.

El hombre iba a hablar, pero se calló trás el grito de su pareja.

—¡Nicolo! —Lo zamarreó, dispersando el color de sus mejillas cansadas —¡Dilo de una vez!

—¡P-porco se está peleando con tu amigo!

—¿¡Qué!? —Aún no terminaba de procesar sus palabras, pero ya estaba caminando, inconscientemente, a la salida del recinto —¿¡Con quién!?

—¡No lo sé! —me siguió junto a Sasha, la última había recogido todas las cosas de la mesa y empezó a correr —Pero es un chico muy bajito.

¿"Chico bajito"? Mi mente hizo click al entender quien era.

Empecé a correr. El novio de mi amiga solo dijo «Están en el comedor de nuestra sección» y le agradecí con la mano.

Mi cabeza dio vueltas y una gota de sudor resbaló sin pudor por mi frente. Un dolor ácido se formó en mi garganta y escaló hasta que pude sentir su amargo sabor en mi paladar.

Estaba preocupada, porque si era quién yo pensaba, Porco saldría perjudicado... Y mucho.

Temblé pidiendo permiso entre rostros extraños, los músculos de mis piernas dolían por la tensión y los vi.

Porco estaba abajo de Levi, sus brazos cubrían su rostro sin utilidad. Unos pequeños hilos de sangre escurrían por sus cobrizos cabellos.

Solté un chillido, me acerqué a ellos pero dos cuerpos me empujaron. Reiner y Nicolo trataron de agarrar al Ackerman, pero no sirvió de nada. Parecía que una roca se hubiese tallado sobre Porco.

—¡Suéltenme! —gruñó Levi. La gente empezó a acumularse a su alrededor. Ni siquiera me di cuenta cuando Sasha llegó a mi lado.

Nunca había visto a Levi de esa forma, su carácter era como un témpano, al igual que su paciencia. Sin embargo, era la primera vez que presenciaba la explosión de aquellas.

—¡E-estás loco! —gimió Porco, sus dedos rojos tapaban los desaforados golpes que atraía su cara.

La gente gritaba y algunos grababan la situación, no tardaría en difundirse, pero esa fue la mierda que menos me importó en ese entonces.

Los labios del azabache emitieron un ruido de estupefacción, conmocionado por lo dicho.

—¿¡Yo soy el loco!? —Descanso sus palmas en el torso del afectado y respiró profundamente. Los amigos de Porco dejaron de jalarlo cuando se dio la vuelta y les dirigió una mirada áspera, seguro la más odiosa que hayan visto en sus vidas. Pensé que notaría que estaba parada, viéndolos sin hacer nada, mas no fue así.

Una fatigante mirada estrechó Galliard, cosa que el azabache tomó como una confrontación y siguió golpeando la cabeza del castaño.

—¡Tienes que hacer algo! —Reiner me miró intensamente y me agarró brutalmente del brazo hasta acercarme lo necesario a la disputa.

Para ese punto, Porco ya estaba consciente de mi persona y trató de señalarme, aunque los movimientos constantes no se lo permitieron.

—¡Levi! —grité, mi garganta tuvo que esforzarse para compararme con el resto de voces. El chico seguía lanzando puñetazos al universitario. Sus sanguinolentos ojos no distinguían a ninguno más que el que yacía debajo suyo—¡Levi, para!

Me interpuse entre ellos dos, la reacción fue lenta por parte de ambos y mi abdomen recibió una chispa de lo sería para el estudiante.

El moreno me vio sin pestañear, su pelo pegado a la frente indicaba el rato que había pasado de ese modo enfermizo. Porco se removió, raspando sus manos en el suelo como apoyo.

El frenético respirar mío no se comparaba con el de ellos. Todo había ocurrido tan rápido, que no pude procesar cuando Reiner corrió a levantar a Levi y este le lanzó un codazo.

Galliard me tocó el hombro, pero seguía mirando al contrario. Me levanté, ignorando el entorno bullicioso.

Quería seguir al chico que hacía latir mi corazón, sin importar si sus acciones eran cuestionables. Pero yo ya no podía verlo así, no podía.

Porque él estaba saliendo con Petra, me lo había dejado claro.

—¿Vas a ir con él? —Porco tosió, seguía en la misma posición. Su hinchada piel cuestionó mi decisión.

—(Nombre)... —Sasha me llamó.

No sabía qué hacer, recién estaba comiendo junto a ella. Y ahora, estábamos enredados en un lío. Mis párpados pesaron y rogué por que todo haya sido una pesadilla. No obstante Porco volvió a dejar mi esperanza en cero.

—¿En serio irás tras él?

—No —. Sentencié, giré a verlo. No podía hacerle eso en su universidad, frente a sus amigos y conocidos.

Mil dudas formaron y acorralaron a mi ser, no sabía por qué Levi había hecho eso.

Un sentimiento que, nunca había florecido por él, nació en mi interior.

Decepción.

...

...


Espero les haya divertido el capítulo!!

La t/n

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