12
Eren y Mikasa nos habían invitado a su casa, pero me sentía tan agotada que desistí a la idea.
En todo el camino me la pasé pensando en Porco, aunque me molestó lo seguí haciendo, incluso antes de irme a dormir.
Lloré mucho, hasta que se me secaron los ojos y ardieron. Ni siquiera tuve la valentía para verme al espejo, porque me reprocharía estar en tal estado.
Renegué en voz baja cuando abrí el refrigerador y no había helado ni ningún otro tipo de dulce.
Sentí rabia de mi yo de quince años cuando le dije a mi mamá que no volviera a comprar comida basura porque subiría de peso.
A mis veinte años estaba ahí, en mi habitación. Con las luces apagadas y la televisión reproduciendo la serie más cliché del mundo.
Solo prestaba atención a las partes dónde la protagonista hablaba con el chico.
—Sí, ajá! ¡Él te ama, ajá! —Apreté los puños, recordando todos los besos con Porco. Ahora me producían mucho asco.
El resto del día me la pasé rodando de mi cama al baño, me ataba y me desataba el cabello. Gracias a Dios era fin de semana y no tendría que ver a nadie hasta el lunes, o eso creí hasta que escuché mi celular vibrar. Sin muchas ganas me acosté de golpe en el colchón y prendí el teléfono.
Sasha
Amiga
qué
Sasha
Estás bien??
Tú que crees
Sasha
Ay vdd :'v
perdón
Suspiré y apagué el celular, me sentía un poco mal por responderle de esa forma, pero al menos lo hice. Me acosté y me tapé con las mantas hasta la cabeza y traté de dormir. Pero mi celular comenzó a vibrar una y otra vez.
—¿Qué mierda? —Vi las notificaciones para no tener que entrar al chat y mi corazón dejó de latir. Unos mensajes desesperados de la castaña, seguía enviando.
Sasha
Amiga
Amiga contesta
Estoy yendo a tu casa ya
puedo??
bueno igual no sé pq
pregunto si ya estoy llegando
jaja
Quería venir sola, pero eren
y mikasa tmb están acá :(
ah, Armin y Connie tmb
Podemos ir??
no.
Sasha
Ay no me digas eso
😿
Estamos en la puerta
No les abriré
Vayanse
Sasha
Ay amiga :(
A ver si tu mamá
dice lo mismo 👹
Grité contras las sábanas cuando escuché la puerta abrirse y la amistosa voz de mi mamá. Ese día todo me molestaba.
—¡(Nombre)! —Mi mamá llamó desde lejos —¡Tus amigos han venido a verte!
—¡No iré! —Mi voz sonó cortada por las horas que tenía sin descansar.
—¡Ven ahora mismo! —Las risas de Connie me hicieron casi llorar. Luego Armin habló.
En verdad habían venido a verme.
—¡No es necesario! —chilló —¡Solo queríamos saber cómo estaba!
—¿Ah, sí? —Gabi dudó —¿Por qué estaría mal?
Salté de la cama cuando alerté que podrían decirle que termine con Porco porque me fue infiel.
No le había dicho nada, no quería. Si supiera, me tendría horas y horas hablando de que su instinto maternal siempre le dijo que Porco no me convenía.
Así que salí del cuarto con la manta enredada en mi cuerpo, mis pelos pegados a la cara y los ojos, supuestamente, rojos e hinchados.
—¿Qué tienes, hija? ¿Has estado llorando? ¿Te enfermaste?
—No, mamá —. Aparté hastiada su mano de mi frente y avancé hacia mis amigos. Ahora que lo pensaba, parecían muchos.
—¡Amiga, perdón por no ir ayer! —Sasha se lanzó contra mí y me abrazó como una madre a su cachorro —¡No sabía que pasaría esto!
—¿Qué cosa, Sasha? —Mi progenitora volvió a indagar —¿Qué ha pasado?
—Nada, mamá —. Dije, girando a verla. Pero ella y Gabi seguían ahí, mirándome. Parecían no querer irse, y lo último que quería era tener que soportar ojos lastimosos verme —Después te digo.
Suspiré y vi como se retiró con Gabi a la cocina, seguramente escucharían la conversación.
—Les dije que no vinieran —. Susurré, sentándome en el sofá.
—¡Nos preocupamos por ti y nos ech-...! —Connie bufó, moviendo las manos.
—¡No quería que vinieran! ¡No ahora!
El ambiente volvió a callarse, Mikasa trató de acercarse, pero no lo hizo. Ninguno sabía qué decir.
Yo tampoco quería que lo hicieran, me sentiría peor ver la lástima que me tenían transformarse en palabras de aliento.
—¡Trajimos dulces! —Armin animó, alzando una bolsa que tenía en su mano.
—No era necesario —. Agradecí mientras comía el pastel que me dio Armin. No era el más rico que había probado, pero el sabor lo necesitaba en ese instante.
Fue como un ángel.
—No es nada —dijo Armin —, trabajo en un restaurante y hoy quedaron muchos postres —. Sonrió y le asentí, limpiando el pedazo de masa que tenía en los labios.
—Gracias... ¿Quieren? —Levanté el plato de plástico. Sasha me miró con brillo en los ojos.
—Pensé que nunca lo diría-...
—¡No, Sasha! —Mikasa la regañó —Es de ella.
—Pero... —Un puchero en su cara cuando vio el pastel casi terminando —Yo quería...
—¿No has dormido nada, verdad? —Eren inquirió.
—¿Es muy notorio? —Abrí la lata de bebida, escuchando el gemido de dolor de la pelicastaña al verme tomarlo.
—Ni tanto... —Mikasa me miró y asintió a lo que dijo su pareja. Puso su mano sobre mi hombro. Quise quitarla, pero no lo hice. Mordí mi labio, tratando de soportar las lágrimas que volvían a salir.
Una verdadera tonta por llorar por un tipo que ni valía la pena... ¡No me había llamado ni nada! Pero tampoco esperé a eso.
—¿Cómo te sientes? —La pelinegra fue tan delicada con su tono, que podría derretirse sus palabras en el aire.
—Mejor —mentí, pero la mirada atenta de todos me causaron conflictos conmigo misma —, un poco mal... Pero ya lo olvidaré.
—Llora si quieres llorar —. La asiática masajeó con su mano el hueso de mi espalda.
—¡Es verdad, (Nombre)! —El rubio enunció —¡Llora hasta que no sientas nada!
Asentí a ellos, pero no me permití hacerlo. ¿Eran mis amigos? Sí. ¿Les tenía confianza? Sí. ¡Pero no me gusta llorar frente a las personas! Me hace sentir débil.
—Suelta lo que tengas que soltar, hermana —. Eren pronunció. Hubiese dicho algo sobre que todos andaban filosóficos, pero no tenía ni las ganas ni la energía.
—¿Qué planeas hacer con la universidad? —Mikasa se arrodilló a mi lado, sostuvo su sonrisa calmada.
—La verdad es que no había pensado en eso...
—Déjala —. Eren propuso y los farfullos del resto por su desinterés académico.
—No puedo hacer eso —repuse —, mis papás se enojarían si lo hago.
—¡Deja de pensar en el resto! —El de ojos verdes gritó. Lo miré con rencor, aún estaba sensible y se atrevía a retarme.
—¡Amiga, aún estamos con exámenes! ¡No la dejes! —Sasha sonó preocupada, tratando de que no se notara que su mano se iba estirando para alcanzar la comida. Pero Connie le pegó en la mano y negó con la cabeza —¡Perdón! ¡No soy buena con esto...!
—Solo sé que no quiero ir, al menos por un tiempo. No quiero verlos, no podrí-...
—No es tu culpa, (Nombre) —La de ojos oscuros al igual que su cabello me abrazó. Era mucho más cariñosa que lo que parecía —Puedes volver cuando quieras... Tal vez... ¡Puedes conseguir un trabajo!
—No tengo ánimos.
—¡Pero te haría bien! —Aplaudió Jaeger a la idea y apuntó a su amigo callado —¡Armin trabaja como mesero, él te puede conseguir trabajo!
—Yo... —El rubio pálido tembló mientras pensaba.
—No es necesario, Armin —. Inhalé y me paré del suelo.
—¡Di algo, Armin! —El rapado lo sacudió.
—¡La dueña está buscando a alguien con experiencia para atender a las personas! —Formuló todo como si le hubiese practicado.
—No creo que...
—Te hará bien, (Nombre) —Los ojos pacibles de la Ackerman me hicieron dudar —Cuando pase todo esto necesitarás distraerte.
—Yo... —mordí mi labio, era tan flexible cuando otra persona argumentaba —está bien. Solo si tu jefa de verdad crea que soy capacitada.
—Lo creerá —. Armin afirmó y me mostró sus dientes blancos al ampliar sus labios en una sonrisa amistosa.
Aunque me acordé de lo que quería preguntarle a Armin en la noche, no lo hice. No abrí mi boca para cuestionar. No quería saber más de eso, al menos por ese día.
Ya tendría tiempo para hablar con Armin. En ese momento no lo sabía, pero él formaría una pieza muy importante de mi vida adulta.
Armin Arlert, el amigo de Eren.
olaa amikas, perdón x andar desconectada. No sentía las ganas de escribir, pero ahora sí!
Gracias a las que aún siguen aquí u.u
Espero les haya gustado y ya se viene lo chido jaja.
Próxima actualización: +32 votos y +39 comentarios
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro