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𝒁𝑶𝑴𝑩𝑰𝑬 𝑻𝑾𝑶

𝒁𝑶𝑴𝑩𝑰𝑬 𝑻𝑾𝑶: 𝑮𝑶𝑶𝑫 𝑴𝑶𝑹𝑵𝑰𝑵𝑮

Reconocía que uno de sus mayores privilegios era poder llegar a clase sin preocuparse de recibir sanciones de los sargentos de la entrada debido al chófer contratado por su madre. Aún así, siempre era divertido observar desde lejos la enorme masa de estudiantes cruzando la calle corriendo desesperados para no ser detenidos en los últimos cinco segundos.

- Hola Miyeon.

Se señaló, girándose hacia la voz que la llamaba. Creyó despertar de golpe cuando se topó con Woojin, de golpe todas sus conexiones neuronales siendo funcionales. Generalmente estas no se activaban al menos hasta segunda o tercera hora.

- ¡Buenos días! - exclamó, sonriendo ampliamente. Woojin se rascó la nuca, mirando al suelo antes de volver a mirarla.

- Buenos días.

Se alejó para entrar al instituto, aparentemente no siendo consciente de como había alegrado su día entero con un simple saludo. Los tíos eran tan ciegos, ni si quiera Suhyeok era capaz de ver como Onjo estaba coladita por él, o Gwinam de como ella no estaba en absoluto interesada en tener nada con él.

Una enorme sonrisa se deslizó por su rostro al completo, sintiendo que absolutamente nada ni nadie podría cambiar su impecable buen humor en la mañana que ella calificaba como la más bonita de la semana o el mes. Abrazó la bolsa donde guardaba algo de almuerzo (simplemente unos brownies de la pastelería y un sándwich de queso) y comenzó a entrar a paso ligero. Woojin la había deseado buenos días, tal vez avanzando poco a poco de esa manera podrían acabar saliendo a final de curso y casados al terminar la universidad.

- Eh, Miyeon - sin importarla que fuera Gwinam quién la estuviera saludando, agitó su mano con una sonrisa imborrable. Eso le animó, empujando a sus dos víctimas hacia la zona en construcción con una sonrisa socarrona.

Justo antes de entrar al aula correspondiente, sintió como una enorme figura se abalanzaba sobre ella, tirándola al suelo al entrar de golpe en clase. Los que ya estaban dentro se sobresaltaron, más cuando de un movimiento tiró también al suelo al culpable de su horrorosa caída. Gyeongsu apoyado sobre la mesa de Nayeon soltó una fuerte carcajada aplaudiendo, mientras Woojin los observaba con diversión y soltando una risa disimulada.

- ¡No seas tan bruta, Miyeon! - se quejó Daesu, levantándose primero y extendiendo una mano para ayudarla. La aceptó, aunque antes de soltarse le dio un pellizco en la palma de esta-. ¿Te has encontrado hoy con tu pretendiente? - pasó uno de sus brazos sobre sus hombros, caminando hacia Woojin y Gyeongsu. En cuanto los vieron acercarse crearon un hueco, aunque Miyeon aprovechó la oportunidad y se sentó en la misma mesa que Woojin. Joonyeong se acercó también, y lo primero que hizo Cheongsan al llegar fue unirse al grupito.

Ella realmente no era tan cercana a Joonyeong o Gyeongsu, pero debido a que Daesu era como su siamés había acabado loquita por uno de sus amigos y llevándose bastante bien con ellos.

- ¿Lo oyes? - le habían dado a Joonyeong unos audífonos en lo que ella dejaba de mirar embobada a Woojin.

- No oigo nada - negó, recostado en la mesa de Nayeon al igual que Gyeongsu.

- ¿No oyes la canción? - Gyeongsu era especialmente energético, o tal vez fuera solo esa mañana en la que estaba viendo todo tan brillante y genial-. Buah, ayer le di una paliza que te cagas- señaló a Woojin. Miró al chico con curiosidad, mientras este negaba.

- Fue culpa del teclado - si él lo decía, le creía. Soltó una risa cuando varias conversaciones colapsaron a la vez, incluida Onjo lanzando su mochila hacia Cheongsan-...pero la que trabaja ahí es guapa.

- ¿Tanto como mi querida hermamiga Miyeon? - la metió en esa conversación Daesu. Todos la miraron, pensativos.

- Llamadme fea y es lo último que hacéis- advirtió. Entonces asintieron firmes, volviendo a la conversación de la humillante derrota de Woojin.

- No mientas - insistían.

- ¡El teclado me va como el culo!

Woojin creyó ver la luz (o eso la pareció) cuando Suhyeok llegó y el tema de conversación pasó a ser sus no-cubiertos pies. Se acercó riendo y colgándose del cuello de Cheongsan, aunque en cuanto estableció contacto visual con ella y con la persona sentada pegada a su lado alzó las cejas con burla. En respuesta, pasó su dedo pulgar por su propio cuello mientras articulaba con los labios como le iba a partir las piernas si decía algo.

- Eso, vamos a partirle las piernas - por supuesto, uno de los idiotas tuvo que leerla los labios también y comenzar la oleada de amenazas colectivas poco serias hacia Suhyeok-. Y después los dedos.

- ¡OYE!

Pero como todo buen momento relajado, la paz acabó con la irritante llegada de la chica más insoportable de todo Hyosan. Tan repelente como siempre, vestía un jersey de punto rosa y se dirigía directamente hacia ellos. No estaba dispuesta a que su mañana fuera arruinada por ese chihuahua (Woojin la había dado los buenos días, y además sus piernas y brazos habían estado rozando todo el rato hasta el momento), así que bajó de la mesa poniéndose en pie frente dispuesta a ponerla la zancadilla o defender a su víctima más recurrente.

- Quita de ahí, asqueroso - dijo directamente hacia Gyeongsu, a pesar de que Joonyeong también estuviese sobre su mesa apenas unos segundos antes de que llegase como un torbellino.

- Bueno, perdón, no es para tanto - se bajó, amagando con limpiar la mesa con su manga. En un movimiento, la chica había cogido su mochila bruscamente.

- ¡Para, pedazo de guarro!

- Oye, oye, relájate chica - se metió, mientras Cheongsan abrazaba a su amigo por los hombros para alejarse justo cuando la campana sonaba. Nayeon la lanzó una mala mirada, aunque como siempre solo se cebaba con Gyeongsu.

- Eh, ¿a ti que te pasa? - murmuró Woojin. Nayeon le lanzó un golpe.

¿Acababa de lanzarle un golpe a Woojin? Primero insultaba a Gyeongsu, luego les hablaba mal y ahora hacía eso.

- Oye, puto chihuahua rabioso - la señaló, llamando por completo su atención-. Vuelve a hacer eso y te corto esas greñas que tienes como peluca.

La puerta se abrió dejando ver a la profesora Park, por lo que comenzó a esquivar mesas para ir a su sitio. Para su suerte, justo tras ella estaban Woojin y Daesu, por lo que pudo rodar los ojos con una mueca enfadada sin preocuparse de que fuera la delegada. Tampoco la expondría como matona anti-Nayeon en período de crecimiento, pero era mejor prevenir que curar.

Daesu hizo una extraña imitación de la cara de loca que solía poner la de rosa, mientras Woojin soltaba una risa y se inclinaba hacia delante. Tragó saliva nerviosa cuando notó que se dirigía a ella, quedando inclinado sobre su mesa para acercarse a su silla colocada justo pegada a su pupitre. Alerta rosa, su corazón pronto estallaría... ¿Por qué sus ojos se veían tan bonitos desde ahí?

- No le sigas la bola a Nayeon, podrás salir tú perjudicada - musitó, sacando su móvil para ir a entregarle-. ¿Llevo el tuyo?

- Uh, sí, eh, sí esto, toma - balbuceó, sacando uno que tenía para entregar mientras ella se quedaba con el suyo en el bolsillo. Su padre estaba tan ajena en su burbuja que ni cuestionaba por qué tenía dos teléfonos y simplemente llenaba su vacío con regalos.

- ¿Ahora no sabes hablar, Mimi? - burló Daesu, sin levantarse a entregar el suyo.

- Cierra el pico, Susu - refunfuñó, sonrojada. Woojin volvió, mirándolos esperando saber el contexto de su conversación. La clase solía decir que cuando ambos comenzaban a hablar de sus cosas era fácil perderse y reírse de las bobadas que metían en la conversación de vez en cuando, y Woojin como mejor amigo de Daesu quería saber el tema de una nueva conversación.

- ¿Alguien sabe algo de HyeonJu? - preguntó la profesora. Miyeon se inclinó disimuladamente, esperando obtener respuesta sobre la persona a la que se referían. Tenía muy mala memoria con los nombres, y si no la interesaban mucho menos. Daesu susurró que llevaba desaparecida desde ayer-. ¿Nadie? ¿No has hablado con ella, Miyeon?

- Ni si quiera sé quién es ahora mismo, profe Park - alzó las manos inocente. Tenía fama de ser extrovertida y muy social, pero no la servía de mucho si luego no recordaba el nombre de las personas.

Joonyeong carraspeó.

- Ayer nos tocó limpiar juntos el laboratorio -dijo-. Pero después de eso ya no la he visto.

Miyeon volvió a inclinarse hacia las mesas de atrás, apoyándose por completo en la de Woojin al estar a punto de volcar como había hecho ya en otras ocasiones.

- Os apuesto mi bocata a que está haciendo pellas.

- Yo el mío a que ha sido abducida - susurró también Daesu.

Daesu sacó el móvil un segundo para mirar la hora, siendo atrapado en el proceso por Woojin. En silencio, comenzó a burlarse y a tratar de sacarle el teléfono de su escondite para que le entregase, mientras ella animaba silenciosamente alzando el puño a Woojin. De nuevo mientras se balanceaba, el molesto tonito de mensaje de Daesu sonó por la clase. Lo peor fue que, a pesar de ser expuesto, miró a la serena delegada que apenas se inmutaba ante nada.

Woojin dio una lapmada en su brazo.

- Tío, que no has silenciado el móvil - comenzó a reír, contagiando a varios. Daesu se puso en pie a regañadientes, mientras ella ni si quiera disimulaba estar riéndose de él.

- ¡Como espía te mueres de hambre, Daesu! - rió, mientras I-Sak se levantaba a entregar el suyo también-. Eres un torpe.

- OnJo - llamó la señora Park, mientras Miyeon comenzaba a hacer bromas por lo bajo hacia Daesu cuando volvió a su asiento-. Este es del año pasado, cógelo - llamó, mirando cada teléfono detalladamente-. Miyeon -! ahora ella fue la víctima, quedando congelada mientras se giraba lentamente-. Tu teléfono.

- Le he entregado yo en su lugar - dijo Woojin. Se derritió un poco en su silla ante eso.

Park alzó las cejas, habiéndola pillado con las manos en la masa. Aún así optó por seguir disimulando buscando tener algo de suerte y así poder jugar a los Angry Birds en el almuerzo.

- Tu otro teléfono, Miyeon - extendió la mano, esperando recibirle. Se quejó en alto colocando la silla en una posición normal, levantándose y yendo a pasos pesados hacia la mesa de la profesora sacando su otro teléfono. Eran similares, ¿cómo la había pillado?-. Si quieres engañarme, no pongas en la funda "Móvil 2".

- Pero si yo no he puesto eso - trató de defenderse, metiendo a la caja el teléfono uno y sacando su teléfono dos para así comprobar que lo que decía era cierto. Efectivamente, en su funda azul celeste la letra nada ordenada de Daesu rezaba "móvil 2"-. ¡Daesu, deja de pintar mis fundas!

- ¡Fue Gyeongsu! - acusó. El chico alzó las manos ante el ataque.

- ¡A mí no me mires, yo no sabía que tenías dos móviles!

- Yo sí, je - rio Suhyeok. Todos le miraron a él, alzando las manos igual que Gyeongsu con un semblante repentinamente serio-. Pero yo no he sido, jefa.

Volvió a su sitio, mirando fijamente a los tres sospechosos a pesar de poder reconocer la letra de Daesu en cualquier lado.

- Sé que has sido tú -susurró a mitad de clase, haciendo al chico tragar saliva-. Te voy a matar.

- Mamá...

Aún a pesar de ese contratiempo y que Nayeon hubiera actuado igual que un pomeranian enfadado, nada podía arruinar su día, en absoluto. Woojin la había dado los buenos días, se habían tocado (simplemente sus brazos rozaron) y había sido un encanto. Nada podía arruinar su día, nada en absoluto.

Nada, excepto tal vez era chica moribunda que acababa de entrar por la puerta del aula.

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𝒁𝑶𝑴𝑩𝑰𝑬 𝑻𝑾𝑶: 𝑮𝑶𝑶𝑫 𝑴𝑶𝑹𝑵𝑰𝑵𝑮

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𝗤𝗨𝗔𝗥𝗔𝗡𝗧𝗜𝗡𝗘 𝗭𝗢𝗡𝗘









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Como sugerencia: es mejor no presionarme a actualizar porque lo haré de mala gana entonces al sentir que es una responsabilidad

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