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⚠Últimos Capítulos⚠
Sus pies se movieron a gran velocidad, las pocas personas que se encontraban no tardaba en acercarse y preguntar por su antiguo novio.
Pero lamentablemente no conocían de él.
Se sentía más que enfadado y desesperado al no encontrar una respuesta.
Pero entendió que, a pesar del lugar, no todos los ciudadanos tenían un panorama de los demás. Debido a la distancia y poca interactividad era difícil mantener esa imagen viva en sus mentes.
Aunque eso no le hizo perder la poca fe, continúo y continúo hasta que sus piernas ya no aguantaron y se dejó caer en el césped, recargando su cabeza en el tronco. Justo dónde vio a Han Gil.
El silencio se hacía presente y se dispuso a cerrar los ojos para relajarse. Tenía en su mente que solo serían unos cuantos minutos y que por supuesto regresaría a su trabajo.
Aunque eso no sucedió, cuando volvió abrir los ojos, las estrellas brillaban más que nunca. Quedó embobado por tal vista ya que desde la ciudad no era capaz de ver tantas, e incluso sentía que podía tocarlas.
Suspiró y se levantó algo incómodo, sacudiendo sus pantaloncillos y mirando la casa del frente, al parecer los habitantes no se encontraban o tal vez ya estaban dormidos. Solo podía ser visible las pequeñas farolas regadas por todo el jardín.
Ni siquiera sabía la hora y cuando quiso mirar su celular, este ya se encontraba sin batería. Gruñó y caminando como un zombie se metió las manos a sus bolsillos delanteros.
Tenía hambre, así que para evitar cualquier mirada de su compañero iría nuevamente a ese restaurante de turistas. Aportaba con dinero y la comida era mucho mejor que lo que hacía su fiel compañero.
Tan solo esperaba que vendieran alcohol.
Al encontrarse enfrente del lugar no dudo en examinarlo, desde afuera lograba ver algunas personas celebrando, moviéndose con energía y escuchando sus escandalosas carcajadas.
Por alguna razón se sintió un poco feliz y abrió la puerta, la luz amarilla llegó hasta sus ojos y los presentes saludaron totalmente borrachos.
Varios de los adornos brillaban dando un aspecto mágico. Su cuerpo se sentía fresco y tomó asiento sin problema, un poco alejado de los demás.
Miró la cartilla y recordó que no era muy bueno en el idioma. Los nervios volvieron en un abrir y cerrar los ojos a lo que optó en ocultar su rostro con el menú mientras realizaba varias quejas. Por un momento había olvidado que se encontraba en un viaje y ahora se sentía como un completo idiota.
—¿Dong Sun?
Sus ojos se abrieron como platos y levantó la mirada asustado, el chico del otro día lo veía sorprendido. Aportaba su característico uniforme, un delantal negro junto con un pequeño gorro. En su mano sostenía más cartas mientras que la otra una pequeña tela.
Pasaron unos segundos en los que no eran capaz de retirar la vista del otro. Las mejillas de Min Ki se calentaron y su corazón se aceleró, tal como el primer día.
—¿T-tú? ¿Eres el chico del otro día?
Este tragó duro y asintió frenéticamente.
—No me he presentado —comentó un poco apenado. —Soy Kang Min Ki, pero puedes llamarme como te guste. —Extendió su mano, Dong Sun aceptó de inmediato y después sonrió un poco.
—No sabía que trabajabas aquí.
—Yo pensé que ya te habías marchado. —Rió nervioso, pero al notar la expresión confusa del hombre nuevamente se puso nervioso. —No lo malinterpretes, me refería a que ya no te volví a ver. Hasta ahora.
—Ah. —Sonrió de lado.
El castaño tragó duro y apretó la tela del delantal.
—¿Ya sabes lo que vas a pedir? —Preguntó, en un intento de romper el hielo.
—Oh, aún no lo sé. Si estuvieras en mi lugar ¿Qué pedirías?
—¡Wow! —Sonrió. —Tantas cosas, todo es realmente bueno.
—Entonces, quiero eso —comentó mientras cerraba la cartilla.
—¿Ah?
—Ten la confianza de traerme lo que más te guste del menú.
—P-ero...
—Confió en ti. —Y esta vez sonrió verdaderamente. Dejando a Min Ki con varios suspiros internos.
—Está bien. —Copió su acción algo tímido. —¿Algo de beber?
—Alcohol. Creo que me asentará mejor.
—¿Es necesario? Puede dañar tu salud. Permíteme, te traeré algo más.
Y antes de que Dong Sun le contestara, el chico había desaparecido. Adentrándose a la cocina y dejándole con una cierta curiosidad.
Tras unos cuantos minutos, nuevamente recordó a Han Gil y sacó su celular rápidamente para mostrarle su fotografía, en medio del acto recordó que no tenía batería; así que no tardó en apretar los ojos y alborotar su cabello.
Estaba tan cerca.
Al tener la vista en sus piernas y con las manos en las sienes, escuchó los pasos del mismo chico y como dejaba la bandeja enfrente de él. Este subió la mirada y abrió sus labios al encontrarse con una delicia.
—Va por mi cuenta —respondió mientras mantenía sus manos en la espalda baja.
—Es injusto, seguramente es bastante dinero. Aunque no creas que me vas a convencer, te dejaré una buena propina.
—Espero que lo disfrutes.
—¡Espera! —Gritó antes del que chico comenzará con su caminata.
—¿Sí?
—De casualidad.... —Tragó duró. —¿No conoces a una persona? Ahm, como...
Min Ki lo miró curioso y espero, sus ojos no se apartaban de sus labios; de como los movía y remojaba. De vez en cuando sonreía, ni siquiera podía creerse que estuviera enfrente de él.
—Es maso menos de esta altura. —Señaló. —Tiene su cabello castaño y...
—Cualquier persona puede tener esas características. —Rió, a lo que Dong Sun se desanimó de inmediato. —¿No tienes alguna fotografía?
—Mi celular no tiene batería.
—¿Su nombre?
—Do Han Gil.
Mientras que el chico lo miraba en busca de una respuesta, Min Ki se había quedado totalmente en blanco, sus piernas empezaban a fallarle y aquella sonrisa desapareció.
Algo en él, se había quemado.
HyunJack.
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