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05 de enero. 17:10. Seúl, Corea del Sur.
Su viaje de vacaciones había terminado. Apenas hace unas horas estaban tomando su transporte de regreso a casa.
Los tres chicos estaban tristes, quizá uno más que los demás.
Jimin era muy callado con respecto a sus emociones, incluso con demostrarle amor a su propia madre. Pero a pesar de mantenerse callado todo el rato, sus dos amigos podían leer su expresión seria como un intento de ocultar lo mucho que extrañaría a su madre de nuevo.
Cuando estuvieron frente a sus departamentos, intercambiaron unas pocas palabras donde se prometían verse mañana como solían hacerlo todo el tiempo y cada quién entró a su hogar.
Taehyung dejó las maletas botadas tan pronto entró y Jungkook se ocupó de llevarlas a la habitación. Un suspiro y el sonido del sofá hundiéndose de golpe, le indicaron a Jungkook que Taehyung se había acostado en el sofá, así que corrió de regreso a la sala para sentarse en el suelo frente al sillón donde ahora reposaba su agotado novio.
El pelinegro sonrió con ojitos enamorados y depositó un beso rápido el los labios del contrario. Taehyung sonrió al verse sorprendido por los mimos de Jungkook, así que abrió los ojos para poder mirarle el rostro al chico que tanto quería.
Y tras admirarlo en silencio unos largos segundos, por su mente pasó Yoongi. El recuerdo del otro pelinegro lo hizo borrar su sonrisa y recordar el mensaje que Hoseok le había enviado en su cumpleaños, así que se levantó a prisa para sacar su teléfono celular y enviarle un mensaje de vuelta, avisándole que ya estaba en Seúl y que podían verse cualquier día.
Tenía la esperanza que aquella sorpresa que Hoseok le prometía fuese lo que él tanto esperaba.
Jungkook se desconcertó al ver a Taehyung de pronto tan apurado por usar su teléfono móvil, así que como el chismoso que era, se acercó un poco más para mirar lo que había en su pantalla.
—¿Tus papás? —preguntó ilusamente, haciendo que Taehyung levantara la vista y notara que Jungkook husmeaba en sus mensajes también.
Tuvo el impulso de quitar su teléfono y ocultar lo que estaba a punto de hacer. Sin embargo, lo pensó mejor. Recordó lo mal que hizo sentir a Jungkook cuando le ocultó sus charlas y citas con Hoseok en el pasado, así que, con un poco de temor, volvió a estirar sus brazos y dejar que Jungkook siguiera mirando sin problema.
—Mmm... no —respondió—. Le enviaré un mensaje a Hoseok.
Jungkook le miró a los ojos sin decir nada. Era una mirada que parecía querer ver dentro de la mente de Taehyung.
—Verás... No es nada malo, lo prometo. En realidad, él ahora nos está ayudando —Jungkook no respondió, solamente ablandó la mirada y permitió que Taehyung siguiera hablando—. Lo que pasa es que... bueno.... es un secreto, ¿de acuerdo? No puedes decirle nada a Jimin.
Jungkook asintió con un movimiento de cabeza, casi como un niño. Taehyung sonrió, sintiéndose más aliviado para hablar.
Le contó todo lo último que Hoseok le había dicho, le habló sobre la posibilidad de que Yoongi volviera ya que había sido suspendido con tiempo y estaba siendo tratado por mismos profesionales de la empresa.
Los ojos de Jungkook parecían brillar con destellos de emoción, lo cual hizo que el corazón de Taehyung se calentara con ternura. Se tomaron de las manos, Jungkook parecía necesitar sostenerse de algo o de alguien ante la noticia porque sentía que iba a desmayarse en cualquier momento.
—¿Hablas en serio? —preguntó Jungkook, mirando a los ojos de Taehyung, sin poder creer que su mejor amigo estaría de vuelta con ellos en cualquier momento.
—Por supuesto, pero por favor no vayas a decir nada. Recuerda que esto no es seguro, por más que lo queramos. Tengo toda mi confianza puesta en Hoseok, por eso es que debo ir a verlo en cuanto me diga. Quiero creer que la sorpresa que menciona tiene que ver con Yoongi.
—Quiero ir. Por favor. Yo también quiero ir a verle.
Taehyung dudó un poco. ¿Debería llevar a Jungkook a su encuentro con Hoseok?
Bueno...
¿No habría nada de malo con dejar que su novio lo acompañe, verdad?
Taehyung sonrió en grande y respondió: —Está bien. Iremos los dos, ¿de acuerdo? Pero recuerda que esto es entre tú y yo, ¿sí? No quiero causarle más problemas a Jimin.
Taehyung alzó su dedo meñique y Jungkook entrelazó el suyo con el de Taehyung, cerrando la promesa de mantener el secreto sólo entre ellos.
Ambos se sonrieron con emoción, sus corazón brincaban felices, creyentes fieles de que recibirían buenas noticias cuando vieran a Hoseok.
07 de enero. 15:02. Seúl, Corea del Sur.
Ambos muchachos, tanto castaño como pelinegro, estaban sentados en un elegante sillón del vestíbulo de un edificio habitacional que se encontraba dentro de uno de los barrios más prestigiosos de la ciudad.
Taehyung era el más sorprendido de los dos. Había salido con Hoseok por mucho tiempo, sabía que era un chico proveniente de una familia adinerada, pero no tenía idea que este era el nivel socioeconómico en el que Jung Hoseok vivía.
Era extraño. Un poco incómodo. Bastante lejano a su realidad.
Conseguir a Jungkook fue sin duda el gasto más grande que había hecho en su vida, pero viendo todo aquello que le rodeaba, el precio de un novio robot no parecía ser tan exagerado.
El timbre del elevador llegando al vestíbulo les hizo prestar atención, notando la aparición de Hoseok, quien no pudo ocultar la extrañeza en su rostro inmediatamente después de ver al chico que compartía asiento junto a Taehyung.
—Hola —saludó primero Taehyung, poniéndose en pie frente a Hoseok.
—Hey —respondió, pasando sus ojos de Taehyung a Jungkook en un segundo—. Él debe ser tu novio, ¿cierto?
—Sí, él es Jungkook —respondió un poco tímido.
Jungkook se colocó en pie junto a Taehyung y tras sostenerle la mano, sonrió para Hoseok. —Jeon Jungkook, un gusto conocerte.
—El gusto es mío —aunque fue una respuesta educada, pareció ser una dicha sólo para cumplir—. Bueno, Taehyung, ya que te he hecho venir hasta aquí, es hora de la sorpresa.
—No sé qué será pero me muero de los nervios.
Hoseok les pidió que lo siguieran hasta el estacionamiento, donde justo llegaba un automóvil bastante lujoso del cual salió un desconocido que aparentemente le trabajaba a la familia Jung. A los segundos se abrió la puerta del acompañante y de aquel asiento salió un chico azabache de piel blanca como la nieve.
La pareja de chicos presente abrieron sus ojos con sorpresa y ambos apretaron la mano del otro sin poder creer lo que veían frente a ellos.
—¡Sorpresa! —canturreó Hoseok, con su tan deslumbrante sonrisa de corazón y haciendo un movimiento gracioso con sus manos.
—Yoongi hyung... ¿de verdad eres tú? —preguntó incrédulo el azabache.
El muchacho que recién salió del auto sonrió ligeramente y asintió. —Lo siento, tuve que arreglarme un poco.
Ambos muchachos se apresuraron a ir a abrazarle con emoción, haciéndolo reír con ternura. Y en cuanto se separaron, Taehyung miró a Hoseok e inmediatamente éste le pidió discretamente que se acercara a él.
Jungkook, embobado con el reencuentro, no se percató que Taehyung se había alejado con Hoseok unos cuantos metros.
—¿Qué sucede? —preguntó el castaño cuando estuvieron lo suficientemente alejados.
—Verás, el robot de tu amigo ahora está bien, sus fallos se han ido, pero varios de sus recuerdos también lo han hecho. Básicamente está casi en ceros, los recuerda a ustedes y a tu amigo, pero como si recién hubiera sido encendido. ¿Me entiendes? —Taehyung asintió lentamente, procesando la información—. Así que dile a tu amigo que esta vez, si de verdad no quiere perderlo, debe quererlo y demostrarlo. El contador de amor de los robots es sensible.
Taehyung asintió nuevamente, esta vez más decidido. Y tras unos segundos de silencio, abrazó a Hoseok, tomándolo por sorpresa.
—Muchas gracias Hoseok.
El nombrado rodeó con sus brazos el delgado torso de Taehyung y sonrió entristecido, sabía que ese abrazo era también una despedida.
Hoseok fue un mal tipo en su pasado. Jugó con los sentimientos de Taehyung y no sintió culpa de nada. Y justo ahora había caído en cuenta de todo lo que había hecho y de la persona tan valiosa que había perdido. Sin embargo, había prometido dejar en paz a Taehyung. Su intento egoísta de volver con él era estúpido y solamente dañaba a otros. Taehyung ahora era feliz con su compañero, así que era tiempo de marcharse.
—No es nada, Tae —respondió Hoseok, dándole un apretón más para después romper el abrazo—. Bueno, esa era toda la sorpresa. Me encantaría quedarme a charlar pero debo cumplir con otras cosas. El robot es todo tuyo, nos vemos.
Y agitando su mano de manera cool como en los dramas, Hoseok se alejó caminando, sin esperar una respuesta de nadie.
Taehyung le vio marcharse hasta desaparecer dentro del edificio y en ese momento comprendió que este era el fin de una historia que lo había estado persiguiendo durante mucho tiempo. Por fin había podido concluir con su dolor y encontrar un nuevo comienzo que parecía traerle la felicidad que tanto había buscado.
Al girarse y encontrarse con un par de ojos redondos y cafés, supo que ahí era donde pertenecía y debía estar. No había nada más que buscar, no había nada más que necesitara.
Aquel 'falso amor' que le aterraba tener, parecía haberse marchado, dejándole solamente en su camino uno real que apreciaría sabiamente de ahora en adelante.
—Yoongi, Jungkook, vayamos a casa. Jimin nos espera.
—¡Vamos! —Jungkook abrazó a Yoongi del cuello y tan enérgico como siempre, lo arrastró con él de camino a casa. Ambos jugueteando todo el camino con Taehyung mirándolos desde atrás.
Bueno, su plan no había salido como esperaba.
La emoción y el sentimiento del momento se habían ido tras recibir un mensaje de Jimin que decía: "Lo siento, me ocupé y olvidé avisarte. Vuelvo en la noche".
—¿Y ahora qué? —preguntó Jungkook, como un niño aburrido desde el sillón con Yoongi a un lado, ambos tenían la misma expresión en sus rostros.
—¿A dónde habrá ido Jimin? —Yoongi parecía genuinamente preocupado por el paradero de su chico y principalmente, parecía preocupado por saber el por qué había salido sólo tan de pronto.
—No lo sé, quizá necesita tiempo a solas, han sido fechas difíciles —Taehyung suspiró—. Bueno, dejémosle tranquilo por hoy. La sorpresa será mañana.
—¡¿Qué?! —Yoongi se levantó de un brinco— ¿No podré verlo hoy?
—Será mejor que no —Taehyung le palmeó el hombro amistosamente para tranquilizarlo—. Mañana, ¿de acuerdo?
Yoongi suspiró decepcionado pero aceptó.
08 de enero. 11:11. Seúl, Corea del Sur.
Los golpeteos en su puerta hicieron que Jimin corriera de su habitación hasta la entrada, con su cabello aún revuelto y su cara mojada.
—¿Qué te sucede? —preguntó agresivamente luego de ver que frente a su puerta estaba un Taehyung sospechosamente sonriente.
—Nada, solamente quería verte, mi amor —con un cariño juguetón se lanzó a los brazos de Jimin, haciendo a éste reir.
—Tienes una copia de la llave, ¿por qué tocabas la puerta como un loco? ¿A caso perdiste la llave?
—Nop, solamente quería molestarte.
Jimin rodó los ojos pero aún así sonrió. —Espera, estaba por lavarme la cara y arreglarme el cabello —dijo, alejándose de Taehyung para volver al baño—. ¿Y Jungkook?
—Está con alguien, ya vienen.
—¿Alguien? ¿Quién alguien? —preguntó Jimin en voz alta desde el baño.
—Alguien. Tienes que verlo tú mismo.
—¿Hizo un nuevo amigo o algo así?
—No, es su amigo de siempre.
—No te entiendo, Taehyung.
—Oh, ya llegaron. Ven a ver.
—Espera, ya casi termino.
De pronto apareció Taehyung en el baño junto a él, asustando a Jimin cuando abrió los ojos luego de secarse la cara. A través del espejo pudo notar cómo la expresión de Taehyung había cambiado. Ya no estaba aquella sonrisa juguetona ni esos ojos burlones, en cambio, había una extraña aura de nostalgia y ternura en él. Jimin sintió un apretón en el pecho y se giró para mirarle de frente.
—Tae... ¿qué sucede?
—Lo siento —le dijo, con un hilito de voz que hizo preocupar al más bajito.
—¿Por qué?
—Por todo. Lo siento. Pero ya lo he solucionado. Te amo demasiado, ¿lo sabes?
—Taehyung, estás asustándome —las cejas de Jimin temblaron y extrañamente, sin entender, sintió ganas de llorar.
Sin decir nada más, le sostuvo la mano a Jimin, aún cuando éstas estaban algo humedas todavía. Salieron del baño juntos, uno frente al otro y al mismo tiempo que Taehyung se hacía a un lado para que Jimin pudiera ver al frente, el castañito canturreó un "sorpresa" por lo bajo.
Y entonces, lo vio.
Frente a frente, nuevamente. Tras casi 3 meses de su último encuentro, ahí estaban.
Los ojos de Jimin se abrieron en sorpresa y parecía haberse congelado por un momento.
—Hola, lamento la demora —saludó Yoongi, con una sonrisa enternecida y un poco de timidez en la voz.
Tras escucharle hablar, Jimin comenzó a llorar.
Yoongi sonrió en grande y fue hasta donde su chico para abrazarle. No tardaron nada en unirse fuertemente con brazos entrelazados.
Habían tantos sentimientos en el aire que Jungkook abrazó por un costado a Taehyung porque parecía también necesitarlo.
—Aquí estoy —le murmuró Yoongi al oído—. No volveré a irme, lo prometo.
—Lo siento tanto —fue lo único que pudo decir Jimin entre llantos. Yoongi volvió a sonreír, acariciando ahora los cabellos ahora castaños de Jimin para darle tranquilidad.
—Está bien. Estoy aquí. Tranquilo.
—Te amo, Yoongi —dijo, con tanto sentimiento en la voz que Yoongi quedó mudo unos segundos de la impresión.
—Yo también te amo, Jimin —respondió, separádonse un poco solamente para poder depositar un beso en los temblorosos labios del contrario.
Fue un increíble momento lleno de llanto y muchísimo amor. Después de aquel tan esperado reencuentro, tuvieron que darle un tiempo a Jimin para que se recuperara de tanto llorar. Y tras ponerse bien nuevamente, se ancló al brazo de Yoongi el resto de la visita. Y por la tarde, cuando Taehyung y Jungkook decidieron volver a su hogar, Jimin y Yoongi se recostaron juntos en silencio hasta la noche, sintiendo solamente la compañía del otro.
—Creo que fue increíble —dijo Jungkook, una vez estuvieron ambos recostados en la cama.
—Sí, por fin me sale bien algo —bromeó Taehyung.
—Estoy feliz de que estemos otra vez los cuatro juntos.
—Sí. No sé qué hubiera pasado si la situación con Yoongi no salía bien.
—No lo sé.
—Parece ser que este es un final feliz, ¿no lo crees?
Jungkook sonrió y asintió con su cabeza. —Aunque este es realmente solamente el inicio.
Taehyung sonrió también. —Es verdad. Esto es solamente el inicio.
—Lo malo se ha terminado. Este es el comienzo de nuestra felicidad en conjunto.
Taehyung carcajeó. Jungkook le parecía sumamente adorable algunas veces.
—Así es. Ya podemos dar paso a una nueva historia.
Y abrazándose más a Jungkook, fue como se reacomodaron ambos para poder dormir aquella noche, agotados de tanto sentimentalismo y preocupaciones. Deseosos de despertar a la mañana siguiente con un día tranquilo y alegre. Parecían estar listos para comenzar una nueva etapa de su vida.
Se lo merecían.
《FIN》
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