Taehyung no tenía las mejores notas de la clase y hasta ahora fue que entendió el por qué. Una vez más, el castaño se había brincado una clase para irse del canpus temprano.
Taehyung ya había reprobado dos materias y sabía que con tantas faltas, habría una tercera pronto. Al menos esto valdrá la pena, se consoló a sí mismo. Suspiró hondo y después se hizo paso hasta la cafetería que la dirección escrita en el mensaje que relucia en su pantalla indicaba. Tan pronto estuvo sentado en una mesa algo alejada de la entrada, sus manos comenzaron a tamborilear nerviosas sobre los reposabrazos del asiento. Miraba perdidamente hacia un punto invisible en la pared del frente, con la mente en blanco.
Su cuerpo sintió una corriente eléctrica correr desde su cabeza hasta sus pies cuando una mano fue puesta sobre su hombro sin previo aviso y una voz familiar habló desde sus espaldas.
—¿Taehyung?
—Dios. Me asustaste —exhaló, girando su cuerpo sólo un poco para mirar a la persona recién llegada.
—Lo siento —aquella disculpa acompañada de una enorme sonrisa en forma de corazón, tan particular y conocida.
Era usual que existieran formalidades comunes cuando dos personas se encontraban. Más aún cuando las dos personas en cuestión tenían un tiempo sin verse y todavía más cuando aquellas dos personas habían tenido un vínculo afectivo que los unía tiempo atrás.
Sin embargo, aquella formalidad no existía entre estos dos chicos. Por alguna extraña razón, Taehyung sintió más incomodidad manteniendo una conversación por mensaje y durante su espera, que teniendo al mismísimo Hoseok sentado frente a él.
—¿Cómo estás? —preguntó amablemente el recién llegado, dirigiendo su atención al pequeño menú de bebidas que había sobre la mesa—. ¿Pediste algo?
—No, aún no.
—¿Quieres que pidamos antes de comenzar a charlar?
—Yo estoy bien así, pide tú si quieres.
Hoseok asintió y le regaló una hermosa sonrisa de labios cerrados. Aquella sonrisa que tiempo atrás podía hacer que el corazón de Taehyung se derritiera con ternura.
Los ojos del castaño destellaron chispas en cuanto esa sonrisa apareció y como acto de reflejo, Taehyung sonrió igual. Hoseok revisó su teléfono celular mientras esperaba que su orden llegara, y al mismo tiempo, Taehyung se dedicaba a observarlo.
Hace mucho no lo tenía frente a mí.
Creo que... se ha puesto más lindo.
Una punzada en el estómago lo detuvo. Dios, no. Basta. Hoseok era su ex novio, aquel por el que había llorado y se había sentido perdido en cuando terminaron. Aquel ex novio que le había roto el corazón con sus frías palabras y sus acciones despreocupadas. Aquel ex novio que lo hizo sentirse tan mal que lo había hecho buscar a Jungkook.
Jungkook.
Dios. ¿En qué estoy pensando?
—Oh, muchas gracias.
Las palabras del mayor lo hicieron reaccionar y volver a la realidad. La bebida de Hoseok ahora estaba sobre la mesa, lo cual significaba que ya era hora de empezar a charlar.
Para Taehyung fue un poco difícil encontrar qué decir para iniciar la conversación, pero para suerte del castaño, Hoseok dio el primer paso.
—Entonces, ¿cómo está el robot de tu amigo? ¿Jimin, cierto?
Taehyung asintió. —Bueno, tiene un par de días que no lo veo, pero la última vez que hablé de él con Jimin, sólo me contó cosas malas.
Hoseok asintió, dándole un sorbo a su bebida. —Ya veo —Hoseok suspiró, pensando en qué decir a continuación—. Déjame ordenar las piezas, ¿de acuerdo? Dices que el robot llegó y estaba bien, todo normal. Pero tu amigo no lo quería, lo despreciaba. Era como un amor unilateral, no había sentimientos recíprocos —Taehyung asentía a cada palabra dicha por el contrario—. Entonces, el robot comenzó a tener fallos extraños y cada vez empeora más, ¿es así? —Taehyung asintió diligentemente su cabecita, atento a todo lo que Hoseok decía—. A todo esto, ¿qué ha hecho tu amigo? O sea, ¿cómo ha reaccionado?
—Mal, supongo —dudó, no habiendo comprendido del todo la pregunta.
—Me refiero a qué actitud ha tomado tu amigo ante esta situación. ¿Has notado algún cambio entre ellos?
—No sabría explicarlo. Jimin se siente triste y llora mucho cuando Yoongi sufre desmayos, o... apagones, no sé.
—¿Algún cambio en su relación? No sé, quizá hay más romanticismo entre ellos debido al miedo de perderlo, ¿algo así?
Taehyung apretó los labios mientras pensaba. —Se ven un poco más unidos. Jimin tiene miedo de perderlo pero realmente no lo demuestra, ¿sabes? Mi amigo es terco. No admite que le gusta ni nada parecido.
Hoseok chasqueó la lengua. —Ahí está el problema.
Las cejas castañas del menor se levantaron con incredulidad. Entendía y no a la vez lo que Hoseok estaba tratando de decirle. El mayor suspiró nuevamente y se dedicó a explicarle con detalle lo que sucedía, dejando a Taehyung totalmente sorprendido y con un sentimiento sumamente triste en el pecho.
Básicamente, los robots de la línea Robotic Romance estaban diseñados para amar y ser amados, por lo que un desprecio como el que Yoongi sufrió desde sus inicios por parte de Jimin, daña su sistema. ¿A qué se refiere esto? Pues que los robots de dicha línea necesitan registrar amor en su sistema para poder continuar con su labor de amar a su persona.
Estos robots humanos estaban demasiado bien diseñados. Veámoslo desde un ejemplo más "real", con dos personas: A y B. Donde A y B están en una relación sentimental, pero A no siente lo mismo que B siente por A, por lo que B se encontraría en un amor unilateral a pesar de estar en una relación con A. Este desprecio por parte de A solamente hace que el ánimo de B descienda y lo único que sienta es tristeza. Por supuesto que esto hará que B se ponga mal en muchos aspectos; y eso mismo pasa con los robots que no son amados por sus personas. Sus sistemas se atrofian y su tiempo de vida disminuye exageradamente, hasta el punto en el que su sistema predetermina un apagado temporal para evitar que su sistema siga siendo dañado.
Los fallos comienzan a presentarse cuando el robot se resiste a su apagado, aún cuando ya está estipulado por el sistema. Es como si lucharan por seguir funcionando, en espera de una muestra real de afecto que le demuestre a su sistema interno que están con la persona correcta y pueden seguir trabajando con normalidad. Dicho de otra manera, se rehúsan a morir en espera de una muestra de afecto que les regrese la fuerza para seguir viviendo.
Taehyung sintió una gran presión en el pecho. De todas las formas posibles de ver, era una situación cruel y triste. Yoongi de verdad amaba a Jimin y su tonto amigo no lo entendía.
—¿Hay alguna manera de salvarlo? Ya sabes, una última esperanza.
Hoseok parecía estar esforzándose en pensarlo. Cada segundo que pasó callado y pensando fueron eternos para Taehyung. Y tras una vida entera esperando, Hoseok respondió: —No estoy seguro. Lo que me cuentas parece ser un estado bastante avanzado de daño. Tendría que preguntarle a mi padre, quizá él pueda ayudarnos.
Cierto. Había olvidado explicarlo. La razón por la que Taehyung había vuelto a contactar a Hoseok, su ex pareja, era porque mientras Taehyung fisgoneaba en las redes sociales de Hoseok encontró una foto bastabte reciente de él junto a un hombre que al parecer resultó ser su padre, quien era un trabajador de la empresa TecnoLife. Y con tragándose su inexistente dignidad y orgullo, Taehyung le envió un mensaje privado con la historia de Jimin y Yoongi, con esperanzas de que pudiera ayudarlos de alguna manera.
Pero de seguro se preguntarán por qué Taehyung no conocía al padre de Hoseok si es que ambos habían sido novios. Bueno, eso se debía a que Hoseok jamás aceptó su romance con Taehyung porque no quería considerarse "gay" de ninguna manera y mucho menos tener que "salir del clóset". Por lo que su relación se matuvo en secreto, aún cuando ésta duró bastante tiempo; lo suficiente como para haber dejado rotísimo a Taehyung cuando Hoseok terminó con él de forma cruel y fría.
Así que, por esa razón Taehyung jamás conoció a los padres de Hoseok o amigos y por ende, Hoseok tampoco conocía a los padres de Taehyung o si queira a Jimin. Pero Taehyung sí le había hablado de Hoseok a su amigo, por ello era que Jimin aborrecía a aquel chico que nunca había visto en persona.
—Bueno, tengo que irme —Hoseok notificó mientras veía la hora en su teléfono.
—Ah, sí, gracias por venir a hablar conmigo.
—No es molestia, pastelito.
Una punzada en su estómago lo hizo ponerse nervioso. Hoseok sonrió de lado, victorioso ante la reacción que aún provocaba en Taehyung. Y tras levantarse de su asiento, pasó por un lado del castañito que parecía perdido, mirando la mesa.
—Veré en qué puedo ayudar a tu amigo. Espero podamos reunirnos de nuevo —un toque con la punta de su dedo índice le hizo cosquillas a Taehyung en el mentón. Y aunque éste no lo vio, Hoseok le guiñó un ojo antes de retirarse y dejarle solito en la mesa.
Dios. Estoy jodido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro