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🌹•TWENTY XX•🌹

Nunca en mi corta vida me había frustrado tanto con algo. Maldita máquina, ¡devuélveme mi dinero!

— Esto es un estafa, acabo de gastar todo mi cambio en esta cosa. —comenté abultando mis labios con clara molestia—. Lo peor de todo es que ni siquiera la garra movió un poco el peluche.

— ¿La linda Weil está haciendo un berrinche? —cuestionó con diversión.

— ¡Por supuesto que sí! —bufé arrugando mi frente—. Te odio. No te perdonaré a menos que me dejes sacar ese tonto peluche de felpa, jodida máquina, hija de.-

— ¡De acuerdo! —exclamó el castaño a mi lado con una sonrisa incómoda—. Perderás más dinero si sigues así, Weil. —informó.

— Bien. —musité resoplando insatisfecha, mirando con resentimiento la máquina donde se hallaban docenas de peluches dentro de ésta—. ¿Ya te dije que te odio?

— Creo que ya lo sabe a la perfección. —confirmó—. ¿Por qué no le dices cosas bonitas, mmh? Tal vez así puedas sacar ese peluche.

— ¿Por qué haría eso? —miré a JoongGuk, quien sólo se encogió de hombros ladeando su cabeza—. Esta cosa se llevó todo mi cambio, ¿crees que merece que yo le hable bonito?

— Bueno, sólo era una sugerencia, linda Weil. —musitó con una sonrisa de lado.

Lo observé dudosa por unos segundos antes de alzar ambas de mis cejas y mirarlo fijamente.

— Confiaré en ti.

— Eso me hizo sentir bastante halagado. —comentó evitando mirarme.

— ¿Por qué? —pregunté tratando de encontrar su mirada—. Vamos, ¿dime por qué? —cuestioné de vuelta con diversión tratando de hacer que me mirara de nuevo.

— Bueno, no siempre se puede ver a JeWeil confiando en alguien. —explicó soltando una risita nasal nerviosa—. ¿Debería considerarme afortunado, linda Weil?

Parpadeó un par de veces, acercando su rostro un tanto cerca del mío, y mierda, es más lindo así de cerca.

¡Agh, Weil reacciona!

— Sí. —respondí con una sonrisa extrovertida—. Deberías de considerarte afortunado, JoongGuk.

— De igual modo lo hubiera hecho, linda. —inquirió revolviendo mi cabello.

— ¡Ay, tú en serio disfrutas hacer eso! —me quejé acomodando mi melena de vuelta.

— Eres bastante adorable estando molesta, Weil. Realmente estoy resistiéndome a la ganas de pellizcar tus mejillas.

Demasiado cerca.

— Más te vale que sigas haciéndolo. —advertí tratando de no verle el lado divertido a esto pero es casi imposible.

— Lo que la linda Weil diga.

Quizás él es demasiado dulce para un ser tan grosero como lo soy yo.

— Vamos. —me extendió su mano para que la tomara—. Después de salir de ese laberinto te compraré el peluche de felpa que quieras.

Lo miré con sorpresa dudando algunos segundos si tomar su mano.

— ¿Hablas en serio? —ablande mi ceño ante sus palabras.

— ¡Por supuesto que sí!

Bufé para mí misma tomando su mano para después jalar de ésta sin brusquedad en dirección a ese establecimiento donde se hallaba el famoso laberinto. No puedo creer que estoy haciendo esto.

— ¿Te gusta competir? —pregunté alzando una de mis cejas.

— Bastante, ¿y a ti? —asentí un par de veces antes de continuar.

— Vayamos por separado entonces. —me miró confundido—. Compitamos. Quien logre salir primero gana, así de fácil.

— Suena bien. —sonrió mirando el lugar—. Pero supongo que no solo quieres salir del laberinto primero, ¿o me equivoco, linda Weil?

— Eres bastante bueno sabiendo lo que piensan las personas, ¿sabes? —rascó su nuca avergonzado—. Si yo gano, me llevarás a casa en tu espalda.

Me miró con cierta incredulidad ante lo que yo pedía a cambio, no lo culpo.

— No me mires así, ya lo sé. —musité sintiendo pena ajena por mí misma—. Sé que es un absurdo sueño que he tenido desde que Hanhi me obligó a ver con ella películas llenas de mucho romance y clichés.

Ladeó su cabeza antes de continuar hablando con una sonrisa.

— Eso fue curioso de escuchar. —tras unos segundos de silencio, continuó diciendo—: De acuerdo, pero si yo gano me deberás una salida el próximo fin de semana, ¿aceptas?

— No veo por qué decirte no.

Y está vez fue él quien me guió hacia aquel laberinto, soltó mi mano una vez habíamos entrado, nos miramos como si fuéramos cómplices de algo.

— No quiero asustarte linda Weil, pero he de decir que soy bastante bueno en estás cosas.

— ¿Y quién te dice que yo no?

Nos dimos una mirada rápida antes de que cada quien tomara un camino diferente. Si bien, se supone que esto es fácil, pero lo que lo hace algo tedioso son las jodidas luces que no dejan de cambiar de color, mareándome así de vez en cuando.

Y he de admitir que choqué con varios espejos, justo como ahora.

— Mierda, auch.

Suspiré. No, no es tan fácil, maldición.
Las instrucciones de tener las manos siempre al frente para no chocar al parecer mi cerebro hasta ahora no lo ha procesado del todo bien.

— A esté paso él ya debió de haber ganado, ¡no!

Esperen, escucho música y ruido cerca, eso significa que estoy llegando al final, ¡ya casi salgo de está cosa, ¿cierto?!

— ¡Aish, malditos espejos giratorios!

Estaba a punto de intentar tocar a uno de los espejos pero al mirar al frente a través del reflejo y ver a otra persona detrás de mí, me impidió continuar con libertad.

— ¿JeWeil?

Lo que faltaba.

— ¡Oh! ¡Qué coincidencia encontrarte aquí, JeWeil! —exclamó alegre—. Es bueno verte en un fin de semana, ¿sabes? Creí que eras el tipo de chica que no sale de casa en lo absoluto.

— ¿Sabes? Creí que eras el tipo de idiota que me gustaría encontrarme, pero da la casualidad de que no es así.

— Wah, siempre tan agresiva.

Rodé mis ojos dándole la espalda para seguir caminando a no sé dónde.

— ¡Oye, no te vayas, Weil!

Iba a responderle algo hiriente como de costumbre pero al parecer no viene solo, era de esperarse, es un estulto, debe de venir con más de su misma especie detrás de él.

— ¡Taehyung, ¿dónde diablos estás?!

Jeon está aquí también.

— ¡Jungkookie, no vas a creer a quién me acabo de encontrar aquí! —gritó de vuelta, mirándome con una sonrisa cuadrada.

Tallé mi rostro cansada con mis manos antes de mirarlo con ganas de golpearlo a él en vez de a un espejo.

— No tengo tiempo para esto. —murmuré para mí misma antes continuar con mi intento de salida de esté lugar.

— ¿Ya te vas tan rápido? Podríamos salir de aquí juntos, Weil.

— No, tengo compañía esperándome afuera, así que no.

— ¿De verdad? —se acercó a mí curioso—. ¿Quién?

— No es de tu incumbencia. —susurré con mis ojos entrecerrados.

— ¡Taehyung, ¿dónde rayos estás?! —habló Jeon, aún sin poder encontrar a su querido amigo—. ¡Oye, di algo para que yo pueda...! —se quedó en silencio una vez nos miró a Kim y a mí—. Encontrarte. —terminó mirándonos con sorpresa.

— ¿Puedes cerrar la boca? Si sigues gritando no podré salir de aquí porque ninguno de los dos guarda silencio. —señalé aguantando las ganas de ponerles un pedazo de cinta en su boca para callarlos.

— Al parecer a la chica extraña no le agrada para nada nuestra presencia.

— Es bueno que lo sepas, Jeon.

— ¿Vienes sola? —preguntó observando su alrededor como si fuese a encontrar algo más aparte de espejos y luces.

— No, ella dijo que no. —la cual Kim contestó por mí—. ¿Verdad?

Suspiré negando con mi cabeza.

— ¡Bú!

— ¡Ahhh, mierda!

Grité al sentir de repente a alguien tomarme por mi cintura, por lo cual mi reacción fue dar un codazo hacia atrás, lo que incluía golpear a esa persona puesto que yo estaba de espaldas.

— ¿¡Quién putas acaba de hacer eso!?

Y oh, sorpresa.

— ¿JoongGuk?

Ay, qué idiota. ¡Es obvio que es él, tonta!

— Uh, eso debió haber dolido. —musitó Jeon mirando a Kang como si él también hubiera sentido el golpe.

— ¡Oh, lo siento, lo siento! —me disculpé alarmada, tratando de encontrar su mirada.

— ¿Weil disculpándose? Eso sí que es nuevo. —dijo Kim mirando atento.

— ¡Ay, de verdad lo siento! ¡No fue mi intención hacerte daño!

— Claro que sí, chica extraña. —señaló Jeon divertido ante la situación—. Yo vi con mis propios ojos como lo golpeaste con tu codo con toda tu fuerza. —lo observé con indiferencia.

— E-está bien, no hay de qué preocuparse.

— Creo que lo dejó sin aire. —señaló el tipo de cabello gris platinado.

— ¿Quieres callarte de una buena vez, Taehyung?

— Uy, Weil está realmente molesta ahora. —bromeó con burla.

— ¿Molesta? Eso es muy poco, está furiosa. —y le siguió Jeon con el juego.

— Ustedes dos me las pagarán mañana, ¿quedó claro? —sentencié no muy contenta—. Ni siquiera se atrevan a preguntar el porqué cuando yo este jalando de su cabello hasta que les duela.

— Eso sonó mucho peor de lo que es.

Solté un quejido arrepentido una vez JoongGuk se incorporó aún tocando su costilla derecha debido al golpe que le di.

— ¿Te lastimé mucho?

— No, estoy bien. —suspiré con alivio ante sus palabras—. Eres bastante fuerte, linda Weil. —comentó soltando una pequeña risa.

— ¿Qué si lo es? —Jeon bufó llamando nuestra atención—. Ella parece tener la fuerza de un hombre, cuando nos conocimos jaló de mis hombros más fuerte que yo.

— ¿Qué? ¡Tú fuiste el que empezó! —señalé indignada.

— ¡Sí pero no tan fuerte! —expuso, mirándome resentido.

— Ay, pero qué delicado me saliste. —musité volviendo mi vista a JoongGuk—. Realmente lo siento.

— Ya te dije que estoy bien, además, yo soy quien debería de disculparse, te asusté.

— Yo que tú no la perdono hasta que me dé algo a cambio. —dijo con un semblante neutro.

— Lo dices porque ya quisieras que me preocupara por ti tanto como lo estoy haciendo con él, Jeon. —señalé burlona sin mirarlo.

— ¿Para qué negarlo, chica extraña? —lo observé a través del reflejo del espejo confundida y viceversa—. JoongGuk es bastante afortunado, ¿sabes? Recién me doy cuenta de que tú no sueles preocuparte así por alguien.

Tras unos segundos de silencio por parte de todos alguien decidió hablar.

— Waoh, qué incómodo.

Exacto, Taehyung. Ya se había quedado callado mucho tiempo el estulto.

— ¿Y tú desde cuándo te das cuenta de algo, Jeon? Porque no veo que ya te hayas dado cuenta de que OhYeon no es una buena opción.

— Bueno, tú fuiste quien me dijo que me acercara. —me recordó con acusación.

— Exacto. —resoplé cabreada—. ¿Sabes por qué? Porque te ves más patético mirando que acercándote. Si vas a sufrir que sea porque al menos lo intentaste. —mascullé haciendo una leve presión en mi mandíbula.

— Para ti todo el mundo es patético, JeWeil. —señaló con sus cejas fruncidas y su frente arrugada.

El “chica extraña” dejó de existir por un momento en su vocabulario, y vaya que... Eso dolió un poco.

— Lo que dijo Weil, tiene sentido. —comentó Kim sin mirarnos.

— Tae, creo que en esté caso no nos corresponde opinar. —musitó JoongGuk ante nuestro silencioso juego de miradas asesinas de Jeon y yo—. Ya encontré la salida, así que, los esperamos afuera.

— No. —negué de inmediato sin apartar la mirada de él—. La conversación se acabó. —corté el contacto visual para tomar de la muñeca a Kang—. Vine contigo y me iré contigo, ¿bien?

Asintió algo ido y dudoso ante mi repentino agarre.

— ¿Dónde está la salida entonces?

— Oh, cierto. Es por aquí. —les dio una última mirada a ese par antes de entrelazar por alguna razón sus dedos con los míos y sacarnos de ahí.

Una vez estando afuera dije—: Lamento mucho que hayas tenido que presenciar una discusión absurda.

— Tranquila. —pude sentir un leve apretón en mi mano de su parte—. Aunque no creo que sea absurda para él, linda Weil.

— Eso es obvio. —susurré.

— Sin embargo, en parte tienes razón.

— ¿Ah sí? —asintió con un semblante comprensivo—. ¿Por qué? Cualquiera diría que si no es mi problema no me meta.

— Ese también es un buen punto, pero creo que lo que le dijiste sobre sufrir tiene bastante sentido.

— Oh, eso. —me encogí de hombros, cohibida.

— Si vamos a sufrir por alguien, que al menos haya valido la pena, ¿cierto?

— Lo haré mi lema. —comenté intentando quitar el ambiente tenso.

— Tus sabias palabras me han sorprendido, linda Weil.

— Lo sé. —dije orgullosa—. No puedo evitar ser tan genial.

— Es gracioso como tu ego sube de la nada. —comentó con una sonrisa cerrada.

— Eso también lo sé, por favor, no lo bajes ahora, ¿sí?

— De acuerdo, pero antes dime, ¿OhYeon no te agrada?

— Algo así. Tsk, no me agrada el hecho de que Jeon le deje regalos y ella no los aprecie. —mordí mi labio inferior molesta—. Genial, —bufé dándome golpes mentales— ¿ahora quién es la patética?

— Creo que ninguno de los dos es patético, Weil. Tu postura es entendible tanto como la de él.

— Una vez más, lamento haberte golpeado.

— Está bien. —acarició mi cabello como un vago intento de decirme que realmente no importaba—. Por cierto, dijiste que querías que te llevara a casa en mi espalda, ¿aún quieres que te lleve así?

— Pero perdí, tú encontraste la salida primero. —le recordé con un mohín.

— Eso ya no importa. —tomó ambas de mis manos acariciando el dorso de las mismas con sus pulgares tensándome un poco—. Es bastante claro que de alguna forma JungKook lastimó algo dentro de ti.

— ¿Qué? Pff, eso es estúpido.

— No lo niegues, linda. Incluso yo me sorprendí cuando te llamó por tu nombre y en ese tono.

— ¿Por qué? Ese es mi nombre de igual modo, JoongGuk. —señalé intentando evitar aceptar lo que dijo.

— Lo es, pero según yo sé, para JungKook tú eres su chica extraña.

— ¿Cómo que “su chica extraña”?

— ¿Lo vez? En tan poco tiempo te acostumbraste a que te llamara así, ¿cierto?

— Claro que no, eso suena estúpido y absurdo. —retiré mis manos de las suyas—. Ni siquiera me he encariñado con él como para que me afecte una cosa así de tonta.

— Bueno, eso ya no está en mis manos.

— Exacto, ahora llévame a casa en tu espalda. —dije sonriendo con cierta emoción.

En silencio dobló un poco sus rodillas para que yo pudiese subir a su espalda, una vez hecho esto rodeé su cuello con mis brazos sin lastimarlo, mientras encadenaba su cintura con mis piernas.

— ¿Lista? —preguntó pasando sus brazos alrededor de mis piernas para sostenerme mejor.

— Lista.

— ¿Caminando o corriendo? —cuestionó.

— No lo sé, tú eres quien tiene mi vida en sus manos desde el momento en el que me dejaste subir en tu espalda. —respondí algo nerviosa.

— Eso suena bien y a la vez mal.

— Eso también lo sé.

— Linda Weil.

— ¿Mmh? —musité.

— Es agradable tenerte en mi espalda porque así no podrás irte amenos que yo te deje ir.

— Eso fue atrevido.

Hubiera sonreído por eso pero al mirar hacia a un lado noté a Jeon observando en silencio nuestro actuar a lo lejos con una mirada calculadora, sería, gélida y algo perdida justo afuera del lugar donde nos encontramos minutos atrás.

Pero eso no era lo que había llamado mi atención, por supuesto que no, de alguna manera me estaba gritando a la cara que él no sería tonto ante mí.

OhYeon acaba de llegar, y ese no es el punto ahora, pues fue desconcertante para mí ver lo que hizo al llegar al lado de Jeon y Kim acompañada de una amiga suya.

Song OhYeon acaba de besar la mejilla de Jeon.

¡Lamento mucho tardar tanto!

Y me disculpo de nuevo si el capítulo fue algo largo y aburrido :") De verdad mi intención no es hacerlo así v': De hecho hasta pensé mucho en sí subirlo o no XD

Así que, sin más...

Sólo diré que,
¡SE PRENDIÓ ESTOOOOO ALV!

MJ☁️

•••

¡Gracias por leer!💙

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