🌹•TWENTY NINE XXIX•🌹
Era de esperarse, Jeon aún no se iba, estaba ahí, recargado sobre la pared mientras miraba su celular. Supongo que la está esperando a ella.
Tomando como un cero a la izquierda ese hecho, en vez de llamar su atención simplemente lo pasé de largo, no voy a rogarle, ni loca.
— ¡Oye, JeWeil, espera!
¿Saben? De repente ya no puedo escuchar nada, estoy sorda para él.
Ignorando su llamado, unos pasos más adelante me encontré a nada más y nada menos que a Taehyung.
— ¡Oh, Weil! Creí que ibas a tardar menos ahí adentro pero no fué así.
— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te has ido ya? —cuestioné ladeando mi cabeza mientras cruzaba mis brazos.
— Te estaba esperando a ti.
Cuando iba a responderle Jeon de la nada apareció rodeando mis hombros con su brazo izquierdo, apegándose a mí.
— Hey, te estaba hablando y sólo me pasaste de largo.
¿Y esté qué cree? ¿Ahora se supone que olvide que me estuvo ignorando? Pff, buen intento.
— ¿Esperarme para qué? Ni si quiera Hanhi me espero, Kim. —respondí al chico de sonrisa cuadrada a la par en la que retiraba de mis hombros con brusquedad e indiferencia el brazo de Jeon—. Pero ya que estás aquí, llévame a comer, tengo hambre.
— ¡Auch! —soltó un quejido de dolor mirándome con una mueca—. Oye, chica extraña, ¿era necesario lastimarme?
Taehyung nos miró con confusión, sin saber con quién ir: si irse con uno de sus mejores amigos o conmigo, e incluso con ninguno.
— Jungkookie, ¿no ibas a esperar a OhYeon?
Se los dije.
Una mirada amenazante de parte de Jeon hacia Tae fue suficiente para decirle que cerrara la boca antes de que hablara de más.
— Ella ya se fue, pero Weil tiene razón, llévanos a comer.
Eso no es suficiente para dignarme a mirarlo si quiera. Bufé haciéndole mala cara.
— ¿No que OhYeon ya se había ido? —la dirección de su mirada se hallaba detrás de mí y de Jeon, encontrándonos así a Song—. ¿O quizás tomará una ruta diferente?
Se los resumiré, Jeon fue el único que dio media vuelta para confirmar aquello, caminó hacia ella sin tener otra opción o quizás sí pero pues no hay que quedar mal frente a su crush, ¿saben? El momento perfecto para tomar la mano de Kim y jalar de ésta con prisa en el trascurso de lo ya explicado anteriormente.
— ¿A dónde vamos?
— A cualquier lugar que haga buena y deliciosa comida, despídete de tu amigo.
— Uy, estás molesta, pero de acuerdo. —aceptó, girando un poco su cabeza para exclamar—: ¡Te veré mañana, Jungkookie, suerte!
— ¿¡Qué!? ¿¡A dónde vas!? —gritó de vuelta el susodicho casi entrando en pánico.
— Olvídalo, ya no le respondas. —ordené sin dejar de caminar.
— Bien, ya entendí. —aclaró su garganta siguiéndome el paso—. Estás ignorándolo tanto como él te ignoró a ti.
— Oh, por supuesto que no. —respondí soltando su mano—. ¿Cómo puedes creer eso, Tae? Yo jamás, jamás haría tal cosa. —puse mis manos sobre mi pecho con dramatismo.
— Weil, ¿has pensado en audicionar para actriz? Tus expresiones son realmente buenas, y con ese sarcasmo te iría bien el papel de villana.
¡Papá, ya sé de qué me voy a mantener! Parece ser un trabajo más decente que ser stripper, ¿no? Es broma, pero si quieren no lo es.
— Mira que tu idea no está mal.
— Ya lo sé, por eso te lo dije. De no ser así mira que ni siquiera habría abierto la boca.
Rodé mis ojos con una pequeña sonrisa, él ya comienza a entenderme.
— Como sea, piensa una excusa para hacer que Jeon deje de seguirnos. —golpeé mi frente con la palma de mi mano al ver cómo Kim giraba para comprobar aquello sin disimulo alguno—. ¿Eres estúpido o te haces?
— Ambas. —respondió haciéndole señas a Jeon—. No seas tan mala con él, tarde o temprano tienen que volver a hablarse. —negué con frenesí—. Ni tú te la crees, Weil.
Inflé mis mejillas mirando de reojo a Taehyung antes de preguntarle con un leve berrinche—: ¿En serio va a venir con noso.-
— ¿Y bien? ¿Qué vamos a comer?
Y creo que no fue necesario que él respondiera tal cosa.
— Hola de nuevo, JeWeil.
No me voy a tomar la molestia de si quiera mirarla, ni a ella ni a él.
— Oye, eres un mentiroso. —señalé con acusación—. Dijiste que solo vendría él. —fije refiriéndome a Jeon.
— Querida Weil, ¿estás haciendo un berrinche?
Lo miré con advertencia antes de mostrarle mi celular.
— Revisa el tuyo, ahora. —mascullé sintiendo las miradas de Song y de Jeon.
— ¡Hey! —exclamó leyendo los mensajes que le había enviado—. ¿Tenías que amenazarme de esa manera? —chasqueó su lengua receloso—. JoongGuk es demasiado valiente para mi gusto.
— ¿Desde cuándo tienes su número? —interrogó Jeon al chico de cabellera plateada en un tono indignante.
— Desde que la comenzaste a ignorar. —contestó Taehyung sin mayor problema, ganándose un codazo en sus costillas de mi parte—. ¿¡Ahora que hice!?
— ¡Abrir tu bocota de más, como siempre! —apunté.
— ¡Pero si no dije nada malo, joder!
— ¡No me grites, Kim Taehyung! —ordené amenazante.
— ¡Tú fuiste quien empezó! Además, ¿qué no te da pena pelear enfrente de OhYeon?
— Como si su opinión me importara al igual que la tuya y la de los demás. —acomodé mi cabello detrás de mis hombros sintiendo mi ego crecer.
— Y es a eso a lo que me refiero con que actúas muy segura de ti misma, JeWeil. —comentó la peli-corto de la nada. Por alguna razón mi mirada dio a dar a sus manos, las cuales se aferraban al brazo de Jeon.
— ¿Qué me vas a dar de comer, Kim? —pregunté ignorando a OhYeon—. Tengo más hambre que antes, y es tu culpa.
— Hoy me estás culpando mucho, pero creo saber a quién estás culpando realmente, así que yo se lo diré en tu nombre. —asintió para sí mismo.
— ¿Qué diablos...?
— Jungkookie, dice mi querida Weil que tiene hambre, y más te vale darle algo de comer si no quieres que esto se ponga feo.
— Sí que eres un imbécil. —afirmé tallando mi rostro de frustración—. Ustedes dos, ¿qué quieren comer?
¿Qué me queda? No soy una hija de perra como para excluirlos literalmente. Si creen que lo hago por compromiso y por educación, están en lo correcto. Estrellita para ustedes.
— Lo que ustedes quieran. —respondió Jeon.
El silencio de OhYeon me hizo cuestionarme si esto realmente iba a salir bien. Culparé a Taehyung aún más si esto termina mal.
— Oye, dime qué es lo que quieres comer y pasáramos por ello. —ablande mi semblante—. Te apuesto lo que quieras a que nosotros terminaremos comiendo de todo menos algo sano. —anticipé con tranquilidad—. Es por eso que te pregunto.
— Comeré lo que ustedes vayan a ordenar.
— ¿Estás segura? —le cuestionó el castaño que tanto detesto hoy.
— Por supuesto. No te preocupes, estaré bien, no es nada del otro mundo.
Teniendo en cuenta lo exigente que puedes llegar a ser, sí puede llegar a ser algo del otro mundo para ti.
— Yo voto por pollo frito. —musité alzando mi mano derecha.
— Estoy con ella. —continuó Kim
— Estoy contigo, chica extraña. —concluyó.
Y aún sigo molesta con él.
— Por mí no hay problema. —musitó la pelinegra mostrando una sonrisa.
Quince minutos después de haber caminado en busca de un restaurante que ofreciera una buena oferta de pollo frito; ingresamos al establecimiento buscando una mesa desocupada.
— Yo con Weil. —sentenció de inmediato Taehyung, impidiendo que Jeon se sentara a mi lado una vez haber encontrado un lugar para sentarnos todos—. Genial.
— Así que, Tae tiene tu número y tú tienes el número de Tae. —dijo con interés, mirándome como si me estuviera pidiendo una explicación.
— ¿Por qué me miras así? ¿Quieres que te lo de a ti también, ojitos de Bambi? —insinué con burla—. Porque si crees que será así, estás equivocado, lindo.
Lindo idiota.
— Jungkookie, no tienes ni idea de cuánto tuve que molestarla para que me lo diera. —comentó con un semblante agotado—. No es tan bueno como parece el hecho de tener su número.
— ¿Por qué, TaeTae? —preguntó está vez OhYeon recargando su mentón sobre su mano.
— Ella te envía emojis groseros, malas palabras y te amenaza cada cinco segundos, ¡hasta por respirar! —respondió bufando.
— Eso te pasa por andar jodiendo afuera de mi casa. —argumenté con mi ceño fruncido—. ¡Pudiste haber roto el maldito vidrio de mi ventana!
— ¡Ya te dije que lo siento! No sabía que te ibas a enojar tanto porque te fui a buscarte a tu casa. —susurró con un puchero triste.
— ¿¡Sabes dónde vive!? —cuestionó de vuelta Jeon, algo así como que entre molesto y desconcertado.
— ¡Sí! ¿Quieres que te dé su dirección? —insinuó con una sonrisa—. No vive muy lejos de aquí.
— ¡Cierra el hocico! —mascullé con advertencia.
— ¡Ni que fuera perro! Además, no te quejes, gracias a eso pude conocer al padre de semejante belleza.
Y aquí viene de nuevo, ¿¡por qué demonios tiene que ser tan coqueto!?
— ¿Conoces al padre de JeWeil? —ojitos de Bambi no parece muy contento que digamos.
Ni siquiera está prestándole atención a la presencia de OhYeon, eso es raro.
— ¿Sabes, Jungkookie? Me dijo que su hija tiende a ser difícil de lidiar, y le di toda la razón.
Lo peor es que lo dice tan orgulloso.
— Oye, ¿vienes a comer o a contar cómo te saqué de mi casa?
— Vine a hacer ambas. —contestó—. Qué fea maña tienes de jalar de la corbata de los chicos para sacarlos de algún lugar. Dime, ¿así fue como conquistaste a JoongGuk?
— ¿JoongGuk y tú están saliendo, JeWeil? —está vez fue ella quien decidió hablar.
— No, y si fuera así, ¿cuál sería el problema?
— Mis sentimientos.
¿Acabo de escuchar bien? ¿Están seguros de que fue él quien lo dijo? ¿No estoy imaginando cosas o algo así, cierto?
— Lo cual es igual a nada. —evité mirarlo por mi propio bien y el de mis sagradas mejillas.
— Hablo en serio, muy en el fondo me va a doler, chica extraña.
— ¿Y a ti que mosco de picó, Jeon? —resoplé riendo un poco—. Mejor sigue ignorándome, anda. —animé con sarcasmo.
— Yo digo que aún falta un poco para que traigan la comida, y ustedes dos tienen cosas que arreglar, ¿verdad que sí, OhYeon?
La pelinegra me miró sin sentimiento alguno, neutra antes de asentir.
— Iremos por algo de tomar mientras ustedes hablan. Vámonos.
Si tengo algo que comentar es que Song no quería irse, puedo casi jurar que estaba intentando intimidarme con su mirada, lo cual claramente no funcionó.
Pff, novata.
— Exijo tener tu número de celular y la dirección de tu dulce hogar. —demandó sin rodeos.
Solté una carcajada, dando un leve golpe en la mesa.
— Ay, eres tan gracioso. —suspiré sin dejar de sonreír—. ¿Cuándo entenderás que eso no funciona conmigo, JungKook?
— ¿Por qué de repente me llamas por mi nombre? ¿Qué hay del “Jeon”? —notó ese pequeño detalle de inmediato, lo cual me sorprendió un poco.
— Agh, no mereces que te llame así, y seguramente ya sabes el porqué.
— No, no lo sé.
— Qué mentiroso. —lo miré suspicaz.
— Oye, si es por OhYeon, yo.-
— Mierda, ¿desde cuándo me das explicaciones? —sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal, haciéndome estremecer un poco—. De solo pensarlo me asusta.
— ¿Qué?
— Ojitos de Bambi, no es muy lindo de tu parte mandarme al diablo y después venir como si nada hacia mí.
— En ningún momento he hecho eso.
— De acuerdo. ¡Entonces sigue ignorándome! —pedí cansada—. Sígueme diciendo que deje de decir que OhYeon no es buena, sigue diciéndome que deje de meterme cuando no lo he hecho, ¡maldición! —exclamé por lo bajo—. Ni siquiera quería que vinieran. —confesé sin rodeos.
— Lo sé, pero si no venía iba a tardar demasiado en planear una excusa para hablar contigo de vuelta.
— Pero si tú fuiste quien me ignoró y quien me dijo que no me metiera, aunque nunca lo hice. —le recordé alzando una de mis cejas—. Una cosa es meterme y otra muy diferente hablar acerca de lo que pienso.
— Lo siento. —musitó cabizbajo—. Después de ese día, creí que tú ya no ibas a querer siquiera verme.
— Oye, realmente quería retractarme de lo que dije pero es que no puedo, es la verdad.
— Por eso mismo.
— Por cierto, si quieres conquistar a OhYeon no creo que vayas a lograrlo diciendo que te va a doler muy en el fondo que yo esté con alguien. —comenté aún confundida—. ¿En qué diablos estabas pensando?
— ¿Quién dijo que yo quería conquistarla? Puede que ya esté arrepintiéndome. —recargó sus brazos sobre la mesa acercando así su rostro un poco cerca del mío.
— ¿Qué? ¿Tu deseo se está haciendo realidad demasiado tarde? ¿Es por eso que de repente no pareces tan interesado en ella, mmh? —sonreí con diversión—. O quizás, ¿alguien le está quitando el puesto a OhYeon?
— Pueda que la última opción sea la correcta. —sin embargo, el habló neutro y seguro.
— Debes estar jodiéndome. —lo observé con rareza—. ¡Por Dios! Eso no dijiste ese día, ¿eres bipolar o qué? Decídete antes de que esto termine mal.
— No es que sea bipolar, Weil. —ladeó su cabeza haciéndolo ver malditamente tierno—. Sólo estoy dándote la razón. Creo que debería fijarme en que tal vez estoy perdiendo mi tiempo con ella, quizás no, pero al final me estoy quedando estancado con algo que quizás nunca podré tener. —suspiró resignado, mirándome directamente a lo ojos—. Estoy soltando a OhYeon, y no es que te haya ignorado, sólo estaba pensando y meditando con profundidad las cosas que me dijiste. —me sonrió avergonzado—. Lo lamento, bonita.
Él no puede estar haciéndome esto, sonreír y mirarme de esa forma, tampoco el hecho de que me haya explicado lo sucedido y también que se haya disculpado conmigo, ni mucho menos llamarme “bonita” tan naturalmente.
¡Se supone que estoy enojada con él!
La vista de su perfecto rostro tan cerca del mío me está tentando tanto como observar el curioso lunar debajo de su labio inferior con mayor detalle.
— Vaya, entonces ha válido la pena que me hayas ignorado si recibí a cambio este nuevo JungKook. —acerqué mi rostro al de él, dejando así pocos centímetros para que nuestras narices se tocaran—. No sé si estoy feliz porque estás viendo por ti y no por ella, o porque te disculpaste conmigo. —alcé mis comisuras sin mostrar mi dentadura, satisfecha—. Lo único que espero es que esa chica realmente valga la pena.
— Oh, créeme, vale mucho la pena. —confirmó sin cortar nuestro contacto visual—. El único problema es que es difícil de entender.
— Bueno, si dices que vale la pena, no creo que se te complique a ti el intentar entenderla. —opiné encogiéndome de hombros.
— Supongo. —se alejó, tomando su posición inicial—. Creo que me he acercado a ella más que a las chicas de mi curso.
— Por alguna extraña razón te creo.
Sonrió travieso arrugando su nariz. La rara sensación de que en ningún momento cortamos miradas me hizo dudar de varias cosas, fue como si ambos estuviéramos hablando más que algo directo y personal.
— ¡El pollo está listo!
Está es la mejor parte del día de hoy, claro, después de esa conversación con Jeon.
🕯️Rezando para que Wattpad no me edite el capítulo a guión corto y tampoco me quite el Gif de multimedia, como siempre.🕯️
WEYYYYYYYYYYYYY,
JEWEIL YA SE ESTÁ ABRIENDO MUCHO MÁS Y JEON TAMBIÉN!!!!
Una disculpa si hay errores ortográficos, oh, y también si esto va DEMASIADO lento.
Indeciso JK aquí porque yo también lo soy, LOL.
Por cierto, recientemente he publicado una nueva historia xD.
Por si gustan ir y darle un vistazo, si comentan y votan por ahí se los agradecería mucho, mucho. ^^
Se llama: Everything I Didn't Say.
Por su atención, ¡Muchas gracias!
¡Se les ama!🥺💗✨
MJ☁️
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¡Gracias por leer!💙
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