🌹•THIRTY XXX•🌹
Los fines de semana eran algo que para la mayoría significaba salir de paseo, de viaje u hacer algo productivo para su vida o quizás simplemente salir de casa para distraerse y hacer 'X' cosa.
Pero cuando estamos hablando de mí, definitivamente no entraría ahí.
— ¡Maldita floja! ¡Levántate!
— Sí claro, ahora mismo lo hago. —dije con pereza, observando el desastre que tenía en mi habitación.
— Si mamá estuviera ahí contigo ya te hubiera obligado a socializar con los hijos de su grupo de amigas desde temprano. —comentó con una mueca.
— Ajá. Pero resulta que mamá no está aquí, así que cierra la boca. —le recordé tallando levemente mis ojos con la palma de mi mano derecha mientras sostenía el celular con la izquierda.
— Ow, tranquila. Mamá está pensando en pasar las vacaciones de invierno allá, contigo.
— Suerte. —dije.
— ¡Por cierto! —sonrió ampliamente, acomodándose en el sillón sin dejar de sostener su computadora—. ¿Sabías que YoonGi tiene pretendiente?
— ¿Pretendiente? ¿Quién diablos va a querer estar con Min?
— Ella. —musitó con diversión—. A decir verdad, no está mal. Es decir, parece tonta pero es todo menos eso.
— ¿Edad?
— Casi dieciocho, eso significa que tú y yo somos mayores que ella por meses.
— ¿Me estás diciendo que la tipa aún es ilegal y que ella es tres años menor que Min? —insinué arrugando mi frente mientras ella asentía en respuesta—. ¿Mamá sabe esto?
— Sí, y ella adora a esa chica. —comentó resoplando—. Tiene un hermano mayor. YoonGi es más grande que él por un año. —peinó su cabello hacia atrás con una sonrisa coqueta—. Te he de decir que él es demasiado apuesto. —dijo mordiendo su labio inferior.
— Dios, ¿acaso tú y esa tipa no se dan cuenta que siguen siendo ilegales? —resoplé frunciendo mi frente—. Par de tontas.
— ¿Y? Para el amor no hay edad, hermanita. Además, sólo falta un año para ser mayores de edad.
— ¿Y eso te emociona? —asintió con frenesí—. ¿Por qué? Es aterrador saber que te convertirás en un adulto.
— No si es a su lado.
Mordí mis labios en un intento de evitar reírme a más no poder, pero al final no pude contenerme.
— ¿De qué te ríes? ¿Qué es tan gracioso, ah? —preguntó anonadada.
— ¿Qué ridiculez acabas de decir? Por favor Boung, apuesto a que ni siquiera sabes si el tipo ese gusta de ti tanto como tú de él.
— ¡Oye! Lo dices porque tú no gustas de nadie ahora, se te hace fácil decirlo porque no lo sientes.
— ¿Quién dijo que no? —bufé con indignación—. Hoy en día la gente deduce lo que sientes y lo que no con tanta facilidad.
— ¿Me estás diciendo que ese idiota ya está superado?
— ¡Ay, mierda! —exclamé con fastidio—. Ni siquiera salí con él más de medio año, no me aferré tanto como para no superarlo.
— Te creo porque después de él tu ego subió demasiado. —musitó con una mueca.
— Agh, parece que quien no lo supera eres tú y YoonGi. —opiné rodando mis ojos.
— Supongo. —se encogió de hombros—. Como sea, ¿dónde está Hanhi?
— Sobreviviendo. —respondí escuchando el timbre de casa resonando.
— Uh, ¿no dijiste que papá trabajaba hoy? —asentí poniéndome de pie, caminando hacia la salida de mi habitación aún con el celular en mano—. Por lo tanto estás sola, ¡mentirosa! Estabas esperando a alguien, ¿no es así?
— ¿Qué? —musité con inconformidad mientras bajaba las escaleras—. Jodida loca, por supuesto que no, tal vez es Hanhi.
— Hey, es verdad.
— Tonta. —susurré.
— ¿Con quién estás hablando está vez, Boung?
La ronca voz de YoonGi se hizo presente en la videollamada que estaba teniendo con Boung, mientras ésta le respondía yo me dedicaba a abrir la puerta mirando mi celular.
— ¿Qué se te ofrece ahora, Hanhi? —musité aún sin colgar la llamada.
— Oh, ¿estabas esperando a Hanhi?
Abrí mis ojos hasta donde pude en cuanto lo miré e inmediatamente cerré la puerta de golpe en su cara.
— Te llamó después. —dije antes de colgar la llamada y procesar a quién tenía afuera de casa esperando.
¿Qué mierda voy a hacer? Estoy hecha un desastre, y mi habitación ni se diga.
— ¡Weil, ¿sigues ahí?!
Desearía poderle decir que no.
Inhalé y exhalé con lentitud en busca de tranquilizar me repentino ataque de nervios ante su presencia.
— ¿JeWeil?
Abrí la puerta con lentitud lo suficiente para que mi cabeza fuera lo único visible para él.
— ¿Qué rayos haces aquí? —interrogué, recuperando la compostura.
— Bueno, vine a verte.
— Qué gracioso, ya dime la verdad. Seguramente ese idiota de Taehyung te dio la dirección. —mascullé esto último imaginándome la escena.
— En primera, estoy diciendo la verdad, en segunda: acertaste.
— Jeon, ¿para qué querrías verme?
— Por mero gusto. —contestó con simpleza sin dejar de mirarme—. Hanhi me dijo que no sueles salir para nada de tu casa los fines de semana.
— ¿Y?
— Amh, quería preguntarte si... ¿quieres salir un rato hoy? Yo invito.
— Debes estar bromeando. —murmuré suspicaz.
— Mmh, no, no estoy bromeando. —musitó con seguridad y sin un toque de gracia—. Lo sigo en serio.
— ¿Y por qué a mí?
— Si te soy honesto, venía queriendo invitarte a salir a algún lado hace ya un tiempo sólo que hasta hoy pude hacerlo, chica extraña.
— ¿A-ah sí? —asintió en respuesta—. ¿Y a dónde planeas llevarme, mmh?
— A mi corazón. —contestó alzando sus cejas una sola vez.
— Pero que malo eres coqueteando. —opiné mirándolo con rareza.
— ¡Hey! Aún sigo aprendiendo. —excusó con un puchero.
— ¿Acaso estás poniendo aprueba tus conocimientos de coqueteo conmigo?
— Vaya, no lo había pensado así. —rascó su nuca enarcando su ceja derecha.
— Tonto. —mascullé saliendo de casa sin cerrar la puerta por completo.
— ¿Debería coquetear de otra forma? —cuestionó ladeando su cabeza, pensativo.
— En mi opinión yo diría que sí. Está te hace ver... —lo miré de abajo hacia arriba— raro.
— ¿Cómo debería hacerlo entonces?
— Un momento, ¿por qué de repente pasamos de hablar sobre salir a dar una vuelta a aprender a cómo coquetear?
— No lo sé, pero esto es más interesante que salir, así que dime cómo debería coquetear.
— Demente.
— ¿No me enseñarás entonces? —preguntó con interés.
— ¿Tú qué crees? Es obvio que no. —musité haciendo ademán de volver a entrar a casa.
— Bueno, entonces sal conmigo. —su mano atrapó mi muñeca impidiendo así que yo pudiese irme.
— Pensándolo bien, mejor te enseño algo que siempre sale en las películas.
Sonrió victorioso liberando mi muñeca de su agarre.
— Te sigo.
— Sí, pero primero entra. —abrí por completo la puerta, invitándolo a pasar.
— ¿E-entrar? —me miró inseguro.
— Ujum, ¿o qué? ¿Tienes miedo? —me puse de puntillas para acercarme a su rostro—. ¿Dónde quedó el JungKook seguro y dominante de hace unos segundos, mmh? —sonreí con burla ante su repentina timidez.
— ¿Sabes, Weil? No deberías hacer esté tipo de cosas. —el pulgar de su mano derecha acariciaba mi mejilla con tortuosa lentitud—. No cuando ahora sí somos sólo tú y yo, bonita.
— ¿O qué? Tú fuiste quien empezó esto, no yo, lindo. —observé con detalle cada facción de su rostro—. Además, tengo curiosidad. —tomé su mano con la mía sin retirarla aún de mi rostro—. ¿Por qué de repente tanta confianza, ah? ¿Estás practicando conmigo, acaso?
— Hey, me ofende que pienses eso. —retiró su mano de mi cara mientras tomaba un semblante dramático—. Yo solo venía a invitarte a salir un rato.
— ¿Entonces qué estás haciendo conmigo ahora? ¿Cambiaste de planes? —volví a mi postura inicial, alejándome de él—. Es muy cruel de tu parte que juegues con una inocente chica de está forma, Jeon.
— ¿Inocente? No lo creo. —rió con diversión arrugando su nariz.
— Es bueno que lo sepas.
Aunque después de que dije aquello su sonrisa se borró de inmediato como si algo dentro de su cerebro hubiera hecho click.
— ¿Qué? —me encogí de hombros—. Podré ser todo menos inocente, aunque también depende de en qué sentido estemos hablando.
— Eres tan inusual, JeWeil.
— Eso me hace ser Min JeWeil, ¿no lo crees? Así que no intentes pasarte de la raya conmigo.
— ¿No tendría que decir eso yo? Corro peligro todo el tiempo cuando estoy contigo. —bufó con indiferencia—. ¿Acaso sabes lo fuerte que puede ser un golpe tuyo en la nuca?
— En realidad no, pero me da gusto saber que sí duelen mis golpes. —confesé con una sonrisa orgullosa.
— Te voy a demandar. —dijo de la nada desconcertandome.
— ¿Eh?
— Dije que te voy a demandar. —repitió con tranquilidad.
— ¿Por qué? —sin embargo, yo no lo estaba.
— Por ser tan hermosa.
El calor en mis mejillas se hizo presente y espero que él no lo note.
— ¿Es en serio? —suspiré evitando mirarlo—. Esto es absurdo.
— También te voy a denunciar.
— Dame una razón lógica. —pedí cruzándome de brazos.
— Te voy a denunciar por haber robado mi corazón.
Les juro que quería sonreír pero no voy a darle ese gusto, al menos no tan fácil.
— Jeon, se te cayó tu envoltura.
— ¿Qué envoltura? —observó el suelo en busca de tal cosa.
— En la que venías envuelto, bombón. —sonreí de lado—. ¿No te dolió cuando te caíste?
— ¿Caerme de dónde? —dijo confundido, sin captar aún lo que yo estaba diciendo.
— Del cielo, por supuesto. —acaricié sus delgados labios con mi pulgar—. Por cierto, ¿sabes cuál es la octava maravilla del mundo?
— No, ¿qué no son siete?
— Exacto, pero se les olvidó contarte a ti. —ese maldito lunar lo adoro—. Mierda Jeon, la próxima vez que te acerques así no voy a detenerme, ¿entendiste?
— ¿Qué? ¿Cómo que detenerte?
— Ella definitivamente no te merece, al menos no ante mi criterio. —murmuré sintiéndome molesta y afligida con solo pensar en la peli-corto.
— Me gusta está parte de ti: la coqueta, es lindo de ver. —acarició mi cabeza con delicadeza—. Es algo que no se ve todos los días.
— Eso es obvio.
— Quizás ahora entiendo a JoongGuk.
— Me asusta el hecho de que lo menciones, ¿sabes?
— Tiene tanta suerte, ah, seguramente es el favorito de Dios. —mordió sus labios—. En fin, ya que no veo intenciones en ti de salir, me quedaré contigo en tu casa. —hizo ademán de entrar a la residencia.
— ¡Alto ahí, Jeon! Por supuesto que no.
— ¿Entonces si vas a salir?
— Tampoco.
— Entonces déjame entrar. —insistió de nueva cuenta.
Ni siquiera me dio tiempo de protestar, tomó mi mano mientras se abría paso para entrar, cerrando la puerta aún sin soltarme.
— ¡Aish, maldito loco! —exclamé retirando su mano.
— Por ti, sí. —chasqueó su lengua coqueto.
— Oye, ya basta de piropos. —ordené con seriedad—. Ya no estoy jugando, Jeon.
— No estoy jugando ahora, de hecho nunca lo estuve. —la firmeza con la que lo dijo es alarmante para mis sentidos.
— No puedes entrar a mi casa así.
— ¿Entonces voy a tu habitación? Sí, suena mejor, así no estaré invadiendo espacio ajeno a ti.
— ¡Ni siquiera lo pienses! —advertí casi en pánico.
— Es increíble que creas que yo realmente haré eso, ¡no soy tan idiota!
— ¡Pues no lo parece! —chillé frustrada.
— ¿¡Vas a discutir conmigo!?
— ¡Sí!
— ¡De acuerdo!
— ¡Ay, a ti en serio te gusta hacerme enojar!
— Es que es divertido ver tu rostro rojito, bonita.
— ¡Pero qué hijo de.
— Shhh, eso no dicen las princesas. —siseó negando con su cabeza.
— ¿Quién putas dijo que yo era una princesa, ah? Soy una jodida reina.
— No voy a negar eso, porque si lo hago me irá muy mal.
— Imbécil. —susurré con recelo.
— Me tienes por ti, sí, lo confirmo.
Lo iba a insultar de vuelta pero un estornudo de mi parte me interrumpió.
— Tus estornudos son tan escandalosos, Weil.
— ¡Aish, ya cierra la boca!
— ¡Bien!
Piropos chafas porque sí xD.
Las vistas de FYJ suben más rápido que mis calificaciones, ¿Por qué de repente están subiendo tanto? v: Sea cuál sea la razón, ¡Muchas gracias por las más de 8K vistas!<( ̄︶ ̄)💗✨
¡HOY SE ESTRENA BUTTER, KQNDLBFKNAVRJRLJSVAN!
Ay no, que emoción, después de publicar esto me iré a preparar mentalmente para tremendo arte que se viene.🥺💜✨
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¡Gracias por leer!💙
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