🌹•THIRTY THREE XXXIII•🌹
Siendo sincera no creí que él realmente fuera a pagar la comida, se enojó conmigo porque se lo dije justo cuando estaba pagando.
Soy tan genial.
— ¿Cuántas veces no me has creído hasta ahora, ah? —chasqueó su lengua negando con su cabeza—. Es increíble.
— Dramático. —murmuré poniendo los ojos en blanco ante sus quejas—. No es como si se fuera a acabar el mundo, ¿sabes?
— Solo respóndeme una cosa, ¿sí?
— Con la que vas a hacer ahora serán dos. —señalé formando una línea recta con mis labios.
Lo escuché bufar frustrado de que no pueda contra mí. Tonto ojitos de Bambi.
— Respóndeme, ¿por qué nunca confías en mí, mmh? —alzó sus cejas colocando sus manos sobre su cintura—. Responde.
— No puedo confiar en los chicos que creen que son mejores que la comida, ¿sabes? Va en contra de mis reglas.
— Pero yo en ningún momento dije algo al respecto. —musitó aún más confundido.
— ¿Y? Es solo por si querías saberlo. —me encogí de hombros dándole la espalda—. No entiendo porqué estás haciendo tanto escándalo.
— P-pero.-
— Shhh. —di media vuelta hacia su dirección colocando mi dedo índice sobre sus labios para que se callara—. Cualquiera que te escuchara pensaría que estás celoso o algo parecido. —comenté aún con mi dedo sobre sus delgados belfos—. Y eso no es bueno.
— ¿Por qué, mmh? —cuestionó demandante.
— ¿Y todavía te atreves a preguntarme? —bufé golpeando su frente con la palma de mi mano que hace unos segundos le impedía que hablase.
— ¡Auch! —formó un mohín sobando la zona golpeada con el torso de su mano—. ¿Por qué siempre me golpeas, ah? ¿Te gusta lastimarme?
— Tus preguntas son estúpidas porque la respuesta de todas ellas son tan malditamente claras, Jeon. —dije formando una mueca.
— ¡Pero eso no justifica que me golpees! —apuntó entrecerrando sus ojos.
— ¿Oh? En mi cabeza no se ve así.
— ¿No? —negué en respuesta como el ángel que soy—. Entonces dame la respuesta del porqué. —exigió sin más.
— No actúes así. —respondí con pereza—. ¿Qué voy a hacer si pasa un chico jodidamente guapo y tú quejándote como si fueras mi qué? —pregunté cruzándome de brazos—. Harás que se vaya creyendo cosas que no son. —resoplé evitando mirarlo—. No quiero perder las oportunidades de mejorar los genes de mi familia por tu culpa.
— ¿Me estás llamando feo? —cuestionó con clara indignación.
— Pues feo, feo no estás. —le di una mirada rápida a toda su persona—. Es increíble que me preguntes eso, Jeon. ¿¡Qué acaso no sabes que eres estúpidamente apuesto!? —su semblante cambió de uno molesto a uno sereno—. Como si no lo supieras.
— ¿En serio soy apuesto para ti?
— Y para media escuela más. —agregué suspirando.
— Hey, eso me hace sentir bien. —comentó con una sonrisa ladina.
— Una vez escuché a una chica de primer año decir que debería ser ilegal mirarte. —comenté encogiéndome de hombros.
— ¿Y después?
— Tiene toda la jodida razón. —terminé observando su perfecto rostro—. Deberías ser ilegal de mirar, Jeon JungKook.
Ladeé mi cabeza mirándolo directamente a los ojos, sin embargo algo en él hizo que activara su modo modo tímido porque está evitando mirarme de vuelta.
— Oh, vamos. ¿Cómo diablos planeas lidiar con tus fans si no puedes ni conmigo?
— Tú lo has dicho: “fans”, no Min JeWeil. Son dos cosas diferentes. —aclaró con seriedad.
— ¿Y? ¿Qué se supone que hay de diferente? ¿La estatura? ¿Las notas?
— Ellas son ellas, pero tú... Las cosas cambian cuando entras tú, JeWeil.
Sin comentarios.
— ¡Noona!
Miré a mi alrededor al igual que Jeon en busca del portador de tal voz, o quizás a los portadores.
— ¡Noona! —corrió hacia mi dirección agitado—. Creí que era alguien parecida a usted pero no fue así. —explicó regulando su respiración—. Es un gusto encontrarla aquí, ¿sabe?
Lo observé a él y a los demás que recién llegaban detrás del mocoso que llegó a mí primero, ¿qué se supone que haga ahora?
— ¿Qué hacen aquí, mmh? —interrogué sin tener algo mejor qué hacer—. ¿Y desde cuándo les alegra verme, grupo insolentes?
Justo ahora, JungKook pasó a segundo plano para mí. Debo admitir que se ven menos tontos sin uniforme.
— Oh, ¿está en una cita con su novio? —preguntó el rubio.
Iba a gritar con todas las fuerzas que Jeon no era mi novio y que no estaba en una cita con él, pero el susodicho se me adelantó.
— ¿Cómo lo supiste? —pasó su brazo alrededor de mis hombros—. ¿No creen que ella y yo nos vemos muy bien juntos?
— ¿En serio están saliendo, hyung? —Jeon asintió de inmediato con frenesí—. Entonces, ¿JoongGuk hyung y usted solo son amigos? —me cuestionó a mí, confundido al igual que los otros dos.
— Oh, es verdad. Incluso las chicas comenzaban a ponerle un nombre a la pareja que usted y JoongGuk formaban. —continuó el azabache con sorpresa.
Miré a Jeon de reojo y la verdad es que no se veía muy contento que digamos. Quien debería tener esa cara soy yo, ¿por qué me apega a él cuando se le da la gana, ah? Se está volviendo un rebelde.
— Ustedes qué le creen. —musité retirando el brazo de Jeon de mis hombros—. No estoy saliendo con él ni con JoongGuk, metiches. —aclaré dándoles una mirada severa a los tres—. Además, ¿a poco se les da un nombre a las parejas que no existen?
— Se llama Shipp, noona. —corrigió el de cabello color caoba.
— ¿Ah sí? —asintió—. Pues ya que estamos hablando de eso y ya aclaré que es mentira lo que dijo esté tonto —señalé a Jeon con la mirada—, díganme el nombre. Soy curiosa, así que sean rápidos.
— Bueno, no estoy seguro de cómo era pero podría ser algo como “JeGuk” .
— Oh. —miré a ojitos de Bambi con sorpresa con una sonrisa—. ¿No crees que se escucha genial, ah? Wah, pero que imaginación tienen.
— Es absurdo. —opinó Jeon bufando—. Es mejor “JeKook”.
— No, no, es mejor “JeGuk”, se escucha mejor. —sentencié sin mirarlo—. Y deja de emparejarte conmigo, mejor hazlo con OhYeon.
— No quiero. —denegó abultando sus labios, molesto.
— Ese no es mi problema. —dije.
— Hyung, ¿usted gusta de nuestra noona acaso? —le cuestionó el azabache directamente a JungKook.
— ¿No es obvio?
Lo miré de golpe asustada, en pánico, a punto de darle una bofetada para que reaccionara. Por mucho que este bromeando sobre nosotros no puedo evitarme sentirme confundida y nerviosa.
— Cuando este idiota les diga algo como eso, no le crean, ¿entendido? —les ordené a los tres.
— No lo culparía si él realmente estuviera diciendo la verdad, noona. —ese rubio estúpido de nuevo.
— Tú cierra la boca. No creas que ya se me olvido la tontería que hiciste.
— ¡Ya me he disculpado con usted muchas veces, noona!
— Y no por eso se me va a olvidar. —argumenté con fastidio.
— ¿Aún no soy perdonado? —negué un par de veces con mi cabeza—. ¿Qué debo hacer para que me disculpe?
— No estarás hablando en serio, ¿o sí?
— Por supuesto que sí, noona.
— ¿Ves, Jeon? Él si sabe hacer negocios. —golpeé su brazo por mero ademán—. ¿Por qué no eres como ellos o JoongGuk, ah? —me observó indignado y puede que enojado—. Cómprame un paquete de jugo de uva y uno de leche de plátano, te perdonaré, entonces. —pedí volviendo a mirar al menor.
— ¿Los quiere ahora? Se los daré de ser así.
— Yah. Hablando en serio, ¡Jeon deberías aprender de él! —señalé al rubio quien le sonrió inocente.
— ¡Cuando trato de hacerlo me mandas a la mierda! —exclamó de vuelta.
La verdad es que nunca lo había escuchado decir algo más allá de “joder”, “rayos” y “demonios”.
¿Lo ven? Es un rebelde.
— ¡Pues insiste! Ay, tres puntos menos, espera, no... Mejor cinco puntos menos.
— Sigo sin saber qué es lo que me estás restando.
— Y ni lo vas a saber. —confesé, devolviendo mi atención al mocoso—. ¿Podemos ir ahora, pequeño estulto?
— Claro que sí, noona.
Y aunque poca credibilidad le tenía al rubio cuando dijo que me compraría el paquete de jugo de uva y el de leches sabor plátano, pff, al final cumplió lo que me dijo.
Está perdonado, tal vez más o menos, pero no le digan.
De regreso a casa los tres tuvieron que irse, dejándome de vuelta sola con Jeon quien no se había dignado a hablarme en todo el camino.
Pero que berrinchudo es.
— Toma. —le extendí el paquete de leches sabor a plátano que tanto ama—. Tómalo como un regalo.
— No lo compraste tú, Weil. —me dejó con la mano extendida aún con su mirada al frente—. Si no es tuyo no quiero nada.
— Ay, por favor. Es mío, la cosa es que no es de mi dinero, pero qué más da.
— Eres tan convenciera.
— Lo soy, ¿tienes algún problema con eso, mmh? Además, él se ofreció. —farfullé aún con mi brazo extendiéndole el estúpido paquete—. ¡Tómalo ya! Mi brazo se está cansando.
— Ah~, tú en serio no tienes remedio. —se rindió recibiendo lo que le extendí.
— Así está mejor.
— ¿Regalo de qué?
— Es un agradecimiento por haberme escuchado está tarde... Gracias por quedarte conmigo a pesar de que te trate peor que a Hanhi.
— Oh, eso. —susurró.
— Gracias por decirme que lo hice bien, no había escuchado algo así hace mucho. —comenté riendo un poco apenado—. Y Jeon, créeme que si no te tuviera confianza ni siquiera te hubiera contado lo que te dije; ni siquiera Hanhi lo sabe del todo. Así que, quita ese tonto pensamiento de tu estulta mente.
— Hey, es verdad, no lo había pensado así. —bufó con diversión—. Me siento especial.
— Me siento desnuda.
— ¿Qué? —me miró con rareza y miedo.
— No literalmente, idiota. —señalé resoplando—. Lo digo como una metáfora porque te dije algo que es muy personal, ¿sabes?
— Ah, lo siento. —rascó su nuca avergonzado—. No entiendo las metáforas.
— Ya me di cuenta. —mascullé
— ¿En serio crees que “JeGuk” es mejor que “JeKook”?
— Sí, ¿por qué? JoongGuk es lindo. —musité con una pequeña sonrisa ladina.
— ¿Y yo? —inquirió en espera de una respuesta que saciara su ego.
— Apuesto.
Y que por supuesto le di, pero solo por está vez. No pienso responder lo que quiere escuchar porque no se me apetece hacerlo.
— ¿Y él? —continuó cuestionándome.
— Guapo. —respondí con toda la sinceridad del mundo.
— ¿Y yo?
— Tonto. —contesté está vez con una mueca de desagrado, mirándolo de reojo.
— ¿Y él?
— Hermoso. —seguí diciendo la verdad, como debe de ser.
— ¿Y yo?
— Estulto.
— ¿¡Por qué todo lo malo me lo llevo yo!? —preguntó incrédulo, resignándose a mis respuestas—. Eres mala conmigo siempre.
— Es mi forma de decirte te quiero, Jeon. —informé burlándome de él internamente—. ¿Qué más quieres, ah? ¿Un beso en la mejilla o qué?
— Pero que maravillosa idea, bonita. —me observó conqueto, peinando su cabello hacia atrás mientras alzaba una de sus cejas juguetón.
— Ni en tus más infantiles sueños.
— Mala.
— Tonto.
La canción de multimedia no tiene nada qué ver con el capítulo xD pero aún así la dejé porque escribí el capítulo con esa misma canción y creo que le quedó el ritmo.😔✌🏻
¿"JeKook" o "JeGuk"? v: pregunta seria. Y no me refiero a la pareja como tal sino al como suena, LOL.
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¡Gracias por leer!💙✨
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