🌹•THIRTY SIX XXXVI•🌹
¿Alguna vez has sentido como tu mundo se desmorona de a poco? ¿Ese sentimiento que te hace sentir inútil y poco competente ante el mundo? Pero que cuando piensas que será el fin y que quizás es hora de rendirse llega algo que te hace cuestionarte si realmente deberías hacer aquello: rendirte.
— No es mucho, pero es trabajo honesto. Por favor, tenme misericordia.
Y que tal vez ese "algo" sea más bien "alguien".
— Se te olvidó cómo resolverlo, ¿cierto? —insinué ante su adorable expresión preocupada mientras abrazaba su libreta de color celeste.
— ¿Ya te dije que mi memoria es un asco, verdad? —sonrió apenada peinando su cabello detrás de sus orejas—. Oye, las matemáticas nunca han sido mi fuerte, ¿sabes?
— Bueno, por algo se debe de empezar, linda Weil. —esbocé una sonrisa recibiendo su libreta—. Tu letra es bonita.
— ¿En serio? —me miró con sorpresa—. Papá dice que es horrenda. —comentó observándome con detenimiento.
¿Por dónde empezar? Ah~, Min JeWeil: una chica bastante peculiar, la honestidad en ella es desbordante en todo momento, es alta definitivamente muy alta, una chica que a primera vista creerías que es alguien que habla con todo el mundo cuando en realidad es todo lo contrario, es algo cerrada y reservada de alguna extraña manera en ese aspecto.
— Para mí es linda. —confesé.
— Tienes buenos gustos, JoongGuk. —chasqueó sus dedos asintiendo con sus ojos cerrados, orgullosa—. Tú sí sabes apreciar mi esfuerzo. —dramatizó colocando sus manos sobre su pecho.
— Me alegra saber eso. —musité con risita de por medio.
— Lamento hacerte sufrir pero, es que mi cerebro al parecer te entiende mejor a ti que a Hanhi y a la profesora Han. —suspiró levantándose de su asiento para pasarse a sentar a un lado mío, hecho esto, lo único que hizo fue jalar un poco su bandeja de comida hacia ella para comenzar a comer mientras tanto me dejaba a mí el trabajo de revisar sus resultados de los problemas que ayer le dejé hacer—. Oye, si después de todo soy tonta, dímelo... por favor.
— De hecho tu procedimiento está bien pero el resultado no, linda Weil. —fruncí mi ceño leyendo sus pequeñas notas, que siendo sincero quizás solo ella entiende. Todo está amontonado.
No me quejo, yo también haría lo mismo.
— No me jodas... —susurró con el bocado en su boca—. Ya decía yo que el idiota de Min no era tan inteligente. —masticó su comida de mala gana negando con su cabeza entre cerrando sus ojos con recelo.
— ¿Min? —cerré su libreta dejándola sobre la mesa para comenzar a comer.
— Un idiota que dice ser mi hermano mayor —carraspeó—, me guió un poco para resolver todo eso. —señaló sus apuntes—. Pero al final terminó contándome sobre su miserable vida y lo irritante que es tener una chica llamada SoRim detrás de él.
— Ouh, no sabía que tenías un hermano.
— Tranquilo, yo también creo que soy adoptada. —dijo con una mueca que me causó gracia.
Sin poder evitarlo solté una carcajada que causó que ella también ampliara su sonrisa.
Es lindo verla sonreír más últimamente.
— Pero regresando al tema, y si ella es irritante para él, ¿por qué sigue permitiendo que lo siga? —pregunté curioso, notando sus rosadas mejillas rellenas de perfil.
—Es lo mismo que yo me pregunté, y se lo dije, pero es Min YoonGi, ¿qué se le va a ser? —se encogió de hombros—. ¿Sabes? —giró un poco sobre su mismo eje hacia mi dirección de golpe, haciendo que yo retrocediera por mero instinto—. Creo que el muy imbécil se desahogó conmigo. —bebió agua de aquel vaso antes de continuar diciendo—: ¡Pero no es mi culpa que para esa tipa él sea guapo! Es decir, ¿¡a mí qué!? —resopló rodando sus ojos—. SoRim tiene un gusto jodidamente difícil. —bufó—. Yo solo le pregunté si él sabía resolver esa bola de problemas, no más. —culminó con un puchero.
— A veces las personas necesitan que los escuchen un poco, linda Weil. —comenté encogiéndome de hombros.
— Oye, ¿de qué lado estás? —cuestionó en un tono amenazante.
— De ninguno, estoy siendo neutral. —respondí de inmediato.
— Dejando eso de lado. —se recorrió un poco por la banca hasta llegar a mi lado con un semblante travieso encadenando con sus manos mi brazo derecho—. Por favor, tenme paciencia, ¿sí? ¡Prometo esforzarme mucho! —me mostró su dedo meñique invitándome con su mirada a entrelazar el mío con el de ella.
— ¿En serio vas a prometerlo? —asintió con frenesí—. ¿Y si no cumples?
— No voy a incumplir, lo juro. —colocó la palma de su mano derecha sobre su pecho, del lado del corazón—. Lo estoy prometiendo solo porque eres tú, y sé muy bien que no vas a permitir que falle así de fácil.
JeWeil definitivamente podría ser la clara definición física de la honestidad y el realismo en su máximo esplendor ante mis ojos.
Creo que era eso. Weil podría decir que eres genial pero puede que la expresión en su cara dijera todo lo contrario, y es que ella podría mentir pero su rostro no.
Eso me agradó en su persona a pesar de lo hirientes que podían llegar a ser sus palabras. Pero después de todo ella no te decía más que la verdad.
Cuando la descubrí por primera vez fue porque la escuché discutir con uno de sus profesores, ¿por qué? No lo sé, en ese entonces ni siquiera sabía quién era ella exactamente, sólo que tenía una leve fama entre sus compañeros de aula por el hecho de llevarles la contraria a casi todos los docentes.
A partir de ahí se me hacía divertido escucharla discutir por tener la razón con pruebas y argumentos que ante mi criterio eran válidos para tener que molestarse.
— De acuerdo, tendré paciencia contigo, Min JeWeil. —entrelacé mi dedo meñique con el de ella sellando aquella promesa juntando nuestros dedos pulgares.
— ¡Ay, gracias! —exclamó abrazándome por completo sin darme posibilidad de moverme—. Disculpa mi repentino apego hacia ti pero es porque eres mi única esperanza para salvar la materia que tanto estrés me causa.
— Hey, eso me hizo sentir usado. —señalé con un mohín fingiendo estar dolido.
— ¿Usado? —me miró sin dejar de abrazarme—. ¿De verdad te hice sentir así? —asentí mirándola de reojo—. Oh... lo siento, no era mi intención. —musitó cabizbaja—. Tonta, JeWeil. —susurró sintiendo al instante como su amarre se hacía cada vez más liviano—. ¿Estás molesto conmigo por eso ahora?
JeWeil no solo era una cara bonita, tenía su carácter muy bien marcado, los límites que ella ponía los hacía desde un principio —al menos la mayoría—, y aunque su fuerte no eran exactamente los números, eso no quitaba el hecho de que fuera inteligente con muchas otras cosas más.
Su mente podía llegar a ser demasiado flexible.
— Oh sí, estoy molesto. —mentí sintiendo de nueva cuenta su fuerza sobre mi anatomía.
— ¡Lo siento, lo siento, lo siento! —sabía que ella tenía fuerza pero no creí que tanta—. Ya sabes que soy tonta y que a veces no sé expresarme como debería. —mordió sus labios—. ¿Me disculpas? —me soltó mirándome avergonzada—. Papá y Jeon me dijeron que en ocasiones no uso las palabras o expresiones correctas, y la verdad es que lo sé pero a veces se me olvida ese gran detalle.
Weil era como una daga de doble filo.
Ella llegó justamente cuando yo quería escapar de mi realidad, pero oh sopresa, JeWeil siempre te la recordaba. La cereza del pastel fue que al final esa chica indiferente, sincera y demasiado honesta terminó adueñándose de mi corazón.
¿Qué irónico, no?
— ¿Y qué piensas acerca de eso? —interrogué recargando mi mentón sobre mi mano.
— Qué tienen razón, por supuesto. —dijo con seguridad—. Quien me hizo sentar cabeza un poco fue Jeon, ese idiota. —masculló buscando a susodicho con la mirada—. Y tú también influiste en ello, aunque no lo creas.
— ¿Yo? ¿Por qué? —inquerí con confusión.
— En realidad Jung y tú son los únicos tipos a los cuales no les he dicho algo grosero o demasiado hiriente como dicen Jeon y Hanhi. —suspiró—. Pero más tú, ¿cómo podría serlo? —se inquirió a sí misma—. Me sentiría rara el solo pensar en insultarte o algo parecido. —infló sus mejillas de aire mirando a su alrededor como si fuese una niña pequeña.
Y lo es, muy en el fondo.
— Linda Weil.
— Dime. —musitó con una pequeña sonrisa.
— Me hiciste sentir como si estuviera en una sala VIP, alguien privilegiado, ¿sabes? —comenté.
— Es que lo eres, JoongGuk. —ladeó su cabeza ante unos segundos de silencio—. ¿Quieres que te cuente algo? —asentí en respuesta—. A Jeon le molesta eso, que yo te trate como el buen chico que eres y a él no. —bufó rodando sus ojos—. Pero él tiene en parte la culpa, en cambio tú ya eras bonito y amable desde siempre aunque no lo diga.
— ¿Bonito y amable desde siempre? —cuestioné anonadado debido a la naturalidad con la que lo dijo.
— Ujum, incluso él dijo que eras el favorito de Dios solo por ese hecho.
Y tiene mucha razón ahora que lo pienso.
— Yo digo que está loco. —resopló con indiferencia—. ¿Puedes creer que él de repente está cambiando de opinión respecto a OhYeon? —noté la confusión en sus ojos—. ¡Ja! Dijo que había otra chica que valdría mucho más la pena que ella. ¿Quién lo entiende?
— ¿En serio? —asintió un par de veces llevando una cucharada de arroz a su boca—. ¿Y tienes idea de quién pueda ser esa chica?
— No, supongo que estaba mintiendo. —masticó su comida con lentitud, sin embargo, se podía notar la fuerza que ejercía su mandíbula—. Él se ha estado comportando raro conmigo últimamente. —enarcó sus cejas pensativa.
— ¿Y eso te agrada?
— En lo absoluto, a veces me da miedo y vergüenza de solo recordar lo que dije ese sábado. —contestó con sus cejas fruncidas.
— ¿Por qué? ¿Te dijo o hizo algo incómodo para ti?
— Sí. No era algo malo, pero si llegó a ser extraño para mí. —explicó—. Me gustaba molestarlo con el tema de OhYeon porque se ponía tímido y torpe e incluso se llegaba a molestar un poco, pero ese día... —rió con ironía— no era él. Estaba siendo coqueto y la verdad es que en algún punto eso me hizo sentir acorralada porque utilizaba mis palabras en contra mía, ¡mis propias palabras! —exclamó con indignación.
— Así que te enfrentaste con un JungKook coqueto, eh. —la miré pícaro—. Apuesto a que tú también le seguiste el juego, linda Weil.
— Claro que no... bueno sí, un poquito. —confesó apenada.
Eso dolió.
El leve sonrojo en sus mejillas me hizo saber que tal vez el corazón de mi linda Weil ya estaba siendo ocupado de a poco.
Duele darse cuenta de ello.
— Uy, ¿no serás tú esa chica, linda Weil? ¿No serás tú quien está cambiando a JungKook de parecer? —insinué con una sonrisa que no era sincera en lo absoluto.
— Tal vez, ¿quién podría resistirse a semejante belleza, verdad? —señaló su propio rostro con sus dedos índices.
— ¡Exacto! —despeiné su cabello con diversión—. Eres tú entonces, definitivamente, linda Weil. Tú eres esa chica.
— Pff, sólo estaba jugando, JoongGuk. —acomodó su melena, está vez sin reprocharme como siempre—. No puedo ser yo, además, ya tengo a alguien en mi campo de visión.
— ¿Campo de visión...? ¡Oh! —chasqueé mi lengua—. ¿Acaso alguien está siendo merecedor de tu atención, linda Weil?
— ¡Exacto! Y no voy a decirte quién eres.
¿Quién soy? Esperen... oh, Dios.
¡HOLAAAAAAAAA!
Como dijo JeWeil, no es mucho pero es trabajo honesto c:v Realmente espero que haya sido de su agrado 🥺💜✨ Hice como tres borradores con más de mil quinientas palabras y esté fue el que más me gustó :').
Si creyeron que sería fácil pues NooOoOOoo, jajajslbdkfm. 😈😈
*inserte risa malvada*
Que comiencen los juegos del hambre, sí que sí.\(^o^)/
¡FYJ LLEGÓ A LOS 14K VISTAS!
*llora brillitos* ¡Muchas gracias! De verdad, se los agradezco muchísimo, en especial a todas esas personitas que me tienen una TREMENDA paciencia (lxs admiro demasiado <3), que aún si tardo una semana o más siguen aquí, gracias por cada uno de sus hermosos comentarios, votos, etcétera. En serio, gracias.💖✨💫
•Pregunta preguntosa:
¿De qué país son? c:💗
Por cierto, ¿Hay alguien aquí que sepas hacer portadas? 👉🏻👈🏻 Es que necesito una para Converse High.
(人 •ᴗ•) De ser así, ¿Me podría ayudar por favor? (。ノω\。)
MJ☁️
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¡Gracias por leer!❤️👑✨
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