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🌹•THIRTY EIGHT XXXVIII•🌹

Por un momento creí en ella, realmente lo hice, por un instante me hizo feliz saber eso. Pero no todo es color de rosa, ¿saben? Apuesto a que Weil ni si quiera sabe lo que siente en realidad o tal vez sí, de igual modo no la culpo, todos alguna vez pasamos o pasaremos por ello.

Sin embargo, eso no quita el hecho de que por un mísero momento realmente pensé que JeWeil me quería de la misma forma que yo.

Y aunque yo en ningún momento le pedí ser algo más que amigos; a pesar de que ella no me rechazó como tal esa vez, algo dentro de mí dolió.

Por el bien de ella y el mío, ese mismo día decidí negarme ante cualquier intento de salida con Weil, ¿por qué? Es simple, al menos eso supongo porque creo que ya todos hemos notado el cambio de JungKook respecto a JeWeil, y casi es obvio que el de Weil hacia él también. Claro, ellos dos al parecer aún no lo saben o no lo han notado todavía.

Pero, ¿quién sale lastimado aquí...? Exacto, yo.

Min JeWeil merece a alguien que la ame con la misma intensidad que ella, y si ese alguien es Jeon... Para ese entonces mi corazón ya no dolerá tanto, o quiero pensar eso.

— Linda Weil, regálame una verdadera cita cuando estés segura de que lo que me estás diciendo ahora es lo que tú realmente quieres y sientes, ¿de acuerdo?

— ¿Eso es un no?

— Dejémoslo en un tal vez.

— ¿Qué harás si lo que te dije es real, mmh? ¡Estoy muy segura de lo que te acabo de decir!

— Dime, ¿estás haciendo lo que tu corazón quiere que hagas o lo que tu mente quiere que digas?

— Eso es trampa, Kang.

Siento que estoy esperando algo que quizás nunca llegará, y me lastima saber que después de preguntarle aquello ella ya no respondió nada más, sólo se quedó en silencio bajando su mirada.

En ese instante Weil sin darse cuenta estrujó entre sus manos una parte de mi corazón.

— ¡Kang JoongGuk!

Ella al día siguiente notó mi repentino alejamiento de su persona de inmediato, y eso al parecer la confundió.

Di un pequeño brinco del susto al sentir sus manos sobre mis hombros.

— ¿Vas a la enfermería? —interrogó colocándose al frente mío.

— Ujum, ¿por qué, linda Weil? ¿Necesitas algo?

— En realidad no. Sólo quería preguntarte si te encontrabas bien, ¿estás enfermo o algo parecido? —inquirió colocando sin mucho esfuerzo la palma de su mano sobre mi frente—. No tienes fiebre. ¿Te duele la cabeza, el estómago tal vez?

— La cabeza, linda Weil. —respondí.

— Ouh... —retiró su mano de mi rostro con un leve puchero—. Ya decía yo que algo andaba mal contigo.

— ¿Tan mal me veo? —cuestioné con un toque de diversión.

— Sí, te vez decaído. —contestó con una mueca—. ¿Te duele mucho?

— Es soportable.

Frunció su ceño mirándome con reproche, se cruzó de brazos negando con su cabeza con lentitud un par de veces.

— De seguro no has estado durmiendo bien, ¿verdad? —insinuó observándome con reproche—. ¡Kang JoongGuk, debes descansar! —exclamó con molestia.

Cerré mis ojos cubriendo a la vez mis oídos debido a sus gritos que de alguna u otra forma me lastimaban debido al dolor en mi cabeza.

— Oh, lo siento. —tapó su boca con sus manos apenada—. No volveré a gritar. —susurró avergonzada.

— ¿No deberías estar comiendo con los demás, linda? —dije retomando mi caminata hacia la enfermería.

— No. La comida puede esperar pero tú no. —respondió siguiéndome el paso—. Desde que llegaste con esa cara al auditorio supe que algo andaba mal.

— ¿Tu intuición te lo dijo? —asintió orgullosa—. Uh, eso es genial. —alcé levemente mis comisuras.

— Lo sé, pero dejando eso de lado, ¿quieres algo de comer? —se interpuso en mi camino de nueva cuenta—. El no haber almorzado puede que te haya causado ese dolor de cabeza, JoongGuk.

— No gracias, estoy bien. —dije.

— ¿Estás seguro? —asentí pasándola de largo—. Te ves pálido, Kang. En serio me estás preocupando. —sin embargo, ella volvió a interponerse.

Suspiré cansado. Conté hasta cinco para no decir alguna estupidez impulsiva frente a la chica que me gusta, de la cual pueda arrepentirme después.

No tiene culpa alguna de lo que sea que este ocurriendo conmigo fuera de esté lugar llamado escuela.

— Agradezco tu preocupación, linda Weil, pero hoy en serio quiero estar solo y la verdad es que el dolor de cabeza no ayuda mucho. —expliqué sonriéndole débilmente—. Ve a comer con los demás, ¿sí? —tomé sus manos con las mías, acto que ella imitó—. Además, tú amas la comida, no me perdonaría que por mi culpa tú te saltaras el almuerzo.

— Ouh... Lo siento, no quería verme encimosa. —musitó cabizbaja—. Entonces, me iré, te dejaré solo como me lo pediste. —me regaló una hermosa sonrisa cerrada aún sin soltar mis manos—. Si necesitas algo solo grita mi nombre, ¿bien? Iré a verte enseguida.

— Bien, lo haré de ser necesario. —asentí ante su mirada amenazante.

— Más te vale.

Retiré mis manos de las suyas ya que yo no veía intenciones en ella de querer soltarme.

— Anda, ve a comer. Estaré bien. —despeiné su cabello como de costumbre antes de continuar con mi objetivo principal: llegar a la enfermería.

Y aunque se me hizo raro el hecho de que ella no se quejara después de que yo hubiera revuelto su melena, supuse que había dicho en serio lo de no volver a gritar.

— Buenos días, JoongGuk. —saludó la enfermera Choi en cuanto ingresé—. ¿Qué te trae por aquí?

— Buenos días. —saludé de vuelta haciendo una leve reverencia—. Dolor de cabeza, ¿podría darme algo para ello, por favor?

— Por supuesto, pero antes dime, ¿ya has almorzado? —negué—. ¿Por qué? Deberías de comer algo, JoongGuk.

— JeWeil me dijo lo mismo.

— Y tiene razón, debes de almorzar. —señaló entregándome aquella pequeña y blanquecina pastilla—. Tómala, y después ve a comer algo.

— Lo haré. —dije recibiendo el vaso de agua que ella me había ofrecido—. Enfermera Choi.

— Dime.

— ¿No tiene alguna pomada para desinflamar golpes o hematomas? —pregunté antes de colocar la pastilla en mi lengua para después tomar un poco de agua para tragar ésta.

— Claro que sí, ¿por qué? ¿Tienes algún golpe, JoongGuk? —interrogó interesada en el tema.

— No. —contesté.

— Joven Kang, ¿sabía usted que es un pésimo mentiroso? —se puso de pie caminando hacia uno de los estantes donde se hallaban diversos antibióticos—. Toma. —me lanzó sin brusquedad aquella pomada que yo hábilmente atrapé—. JoongGuk, ¿cuándo piensas decir que algo no está bien contigo?

— ¿De qué habla, señorita Choi? —solté una risita nasal—. Todo está bien conmigo.

— ¿Ah sí? —afirmé con un sonido proveniente de mi garganta—. Bien, voy a ir a comprar mi almuerzo y para cuando regrese quiero que me digas la verdad. Estás advertido.

— Pero yo.-

— Nada de peros, ahora vuelvo. No voy a tardar.

Ni siquiera me dio tiempo de rechistar, hizo oídos sordos y se fue tarareando sonidos al azar.

Observé con duda aquel linimento, me puse de pie caminando hacia la salida para cerrar la puerta. Alcé un poco mi camisa no sin antes desabotonar algunos de los botones para poder hacer mejor aquello, abrí el pequeño envase de plástico para después agarrar un poco de aquella pomada de un color un tanto amarillento con ayuda de mis dedos y sin esperar lo esparcí en parte de mi abdomen y mi costilla derecha que siendo sincero no se veía para nada bien.

Se ve peor que ayer.

Me quejé al instante, jadeé de dolor ante el roce de mis dedos al contacto de los hematomas.

— ¡JoongGuk, sé que te dije que te dejaría solo pero no puedo! —la escuché gritar afuera de la enfermería.

Por instinto bajé mi camisa casi en pánico y cerré el envase con prisa pero, eso no impidió que ella no me viese en una situación que tal vez se podría malinterpretar.

— ¿Qué estabas haciendo? —interrogó en cuanto entró, observándome de pies a cabeza.

— Nada. —contesté y ante su tortuoso silencio decidí está vez preguntar yo—. ¿Para quién es eso? —señalé el paquete de Yakult al igual que uno de galletas en su mano derecha.

— ¿Por... por qué tu camisa está desabotonada? —miró a su alrededor con su ceño fruncido—. ¿Y la enfermera Choi?

— O-oye linda Weil, no pienses mal.

— No lo haré. —alzó su ceja derecha con clara duda—. Es por eso que te lo estoy preguntando.

— L-la enfermera Choi salió por su almuerzo, dijo que no tardaría. —expliqué avergonzado.

— ¿Y qué hay de ti? —me pasó de largo tranquila, hasta tomar asiento en una de las camillas—. ¿Tu jaqueca mejoró?

— No del todo.

— Ah... —murmuró.

La escuché suspirar. El ambiente se volvió pesado por no decir que incómodo, estaba más que claro que ella quería preguntar pero era muy probable que no lo hiciera.

— Lamento haber entrado sin preguntar. —habló primero jugando con sus manos.

— Está bien. —apacigué sin mirarla.

— ¡Ay, por favor deja de decir que está bien porque no lo está! —exclamó molesta—. Escucha, no quiero parecer entrometida pero de verdad te vez mal.

— Lo siento. —susurré mirando hacia el suelo.

— ¿Por qué te disculpas, mmh? ¿Por qué... —guardó silencio dirigiendo su mirada a mi abdomen el cual cubrí por ende—. ¿Eso era un moretón?

— No, no le es. —respondí al segundo en que preguntó—. Linda Weil, creo que estás alucinando.

— No, no estoy alucinando. —se puso de pie sin quitar la mirada de mi abdomen—. Quita tu mano de ahí ahora. —ordenó demandante.

— ¿Qué? —di un paso hacia atrás debido a que ella se estaba acercando—. No voy a hacer eso.

— Házlo antes de que yo lo haga por ti. —amenazó mascullando.

— No puedes hacer eso. —señalé indignado.

— ¡Kang JoongGuk, estás escondiendo algo y estoy casi segura que esa es la razón por la cual estás así! —gritó. Se cruzó de brazos con un semblante enfadado.

Yo debería estar así y no ella.

— ¡Aun así, no puedes si yo no quiero! —exclamé de vuelta.

— ¡Agh, deja de ser tan terco! —hizo ademán de revisar debajo de mi camisa.

— ¡Qué no! ¡Entiende, Min JeWeil! —le di un leve manotazo en su mano para que se alejara.

— ¡Oye! —formó un puchero sobando la zona que golpeé sin demasiada fuerza.

— Dije que no. —sentencié en un tono seguro pero bajo, dispuesto a irme.

— Claro que sí, ven acá. —talló su rostro frustrada antes de volver a querer acercarse a mí.

— Voy a considerar esto como acoso, linda Weil. —advertí abotonando los pocos botones que desabotoné de mi camisa.

— No me interesa. —musitó—. Si para saber qué te ocurre implica una demanda, lo haré. —aclaró su garganta—. Ahora ven acá.

— No. —dije imitando sus gestos molestos.

— JoongGuk. —su mirada habla por ella.

— Dije que no, eso es invadir mi espacio personal.

Bufó peinando su cabello hacia atrás sin mirar a un lugar fijo, como si estuviera pensando qué hacer.

— Dios, ¿qué voy a hacer contigo, mmh? ¿Qué debería hacer para que me digas que te pasa, ah? —puso sus manos sobre su cintura resoplando.

— Ámame, eso será suficiente, créeme.

Formó un mohín molesto, esbocé una sonrisa que pronto se convirtió en una leve risa que ella unos segundos después correspondió rendida.

— No es gracioso. —susurró con sus cejas fruncidas.

— Nadie dijo que lo fuera.

— Pero te estás riendo. —señaló con una mueca inconforme—. ¿Te burlas de mi preocupación por ti, acaso?

— Ow, claro que no. —caminé hacia ella dejando unos centímetros de distancia entre ambos—. No todos los días puede verse a una JeWeil preocupada, ¿sabes?

— Quisiera insultarte pero no puedo, me hace sentir rara el solo pensarlo.

— Ámame y te diré lo que quieras. —bromeé.

— Ja-ja, qué gracioso eres, eh. —resopló con un mohín.

— ¿Verdad que sí? —rodó sus ojos con una ladina sonrisa—. ¿Estás molesta?

— ¿Qué no mi cara te lo dice todo? —cuestionó con obviedad—. Toma. —me extendió el paquete de Yakult—. Lo compré para ti. —que yo gustoso recibí. Grité por dentro solo por ese detalle de su parte—. No sé exactamente qué te gusta pero el punto era traerte algo para que no estuvieras con el estómago vacío. Oh, y esto también. —me dio el paquete de galletas negando con su cabeza—. Eran las últimas. ¿Sabes? Tuve que pelear con Jeon para quedármelas yo. —suspiró cansada—. ¿Ves lo que me haces hacer? —negó con su cabeza un par de veces—. No hubiera discutido con él de no ser porque quería dártelas a ti.

Oh, chica linda, no hagas que mi corazón se aferre más a ti cuando está más que claro que no será aceptado.

— Come, si no lo haces está vez me sentiré realmente rechazada. —tomó mi mano guiándome a una de las sillas—. Siéntate. —ordenó—. Y tampoco me pases de largo como está mañana antes de entrar al auditorio.

— ¿Por qué? —cuestioné por mera curiosidad tomando asiento.

— ¿Y todavía te atreves a preguntarme por qué, Kang JoongGuk? —asentí con cierto miedo de ella—. ¡Porque me duele!

— ¿Te duele? —arrugué mi frente confundido.

— Sí. —confirmó—. Me dolió que me ignoraras y también que me saludaras cortante. —confesó evitando mirarme—. Por cierto, ¿por qué lo hiciste? Debes de tener tus razones, ¿no?

— No es culpa tuya, si es que piensas eso.

— Eso lo sé. —sonreí con ironía abriendo el paquete de galletas. JeWeil siendo JeWeil—. No te he dicho o hecho nada malo. Al menos no que yo supiera. —se encogió de hombros.

— No, pero a veces las personas simplemente no quieren hablar con nadie, linda Weil. —le ofrecí una galleta que ella aceptó de inmediato—. Ni siquiera a la persona que te gusta, en mi caso tú. —alcé mis comisuras con diversión al ver cómo dejaba de comer después de escuchar lo que dije—. Lo admito, no comencé bien el día y la verdad es que tampoco quería hacer algo para que dejara de serlo, al menos hasta ahora que llegaste tú.

Acaricié su cabello, acto que creí que ella no aceptaría pero que al final solo se dedicó a seguir comiendo su preciada galleta.

Adorable.

— No me mires así. —pidió en un tono tímido.

— ¿Por qué, mmh? Lo único que estoy haciendo es mirarte hacer algo normal.

— Sí, pero aun así haces que mis mejillas ardan. —explicó acunando su rostro.

No sé qué me duele más, si los golpes que papá me dio o el hecho de que pueda ser que el corazón de Weil ya tenga dueño.

Tomándolo literal, diría que los golpes.

Aun así, eso no quita el hecho de que mis ganas de abrazarla sean cada vez más grandes.

— Ahora que lo pienso, la enfermera Choi ya tardó bastante, ¿no lo crees? —opiné pensativo.

— Lo es, pero siendo sincera agradezco ello, de no ser por eso yo no estaría hablando contigo ahora.

Ella en serio quiere alterar mi corazón, si de por si ya estaba latiendo como un loco, el hecho de que diga eso no ayuda para que disminuya.

— JoongGuk.

— ¿Sí?

— Hoy estoy muy sincera así que voy a serlo contigo. —se agachó un poco hasta estar cerca de mi rostro—. Eres demasiado lindo para mi grosero ser, y aunque al principio creía que estabas loco, mírame, ¿quién terminó siguiendo a quién? —bajó su mirada decaída—. Así que, por favor... Si algo está mal dímelo, ¡y no me ignores!

Sus rosados labios abultados la hacen ver terriblemente tierna, Dios.

— Oye, tú también me estuviste evitando cuando te dije que me gustabas. —le recordé en un tono resentido.

— ¡Pero eso tiene justificación! La tuya no, Kang JoongGuk.

— ¿No? —negó con frenesí—. Aun así no te diré nada, linda Weil.

— ¡Aish, tú en serio haces que quiera darte un buen golpe!

— La violencia no es la respuesta. —comenté riendo.

— ¡Yah! —hizo ademán de darme un golpe sobre mi pecho pero ella no contaba con la idea de que la detendría con mi mano—. ¡Suéltame! —forcejeó sin mucho esmero.

— Estoy bien, no te enojes conmigo, linda Weil. —me miró con tristeza—. Perdón por ignorarte, lo siento.

— No lo hagas otra vez, por favor. Y si lo llegas a hacer de nuevo, al menos dame una razón.

Solté su muñeca la cual tomé para que no me golpeara.

— ¡Ay, Kang JoongGuk! —chilló de repente mientras sentía como sus brazos se aferraban a mi cintura—. Sé que tienes un moretón aquí. —picoteó con su dedo mi costilla, por lo cual me quejé de dolor—. Solo por eso no te estoy abrazando tan fuerte como yo quisiera.

— Pero qué considerada, linda Weil.

— Sí, sí, como sea. —vaciló tomando con su mano derecha mi brazo para guiarlo alrededor de sus hombros—. Abrázame antes de que te golpee de verdad.

Suspiré aún más cuando noté que ella mantenía sus ojos cerrados aún sin soltarme.

¿Por qué tú y no alguien más, Min JeWeil? ¿Por qué rayos eres tan jodidamente hermosa?

Recomendación de una canción para esté capítulo que nadie me pidió pero que de todos modos voy a poner xD:  “Déjà Vu de CD9”.

Escúchenla, está re bonita v': <3 Hasta hay frases que en mi opinión sí le quedan a Weil y a JoongGuk, ay. [Cry]🥺💗✨

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¡Gracias por leer!💙

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