Me encontraba en esa situación en la que aquel chico que parecía ser de lo más normal y un buen amigo llega a ti de repente y te dice que tiene sentimientos hacia ti... y no exactamente de amistad.

Rayos.

— Entonces, ¿yo te gusto a ti?

Asintió mirando hacia cualquier otro lugar que no fuese mi persona, mientras yo mordía mi labio inferior. Demonios, ¿qué se supone que debería hacer ahora?

— Sí, bueno, yo... —rascó su nuca evitando tener contacto visual conmigo— Sólo quería que lo supieras. Sé que no estás interesada en nadie ahora, así que...

¿Es mejor romper sus esperanzas desde ya? No me gusta ilusionar a las personas, de verdad que no. ¡Es tan difícil! Preferiría mil veces que rompieran mi corazón a tener que romper uno yo. Y tiene razón, no estoy interesada en nadie, o al menos eso creo.

— Bueno yo, si te soy sincera no sé qué decirte. —dije apenada—. Disculpa.

— Oh, no. —negó de inmediato—. Yo soy el que debería disculparse. Te lo dije tan de repente y sé que ahora estás sin palabras, ¿o tal vez me equivoco?

— Algo así... —respondí sintiéndome avergonzada.

Sonrió tímido y se atrevió a mirarme a los ojos una sola vez.

— Entonces, y-yo debo irme ahora. Regresa con cuidado a casa, linda Weil.

Y sin decir algo más se marchó.

¿Linda? ¿Me llamó linda? Kang realmente está loco, un completo demente. ¿Cómo rayos se atreve a llamarme de tal forma cuando acaba de confesarme tal cosa?

— Se volvió loco.

Ni siquiera sé qué pensar al respecto y seguramente diré o haré alguna estupidez porque me conozco, soy idiota para está clase de cosas.

Y es ahí cuando una parte cruel de mí dice: ¿Deje de acosar a Jeon por esto? ¿en serio? No sé si arrepentirme o no, de igual manera mataré a Jung. Sé que él es quien le ayudó a Kang a hacer tal cosa, y no digo que eso haya estado mal, de hecho fue una buena acción de su parte. ¡Pero qué al menos me hubiera avisado!

— ¡Weil, Weil, Weil, bonita Weil!

¿Acaso hoy a todos se les dio por halagarme o algo así? Bien yo podría decir que soy hermosa, porque sé que lo soy, y listo.

— Dime, ¿te ocurrió algo desagradable el día de hoy? —insinuó con una sonrisa mientras pasaba su brazo por mis hombros.

— Sí. —respondí mirándola con molestia ante su apego a mi anatomía—. Mi existencia.

— ¿En serio? —formó un mohín curioso—. ¿Y qué te ocurrió a parte de tu existencia?

— Tú sabías, ¿no?

Y así de fácil es borrar su sonrisa, qué satisfacción.

— ¿De qué hablas...? Yo sólo vine a preguntarte si te había ocurrido algo desagradable hoy.

Sí, el hecho de seguir desperdiciando oxígeno. ¡Ella no es inocente en lo absoluto y lo sabe!

— ¿Dónde está Jung? —pregunté buscando a susodicho a mi alrededor.

Y fue entonces cuando Lim comenzó a correr, y ya sabemos a dónde se dirigía.

— ¡No lo mates, por favor, aún no me caso con él! —exclamó juntando sus manos formando así un puño.

— ¡Sólo quiero ir y hablar con él! —le expliqué siguiéndola.

— ¡No te creo! —refutó sin parar su andar.

— ¡Ese no es mi problema!

Jung no estaba muy lejos de mi alcance pero eso no fue exactamente lo que me hizo parar de correr de golpe.

— Creo saber quién es el chico que deja esas rosas en tu casillero, Yeon.

Oh-oh, creo que el misterio se acabó para Jeon. Vaya, ya decía yo que alguien ya debía haberse dado cuenta de los actos del ojitos de Bambi en el casillero de la pelinegra. Ah, ¿debería hacer algo al respecto?

Nah, dejemos que esto fluya.

— Mmh, se trata de un chico de último año del grupo “B”.

Aclaración: son cuatro grupos que se agrupan de la “A” a la “D” por grado, en este caso, el último: Jeon y Jung están en el grupo “B”, mientras que OhYeon se encuentra en el “D”, y por si las dudas, Hanhi y yo en el “C”.

— Ya lo sabía.

¿Qué?

— Oh, ¿de verdad?

— Sí, un día lo vi y supuse que él era quién me dejaba las rosas siempre, pero me lo acabas de confirmar, gracias.

Me decepcionas Jeon, llegué a sentirme especial por saber sobre tus detalles de chico enamorado. En fin, chicos como tú quizás ya muy pocos.

— Entonces, ¿por qué no hablas con él?

Me estoy preguntando lo mismo, chica que no conozco.

— ¿Qué estás haciendo?

Aish, Hanhi.

— ¡Shhh! ¡Cierra la boca! —demandé en un susurro.

— Uy, ¿por qué tanto misterio? —me susurró de vuelta.

— Sólo cállate.

Vaya, sí cerró la boca. Esto es un milagro, gracias Dios.

— ¿Por qué...? —replicó serena—. Bueno, estoy esperando a que él sea quien me busque primero.

¿Qué? Ni que fuera comida rápida, en mi opinión, por supuesto.

— No creo que eso pase.

Exacto. Es tan tonto y tímido que lo dudo.

— Lo hará, todos hacen eso.

¿Saben qué? Ya no me agrada tanto, de hecho, no me agrada pero tampoco la detesto. Hasta ahora, sólo un poquito.

— No estés tan segura, quizás y termina dándole igual. —opinó una de ellas.

— No lo creo, él parece gastar su dinero a diario en mí.

Y tú haces que eso se vaya a la mismísima mierda. En cierta forma, no es mala pero su actitud no me termina de convencer del todo, ¿saben?

— Como sea, solo vine a decirte eso. Me voy primero.

Ah, pobre Jeon. Apuesto a que ni siquiera sabrá cómo hablar con ella, además, supongo que dándole un pequeño empujón podrá hacerlo. Vamos, estamos cursando el último año, y él solo le da rosas y chocolates que ella al parecer no aprecia, lo toma como uno más del montón.

Es más, no sé por qué rayos me molesta si ni siquiera conozco a Jeon de cerca y él no sabe de mi existencia, sin no antes mencionar que lo estoy defendiendo. ¿De qué? No lo sé, tampoco sé el por qué de mi molestia si no me incumbe ni mucho menos me interesa e importa.

¿O sí?

¡Min JeWeil, vuelve a tus cabales! Jeon es como tu entretenimiento a lo lejos, no puedo involucrarme para estar más cerca, ¿cierto?

¡Gracias por leer!💙