Suspire con pereza, y ahí va de nuevo. ¿Por qué rayos no va y habla con ella? ¿es tan difícil hacer eso? ¿acaso entra en pánico al acercase a una chica? A mi parecer solo pierde el tiempo mirando a una chica que ante los ojos de él es inalcanzable y que para mí es solo una chica más de está preparatoria, justo como yo. Oh vamos, puedo llegar a ser igual de femenina que ella. ¿A quién engaño? Los vestidos y los colores escandalosos no van conmigo, agh.

— En tres, dos, uno. ¡Bingo! Es tan predecible que incluso puedo adivinar que calzoncillos está utilizando hoy.

Me di la libertad de sonreír con victoria y burla, pues aquel castaño realmente era un idiota en cuanto a tratar de conquistar a una chica, es más, creo que ni siquiera lo conoce, pobre. Después de todo yo solo observo como hace el ridículo consigo mismo. Ah~ el amog...

Ahora me encontraba siguiéndolo, puesto que se adentró al plantel de nuevo y traía con él no sé qué, y supe a lo que iba cuando se detuvo frente a un casillero en particular, ja.

— Pero miren, está reemplazando las rosas diarias por chocolates. Si supieras que tu querida crush está a dieta, en fin... Qué lástima.

Él no sabe de mí, ni de mi existencia pero resulta ser que yo sí sé de la suya, realmente no me importa si algún día llega a descubrirme siguiéndolo o mirándolo.

¿Saben? Es divertido ver lo tonto que puede llegar a ser un tipo como él.

— Apuesto a que regalará los chocolates a cualquiera de sus amigas. Qué desperdicio. —bufé escondiéndome cuando terminó su trabajo de admirador secreto—. Esos chocolates se ven realmente apetitosos, ¿por qué se los das a alguien que no los comerá ni de broma?

Fingí mirar mi celular cuando él pasó frente a mí de largo. Se los dije, creo que ni siquiera sospecha que alguien lo mira solo para ver qué rayos se le ocurrió hacer el día de hoy.

Incluso estoy caminando detrás de él a una distancia considerable, y él solo sigue su camino con tranquilidad. No sé qué le pasa por la cabeza, hace poco me enteré que ya hasta tiene su propio club de fans, al menos las chicas de mi curso ya han sido hechizadas ante la belleza de Jeon, así que ya tiene fans. Y bueno, él al parecer solo tiene ojos para esa chica de cabello corto y negro, teniendo ya a varias detrás de él, me excluyo a mí misma.

Es gracioso porque parece el típico FuckBoy pero en realidad es un adorable bebé aprendiendo a gatear para después aprender a caminar. No me sorprendería si al siguiente día lo veo bebiendo lechita de plátano con ojos de Bambi.

— ¿Ahora qué rayos está haciendo? ¿Papiroflexia? ¿Un barco de papel?

¡Error! Es un corazón, vaya, es ágil ah, y rápido. Estoy decepcionada. ¿No había algo más original? Yo qué sé, ¿que tal comida? Y no me refiero a los chocolates o dulces, ¡no! Comida de verdad, a mí me dejan eso en mi casillero y me enamoro.

Bueno, no literalmente. Tomen nota chicos.

Oh sí, ya recordé que la pelinegra está a dieta. Qué mal, la comida debería ser permitida en horas de clase, ahora que lo pienso.

Lo peor de todo es que es de color rosa, ¡rosa! No odio el color rosa pero creo que está muy usado, ¿por qué no verde pastel o lila? También son colores lindos. Incluso la chica que parece traer toda la papelería con ella, es más creativa que él, qué estafa.

— ¿Al menos la va a firmar?

Creí que había sacado un bolígrafo de su casillero pero no, es un corrector, ¿se equivocó o qué rayos?

— ¿Para qué demonios quiere un corrector?

Mis ojos parecen tener visión de águila pues al parecer solo esta dibujando más corazones dentro del corazón, ya no me sorprende si también dibuja estrellas o flores.

— Dios, incluso ya me dio sueño.

No es su culpa está vez, no dormí muy bien que digamos. Puesto que ayer hice una pequeña travesura que salió un poco mal y que casi hace que la pelinegra descubra que Jeon es quien le deja una rosa roja en su casillero diariamente, los cinco días de la semana. Pero todo bien, hoy en la mañana arreglé el pequeño desastre que hice. Lo siento, Jeon.

Cuando cerró su casillero seguí caminado tras de él pero eso dejó de ser así cuando divisé a LinYu haciéndome señas con sus manos para que me acercase a ella. En fin, pasé de largo a Jeon apresurada para ir donde la rubia.

JungKook puede esperar.

»Es tan tonto que me es desesperante ver sus anhelos caer por ella y nadie más que por ella.«

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