Observé con detenimiento a mamá sentada en el sillón con su mirada perdida en el suelo y su semblante casando y triste. Sus manos yacían llenas de banditas para cubrir sus heridas, sus brazos coloreados de un color púrpura y gris en algunas partes.

Sentí mis ojos arder y llenarse de lágrimas en cuestión de segundos, arruinando así mi vista.

Duele, duele ver a mamá de esta forma y no poder hacer nada para ayudarla porque ella no me lo permite. Mi corazón duele porque mi única familia está siendo dañada.

Limpié las lágrimas que lograron caer por mis mejillas impotente con ayuda de las mangas de mi sudadera, dejando de mirarla para caminar con prisa directo a mi habitación porque ya no quiero verla así. Me frustra demasiado.

Y verlo a él aquí también.

— Pero mírate. —su burlona voz solo me hace enojar más—. Ni siquiera parece que te dieron una paliza ayer, hermanito. Estás como si nada.

Hice oídos sordos a sus descaradas y burlonas palabras escogiendo la ropa que me pondría para evitar siquiera ver su cara.

Por mi bien y por el de mi madre me he estado conteniendo, he estado tratando de mantener la calma para no darle un buen golpe. Lo hago por mamá, me estoy absteniendo de muchas cosas por ella.

— Umh, ¿a dónde vas está vez, GukGuk? —interrogó cuando me dirigía al baño para cambiarme de ropa.

Pregunta que no me tomé ni la molestia de responder.

— ¿¡Acaso me vas a dejar con la duda de nuevo, ah!? —cuestionó desde afuera queriendo seguirme molestando con su estresante voz—. ¡Oh, vamos! ¿Irás a ver a esa chica, cierto?

Sin tomarle importancia a lo que decía continúe haciendo lo mío, vistiéndome con lo mejor que pude encontrar dentro de mi parte del armario para asistir al cumpleaños de Jimin, donde los demás también estarán.

Sí, estoy jodido pero tampoco es como si quisiera que todo el mundo lo sepa.

Si lo sabe Weil es por mera mala suerte mía, solo eso.

— Tu forma de vestir sólo me confirma que la irás a ver. —soltó una carcajada mientras se incorpora, terminado sentado en la esquina de la cama—. ¿Quieres conquistarla vistiendo eso? ¿En serio, Kang?

En silencio busqué mi chamarra de mezclilla oscura, haciendo caso omiso nuevamente a lo que saliera de su mísera boca.

— Olvídala, JoongGuk. Siendo sincero, ella encajaría perfectamente conmigo. —musitó con una vil sonrisa—. Esa chica, ¿cómo le dijiste a tu madre que se llama? Mmh, ¿JiWoo? ¿JiWun? ¿JeWon? —chasqueó su lengua socorronamente—. ¿Cómo diablos se llama ese pedazo de primor?

— No vuelvas a llamar a mi madre así, ¿lo entiendes? —le advertí refiriéndome a lo que hizo hace unos días con seriedad, metiendo el regalo de cumpleaños a mi mochila—. Si vuelvo a escuchar o a enterarme, juro que voy a golpearte. —amenacé cruzando miradas con él finalmente.

— ¡Ya lo recuerdo! —exclamó ignorando todo lo que le dije hace segundos—. ¡JeWeil! ¿JeWeil es su nombre, no? —su risa no me agrada en absoluto—. Wah, el nombre de la primor es algo... Mmh, ¿cómo decirlo? Es la primera vez que escucho un nombre así.

— Dijiste que no me habías seguido ese día, ¿te gusta espiar a la gente muy seguido, no?

— Era obvio que ibas a salir con una chica, Kang. —suspiró—. Odio verte sonreír, así que simplemente quise saber el motivo de esa jodida sonrisa. —mordió su labio inferior cortando el contacto visual conmigo—. La razón es realmente atractiva en todo sentido.

— Te lo advierto, no te metas con ella, Hyuk. Si llegas a siquiera mirarla juro que... —sus carcajadas me interrumpieron.

— ¿Y qué si lo hago? ¿Qué diablos vas a hacer, ah? —alzó sus comisuras con diversión—. ¿Vas a matarme? Pff, quiero ver que lo intentes.

— Ni siquiera lo pienses. —mascullé acercándome a él—. No se te ocurra tocarla, ni a ella ni a mamá.

— ¿Por qué no? ¿Por qué te gusta? ¿Si no te gustara podría quedarmela entonces?

— No me subestimes, NamHyuk. Tampoco es como si ella fuese un objeto o juguete que puedes tomar y desechar, idiota. —susurré tomándolo del cuello de su camisa—. Deja de jugar con mi paciencia, Hyuk. Lo digo en serio.

— Como digas, GukGuk. —murmuró tirándome de loco—. Ya veremos eso después.

Solté el cuello de su camisa con brusquedad y claramente furioso antes de agarrar mi mochila entre mis brazos y salir de la habitación, cerrando la puerta con fuerza.

Acto que provocó que mamá me mirara con confusión.

— ¿Por la cerraste de esa manera? —inquirió con su ceño fruncido.

— Si ocurre algo llámame. Vendré sin importar qué, mamá. —informé con rapidez, acercándome a ella para besar su mejilla como una forma de despedirme.

— ¿A dónde irás entonces? —preguntó algo ida.

— ¿Recuerdas que te dije que un amigo cumplía años en octubre? —ella asintió en respuesta—. Bueno, es hoy. No tardaré mucho, lo prometo.

— Sólo no llegues tarde, si lo haces... —me miró con preocupación y resignación.

— Lo sé, Seung no me dejará entrar. Ya aprendí. —asentí sonriéndole un poco para que no se angustiara—. Vuelvo pronto. —avisé caminando hacia la salida.

— ¡Ve y regresa con cuidado, por favor!

— ¡Lo haré, tenlo por seguro! ¡No me iría de aquí sin ti!

Oír su pequeña risita me hizo sonreír a pesar de todo lo que sucedía a nuestro alrededor. Escucharla me hizo sentir un poco mejor.

Me tomó alrededor de veinte minutos o un poco más llegar a la dirección que Jimin había otorgado en la invitación que me dio. Dude un poco en si tocar o no el timbre de aquella residencia mirando lo que llevaba puesto y por supuesto, abatido en si el regalo que había comprado para él fuese de su agrado.

— ¿Qué haces ahí parado?

Me tensé al escuchar su voz de la nada detrás de mí. Sigue poniéndome nervioso.

— ¿Por qué no tocas aún, mmh? ¿Estás esperando a alguien, Kang? —cuestionó colocándose a un lado mío—. ¿Debería esperar junto contigo?

La miré de reojo, tragando saliva con dificultad ante los recuerdos de aquel día.

— Yo... Yo recién acabo de llegar, pero no estaba seguro si esta era la dirección correcta. —excuse con éxito.

— ¿En serio? —asentí con frenesí—. Lo es, Tae ya llegó, así que él me lo confirmó. —explicó tocando ella misma el timbre—. Es gracioso, ¿sabes? Te iba a llamar para saber cómo estabas pero ya estás aquí... —comentó mirando hacia el frente al igual que yo—. Es un gran alivio verte, JoongGuk.

— Gracias por tu preocupación, linda Weil. —susurré sonriéndole un poco, cosa que ella correspondió devolviéndome el gesto.

— Eso es, ya no te había visto sonreír, Kang. —soltó una risita nasal—. Me alegra verte así, lo digo de verdad. Supongo que ya has de saber cómo justificaras tus faltas, ¿no es así?

— Por supuesto. —asentí para nada orgulloso.

— Todo mejorará, JoongGuk. —dijo dando palmaditas en mi espalda—. Tratemos de que sea así, ¿de acuerdo?

Suspirando con cansancio dije—: ...De acuerdo.

— ¡Llegaron! —nos recibió Park con una amplia sonrisa que hacía que sus ojos casi se cerraran por completo; una vez había abierto la puerta. Totalmente adorable—. ¡Mi invitada de honor sí asistió! —celebró observando de pies a cabeza a JeWeil—. Y wah... ¡Pero qué alegría verte, JoongGuk! —exclamó acercándose a mí para darme un rápido abrazo que yo recibí con gusto—. Adelante. Hobi y Tae ya llegaron, Jin hyung salió hace un momento a comprar algunas cosas que recién hoy me di cuenta que no tenía.

— No me rio de ti porque claramente podría ser yo. —musitó Weil siguiendo al rubio.

Ingresé detrás de ellos, cerrando la puerta una vez nos encontrabamos adentro ya.

Mi cabeza duele un poco.

Es más, no me había percatado siquiera que Weil estaba usando un vestido y que su cabello tenía unas no muy pronunciadas ondas que hacían resaltar un poco más sus mechones teñidos de rosa, haciéndola lucir mucho más bonita.

Pff... Eres patético JoongGuk.

— ¡Oh, llegaron más! —musitó alegre una mujer mayor con un total parecido físico al de Jimin; en cuanto nos vio llegar—. Al fin veo a una chica, Dios.

— ¡Mamá! —reprochó a su primogénita con una leve mueca.

— ¿Qué? —bufó caminando hacia nosotros—. Un gusto, niños. Soy la madre de Jimin.

— ¡El gusto es nuestro, señora! —dijo haciendo reverencia al igual que yo hacía su dirección—. Soy Min JeWeil, un placer.

— Mi nombre es Kang JoongGuk, señora, un gusto. —me presenté incorporándome nuevamente.

— Me da gusto saber que aún existen muchachos educados como ustedes. —señaló animada—. Tomen asiento, siéntanse cómodos.

— ¡Gracias! —musitamos Weil y yo acatando su orden con gusto.

Saludé a Hoseok y a Taehyung una vez me encontraba sentado a un lado de ellos dos, tomando mi distancia con Weil de inmediato.

— ¿Y mi regalo? —interrogó Park a JeWeil alzando una de sus cejas, buscando en el alrededor de la misma cuando notó que su madre ya no se encontraba cerca—. ¿Dónde está?

— Pero qué interesado eres, en serio. Siquiera disimula un poco. —bufó indignada—. ¿Qué no es obvio cuál es tu obsequio? —el cumpleañero negó—. ¡Tu regalo soy yo, rubio oxigenado!

— Oh, es verdad. ¡Qué lindo regalo! —una sonrisa que parecía más bien una mueca se plasmó en su rostro—. Mala. —concluyó con un puchero.

— Interesado. —atacó de vuelta neutra.

Mirando y analizando a las personas que se encontran aquí, ¿donde está Hanhi? Lo digo por Hoseok, ella no se despega de él y viceversa. Se me hace raro eso. ¿Habrán decidido llegar por separado?

¿Y a mí qué rayos me incumbe?

— Por cierto, ¿y JungKook? —inquirió Tae a... ¿Weil?—. Desde que anda por ahí respirando y suspirando amor no hace otra cosa más que hablar de ti. —mostró su sonrisa cuadrada de forma coqueta.

— Eso es cierto. —confirmó Jimin empujando levemente a Weil cuando notó el sonrojo en ésta—. Lo traes idiotizado, eh. Si así está él no me imagino cómo estás tú.

— Oigan, basta. —ordenó arrugando su frente evitando verme.

— ¡Lo estás, uy!

— Qué bonito es el amor, ¿verdad? Hobi debe de saberlo mejor que nadie. —señaló al pelirrojo como un claro ejemplo de ello.

Observé en silencio a Weil sintiéndome herido y afligido, enterándome de tal predecible noticia. Supongo que en mi ausencia ocurrieron muchas cosas.

No sé porqué me duele si era demasiado obvio, no sé porqué me lastima si ya llevaba días diciéndome a mí mismo lo que pasaría tarde o temprano.

Me preparé mentalmente para ello, pero ahora que realmente ha pasado, ya no sé qué rayos hacer con mis sentimientos además de reprimirlos como puedo.

Las palmadas de ánimo en mi espalda de Hobi me hicieron regresar a tierra de nuevo. Su expresión me hace saber que dolerá pero quizás no para siempre.

— Cierto, JoongGuk aún no lo sabe. —recordó Taehyung dirigiendo su atención hacia mí ahora—. Todos lo saben menos tú ya que no has venido a clases esta última semana, pero no te preocupes, yo te pongo al tanto. Verás, Jeon y Weil son novios ahora. Después de tanto drama lo aceptaron y bueno, pasó. —se encogió de hombros feliz.

— ¿De verdad? —me atreví a preguntar mirando a Weil directamente a los ojos—. Me alegra saber que ambos son felices ahora. —mentí con descaro mientras fingía emoción con una ladina sonrisa.

Sus ojos tan solo me hacen saber que no se siente para nada bien que yo me haya enterado de tal cosa así, de está forma, o al menos quiero pensar eso. Porque no fue capaz de sostener el contacto visual por mucho tiempo como ella suele hacerlo, sabe lo que hizo y yo también.

Y ambos lo ignoramos.

Yo lo ignoré.

— Oh, deben ser los demás. —Park se puso de pie junto con Kim, yendo a atender la puerta cuando escuchó el timbre.

— Los acompaño. —dijo Jung siguiéndolos.

Quedando en la sala sólo ella y yo.

— Lo siento. —susurró cabizbaja.

Resoplé riendo un poco ante su actitud, haciendo que me mirara con vergüenza y confusión.

— ¿Pero qué dices, Weil? No has cometido ningún crimen, no hay nada de qué disculparse.

Además, el daño está hecho y no es culpa suya ni de nadie. Eso lo tengo claro desde el inicio.

— Tú y yo sabíamos que esto iba a pasar. Tampoco es como si yo te hubiese pedido que fuéramos algo más que amigos, ¿sabes? —apunté restándole importancia para que esto dejara de ser incómodo para ambos—. Yo solo te confesé mis sentimientos, no fui más allá de eso, así que... Está bien. —comuniqué tratando de apaciguar la situación antes de que se volviera más complicada de lo poco que realmente es—. Siempre ha habido un límite entre los dos, solo que no estaba tan marcado como ahora.

— No trates de justificar lo que hice, Kang. —bufó mordiendo sus labios ansiosa—. Hice mal, muy mal. Me equivoqué, y mucho.

— Lo sé, ¿pero qué puedo hacer? —sonreí con tristeza—. Lo admito, fuiste egoísta cuando me dijiste que quizás tenía una oportunidad contigo, pero hey, te detuve porque sabía que no estabas pensando con claridad lo que sentías. Y lastimosamente acerté.

— Lo lamento, sé muy bien que justo ahora te estoy hiriendo y que también no la estás pasando bien en tu casa. Es por eso que lo que hice me hace sentir peor. —explicó volviendo a bajar su cabeza—. Estoy saliendo con Jeon pero no puedo dejar de pensar en lo mal que hice al decirte todo eso para después cambiar de opinión como si nada, fui egoísta y también una idiota. —farfulló.

— JeWeil, olvídalo. —ordené sin más—. Está bien, en serio. Sal con JungKook sin sentirte culpable porque no es así. Todo el mundo tiene derecho de salir con quien quiera, no te detengas a quererlo por completo solo por mí. —sugerí levantándome de mi lugar mientras suspiraba con pesadez—. No te voy a mentir, duele como no tienes idea, pero el amor de mi vida también tiene derecho de estar con el que quizás es el amor de su vida. —comenté poniéndome de cuclillas para poder tomar su rostro entre mis manos, obligándola a mirarme—. Solo quiero que sepas que es claro que no me siento bien, y como tú lo has dicho, no estoy pasándola de lo mejor en casa, por lo tanto espero que entiendas que voy a alejarme de ti por un buen tiempo a partir de mañana. —anticipé soltando su rostro—. Tomaré mi debida distancia hasta que ya no duela tanto, ¿de acuerdo? Pero eso sí, siempre estaré para ti incluso si no estoy cerca, quiero que tengas eso siempre en cuenta.

— Te aprecio como no te imaginas, JoongGuk. —susurró con sus ojos cristalizados—. Y lo entiendo muy bien, es obvio que no voy a obligarte a permanecer conmigo porque sé lo que se siente. —respiró con profundidad, tratando de calmarse al igual que yo—. Estoy agradecida contigo por todo, y también quiero que sepas que si llegas a necesitar algo, no importa qué, por favor... No dudes en buscarme, escribirme o llamarme, da igual, solo hazlo si lo necesitas, incluso si no. ¿Bien?

Asentí sonriendo, cosa que ella imitó un tanto desganada justo como yo—: ¿Trato? —inquerí nervioso.

— Trato.

— ¿Me permites darte un abrazo, linda Weil? Será el último por un buen tiempo.

— Me harás llorar, Kang. —confesó poniéndose de pie junto conmigo—. No me gusta ver a las personas que quiero tristes por mi culpa, maldición. —musitó a regañadientes mientras pasaba sus brazos por mi cintura—. Perdóname incluso si no pediste una disculpa.

— Sólo si dejas de culparte. —condicioné recargando mi mentón sobre su hombro pasando mis brazos alrededor de éstos también.

Sigue sintiéndose cálido, me siento un poco más tranquilo ahora, siento que se me ha quitado un pequeño peso y una preocupación menos de mi pecho de la cual ocuparme.

— Viniste aquí para pasarla bien y estamos hablando sobre esto, no es justo. Déjame sentirme igual que tú para que sea parejo.

Reí un poco abrazándola un poco más fuerte, deseando por un momento permanecer así con ella para siempre.

Es más empatica de lo que imaginé.

— No es gracioso. —se quejó, y puedo casi jurar que sentí cómo formaba un puchero.

— Nunca dije que lo fuera.

— Felicidades por haber ganado el primer lugar en el concurso de fotografía. —sacó de la nada el tema, dejando un poco ido.

— Gracias, ya lo había olvidado. —cerré mis ojos disfrutando de su cercanía una última vez—. Disculpa, me enteré en el momento menos oportuno, así que...

— Sabía que ganarías tú. Regalame un poco de tu talento, ¿quieres?

Para ti, lo que sea... O bueno, ahora ya no tanto.

— No, ¿por qué haría eso?

— Porque eres genial.

— ¿Y eso qué? Si yo soy genial tú eres fantástica e increíble.

Se separó de mí con una expresión afligida y abatida. Dándome a entender que en vez de mejorar las cosas solo las empeoro. Pero me alivia un poco saber que no sufro solo.

— ¿Me perdonas?

— ...Perdonada.

A este paso solo faltan un millón de primaveras, Weil. Hasta entonces quizás podré dejarte ir por completo.

— ¡Weil!

— ¡Hanhi!

Yo sólo quiero que seas feliz. Si el sueño es realidad, dime... ¿por qué lo dejarías escapar?

•••

No supe en qué momento había terminado de esta forma, estando en una fiesta que me hacía sentir en un sube y baja emocional. Ellos me hacen sentir arriba pero la miro a ella y todo baja de golpe una y otra vez.

Dije que iba a soportarlo pero simplemente estoy cansado.

Debería irme a casa.

— ¿Por qué tan apagado?

Lo observé de reojo, resoplando con diversión e ironía.

— No me hagas hablar, Jeon.

Escuché cómo bufaba mientras miraba a la misma dirección que yo, dándome justo donde yo soy el observador y él el protagonista.

No pude llegar a ser siquiera el tercero en discordia, pff. Qué gracioso es esto, por Dios.

— Ella en serio se preocupa por ti, Kang. ¿Por qué? Eso no lo sé, y tampoco pienso discutir ello porque sus razones tendrá y es obvio que Weil no me lo dirá solo porque sí. —carraspeó con diversión, desviando su mirada hacia el techo—. Pero no puedo evitar preguntarte esto... Tú, ¿estás bien?

— ¿Por qué todo el mundo me pregunta eso, tks?

— Bueno, no es común que la gente como tú de la nada deje de asistir a clases toda una semana completa, ¿sabes? —enarcó una de sus cejas calculador—. ¿Cómo es que alguien tan amigable como JoongGuk no pudo responder los mensajes de felicitaciones que le dieron por haber ganado el concurso de fotografía hasta apenas ayer por la madrugada?

— Bien, tú ganas, ahora guarda silencio. —bufé rodado mis ojos, sabiendo a que punto él quería llegar.

— ¿No me detestas, cierto? —inquirió algo apenado.

— No, sólo te odio, pero no te detesto.

Sonrió, sabiendo que era claro que estaba bromeando con el tema.

— Fue una pelea justa, ¿no lo crees? —insinuó asintiendo para sí mismo.

— Lo fue, es por eso que no estoy haciendo un drama de película. —me crucé de brazo—. ¿Debería golpearte por qué fuiste más hábil y rápido que yo?

— Si eso te hará sentir mejor entonces hazlo, no tendré problema con ello. —aclaró su garganta—. Min JeWeil tiene buenos gustos, ¿verdad? —dijo entre dientes mientras sentía su ego crecer un poco.

— Agh, pero qué idiota eres. —murmuré captando a qué se refería, haciéndolo reír ante mi insulto.

— ¿Sin rencores? —inquirió formando una línea con sus labios, mientras pestañeaba repetidas veces, como si con eso estuviese tratando de convencerme de algo.

Sonreí con altanería, mirándolo de pies a cabeza.

— Si llegan a terminar, avísame. —pedí dejándolo con la palabra en la boca antes de caminar hacia Jimin.

— ¿¡Eso significa un “no”!?

Lo escuché gritar a mis espaldas, provocando que me riera internamente de él y de mi desgracia amorosa.

— ¡Por supuesto! ¿¡Crees que es así de fácil!? —respondí con una mueca.

— ¡No, pero tampoco pensé que fueras alguien resentido!

— ¡Está bien, JungKook! —tranquilice risueño—. ¡Sólo evitemos hablar sobre ello por ahora, ¿bien?!

— ¡Gracias al cielo!

Dramático.

— ¡Prometo presentarte a alguien después! —exclamó.

— ¡Mejor presentame a tu hermana, ¿quieres?! —sugerí con la intención de hacerlo enojar.

— ¡Esa no es una muy agradable petición de tu parte!

— ¡Tampoco la tuya!

¿Por qué somos tan imbéciles?

En lo personal JoongGuk es uno de mis personajes favoritos después de Hanhi, jsjsjsjs. No sé, siento que a pesar de todo él siempre trata de llevar las cosas en paz con sus emociones aunque él no se siente bien del todo y tampoco le está yendo de lo mejor.

Tipo, lo que siente no lo hace actuar de forma impulsiva v:<

De verdad, lo amo mucho, es un personaje realmente muy preciado para mí, el desarrollo que llevo de él hasta ahora me agrada un montón. 🥺💗

He de confesar que yo era Team Kang. 😔🔫

Decidí ponerle un "hasta aquí" a los dos (Weil y Guk), porque no se me hacía justo que los dos se atascaran de alguna forma en lo que sentían y además comenzaba a estresarme su relación en sí. 😩🤙🏻

Ni modo, como buen Team Kang toca escuchar a todo volumen:

¡Por cierto! Recién publiqué una nueva historia, sin embargo, NO es un FANFIC porque sentí que esta algo fuerte, así que la volví historia propia porque lo que menos quiero es malos entendidos y funas xd.

Se llama "La Hipocresía de la Miseria", y se encuentra en mi perfil, por si gustan ir a darle una leída, lo cual agradecería mucho.

Recuerden que se les ama mucho, mucho. 💜✨

~MJ☁️

•••

¡Gracias por leer! 💙