Observé con atención cada uno de sus movimientos, su caminar cuando se levantó para ir a buscar el botiquín de emergencias y regresar con prisa de nueva cuenta al sofá para sentarse a mi lado, colocar el mismo botiquín sobre su regazo, abrirlo apurada y buscar lo que sea que fuese a necesitar para curar mis heridas.

A esté paso no creo seguir arrepintiéndome de haber corrido como un cobarde hacia aquí, de haber huido por un momento de casa.

En silencio tomó con delicadeza mi mentón con su mano derecha, obligándome a mirarla directamente a los ojos con el propósito de tener una mejor vista de mi rostro para poder continuar con su plan de ayudar a sanar mi golpeada y maltratada cara. Dios, qué vergüenza.

Nunca creí que ella sería quien me mirara en estás miserables condiciones, la persona que aprecio con todo mi corazón y ser, aquella chica de semblante serio y frío con unos hermosos ojos color café, de facciones finas y lindas.

¿Por qué estás tan cerca y a la vez tan lejos de mí, Min JeWeil? ¿Por qué?

— Te va a arder un poco, lo siento de antemano. —avisó tomando un trozo de algodón, mojándolo con un poco de agua oxigenada; con ayuda de su dedo índice y pulgar.

Asentí sin decir nada, dejándome hacer lo que ella quisiese de mi rostro, confiando en que lo que menos me haría sería dañarme a propósito.

Físicamente.

— Aish, Kang JoongGuk. —masculló en un susurro cuando notó de inmediato mi mueca de dolor ante su acción de haber puesto en contacto el pedazo de algodón sobre la fresca herida de mi pómulo derecho—. ¿Quién demonios te lastimó de está manera? —inquirió más para sí misma que para mí, sintiéndome un poco apenado por ello.

Pero pese a eso, nuevamente me quedé callado.

Miré a detalle los rasgos de su faz, notando el pequeño lunar que se hallaba en su mejilla izquierda del lado inferior, no muy lejos de sus bonitos labios... sus labios.

— Lo siento. —dije de repente, provocando que ella me prestara atención con rapidez—. No... no debí haber venido aquí, contigo, no en este estado. Lo lamento. —sonreí apenas cuando me di cuenta de que mis palabras no le parecieron agradables ni mucho menos aceptables al parecer.

— ¿Por qué te disculpas, ah? —cuestionó con una leve molestia—. Estando bien o no, puedes venir aquí cuando lo necesites e incluso si no, tonto. —señaló con su frente arrugada—. ¿Tan mala soy como para que pienses que no puedes venir incluso cuando no la estás pasando bien? —bufó acunando mi cara entre sus manos, frunciendo sus cejas—. Mis amigos siempre serán bienvenidos en mi hogar, JoongGuk. —informó con aires de haberse sentido algo ofendida.

Amigos... Me gustaría más que eso, pero todo el mundo sabe que eso no es posible de momento. Pero igual, se aprecia el gesto.

— Si vuelves a decir una vez más que lo sientes, en serio voy a sacarte de mi casa. —advirtió, continuando con mi curación—. Realmente quiero preguntarte muchas cosas, Joong. —confesó alejándose de mi faz, sorprendido por el simple hecho de que me haya llamado así—. Pero no voy a hacerlo porque no creo que sea algo de lo que tú quieras hablar, y voy a respetar eso. —musitó poniendo sobre mi herida y el hematoma una crema que no tengo ni idea de cómo se llama—. Confío en que en algún momento tú podrías decirme lo qué te ocurre para así poder ayudarte. —suspiró—. Y espero que sea pronto. No me gusta saber que alguien te lastima de esta manera. —concluyó, limpiando está vez la sangre seca de mi labio inferior.

— Weil...

— Dime. —me incitó a seguir hablando, mirándome directamente, sin un toque de nerviosismo como yo; por un par de segundos.

— No le digas a nadie sobre esto, por favor. —pedí cabizbajo.

— Lo haré, no te preocupes. —aseguró no muy contenta que digamos, evitando tener contacto visual conmigo.

Tragué saliva con dificultad, sintiendo la tensión que habían causado mis palabras y mi petición.

— ¿Estás... —carraspeé algo nervioso— ¿estás molesta? —pregunté cuando hizo ademán de ponerse de pie.

Haciendo que se quedara sentada a mi lado aún, con su respiración pesada y lenta.

— No es eso. —respondió bajando su cabeza—. Es desconcertante que me pidas que guarde silencio ante tu situación pero, si quiero ayudarte, supongo que debo de hacer lo que me pides por ahora. —continuó guardando las cosas que había utilizado dentro del botiquín de donde los sacó—. Así que no te sugestiones, entiendo tu posición.

Se incorporó sin mirar atrás, sin esperar una respuesta de mi parte, dejándome solo en la sala de su tan cálido y acogedor hogar.

Revisé la hora en mi celular, suspirando con cansancio y agotamiento leí el mensaje de mamá en la barra de notificaciones sin abrirlo como tal aún. Mis ojos volvieron a picar y las lágrimas acumuladas hicieron de mi vista borrosa, sintiéndome mucho peor de lo que ya me encontraba.

Apagué el celular, guardándolo en uno de los bolsillos laterales de mi pantalón escolar que yacía poco arreglado. Enojado y frustrado revolví mi cabello, queriendo dejar el jodido autocontrol de lado para ir casa y golpear directamente a ese bastardo miserable.

Queriendo dejar de ser por un momento un buen chico y una buena persona para la sociedad.

— Jeon me dijo que te fuiste de repente de clases, así que me preocupe un poco por ti. —comentó regresando hacia el lugar donde me encontraba yo—. Pero por mi mente nunca se me ocurrió el hecho de que te hubiera pasado algo tan malo como para que terminaras así.

— Soy bueno ocultando cosas, ¿no lo crees? —insinué, admirando su calculador semblante.

— ¿Debería felicitarte por ello? —resopló con ironía, ofreciéndome un vaso de agua, el cual yo recibí con ambas de mis manos—. No sé si eso se debería considerar un punto a favor o en contra, ¿sabes?

— Podría ser ambos. —susurré.

Bebí aquel transparente líquido en cuestión de segundos, devolviéndole el vaso mientras le agradecía su acción en voz baja.

— ¿Sólo estás lastimado de tu cara o hay alguna otra parte? —interrogó con seriedad, dejando el vaso en la pequeña mesa de madera del centro de la sala—. Sin mentiras, Kang. Estoy hablando en serio, no estoy bromeando.

— No me veas así, siento que me estás regañando. —confesé con una pequeña sonrisa.

Rodó sus ojos, devolviéndome el gesto, tomando las cosas un poco más livianas y ligeras.

— Dejando eso de lado. —aclaró su garganta—. Felicidades por haber ganado el primer lugar en el concurso de fotografía, JoongGuk. —mencionó aplaudiendo con emoción un par de veces, está vez con una sonrisa mucho más amplia y alegre, de esas que me gustan ver en ella—. Pensaba enviarte un mensaje de texto diciéndote esto pero, es mejor decirlo ahora. —palmeó unas cuantas veces mi hombro amigable—. Trabajaste arduamente para ganar, Kang. Es lindo saber que ganaste tú, estoy feliz por ti y por ello.

Un leve nudo se formó en mi garganta porque sin siquiera saberlo, me acababa de señalar un logro mío con orgullo y alegría, haciéndome sentir como un niño pequeño que por fin pudo obtener aceptación y reconocimiento acerca de sus habilidades, algo que amerita y tal vez merece celebración por alguien ajeno a su familia, aunque... Ni su familia misma lo ha hecho.

¿Esto es lo que llamaba verdadera amistad, Lynie entonces? ¿Celebrar logros aunque no sean tuyos sin ningún tipo de sentimiento negativo?

— JeWeil...

La llamé como yo normalmente no lo haría, capturando su atención de inmediato. Obteniendo un “¿Mmh?” curioso de saber más de su parte, animándome a continuar hablando.

— ¿Puedo abrazarte? —inquerí un tanto tímido, ante la posibilidad de quedar como un idiota desilusionado si ella llegase a negarse.

Sin embargo, no fue así. Sin siquiera decir algo al respecto, se acercó a mí, aprisionó con sus largos brazos mi cintura, descansando así parte de su rostro sobre mi pecho.

— De verdad espero que todo mejore para ti, JoongGuk. —susurró después de que yo me encontrara rodeando sus hombros con mis brazos, escondiendo mi rostro en su cuello, poniéndome sensible una vez más por todo lo que pasaba por mi cabeza y también por lo que ocurría a mi patético y deprimente alrededor—. Me gustaría hacer más por ti pero... Pff, si un abrazo te hará sentir mínimamente bien, entonces lo haré las veces que sean necesarias.

Y pensar que después de todo no es tan hiriente como la mayoría cree.

¿Debería llamar a mamá para decirle que debería tratarme con un poco más de dignidad tal cual como lo hace mi linda Weil? Que quizás debería darme un poco más de cariño y aprecio como ella.

Oh, linda Weil. Tú eres una parte de mi corazón que sé muy bien que dolerá por un buen tiempo.

— Gracias. —musité cuando sentí cómo sus manos acariciaban mi espalda como una forma de darme consuelo—. Gracias por estar aquí.

— No. —murmuró—. Quien debería estar agradecida de que estés aquí soy yo, Kang. —soltó una risita nasal—. Que me tengas la confianza para venir así conmigo, es gran un alivio para mí.

Vas a dolerme demasiado, JeWeil. ¿Pero quién soy yo para decidir y escoger lo que tú sientes por mí, mmh?

Dime qué hacer para que mi corazón no se lastime tanto cuando de verdad tú lo escojas a él y no a mí, cuando de verdad te vea metafóricamente partir de aquí. Cuando de verdad te vea abrazarlo solamente a él, cuando sea hora de mirarte observar a alguien más.

Y es que en realidad no importa quién llegó o no primero a ti. Al final eres tú quien decide.

Porque sobre aviso no hay engaño, ¿cierto?

La adolescencia ya no es tan genial como creí e imaginaba que sería cuando era niño. Me siento estafado.

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Ya no aguanto está cosa llamada: "no tener a un Kang JoongGuk en mi vida que me quiera como él quiere a JeWeil".😔🔫

Respecto al capítulo en general, no es mucho pero es trabajo honesto, besties.( ◜‿◝ )💗

Espero que se encuentren bien, bellezas. <3
Muchas gracias a las personitas que recientemente han estado votando y agregando a FYJ en sus listas de lectura, se los agradezco un montón. Realmente espero que la historia siga siendo de su agrado hasta el final.✨♡✨

Y por último, es de mi desagrado informarles que hoy regresé a clases presenciales, y nadie me cayó bien, jajjakandn xd. JeWeil, sal de mi cuerpo. 😩🔫

Gracias por su espera, recuerden que se les ama un montón.💜

~MJ☁️

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¡Gracias por leer!💙