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🌹•FORTY FIVE XLV•🌹

Después de estar pensando a profundidad mientras miraba el techo de mi habitación, después de haberme quemado el cerebro intentando saber qué ocurría en casa de JoongGuk, al final del día no hice nada más que resignarme a dejar de sacar conclusiones que bien podrían ser falsas y absurdas, a ideas que parecían tontas de momento, y por supuesto que me tuve que regañar a mí misma porque dije que esperaría a que él me dijese todo... O al menos un poco.

Paciencia, JeWeil, paciencia.

Me sentía frustrada y abrumada porque no tenía otra forma de ayudarlo mas que apoyarlo en lo que sea que estuviera a pasando. No podía hacer otra cosa más que escucharlo.

Y eso me molestaba.

Maldije a más de medio mundo porque al día siguiente Kang faltó a clases, y yo me encontraba extrañamente preocupada por él desde la platica que tuvimos ayer.

En fin, eso no tiene nada qué ver con que justo ahora Hanhi y Taehyung se estén peleando por el simple motivo en el que Kim se enteró primero que todos acerca del recién noviazgo entre Jeon y yo.

Rodé mis ojos por tercera vez mientras mi rostro yacía con aburrimiento entre mis manos y mis codos recargados sobre la mesa.

No los entiendo, ¿qué se supone que pelean exactamente? Ni que te fueran a regalar algo o fueses a ganar equis cosa solo por saber una noticia antes que todos, o al menos este no fue el caso a decir verdad.

— Ya supéralo. —farfulló Tae desde el otro lado de la mesa—. Soy mejor que tú en esto, acéptalo.

— ¡Nunca! —refutó Lim bufando—. No puedo creer que seas tan cínico. ¡Yo fui quien te dio la idea de que la acompañaras por el regalo de Park a pesar de que quería ir en tu lugar! —le recordó con un puchero inconforme y molesto.

— ¡Pues qué reconrosa eres! —exclamó cruzándose de brazos.

— ¡Yo habría ido en vez de ti de no ser porque me sentía de la mierda! —chilló con frustración.

— ¡Pero esa no es mi culpa, por Dios!

Suspiré haciendo oídos sordos a su conversación preguntándome dónde estaría Jeon. Dijo que almorzaramos juntos pero él aún no se digna a aparecer por aquí. En realidad no sería de mi urgencia su presencia de no ser porque ya tengo hambre y mi estómago comienza a gruñir. Además, él fue quien me insistió para que lo esperara, y he aquí a una JeWeil que juro nunca esperar a alguien cuando se trata de comer.

¿Hasta dónde has llegado, Weil? Tu antigua tú estaría burlándose de ti ahora mismo.

— Weil, ¿por qué aún no comes nada? —cuestionó Hoseok haciendo que los otros dos guardarán silencio ante su pregunta—. ¿Estás esperando a alguien?

— Sinceramente me gustaría decir que no. —respondí con una sonrisa forzada.

— ¿Esperas a Jungkookie? —insinuó con diversión.

— ¿En serio es tan obvio? —musité algo avergonzada porque sé muy bien que no soy de esperar a alguien para poder comer.

Una pequeña sonrisa burlona salió de los labios de Hanhi a quien miré de mala manera, quien ante ésto, guardó silencio de inmediato y evitó verme mientras comía como una evasión hacia mi persona.

Cobarde.

— ¿Sabes a dónde fue Jeon, Taehyung? —interrogué al mejor amigo de mi objetivo, provocando que me prestara atención sin problema—. Dijo que no tardaría pero ya lo hizo, y además ya tengo hambre.

— No, de hecho tampoco he visto a Jimin y a Jin. —comentó encogiéndose de hombros—. ¿Quieres que vaya a buscarlo? Ya terminé de comer así que no hay problema si lo hago.

— No, está bien así. —dije debatiendo conmigo misma para decidir si comer con o sin él—. Si no viene aquí en tres minutos comeré yo sola. —sentencié mirando la hora en mi celular, dándome cuenta de que él receso ya no tardaba en terminar.

— No creo que JungKook se moleste contigo por no haberlo esperado para comer. —opinó Jung con sus comisuras arriba, dándome la confianza de que sería así—. Eso sin antes mencionar que ni siquiera tiene una bandeja de comida aún.

— Además, ¿por qué te preocupa que se moleste, mmh? —preguntó Hanhi ladeando un poco su cabeza—. Vamos, JungKook no es Lee, Weil. —susurró en mi oído con amargura—. Creo que los tres estamos de acuerdo en que Jeon no es como ese tipo de chico. —comentó está vez para todos con normalidad.

En ningún momento pensé en Lee pero ñeh. Sé muy bien que mi lindo idiota no es igual a él. No hay comparación con Jeon en lo absoluto porque ojitos de Bambi es más bonito en todos los aspectos, pff.

Qué tontería. No tengo tiempo de pensar siquiera en ese bastardo.

— Si se llega a enojar aunque sea un poco, voy a golpearlo. —me ánimo con su inusual sonrisa cuadrada, guiñándome su ojo derecho—. No literalmente pero lo he de sermonear.

— Oigan, no es para tanto. —señalé encogiéndome de hombros—. Comeré sin él. —decidí sin tanto alboroto.

Tomé el par de palillos con mi mano derecha dispuesta a llevarme un bocado de comida a mi boca pero sus miradas atentas a mis movimientos me hicieron removerme incómoda sobre mi lugar, ante ésto aclaré mi garganta con una mueca bastante obvia.

¿A quién le gusta que lo observen comer? A mí no.

— ¿Por qué rayos me miran así? Dejen de hacerlo que quiero comer en paz.

— Oh, lo sentimos. —se disculpó apenado, Tae—. Es que eres la única de la mesa almorzando. —formó una línea recta con sus labios—. Como sea, continúa comiendo, Weil.

Resoplé.

— Oh, ¡hyung, por aquí! —alzó su mano Hoseok, en busca de que quien supongo es Seokjin; lo encontrara con mayor rapidez.

Ignorando ese hecho, comencé a almorzar algo apurada debido a la hora. No vuelvo a esperar a nadie en mi jodida vida a almorzar en el instituto.

Es perder tiempo y también implica que me quede con el estómago vacío hasta la salida.

— ¡Bonita, aquí estás! —exclamó poniendo su rostro justo delante del mío, teniendo así su cara un tanto cerca, provocando que yo lo mirara de forma rara porque su expresión es extraña—. Lamento haber llegado tarde, por favor, no me mates por ello. —pidió avergonzado.

— No te vuelvo a esperar en mi vida. —dije neutra mascullando, aún con el bocado en la boca a medio masticar con mis cejas fruncidas—. Aléjate de mi cara que quiero terminar de comer antes de que ese estúpido timbre suene. —ordené.

— Traje jugo de uva y un paquete de galletas de vainilla sólo para ti. —informó haciéndose el inocente.

O bueno, puede que sí. Puedo soportar tener mi estómago vacío si me esfuerzo un poco, puedo hacer una exclusiva excepción con él.

— Si hubieras hecho esto hace unos días, no lo aceptaría. Pero tú y yo estamos de acuerdo en que un amigo ya no eres. —comenté logrando que mi bonito sonriera ampliamente—. La suerte está de tu lado, Jeon.

Imaginemos que esto no es un intento de soborno y que él sabe que todo eso que dije antes no va en serio y que tampoco estoy molesta.

— Lo siento, Weil. —habló Jin—. Tuve que llevarme a JungKook porque necesitaba que me ayudara con algunas cosas. —explicó con simplicidad y yo le di una mirada que le decía que no había problema en lo absoluto.

— ¿Y Jimin? —preguntó Taehyung buscando a susodicho con la mirada a su alrededor.

— Se fue con la chica de la vez pasada en cuanto terminamos. —respondió Seok—. Creo que está vez va en serio eso de querer estar con alguien.

— Nunca entenderé la urgencia de las personas de querer tener pareja. ¿Cuál es su prisa, quisiera saber yo? —inquerí recibiendo las cosas con gusto que JungKook me había traído—. ¿Ustedes me podrían contestar mi duda?

— Supongo que la necesidad de recibir afecto es algo complejo en ocasiones, Weil. O quizás sólo quieres volver a sentirte bien o pasarla genial. —se encogió de hombros Jung mientras explicaba lo que pensaba al respecto—. La mayoría de los jóvenes suelen estar con cualquier persona que les haga pensar que llenarán ese vacío. Puede que incluso sólo lo hagan por mera diversión.

— Suena como algo absurdo y alguien impulsivo. —opiné comiendo nuevamente.

— Oye, no me digas absurdo, Weil. —se quejó Tae con una mueca.

— Al menos no dijiste que eras impulsivo. —señaló Hanhi burlándose de Kim—. Siendo sincera, no pareces ese tipo de chico, Taehyung. Tienes pinta de alguien que va con seriedad en una relación.

— Eso era antes, aún me siento avergonzado por mi yo del pasado.

Rodé mis ojos recargando mi cabeza sobre el pecho de Jeon, quien se hallaba detrás mío con sus brazos alrededor de mis hombros sin recargarse sobre mí del todo.

Comienzo a tomarle gusto al hecho de querer tenerlo así de cerca cada que puedo. Me gusta el contacto físico si de Jeon hablamos.

Me gusta él.

Terminé mi comida como pude ante el poco tiempo que quedaba, el receso concluyó no mucho después de ello, por ende cada quien se fue por su lado hacia su respectivo salón de clases.

Y las personas no mienten cuando dicen que los chismes corren en boca de todos demasiado rápido.

Apenas tomé asiento delante de Hanhi, un espermatozoide evolucionado se me acercó para preguntar lo que es obvio en parte.

— Hey, JeWeil, ¿es cierto que Jeon JungKook y tú están saliendo? —cuestionó con curiosidad la castaña—. Es decir, Haru está como loco diciendo que le sorprende verte dando afecto a tu manera a alguien que no sea Hanhi.

— Ese miserable. —dije entre dientes buscando a susodicho con la mirada—. ¡Nam Haru! —exclamé su nombre en cuanto encontré al idiota.

— ¿¡Qué quieres, MinMin!?

¿Por qué todo el mundo me pone apodos?

— ¡Deja de hacer chismes sobre mí, estulto! —ordené desde mi lugar.

— ¡Tú y yo sabemos que no es un chisme del todo!

Lo maldije por lo bajo escuchando la pequeña risita de Lim quien parecía divertirse ante mi actual situación.

— Además, deberías estar feliz, MinMin. —opinó acercándose a mí—. Sinceramente, yo nunca te creí cuando me dijiste que no tenías interés en él, y tuve razón. Ahora resulta que es tu novio, aw. —resoplé recordando aquellas palabras—. ¿Debería ir y contarle la etapa en donde tu cara parecía ser el cráter de algún volcán?

— Imbécil. —mascullé—. Tú no estabas muy limpio de la cara que digamos, así que no te quejes. —bufé resentida tocando mi rostro ante su comentario.

— Eso es verdad, entonces... ¡Ya sé qué puedo ir a decirle! —gritó casi con emoción—. Que tú y yo fuimos un “casi algo”. —susurró con esa estúpida mirada que te hace saber que es un vil demonio.

Abrí mis ojos colocando mi mano sobre su boca para que se callara de inmediato. Jodido Haru.

— Ni siquiera lo pienses animal sin cerebro. —advertí—. No se te ocurra ir con él, pedazo de tonto. No te metas con Jeon.

Carraspeó burlándose de mí.

— Pero no lo haré porque quedamos en buenos términos, MinMin. —lo observé con ganas de querer darle un buen golpe en la nuca, y lo sabe.

— Eres un idiota. Además, eso ya tiene un buen tiempo, no tiene nada qué ver con él ahora. —dije con una mueca.

— ¡Es broma, MinMin! —soltó una sonora carcajada—. Ni conmigo te vi tan afectiva, no es muy justo para mi yo del pasado. —resopló con aires de inconformidad fingida—. Sólo quiero que estés consciente de que desde que descubriste su existencia me hiciste a un lado, mejillas de bombón. —chasqueó su lengua—. Ya acéptalo, te gustó Jeon desde que lo viste.

— ¡Qué no fue así, entiéndelo de una vez, por Dios...! ¡Y ya deja de ponerme apodos, joder! —musité frunciendo mi frente cansada.

— ¿Por qué? —parpadeó con pausas haciéndose el inocente—. Tienes mucho potencial para sacar memes y cada cosa que haces o dices me da ideas para ponerte apodos. —explicó encogiéndose de hombros, girando un poco su cabeza en dirección a mi querida amiga—. Oh, hola Hanhi, no te había visto. Ya sabes, no es como si fueras tan alta, ¿verdad? —bromeó ante la mirada llena de fastidio de Lim sobre él.

— Vete al carajo, Haru. —respondió poniéndose de pie con la intención de ir hacia el azabache.

— Ay, yo también te quiero mucho, compañera de clase. —le envió un beso en el aire mofándose de ella—. Espero que tu taza de vida no sea mucha. Ya sabes que yo siempre te desearé lo mejor. —posó nuevamente su atención en mí—. En fin, adiós, MinMin. —dijo caminando con rapidez al lado contrario para no ser atrapado por Hanhi.

— ¡Un día de estos te voy a dar una gran patada en el poco trasero que tienes y mi Hobi no estará ahí para detenerme! —informó con anticipación sus planes—. ¡No entiendo cómo es que entre miles de espermatozoides logró ganar el más estúpido! —chilló al no lograr llegar hacia él con éxito—. ¡Ven aquí, cobarde!

— ¡Te iré a acusar con Hoseok porque me amenazaste, Lim! ¡Y mi trasero es más grande de lo poco que tus ojos pueden lograr ver por fuera!

— ¡Ya mejor cállate!

— ¡Ven y cállame tú!

El silencio se presentó de la nada ante su comentario, el cual no sonó muy bien que digamos.

— Retiro lo dicho porque se escuchó mal. —musitó mordiendo sus labios apenado.

— Sólo guarda silencio, ¿quieres? —pidió Lim con tranquilidad, y Nam lo único que hizo fue asentir acatando tal orden sin problema—. Cada vez que te quedas callado mi vida deja de ser un poco menos ruidosa.

— Si sigues diciendo que me calle hablaré más, loca.

— Oye, casi no digo esto pero... Vete a la mierda, Haru.

— Ay no, acabo de irme de ahí y ya me enviaron de vuelta. —bufó con una mueca triste, fingiendo limpiar lágrimas inexistentes de su rostro—. Qué vida tan bonita tengo yo.

— Y ojalá siga siendo así de bonita.

— Igualmente, compañera.

Y está es una pelea de nunca acabar entre estos dos, pff.

— MinMin, ¿sabías que yo podría ser mucho mejor amigo que Hanhi?

— No, y ya cierra la boca.

— Mala.

•••

La observé con detenimiento en silencio, admirando su tierno perfil y la concentración con la que resolvía ejercicios matemáticos sobre su libro, su frente arrugada y su semblante fastidiado me hacen saber que está cansada de tantos números.

Ya sé que dije que estudiaría con ella pero creo que haré todo menos eso. Sólo así aceptó que me quedara aquí un rato.

¿Pero qué puedo hacer? Ella me pidió quedarme callado si no tenía algo bueno que aportar para su tarea. Y es que lo he estado haciendo porque en realidad no soy mucho de ayuda para Weil en estos momentos, yo tampoco soy bueno con los números.

Lo siento, bonita.

— ¿¡Y de qué mierda me sirve reducir los jodidos radianes a grados, dime, de qué me sirve!? —exclamó estresada claramente.

Ni siquiera quiero mirar lo que sea que esté resolviendo, de sólo verlo sé que me dolerá la cabeza.

— Weil.-

— Shhh. —siseó—. No digas nada si no es para ayudarme.

Me tragué mis palabras de ánimo de inmediato formando una línea recta con mis labios debido a su firme orden.

—Ya está, yo no heredé la inteligencia de papá. —musitó rendida, recargando su cabeza sobre mi hombro—. Soy un asco para esto. Por favor, mátame ya, Jeon.

— Suficiente, es hora de descansar un poco, JeWeil. —dije pasando mi brazo por sus hombros, atrayendo su cuerpo más hacia el mío—. Estás saturada, así nunca podrás terminar.

— Quiero darme un tiro. —comentó abrazando mi cintura, acorrucando su rostro sobre mi pecho—. Y quiero dormir, pero papá dice que he estado durmiendo demasiado.

— Mamá me dice lo mismo, pero tu padre es médico, él sabe lo que te dice, bonita. —argumenté acariciando su cabeza—. No creo que sólo lo diga para molestarte, él solo cuida de ti.

— Al menos tu madre te lo dice, la mía ni siquiera se ha de acordar de que también soy su hija.

La miré con curiosidad ante sus palabras y el tono apagado en el que lo dijo. Si bien nunca he preguntado por su familia más allá del señor Min, a quien solo conozco y quien he notado es la única persona con quien vive Weil.

Quiero saber más acerca de la chica cruel y su familia, así como me gustaría que ella conociera sobre la mía. Pero tampoco es como si pudiera obligarla a decirme, y aun más si es la primera vez que habla acerca de su progenitora.

— Jeon... —me llamó, sintiendo como se aferraba a mi torso mucho más sin lastimarme.

— Dime, bonita. —la animé a continuar.

— ¿Cómo diablos le haces para tener una cintura tan genial? —cuestionó de la nada, rompiendo el ambiente tensó que se había formado hace unos segundos—. Quiero tener tu cuerpo.

Solté una carcajada porque ella parece tener el don de cambiar de humor como si nada.

— ¿De qué te ríes? Hablo en serio, tu cuerpo es demasiado bonito.

— Eso me hace sentir realmente bien conmigo mismo, ¿sabes? Sigue diciéndome ese tipo de cosas, me gusta que vengan de mi novia.

Mi novia.

— Oye, me comienza a agradar que ese par de palabras salgan de tu boca.

— ¿De verdad? —asintió con frenesí—. Pues a mí me gustas tú.

— ¡Ay, ya cállate! —me soltó y se alejó de mí de golpe, asutándome por un momento ante su movimiento brusco y repentino—. Haces que mi cara se sienta caliente y mi corazón se acelere demasiado.

— ¿Y eso es bueno o malo? —inquerí notando su timidez saliendo a flote.

— Es malo. —respondió—. De ahora en adelante procuraré no abrazarte, eso hace que me vuelva tonta.

— ¿Qué? ¿Por qué? —cuestioné buscando su mirada, la cual me evitaba—. Min JeWeil... —la llamé en un tono alargado—. No me quites tu afecto cuando comienzo a quererte más.

— Atrás. —dijo cuando vio mis intenciones de acercarme—. No te acerques, necesito dejar de sentir mi rostro caliente.

— Pero si así te ves más bonita, Weil. —comenté con una sonrisa.

— No te escucho, estoy sorda ahora.

Reí un poco con diversión cuando cerró sus ojos e hizo ejercicios de respiración para mantener la calma y la cordura sobre sí misma.

Y mientras ella yacía concentrada en lo que hacía sentada con sus piernas en forma de mariposa, yo, por mi lado, simplemente tomé la decisión de depositar un casto beso en su mejilla izquierda.

Acto que la desconcertó por completo, y eso lo hace mucho más divertido.

Incrédula me miró directamente a los ojos con su boca entre abierta y una expresión bastante confusa para mí. No sé si está sorprendida o está en una posición neutral.

— Uy, creo que eso de que quieras que tus mejillas dejen de estar rojas se está complicando un poco, ¿no lo crees? —dije burlándome de su expresión.

— Al diablo con mis mejillas, dame otro de esos.

Oigan no es justo, se supone que es ella quien debe de actuar tímida, no yo.

Sabe jugar jodidamente bien conmigo y las palabras.

— ¿Qué?

— Dije que quiero más de esos, da igual si me sonrojo. Necesito saber si me gusta más eso o abrazarte. Uno de los dos debe ser peor que el otro. —explicó de un forma en la que se escuchaba ser bastante complicado decidir.

— Creí... creí que me ibas a regañar. —confesé tragando saliva con dificultad cuando tomó asiento sobre sus piernas para quedar frente a frente conmigo.

Esto es psicología inversa, no tengo pruebas pero tampoco dudas.

— Anda, besa mi mejilla, por favor.

— No, ya no quiero.

— ¡Ayy, ¿por qué no, Jeon!? —chilló formando un puchero con sus rosados labios.

— Yo tampoco quiero tener mi cara roja. —contesté siendo consciente de que ella acercaba su rostro cada vez más al mío—. Así que no.

— Eres cruel, Jeon. —susurró a unos escasos centímetros de mis labios los cuales casi rozaban los suyos—. No puedes dejar la comida a medio comer.

— ¡Oye, eso sonó mal! —exclamé alejándome de mi bonita atrevida.

— ¡Pero es la verdad! —bufó con una mueca—. Si no lo haces tú, lo haré yo.

— ¿Cómo que tú?

No me dio tiempo de procesar siquiera lo que dijo cuando tomó mi cara entre sus manos y plantó un lento y tortuoso beso sobre mi mejilla derecha para después soltarme con calma.

— Lo siento, realmente quería besarte. —confesó está vez ella, sonriendo un poco con vergüenza debido a su comportamiento poco usual—. No en la mejilla pero tampoco puedo andar haciendo lo que yo quiera, ¿verdad?

¿Esa fue una indirecta?

— Eres rara, Weil.

— Eres tonto, Jeon.

En silencio noté su mirada sobre mis labios, así como yo los observaba antes de que nos convirtieramos en lo que somos ahora.

— JungKook... —habló después de unos largos segundos.

Que me llamé por mi nombre y no por mi apellido hace que me coloqué nervioso porque sé que ella quiere tanto como yo.

— ¿Puedo besarte? —concluyó sin muchos rodeos acerca de sus deseos.

Tan sólo acuné su rostro entre mis manos, lo atrajé hacia mi dirección y sin pensarlo mucho uní mis labios con los de ella. Segundos después sentí como sus manos se aferraban a mis hombros sin dejar de lado su tarea que consistía en que sus suaves belfos abrazaran los míos con lentitud, disfrutando del momento.

Sentí cómo sonreía un poco en medio acto, eso me causó felicidad porque me hacía saber que estaba igual de ansiosa que yo.

Sólo podía pensar en que besarla se siente mucho mejor de lo que imaginaba, muchísimo mejor de lo que en mis sueños parecía.

Ella es mucho mejor que cualquier sueño que yo haya tenido.

Estoy casi seguro de que Min JeWeil no sólo me gusta, va más allá que eso y no lo sabe.

Me emocioné y escribí 3583 palabras sin contar las que estoy escribiendo ahora xd. Sentí que fue un montón después de un largo tiempo, jajajajkdlx.

¿Alguien podría decirme desde cuando no actualizo? Es que ya hasta perdí la cuenta v:<

La escuela me está consumiendo demasiado, pero hoy pude concluir el capítulo, yeih :')

Realmente espero que haya sido de su agrado, ¡seguiré mejorando en las escenas de romence! Sé que no es mucho pero es trabajo honesto. 🥺🖤✨

Como siempre, agradezco su espera, su atención y por supuesto su valioso tiempo. <3 Se les ama mucho, y espero que se encuentren bien en todos los sentidos, sisi.

~MJ🌩️

•••

¡Gracias por leer! 💙

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