Capítulo 8: La elección de amar.
••• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••••

t/n camina alegre por el bosque. Los últimos días han sido simplemente grandiosos. Todo en el bosque de Pandora es paz y tranquilidad, el pueblo está en armonía y parecen ser tiempos de abundancia y prosperidad. A pesar de que días atrás ella y Neteyam se metieron en problemas, las cosas con los Sully lograron calmarse. Si bien t/n sabe que Jake y Neytiri seguirán cargando de responsabilidades a su hijo, también está segura de que al menos ahora, saben que Neteyam también necesita algo de descanso.

Pero eso no es lo único que trae tan feliz a t/n. Desde aquel día en que ayudó a Neteyam a tener un día libre de sus responsabilidades, las cosas han cambiado entre ambos. Pasan más tiempo juntos, desde el amanecer al anochecer. Ella ha comenzado a contar las veces que Neteyam la toma la mano o la abraza por sorpresa, y no está segura de haber llevado bien la cuenta.

t/n simplemente está en las nubes. Siente que algo más surge entre ambos. Ella lleva días, semanas, meses y tal vez años, negándose a sí misma algo así. Neteyam y ella son sólo amigos, pero cada vez está más segura de que no actúan como tal.  t/n le ruega a Eywa estar en lo cierto y no estar cayendo lentamente en un falso sueño.

Mientras t/n divaga en sus pensamientos, recorre el bosque. Entre tanta vegetación, no se ha dado cuenta que a metros de ella están otras chicas na'vi de su edad, charlando sentadas en la hierba.

—Rukhe es realmente guapo—Susurra una chica en medio de una risa. Las orejas de t/n se alzan con curiosidad y procurando no ser vista

—Tanuk no está nada—Responde otra. Para entonces, t/n ya ha descubierto de quien se traata. Frente a ella, se encuentran tres chicas, específicamente Rimaye, Pimuy, y la peor de este trío, Tsifú.

—No me interesa Rukhe ni Tanuk—Alardea Tsifú.—Mi único interés es Neteyam

—Tienes que estar bromeando ¡Tú y Neteyam!—Responde Rimaye, una na'vi de trenzas cortas.

T/n pone especial atención a la conversación, especialmente desde que Tsifú ha nombrado a Neteyam.

—Así es—Responde Tsifú.—No pueden decirle a nadie pero....—Tsifú hace una pausa y disminuye el volumen de su voz.—Mis padres se reunieron hace unas noches atrás con Jake Sully y Neytiri

—¿Qué quieres decir?—Pregunta Pimuy con ingenuidad.

—Nuestros padres están planeando comprometernos—Se jacta Tsifú.

En ese instante, el corazón de t/n se paraliza. Está segura de que sus oídos zumban con fuerza y el sudor corre por su cuerpo en un incómodo escalofrío.

—Era cuestión de tiempo, ya saben—Agrega Tsifú.—Neteyam será Oloektan, y yo soy la chica adecuada para ser su Tsahik

—Es increíble ¡Dirigirás todo el pueblo y además con el chico más guapo de todos!—Felicita Pimuy.

—¡Shhh! Baja la voz—Regaña Tsifú.—Aún no es oficial, pero estoy segura que dentro de poco anunciarán la noticia. Más temprano que tarde, Neteyam será mi prometido

Entonces t/n está decidida a no oír más aquella conversación. Lágrimas caen por sus mejillas mientras intenta calmar su respiración y dirige su camino lejos de allí. Mentalmente se regaña por ser tan tonta, por ilusionarse con la señales equivocadas. ¿En serio pensó que una na'vi ordinaria como ella podría tener algo más que una amistad con Neteyam?

Tsifú es perfecta. Su cabello es el más largo y cedoso, es una gran cazadora y además canta maravilloso. Sus padres son reconocidos por todos los Omaticaya, y t/n está segura de que es la Tsahik perfecta para Neteyam. Una na'vi perfecta para un chico perfecto para Neteyam.

Después de todo, ¿Qué tiene t/n para ofrecerle a él? No es más que una huérfana, la rara de las chicas de su edad, ni siquiera ha podido montar su propio Ikran. En definitiva, a ojos de cualquiera, no puede ser más que su amiga.

[...]

—Lo estás haciendo muy bien—Felicita Jake Sully a su hijo, quien recientemente ha logrado cargar una arma por sí solo.—Recuerda no decirle nada a tu madre

—Lo sé, papá—Dice Neteyam entre una sonrisa.

Jake le sonríe de regreso. Neytiri insiste en que debe alejar a sus hijos de las armas humanas y de su entrenamiento militar, pero Jake tiene un presentimiento, un mal presentimiento. Cada noche mira al cielo y teme por el regreso de los humanos, teme por la inevitable venganza de las personas del cielo. Por ello, intentar estar preparado y eso incluye enseñarle a sus hijos todo lo necesario.

—Creo que terminamos nuestro entrenamiento por hoy—Comenta Jake, recogiendo las armas que habían estado utlizando.—Además, te noto distraído una vez más ¿Qué ocurre, hijo mío?

—Nada importante...—Dice Neteyam, pero inmediatamente se arrepiente de sus palabras.—Bueno, de hecho, si hay algo

—¿Qué es?

—Algunos chicos están hablando sobre...algo—Dice Neteyam, teniendo dificultad para encontrar las palabras adecuadas.—Oí rumores de que tu y mi madre quieren, comprometerme con Tsifú

—Oh—Suelta Jake.

—¿Entonces es cierto?—Pregunta Neteyam confundido.—¿Planean casarme con ella?

—No te alarmes antes de tiempo Neteyam—Tranquiliza Jake mirando a su hijo fijamente.—Los padres de esa chica vinieron a nosotros con la idea

—¿Y? ¿Qué decidieron?—Pregunta Neteyam con su corazón acelerado.

—A tu madre le gustó bastante la idea—Confiesa Jake en un suspiro, mientras rasca su nuca.—Ella dice que Tisfú es una na'vi ejemplar y podría ser una gran Tsahik

—Entonces veo que está decidido—Dice Neteyam abatido.

—Hey, no—Detiene Jake.—Les dijimos que era demasiado pronto, apenas tienen catorce años

—Padre...—Dice Neteyam tomando una gran bocanada de aire.—Tu y mi madre no fueron obligados a casarse y yo....yo quiero eso. Quiero poder elegir

—Lo entiendo—Susurra Jake.—Las tradiciones de este pueblo se pierden con el tiempo, y tienes que entender que tu madre desea que los Omaticaya sean fuertes, con un gran Oloektan y una sabia Tsahik—Agrega Jake Sully.—Pero te prometo que jamás te obligaremos a unirte con alguien a quien no ames

—Entiendo—Responde Neteyam con mucho más alivio.

—Después de todo, tu madre estaba comprometida cuando me uní a ella y...

—Papá, no quiero detalles—Dice Neteyam asqueado.

Jake suelta una carcajada y sacude el cabello de su hijo. Lo observa con una sonrisa, y sólo puede agradecer mentalmente a Eywa por haberle dado el honor de ser padre de aquel grandioso chico.