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033. championship

CHAPTER THIRTY-THREE
❝campeonato❞
stranger things season 4 | act. four






LA MIRADA DE NANCY estaba pegada en las manos de Alex tocando la guitarra en el pequeño escenario. La manera en que tomaba el micrófono y pegaba los labios a el al cantar y como se mostraba tan libre ahí arriba.

Seguía siendo un bar de un pueblucho donde casi nadie iba pero se veía tan el cuando tocaba música. No importaba si la canción era triste, el se veía más tranquilo que nunca.

—La siguiente canción —dijo Jack desde la batería— la escribió nuestro guitarrista. ¿Alex?

—Esta canción se llama Cry Baby —dijo Alex con una pequeña sonrisa antes de mirar a Nancy que estaba en una mesa en primera fila y le guiñó un ojo.

Habían pasado seis meses desde que los Byers se fueron a California y nueve desde la muerte de Hopper. Los primeros meses habían sido difíciles, Alex se había quedado con los Wheeler's un par de semanas hasta que junto suficiente dinero y en vez de arrendar algo, se dedicó el mismo a arreglar la cabaña.

Nancy no había dicho nada al respecto, pues creía que martillar cosas era una extraña pero efectiva manera de sacar sus sentimientos y tenía razón, pues Alex cada día estaba más tranquilo. Habían días donde nadie lo sacaba de la cama y apenas comía y otros donde parecía tener más energía que nunca y hacia de todo hasta caer desmayado del cansancio.

Pero estaba mejor y Nancy se aseguró de que no volviera a consumir, ni que se refugiara en el alcohol como lo había intentado. Fue su soporte y no, no había oficializado aún pero ambos sabían.

No iba a volver a repetir sus errores.

I think i talk too much i need to listen, baby —cantó Alex, moviendo la cabeza al son de la guitarra—, i need to listen, baby, i need to listen good. I think i try too hard, how i look, what i do, what i'm sayin', i spend too much time explainin' myself i hope there's sone time to change it.

Nancy se reclinó en el asiento, mezclando con la bombilla su mojito sin alcohol y escuchando atentamente. No había escuchado esta canción antes.

I can taste it, my heart's breakin', please don't say
That you know, when you know
I can't take it, I'm impatient, tell me, baby
Now I know, you should go
I know I'll fall in love with you, baby
And that's not what I wanna do
I hope you won't ever lie to me
And if you do, I know I won't be your cry baby

Emily sonrió al ver que Nancy estaba empezando a entender y bajaba el vaso. Alex que había dejado la guitarra, se bajó de un salto del escenario y sacó una rosa de quien sabe donde antes de inclinarse sobre la mesa de Nancy y extenderle la flor con una sonrisa.

I think I worry a lot
I need to take it easy
I got this anxious feeling
But it goes away for a minute when I'm with you breathing
I can taste it, my heart's breakin', please don't say
That you know, when you know
I can't take it, I'm impatient, tell me baby
Now I know, you should go
I know I'll fall in love with you, baby
And that's not what I wanna do
I hope you won't ever lie to me
And if you do, I know I won't be your cry baby

Alex volvió al escenario, las pocas personas que habían en el bar sonreían y miraban la interacción con ternura, finalmente interesados en la música. Alex siguió la ultima parte, que era una repetición de la letra del inicio y terminó de cantar justo cuando el mesero puso un plato de pastel frente a ella. En el plato estaba escrito con chocolate un corto: "¿Quieres ser mi novia?".

El bar entero quedo en silencio por un segundo antes de que las personas borrachas se pusieran a aplaudir, pero la banda entera estaba con la mirada fija en Nancy, esperando cualquier reacción. Alex tragó saliva nervioso al no verla reaccionar y carraspeó en el micrófono.
—¿Nance?

Poco a poco una sonrisa empezó a aparecer en los labios de la castaña y subió la cabeza antes de asentir.
—Sí quiero.

—¡Eso! —gritó Jack alzando los brazos emocionado.

Nancy se levantó y Alex bajo del escenario. Ambos se acercaron y Alex no perdió el tiempo en tomarla por la cintura y besarla despacio, pero firme. Nancy rodeó su cuello con sus brazos y se apegó a el, acariciando su cabello con sus dedos.

Si antes habían aplausos, ahora todo el bar vitoreaba y aplaudía, algunos riendo y otros —los mayores— sonriendo nostálgicos, como si esto les recordara a otra época. Alex se separó, pegando la frente contra la de ella y los dos sonrieron. El ojiazul fue el primero en hablar.
—Te amo, Nancy.

—Yo también te amo, Alex —susurró ella, cerrando los ojos y sin dejar de acariciar el cabello de su ahora novio oficial.

—Mañana a la noche veo a Heidi, pero el problema con ella es que se va a estudiar lejos —dijo Steve—. ¿Quiero empezar otra relación que solamente sea para tener sexo? No sé. ¿Tiene sentido lo que digo? Chicos, ¿me están escuchando?

—Sí/No —dijeron Robin y Alex al mismo tiempo.

La chica se estaba maquillando en el asiento del copiloto, claramente sin prestar atención y Alex estaba con los ojos cerrados en los asientos de atrás, tratando de dormir. No tenía sueño, solo estaba aburrido.

—¿Que dije? —le preguntó Steve a Robin.

—Algo sobre el sexo con Linda.

—¡No, hablo de Heidi! —reclamó.

—Cambias de mujer más de lo que cambias de ropa interior, Steve, dios —se quejó Alex lloriqueando—. ¿Quien era Heidi?

—¡Afloja un poco! —gritó Robin estresada—. Tu vida amorosa es laberíntica. Son las siete de la mañana, tenemos el show de porristas y parezco un cadáver.

—¿Te preocupa eso? —preguntó Steve—. ¿Esperas que me lo crea?

—Sí, ¿por?

—Te preocupa Vickie —canturreó Alex burlón.

—Claro que no —negó.

—Sí, ¿sabes qué más? —preguntó Steve.

—No me importa —dijo Robin sonriendo sarcástica.

—Creo que deberías dejar de fingir ser otra cuando estás cerca de ella —opinó Steve—. Solo tienes que ser tú misma.

—Literalmente, me estás citando a mí —dijo Robin rodando los ojos—. ¿Te das cuenta?

—Pues escucha tu propio consejo, boba —dijo Alex antes de darle un golpe en la cabeza. Robin le golpeó la mano.

—Lo que dijo el idiota —dijo Steve con la vista en la calle—. Yo lo hice y mírame. ¡Bum! Recuperado.

—No es lo mismo —negó Robin—. invitas a salir a una chica, te dice que no y no pasa nada. Te hiere el ego, quizá, pero si yo invito a salir a la chica equivocada, se acabó.

—Te creería eso, pero Vickie no es la chica equivocada —dijo Steve.

—No lo sabemos —insistió—, ¿o sí?

—¿No les devolvió Picardías estudiantiles pausada...?

—¡En el minuto cincuenta y tres con cinco segundos! —terminó Steve dandole un golpe al manubrio—. ¿Por qué alguien pausaría esa película ahí? ¡Porque le gustan las bubis!

—Iugh —se quejó la chica—. Que asco esa palabra. ¡No digas bubis!

—¡Bubis! —insistió Steve—. No es la gran cosa. A mí me gustan las bubis. A Alex le gustan las bubis. A ti también. ¡A Vickie le gustan las bubis! Sin duda.

Alex se abrazaba el estómago riendo y apoyando la frente en el asiento de adelante. Robin tenía una mueca de estrés y Steve parecía indiferente antes de alzar los hombros.
—Son bubis.

Llegaron a la secundaria y Steve se estacionó. Robin no tardó en bajarse y abrir la puerta de atrás para sacar sus cosas con ayuda de Alex.

Robin se fue y Alex subió al copiloto.
—¿Qué hacemos ahora?

—¿Te queda algo que arreglar? —preguntó Steve volteándose a verlo—. No tengo que ir al trabajo por un par de horas aún.

—Tengo que arreglar el techo aún —murmuró Alex suspirando—. Se arruinó con la nieve en el invierno.

—Reconstruyamos un techo entonces —dijo Steve con falso entusiasmo.

Alex rió antes de que Steve encendiera el auto de nuevo y partieran hacia la cabaña.
—No tienes que ayudarme.

—Has hecho la mayoría solo —negó Steve—. Puedo ayudarte aunque sea un poco. No puedes seguir viviendo sin techo.

—Mi habitación si tiene techo —dijo Alex rodando los ojos—. Es la sala.

—Oh, wow, sí, mucho mejor —se burló Steve—. ¿Por qué no te quedas con Nancy?

—No quiero molestar —negó—. Ya ocupe bastante de su sótano, no quiero abusar de la amabilidad.

—Estoy seguro de que no molestas —dijo Steve suspirando—. Alex, nunca has molestado.

El ojiazul se quedó en silencio, apretando los labios en una fina linea y girando la cabeza para ver los árboles pasar. Steve volteó a verlo por un segundo antes de volver a ver la calle.
—Alex, tu nariz.

Llevó su dedo hacia su nariz y sintió como se mojaba. Se sentó derecho inclinando la cabeza hacia adelante mientras ponía su mano debajo de su nariz y trataba de no manchar nada con la sangre. Steve se estreso y rápidamente se estacionó en el lado de la calle, apretando el intermitente y buscando pañuelos.

Alex abrió la puerta y se bajo, inclinándose hacia adelante y sacudiendo la mano. Se dejo sangrar sobre el pasto, con los ojos cerrados. La cabeza le había empezado a doler. Steve también se bajó, corriendo hacia el, poniendo una mano en su espalda y extendiéndole un rollo de papel higiénico.
—¿Estás bien?

—Sí, sí —dijo tomando el papel y limpiándose la mano—. ¿Por qué tienes esto en tu auto?

Steve alzó los hombros.
—Por si acaso.

Alex enrolló el papel en su mano y lo presionó contra su nariz, respirando por su boca. Steve se quedó a su lado, preocupado hasta que Alex dejo de sangrar y volvieron al auto.

—Eso te esta pasando muy seguido —dijo Steve frunciendo el ceño.

—Estoy bien —dijo Alex negando—. Son las alergias, primavera, ya sabes.

—Mmm —dijo Steve no convencido antes de ver su reloj—. Carajo. Tengo que ir al trabajo, ¿te llevo a tu casa?

—Te acompaño —dijo Alex—. Me voy a aburrir solo.

Un par de horas después, luego del almuerzo donde Alex trajo una pizza para comer con Steve, Dustin llamó a la tienda para hablar con el último nombrado.

Cambia tu cita por una vez —dijo Dustin por el teléfono—. ¡Por favor!

—¿Para estar contigo y Eddie "el Raro" Munson? —dijo Steve—. Sí... paso.

¿Alex? —preguntó.

—Dustin, te quiero mucho —dijo Alex, sentado en el mostrador—. Pero Eddie y yo... uhm... dejémoslo en que me odia. Creo que le debo dinero... le compre... nada. Olvídalo.

Dustin bufó al otro lado.
Solo están celosos porque tengo otro amigo mayor.

—Asco —dijo Steve con una mueca—. Además, me gusta mucho esta chica. Creo que puede ser... ¿Quién sabe? Quizá es la indicada. Tengo clientes. Te llamo luego. Adiós.

Alex se bajó del mostrador y le sonrió antes de caminar por ahí, buscando alguna película. Tres chicas entraron riendo entre ellas y hablando en voz baja.

Alex estaba en unas de las gradas de más arriba, con los brazos cruzados. Robin tocaba con la banda de nuevo y Alex alcanzó a ver a Hazel entre las porristas. También vio a Nancy en una esquina junto a un chico que tomaba fotos.

Estaba trabajando como editora del periódico escolar y le estaba yendo bastante bien.

Steve apareció junto a una chica rubia —¿Brenda?— y se quedó una grada más abajo que su amigo, saludándolo con un corto apretón de manos incluso cuando estuvieron todo el día juntos. El director habló por el micrófono.
—Por favor, de pie para el himno nacional. Hoy escucharemos cantar a una invitada muy especial. Desde Nashville, ¡nuestra Tammy Thompson!

Alex abrió los ojos exageradamente antes de que Steve se volteara con la boca abierta con sorpresa y ambos se giraron para ver a Robin, que también sonreía divertida.

La rubia saludo sonriendo de oreja a oreja hasta pararse frente al micrófono.
—Say, can you see, by the dawn's early light, what so proudly we hailed, at the twilight's last gleaming?

—Muppet —susurró muy lento Alex en el oído de Steve que se tapó la boca para aguantar una risa.

Lo volvió a repetir mirando a Robin y ella rió levemente antes de susurrar:
—Está bien, canta como un Muppet.

Claro que Alex no la escuchaba pero le bastaba para leer sus labios. Vicky al lado de Robin empezó a hablar y la castaña empezó a balbucear. Alex rió y volvió la cabeza hacia Tammy que seguía cantando.

And the rockets' red glare —cantó demasiado agudo y Alex puso una mueca—, the bombs bursting in air, gave proof through the night, that our flag was still there. O say, does that star-spangled banner yet wave, O'er the land of the free and the home of the brave.

Pocos minutos después, el juego empezó y Hawkins metió un punto bastante rápido. Lucas seguía en la banca hasta que Hawkins tenía treinta puntos y la otra escuela treinta y seis. El entrenador metió a Lucas y Alex se puso de pie, estresado viéndolo jugar.

—¡Párteles el culo, Lucas! —gritó Alex y Steve se giró con el ceño fruncido—. ¿Qué?

Hawkins empezó a ganar y cada vez los gritos eran más eufóricos. Alex no entendía mucho, pues nunca fue fan de los deportes pero gritaba cada que el marcador cambiaba.

Estaba muy peleado, cada que Hawkins metía un punto, el otro equipo marcaba inmediatamente después. Jason pidió tiempo fuera y Alex corrió galería abajo hacia Nancy para darle un corto beso.
—Hola, preciosa.

—Estoy trabajando —dijo ella sonriendo.

—Ay era un besito nada más —dijo rodando los ojos con una sonrisa—. Hola.

Saludo a sus dos compañeros que lo saludaron con la mano y apenas llamaron de vuelta al juego, Alex le dio un beso en la mejilla y volvió a su puesto. Jason lanzó la pelota desde media cancha que rebotó y giró alrededor del aro antes de caer fuera pero Lucas tomó la pelota y la lanzó de nuevo. Cuando quedaba un segundo, la pelota cayó directamente dentro del aro y todos estallaron en vitores. Alex  saltó en su asiento y chifló de nuevo, sonriendo.

Hawkins había ganado el campeonato entero gracias a Lucas.









































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