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021. the plan

CHAPTER TWENTY-ONE
❝el plan❞
stranger things season 2 | act. two







TODOS TENÍAN UNA TAREA, Hopper y Alex se encargaron de sacar todo lo que había dentro del ático en el patio de los Byers.

Luego de que cada uno hiciera sus partes separadas, se pusieron a tapar todo el ático con cartones, bolsas de basura, periódicos viejos... cualquier cosa que encontraran. La idea era que Will no reconociera absolutamente nada.

Jonathan y Alex llevaron a Will —que seguía inconsciente— y lo sentaron en una silla que estaba pegada contra un pilar y lo amarraron con cuerdas. Los niños pegaron las luces y las enchufaron, viendo que si funcionó.

Los adolescentes y preadolescentes fueron enviados dentro de la casa Byers.

Cada uno estaba en lo suyo. Dustin y Hazel conversaban animadamente de quien sabe que cosa en el sillón, Max y Lucas estaban hablando sentados en el pasillo, Steve practicaba con el bate, Nancy miraba el techo con aburrimiento y Alex analizaba los dibujos de Will que estaban pegados en la pared.

Jonathan, Mike, Joyce y Hopper estaban con Will.

Las luces empezaron a parpadear y todos se juntaron en la cocina. Pocos minutos después, Hopper entró corriendo.

—¿Qué sucedió?

—Creo que está hablando, pero no con palabras —explicó, escribiendo líneas y puntos en un papel.

—¿Qué es eso? —preguntó Steve.

—Código morse —dijo todo el resto a la vez.

—A-Q-U-Í —deletreo Hopper—. Will sigue aquí. Está comunicándose con nosotros.

Los Byers volvieron a hablar con Will y mientras conversaban, Hopper mandaba las señales por la radio y Alex, Nancy, Steve y los niños lo descifraban.

"Cierren portal"

El teléfono sonó, sobresaltando a todos. Dustin corrió para apagarlo mientras gritaba groserías. Volvió a sonar y Dustin contestó al segundo pero Nancy le quitó el teléfono de las manos y lo arrancó de la pared antes de lanzarlo al suelo.

—¿Habrá oído eso? —preguntó Max.

—Es un teléfono —dijo Steve frunciendo el ceño—. Podría estar en cualquier lado. ¿Cierto?

Un rugido se escuchó a lo lejos y Alex sacó el arma del bolsillo con cuidado.

—Eso no es bueno —dijo Dustin.

—¡Aléjense de las ventanas! —gritó Hopper apareciendo con un rifle y una metralleta—. Alex, ¿sabes usar esto? —preguntó mostrándole el rifle.

—Obviamente —respondió quitándoselo de las manos. Alex se dió la vuelta y le extendió la pistola a Nancy—. Toma.

Hopper, Steve, Alex y Nancy se pusieron frente a la ventana con las armas en alto mientras el resto estaba detrás con miedo.

—¿Donde están? —preguntó Joyce asustada.

Se escuchó un ruido al lado y todos se giraron rápidamente.

—¿Qué hacen? —preguntó Nancy.

Los gruñidos volvieron a escucharse en la primera ventana por lo que todos volvieron a voltearse.

—¿Están rodeando la casa? —dijo Alex con los brazos agarrando el rifle como si su vida dependiera de ello—. Si están rodeando la casa estamos jodidos.

El cuerpo de un demo-dogo entró volando por la ventana, cayendo inerte sobre el suelo mientras cualquiera que tuviera arma le apuntaba. Hopper se acercó lentamente al cuerpo del monstruo.

—¿Está muerto? —preguntó Hazel con una mueca de asco.

—Creo —contestó Max abrazando el brazo de su amiga con fuerza.

Hopper pateó la "cabeza" del monstruo, demostrándole a todos que efectivamente, ya no estaba vivo. La puerta emitió un ruido y todos se giraron, otra vez.

Los cerrojos se abrieron solos y Alex tensó los musculosos apuntando hacia la puerta junto a Hopper.

La puerta se abrió, dejando ver a Once con un peinado hacia atrás que se mantenía con gel, ropa negra, delineador alrededor de sus ojos y la nariz sangrante.

Alex dejó caer el arma antes de correr hacia ella y levantarla en el aire en un abrazo.

—¿Dónde carajos estabas? —preguntó apretándola contra el—. Me tenías preocupado.

Once lo abrazó, ocultando su cabeza en el cuello de su hermano mayor. Alex suspiró con alivio separándose un poco antes de dejarla en el suelo y juntar sus frentes con los ojos cerrados.

Era un gesto que Alex solía hacer con su mamá y era la primera vez que lo hacía con alguien luego de su muerte. Siempre había pensado que era algo demasiado personal para el como para compartirlo con alguien más, pero Once se había convertido en su familia.

Era la única persona con la que quería compartir algo así, incluso si ella no sabía (aún) el significado.

Mike corrió hacia ella y la abrazó de la misma manera cuando los dos hermanos se separaron. Las dos chicas nuevas del grupo miraron a sus amigos con duda y ellos asintieron.

—Nunca perdí la esperanza —dijo Mike con los ojos llenos de lágrimas—. Te llamé todas las noches durante...

—Trescientos cincuenta y tres días —terminó Once llorando de igual manera—. Te escuché.

—¿Por qué no dijiste que estabas ahí? —preguntó el chico—. ¿Que estabas bien?

—Yo no la dejé —contestó Hopper antes de mirar a la niña—. ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estabas?

—¿Dónde estaban ustedes? —preguntó de igual manera viendo a los dos integrantes de su familia.

Hopper los abrazó a los dos y Alex cerró los ojos con tranquilidad.

—Ustedes la tenían escondida —dijo Mike antes de pegarle en el pecho a Hopper y luego a Alex—. ¡La tuvieron escondida todo este tiempo!

—¡Oye! —gritó el adulto separando al niño de Alex—. Conversemos. A solas.

Hopper llevó a Mike a una habitación mientras Alex abrazaba a Once otra vez. El resto del grupo miraba todo con confusión, sin entender mucho.

Once fue a saludar a Dustin y Lucas, que la abrazaron al mismo tiempo con sonrisas de oreja a oreja.

—Te extrañamos —dijo el moreno.

—Yo también los extrañe.

—Hablábamos de ti casi todos los días —dijo Dustin feliz.

Once frunció el ceño y le tocó los dientes con confusión.
—Dientes.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Tienes dientes —repitió Once.

Dustin y Lucas sonrieron emocionados.
—¿Te gustan estas perlas? Grrrr.

¿Once? —llamó Max acercándose con Hazel—. Hola, soy Max. Ella es Hazel. Oímos hablar mucho de ti.

—Es un gusto por fin conocerte —dijo la rubia sonriendo.

Once las vio y pasó de largo para abrazar a Joyce. Alex frunció el ceño y se disculpó en voz baja con las dos niñas.

Joyce y Once fueron a ver a Will y el resto las siguió poco después.

—¿Estuviste con ella todo este tiempo? —preguntó Dustin en un susurro.

—Desde que vivo con Hopper —contestó Alex—. Lamento no habértelo dicho, es una de las pocas reglas que tengo.

—...llevamos a ese sitio, ¿crees que podrías cerrarlo? —preguntó Joyce.

—No es como antes —dijo Hopper—. No es como antes. Creció. Mucho. Y eso suponiendo que podemos meternos ahí. Está atestado de esos perros.

—Demo-dogos —dijo Dustin sonriendo.

—¿Qué dijiste?

—Dije demo-dogos —repitió—. Como Demogorgon y perros. Se unen, y suena genial...

—¿Tiene importancia? —dijo Hopper irritado.

—No —Dustin bajo la cabeza—. Perdón.

Alex le puso la mano en la cabeza y le removió la gorra dejándola caer sobre los ojos del niño que se quejó y le dio un golpe en el brazo.

—Puedo hacerlo —dijo Once.

—No me escuchaste —negó Hopper.

—Te escuché —insistió—. Puedo hacerlo.

—Aun si Ce puede, queda otro problema —dijo Mike—. Si el cerebro muere, muere el cuerpo.

—Creí que esa era la idea —dijo Max confundida.

—Sí, pero si tenemos razón sobre esto, si Ce cierra el portal y mata al ejército del desuellamentes...

—Will es parte de ese ejército —dijo Lucas.

—Si cerramos el portal, lo matamos —terminó Mike.

—Carajo —murmuró Hazel y luego abrió los ojos como platos y se tapó la boca—. Lo siento. Se me escapó.

Dustin la miró con una sonrisa boba antes de que Joyce los llevara hasta la habitación donde Will seguía inconsciente durmiendo boca arriba.

—Le gusta el frío —dijo Joyce y Hopper murmuró un "¿qué?"—. Es lo que me repetía Will. Le gusta el frío —Joyce corrió a la ventana y la cerró—. Le damos lo que quiere.

—Si es un virus, y Will es el huésped... —empezó Nancy.

—Volvemos inhabitable al huésped —dijo Jonathan.

—Así que si le gusta el frío... —Joyce elevó la barbilla—. Lo echamos con calor.

—Pero debe ser en un lugar que no conozca —opinó Mike.

—Sí, lejos.































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