𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙣𝙪𝙚𝙫𝙚
—Por fin llegan, estuvimos esperándolos durante horas.— se quejó Cry cuando entramos a la fraternidad
—Tuvimos algunos contratiempos.— dijo Barca con algunas bolsas en las manos
Eran las 09:24 pm y habíamos comprado más cosas además de la leche, la mayoría de cosas eran para el pequeño gato que de ahora en adelante sería parte de esta familia
—¡Tienen un gatito!.— exclamó al ver lo que estaba en mis brazos
Cry y Juan corrieron a verlo para acariciarlo, mi mirada se dirigió a Roberto que estaba sentado solo en la mesa, una pequeña parte de mí quería hablarle pero sabía que debía tener un poco de dignidad
—¿Cómo se llama?.— preguntó Juan mientras me lo quitaba y lo cargaba él
—Se llama Leo, es nuestro pequeño gatito.— respondió Barca con una sonrisa
Ded salió de la cocina con el pastel en las manos y lo dejó en la mesa, todos nos fuimos a sentar para cantar el tradicional "feliz cumpleaños" y después ver cómo Barca soplaba las velitas
—¿Y que hicieron hoy?.— preguntó Cry mientras comíamos pastel
—Fuímos a un pequeño día de campo.— respondí con una gran sonrisa
—¿Y el gatito? ¿De dónde salió?.— preguntó Juan ahora
—______ me lo regaló de cumpleaños.— respondió Barca
—¿Son novios de nuevo?.— preguntó ahora Ded con una carcajada y yo miré a Barca nerviosamente
—¿Les están haciendo un interrogatorio?.— preguntó Roberto fríamente y todos lo miramos —Hacen muchas preguntas, cállense y disfruten el pastel.—
Todo quedó en un silencio realmente incómodo, yo bajé la mirada a mi plato mientras picaba el pastel que me habían servido, no quería comerlo
De un momento a otro sentí muchas náuseas, me levanté y corrí al baño para después vomitar, sentí como alguien había entrado detrás de mí y sostuvo mi cabello
—Tranquila, sácalo todo.— la voz de Roberto me hizo estremecer
Terminé y jalé la palanca para que todo se fuera, me levanté y giré mi cabeza para verlos a todos dentro del baño, se veían preocupados
—¿Te sientes bien?.— preguntó Barca y yo asentí
—Seguramente fué algo que comí.— aseguré
—Puedo revisarte si quieres.— propuso Roberto
Yo lo miré dudosa, realmente no quería estar cerca de él, quería seguir ignorandolo
—Creo que lo mejor será que te revisen.— habló Ded
—Hay que llevarla a su habitación.— dijo Juan
Sentí como Barca me cargaba y me llevaba escaleras arriba hasta llegar a mi habitación, los demás simplemente nos habían seguido, yo los miré confundida, no me sentía tan mal. Me recostó en mi cama y Cry me cubrió con mi cobija, Juan traía un vaso de agua en sus manos y Ded un pequeño botiquín
—¿No les parece que están exagerando? Solo comí algo que me hizo daño.— recordé al ver como parecían paranoicos
—No estamos exagerando, eres nuestra hermana y nunca te habías enfermado.— habló Juan y yo suspiré
Me quise levantar de la cama pero Roberto me lo impidió, lo miré aún más molesta
—Dejame ver qué tienes.— pidió y asentí sabiendo que no tenía otra opción
Sentí como empezó a presionar un poco mi abdomen mientras preguntaba si me dolía, yo simplemente negaba con la cabeza.
—¿Qué comiste hoy?.— preguntó
—Pastel, fruta y algunos sándwiches.— respondió Barca por mí
—¿Tienes alergia a algo?.— preguntó y volví a negar —Necesito preguntarte algunas cosas un poco más privadas.—
—¿A qué te refieres?.— pregunté sin entender
—Creo que es mejor que todos se vayan.— dijo y lo miré confundida
—Realmente no confío en tí como doctor.— exclamé, era obvio que no me quería quedar sola con él
—Bueno, espero no ser el único que piense en esta opción.— suspiró y me miró fijamente —¿Hace cuánto tuviste tu último periodo?.—
Todos me miraron con los ojos realmente abiertos mientras yo estaba segura que me veía más roja que un tomate, ¿Realmente pensaba que podría estar embarazada? ¿Sería obra del espíritu santo?
—¡El sobrino!.— exclamó Cry —Yo sabía, lo predije.—
—¡Solo es algo que me hizo daño!.— grité para ver si por fin entendían
Me iba a levantar de la cama pero nuevamente me lo impidieron pero esta vez fué Barca
—Debemos llevarla mejor a un doctor.— dijo Juan y realmente empezaba a molestarme que no me estuvieran escuchando
—Dejemos que descanse y mañana la llevamos al hospital a primera hora.— planeo Ded y todos asintieron
—Me quedaré a cuidarla.— habló Roberto
—Yo me puedo quedar sola, solo tuve náuseas, no me voy a morir.— dije
—Mejor nos quedamos todos.— propuso Cry —Pijamada.—
Al parecer a todos les gustó la idea, a todos menos a mí. Parecían haber ignorado todo lo que dije y ahora querían quedarse a dormir en mi habitación. Juan y Ded fueron por dos colchones inflables y empezaron a inflarlos
—No entiendo porque hacen tanto solo para quedarse aquí, les juro que estoy bien.— hablé
—Solo queremos cuidarte.— dijo Roberto, él era el menos indicado para decir que querían cuidarme
—Estan exagerando.— dije de nuevo
—Nada es exageración si se trata de tí.— exclamó Barca mientras se recostaba a mi lado —Queremos que estés bien.—
Ya no sabía de qué manera hacerles entender que ya me sentía bien, al parecer no iban a entender. Pasaron los minutos y por fin estaban listo los dos colchones que se encontraban en el piso.
—Entonces, en un colchón dormiremos Cry y yo, en el otro se acomodarán Roberto, Barca y Juan.— organizó Ded
Todos se acomodaron como se había dicho y yo solamente pude mirar al techo, sabía que no se irían, los quería demasiado a pesar de que fueran tan tercos y sobreprotectores conmigo.
Las horas pasaron y los ronquidos empezaban a escucharse, yo simplemente no podía dormir. Las luces estaban apagadas pero aún así pude ver cómo Roberto se levantaba de su lugar, al parecer los demás ya estaban dormidos
Fingí estar dormida también y escuché como salió de mi habitación, pasaron pocos minutos para que él volviera a entrar, cerré mis ojos para que no descubriera que seguía despierta.
Sentí como tomó mi brazo con cuidado y empezó a escribir algo sobre el, sentía cosquillas pero no quería darle sospechas de que seguía despierta.
Volvió a dejar mi brazo dónde estaba y escuché como caminó de nuevo hasta acostarse. Abrí mis ojos para asegurarme de que estuviera acostado, después de eso forcé mi mirada para ver qué era lo que había escrito en mi brazo pero la oscuridad apenas me dejaba ver
"Algunos infinitos son más grandes que otros infinitos", esa frase estaba en mi libro que él se había quedado y no habíamos vuelto a leer juntos, al parecer lo seguía leyendo y extrañamente eso me ponía feliz
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