𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤
—¡Barca! ¡____ no está!.— el grito de Ded hizo que despertara
Pude ver qué él estaba dentro de la habitación mirandonos, ambos acabábamos de despertar gracias a sus gritos
—Perdón, no sabía que estabas aquí.— dijo antes de soltar una carcajada
—Esto no es lo que parece.— exclamé levantándome rápido y viendo como Ded salía de la habitación mientras cerraba la puerta de nuevo
Barca solamente tenía una gran sonrisa burlona, yo tomé una almohada y se le tiré en la cara
—Te atraparon despertando en mi habitación, ¿cómo te hace sentir eso?.— preguntó riendo y yo bufé mientras me sentaba en la cama —Agradece que no fué Juan, si hubiera sido él, todos lo sabrían ya.—
—Tienes razón, igual no tiene nada de malo que me haya quedado ¿no?.— pregunté para calmar mis pensamientos
Barca se acomodó, puso sus manos sobre mis hombros y me dió un pequeño masaje
—No te estreses, solo somos amigos, no tiene nada de malo pasar el rato juntos.— susurró y un escalofrío pasó por todo mi cuerpo
—Bueno bueno bueno.— exclamé nerviosa mientras me levantaba de la cama —Debo irme a cambiarme y después hacer el desayuno.—
Salí corriendo de la habitación y cerré la puerta
—¡No me lo creo!.— exclamó Cry sorprendido y lo miré —¿Qué fué lo que hiciste esta noche?.—
—Solo dormí, no es nada de lo que tú perversa mente se imagina.— aclaré caminando a mi habitación
—Necesitamos detalles.— escuché su voz detrás de mí, iba siguiéndome
—¿Necesitamos?.— pregunté girandome para verlo y ví que Juan también estaba ahí
—Por fin las cosas empiezan a ponerse interesantes en esta casa ¿no lo creen?.— preguntó Juan riendo y yo negué con la cabeza
—Realmente no pasó nada, se los juro.— hablé caminando de nuevo a mi habitación
Entré y les cerré la puerta en la cara para que ya no me molestaran con este tema.
Las horas pasaban y yo aún no salía de mi habitación, sentía un poco de pena por todos los malentendidos que quizás abrían en la cabeza de todos
—¿Puedo pasar?.— escuché la voz de Cry fuera de mi habitación —Sé que estás ahí.—
Abrí la puerta y él entró, yo simplemente cerré para asegurarme de estar solo los dos
—¿Qué hizo mi pequeña picarona esta noche?.— preguntó mientras se sentaba en mi cama y yo simplemente me crucé de brazos
—Solo dormí, no hay más.— respondí
—Pero te hubiera gustado hacer algo más.— habló con una gran sonrisa
—Realmente no, me quedé con Barca porque me invitó a leer algo que me llamó la atención.— expliqué pero él aún no borraba su sonrisa
—Solo quiero recordarte que soy muy joven para ser tío, todavía no es mi momento.— dijo burlón ignorando todo lo que había dicho anteriormente
—¡Cry!.— chillé mientras tomaba lo primero que ví y se lo tiraba en la cara
Sus carcajadas retumbaban por mi habitación y sentía mi sangre en mis mejillas
—Estas más roja que un tomate.— aún reía y yo cubrí mi rostro con mis manos
Su risa se fué apagando poco a poco así que quite mis manos de mi cara para mirarlo
—¿Cómo le podríamos decir?.— preguntó y lo miré confundida
—¿A quién?.— pregunté ahora yo
—A mi sobrino.— dijo y yo rodé los ojos, él parecía ignorar todo lo que trataba de decirle —Le diremos Crysito hasta conseguir un mejor nombre, aunque no creo que exista mejor nombre que ese.—
—¿Te das cuenta que inventaste la existencia de un niño solamente para recordarme el ego enorme que tienes?.— pregunté y él volvió a reír
—Solo disfruto molestarte.— dijo y yo sonreí, aveces era muy molesto si se lo proponía —Solo espero que la criatura no se parezca a su papá, si lo hace me tocará desheredarlo.—
—Voy a empezar a ignorar tu presencia hasta que dejes el asunto del niño.— avisé caminando de nuevo a la puerta de mi habitación —Ademas si tuviera un hijo no serías el tío.—
—Como digas, sabemos que yo sería el mejor tío.— dijo mientras se levantaba de la cama
—Supongamos que tienes razón, ahora vete porque tengo que arreglarme.— dije abriendo la puerta y señalando para que se fuera
—Me voy, no porque me lo pidas.— exclamó acercándose a mí —Si no porque quiero que te arregles, te ves muy mal estando en pijama a las 04:00 pm.—
Ambos reímos y él salió, yo solo cerré de nuevo la puerta, busqué un buen conjunto de ropa, me lo puse y salí de mi habitación. Caminé por el largo pasillo y me detuve frente a la habitación de Roberto ¿Debía entrar a verlo?
Toqué la puerta y al no escuchar respuestas entré, no estaba en la cama ¡No podía ser! Lo busqué por cada rincón de su habitación y no había nadie, esto empezaba a ser preocupante. Salí corriendo en búsqueda de alguno de los chicos y ví a Juan en su habitación acostado así que entré a verlo
—¡Juan!.— grité asustandolo y él me miró molesto
—¡Me asustaste babosa!.— exclamó mientras se acercaba a mi —¿Qué necesitas?.—
—¿Dónde está Roberto?.— pregunté y él me miró confundido
—Debe estar en su habitación.— respondió y negué con la cabeza —No mames.—
Ambos salimos rápidamente y empezamos a buscarlo por toda la casa ¿y si le había pasado algo?. Juan llamo a Ded, Barca y Cry, al parecer los últimos dos habían salido a comprar la comida, los tres le dijeron que no lo habían visto
—Quedate aquí, iré a buscarlo al rededor de la casa, quizás se intentó escapar de su habitación y está vagando por el bosque.— dijo tomando una chamarra y corriendo escaleras abajo
Yo entré de nuevo a la habitación de Roberto y me senté en su cama ¿A dónde podía haber ido con su pierna en ese estado?. Miré el mueble y no estaba el libro que le había dado
—No puede ser.— susurré para mí misma y me levanté
Corrí hasta llegar a las escaleras que llevarían al tejado y subí rápidamente, ahí lo pude ver sentado con unas muletas a su lado y con el libro en manos, parecía estarlo leyendo
—¿Cómo llegaste aquí?.— pregunté llamando su atención
—Tengo una pierna rota, no soy inútil.— respondió sin quitar su mirada del libro —Sé como usar mi otra pierna y las muletas, todos ustedes son demasiado sobreprotectores.—
Me senté junto a él en silencio, hoy había subido demasiado temprano, no habían estrellas, solo el intenso calor
—No entendiste nada ¿verdad?.— pregunté, él cerró el libro para verme —No es bueno subir, es peligroso, te puedes caer de nuevo.— recordé y él rió
—No me importa el riesgo, me gusta estar aquí, es más bonito.— dijo —Siempre fué mi lugar favorito y no lo voy a dejar solo por una caída.—
—¿Eres tonto?.— pregunté
—Si, lo soy.— respondió —Siempre vuelvo a hacer las cosas que sé que me harán daño.—
—¿Y por qué haces eso? ¿No te da miedo las consecuencias?.— pregunté y él negó
—La gente que vive con miedo no sabe lo que es divertirse.— dijo
En eso tenía razón, yo había vivido la mayor parte de mi vida con miedo y no había sido feliz
—Se me metió una basurita al ojo.— se quejó mientras se tallaba la cara con sus manos
—Espera, déjame ver.— pedí acercándome para soplarle un poco y sacar esa basura
Roberto tomó mi cara en ese momento y me robó un beso, empezó a reír mientras yo me alejaba con la cara totalmente roja
—¿Qué está pasando aquí?.— una voz a nuestras espaldas nos hizo sobresaltar
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