—¡No soporto que te sigas portando asía veces gritó mi madre mientras levantaba su mano dispuesta a golpearme

—¡Y yo no te soporto a ti!.— grité en respuesta esperando el golpe pero ese nunca llegó

Me asombré al ver que alguien había detenido la mano de mi mamá, era un chico alto muy lindo, ambas lo mirábamos asombradas

—¿Qué te pasa? ¿Por qué te metes donde nadie te llama?.— preguntó mi madre notablemente enojada

—Es la última vez que la veo intentando golpear a esta pobre chica.— respondió él soltando su mano y tomando ahora mi mano para empezar a jalarme para así alejarme de mi madre

—¡No te la puedes llevar! ¡Es mi hija!.— se escuchaban los gritos de mi madre detrás de nosotros

¿Qué estaba pasando? ¿Me estaban secuestrando? Me detuve cuando ya estuvimos lo suficientemente lejos de mi mamá.

—Vámonos.— dijo intentando jalarme más pero yo lo solté

—Gracias por ayudarme con mi madre pero no tengo porque ir contigo, ni siquiera te conozco.— hablé viendo a detalle su cara, realmente era muy lindo

—No tienes a dónde ir y no creo que quieras volver a casa con tu madre en ese estado.— dijo y tenía razón en eso

—¿Cómo sabes si tengo dónde ir o no?.— pregunté levantando una ceja —Cualquiera de mis opciones es mejor que ir con desconocido.— dije

—Mi nombre es Diego Balsa, pero mis amigos me llaman Barca.— se presentó —Listo, ya no soy un desconocido, ahora vámonos.— volvió a decir

Tomó mi mano de nuevo volviendo a jalarme, yo necesitaba detenerme un poco a pensar mis opciones, realmente me estaban secuestrando o algo por el estilo.

—En el supuesto caso de que quisiera ir contigo ¿A dónde iríamos?.— pregunté cuando él se detuvo frente a un auto muy lindo

—Te llevaré a un buen lugar, ahí no serás maltratada por nadie.— respondió refiriéndose a mi madre —Lo único que te pido es que confíes en mí.— pidió

Abrió la puerta del auto y subió, estuvo un rato esperando a que yo también subiera pero aún meditaba si era una buena opción. ¿Qué sería peor? ¿Volver a casa con mi madre que toda la vida estuvo golpeándome e insultándome por todo o entrar al coche de un chico guapo que supuestamente me llevaría a un "buen lugar"?, así iniciaban algunas películas de terror que había visto pero igual tomaría el riesgo.
Subí al auto y pude ver qué él sonreía ampliamente, arrancó el auto con un destino desconocido para mí.

—Hay algo que no me queda claro.— hablé mientras él manejaba —¿Por qué me quieres ayudar?.— pregunté

—He pasado muchas veces frente a tu casa y no es la primera vez que veo que tu madre intenta golpearte.— respondió sin dejar de ver el camino —Digamos que sentí un poco de pena y quise ayudarte.— agregó

—¿Perteneces a alguna organización que ayuda a las personas?.— pregunté y escuché como empezó a reír

—No preguntes más, solo disfruta del viaje hasta que lleguemos.— dijo volviendo su vista al camino

Miré hacia la ventana mientras el camino avanzaba, este chico me inspiraba confianza pero me ponía nerviosa el hecho de no saber que tan lejos iríamos.

Después de casi una hora de absoluto silencio el auto se estacionó, bajamos y miré a mi alrededor, parecíamos estar en medio de un bosque.

—¿Qué hacemos aquí?.— pregunté mientras caminábamos para adentrarnos más al bosque

—Por aquí está mi casa.— respondió

¿Me había traído a vivir en el bosque? Quizás si era un asesino y quería masacrarme donde nadie me escuchara

—Por cierto, ya no tienes tiempo de correr.— dijo como si leyera mi mente

Seguíamos caminando mientras yo pedía perdón a dios por si alguna vez había hecho algo malo, no merecía morir aún, era muy joven.

—Llegamos.— dijo y levanté mi mirada para ver frente a mí una gran casa —Bienvenida a la fraternidad.—

Era una casa realmente grande, no había manera de que el viviera aquí solo.

—¿La fraternidad?.— pregunté al ver como él sacaba sus llaves para abrir

—Digamos que así le llamamos a esta casa.— respondió antes de abrir —Por cierto, no vivo solo, aquí también viven tres amigos míos.— avisó

—Creo que ese es un detalle que debiste decirme antes.— hablé y él volvió a reír

Pude ver cómo giró la llave en la cerradura y así la puerta se abrió, entramos y todo estaba muy silencioso, él cerró la puerta detrás de nosotros.

—Espera aquí, voy a buscar a los demás.— dijo mientras subía unas escaleras

Cuando quedé totalmente sola me puse a pasear por ahí hasta llegar a un mueble que estaba por ahí, habían algunas fotos de 4 chicos, entre ellos estaba Barca.

—¿Quién eres?.— preguntó un chico a mis espaldas

Me giré a verlo y pude ver qué era uno de los que aparecían en las fotos que vi recién, supongo que era uno de los amigos de Barca.

—Te pregunté quién eres.— repitió al ver que no respondía

—Yo...— iba a responder pero escuché pasos que corrían por las escaleras

Volví a girar mi mirada para encontrarme a Barca junto a otros dos chicos, ambos tenían lentes, uno de ellos era un poco más gordito pero se veía abrazable.

—Ella es ______.— habló Barca mientras se ponía junto a mí —Viene para quedarse con nosotros.— dijo

Yo lo miré confundida, no recuerdo haberle dicho mi nombre ¿Cómo lo sabía?

—¿Viene para quedarse?.— preguntó el chico que estaba junto a mí, no tenía buena cara

—Si les molesta me voy, no quiero incomodarlos.— dije nerviosa al estar con cuatro chicos que apenas conocía

—Por mí no hay problema.— dijo uno de los chicos con lentes —Por cierto, me llamo Juan.— se presentó y le sonreí

—Creo que por mí tampoco hay problema, ya hace falta un poco de coherencia en esta casa.— dijo el otro mientras reía de una manera tan característica —Yo soy Víctor pero me dicen Ded.— habló

Todas nuestras miradas se dirigieron al otro chico, no parecía agradarle mucho la idea, ¿Cómo le caía mal si ni siquiera me conocía?

—Hagan lo que quieran.— dijo mientras subía por las escaleras dejándome confundida

—¿Le caigo mal?.— pregunté a los otros chicos que también parecían sorprendidos

—No te preocupes por Roberto, a veces es así.— dijo Barca mientras caminaba hacia mí y me miraba con una sonrisa —Vamos y te enseño tu nueva habitación.— dijo y asentí

Subí las escaleras junto a Barca siendo seguidos por Juan y Ded, llegamos a un pasillo demasiado largo con algunas puertas

Caminamos hasta llegar a la última puerta del pasillo, él la abrió y entramos, era una habitación incluso más grande que la que tenía en casa de mi madre

—Esta será tu habitación, si quieres te podemos ayudar a limpiar un poco.— dijo Barca y yo negué con la cabeza

—No es necesario, ustedes ya están haciendo suficiente dejando que me quede en su casa.— respondí

—Si necesitas algo puedes avisarnos.— habló ahora Juan —Siempre quise una hermanita.— bromeó y reí

—Nos iremos para dejarte acomodarte y limpiar un poco.— dijo Ded y asentí con la cabeza mirando como él y Juan salían de la habitación dejándome sola con Barca

—Espero que te sientas cómoda aquí.— dijo tomando mis manos y yo me alejé inmediatamente, no me acostumbraba a tanto contacto

—Gracias por traerme aquí, aún no sé cómo será vivir con cuatro chicos pero creo que será interesante.— dije

Él sonrió y yo hice lo mismo, al parecer me había librado de mi madre pero había terminado en una casa de desconocidos.