Volvimos a casa muy tarde, esperamos a que llegara Ded y nos sentamos en la mesa para cenar juntos, como ya era costumbre

—¿Qué planes hay para mañana?.— preguntó Cry

—¿Les parece si mañana falto al trabajo y hacemos un día de campo todos?.— propuso Ded —Y ya que Juan invite a Ari y yo invito a Neph para que la conozcan por fin.—

Todos empezaron a aceptar esa propuesta mientras yo solamente me quedaba pensando, mañana tenía que hacerme mis análisis

—¿Tu qué opinas?.— preguntó Barca —Estas muy callada.—

—Yo opino que está bien, solo que yo tendré que salir en la mañana.— respondí

—Si quieres te acompaño.— dijo rápidamente y yo negué

—No es necesario, Juan me acompañará, lo prometió y pues ya quedamos.— mentí y ví como la mirada de Juan se posaba en mí

—¿Yo prometí eso?.— preguntó y ahora todos me miraron

—Si, lo prometiste hoy.— volví a mentir pero al parecer ya entendió lo que intentaba hacer

—Oh, ya recuerdo.— habló y le dió un bocado a su cena

—¿A dónde irán?.— preguntó Roberto intrigado

—No te importa.— respondí con una sonrisa burlona y él rodó los ojos

—A mí sí me importa.— habló Barca y lo miré —Puedo acompañarlos si quieren, no tengo nada que hacer.—

Miré a Juan para que me ayudara, él pareció pensarlo

—No, debemos ir solos.— respondió Juan —La verdad es que le pedí que me acompañara a comprarte algo por tu cumpleaños.— mintió

—Cierto, Juan me pidió ayuda porque no sabía que regalarte.— mentí también

—Bueno, entonces mañana vayan temprano y regresen a tiempo para nuestro día de campo.— dijo Ded y ambos asentimos

La cena terminó y cada uno se fué a su habitación, entré a la mía para ponerme mi pijama y minutos después alguien entró sin permiso

—Ya vine.— habló Juan mientras cerraba la puerta detrás de él

Lo ví, estaba en pijama y traía una cobija en sus manos

—¿Qué haces aquí?.— pregunté riendo mientras me acostaba en mi cama

—Vine a dormir contigo.— respondió mientras se recostaba a mi lado —Mañana son tus análisis ¿no? pues estaré aquí esta noche, así estarás más tranquila y yo te apoyaré.—

—Juan, estoy bien.— dije con una sonrisa y él me abrazó mientras estábamos acostados

—Esta bien tener miedo.— susurró —Yo le tengo miedo a muchas cosas.—

—Tengo miedo y no lo niego, simplemente no quiero que estés preocupado por mí.— exclamé igual en susurro

—Dejame estar contigo, es un momento difícil que solo sé yo.— pidió —Tambien tengo miedo y me sentiría más tranquilo estando aquí.—

Sabía que Juan era muy terco y que no lo podría sacar de mi habitación

—Solo por esta noche ¿si?.— preguntó y asentí con la cabeza

Me acurruqué en su pecho y él acarició mi cabeza mientras tarareaba una canción, realmente era relajante estar así.

Me dormí después de un rato.

A la mañana siguiente me desperté antes que Juan, tapé su cara con una cobija para asegurarme que no estuviera viendo y me arreglé lo más rápido posible

—Juanito.— murmuré mientras lo movía

—¡Estoy despierto!.— gritó asustado y reí —Pensé que eras alguien más.—

—¿Cómo voy a ser alguien más si estamos en mi habitación?.— pregunté aún riendo —Ya estoy lista para irnos.—

—Dame diez minutos y también estaré listo.— dijo levantándose de mi cama —Voy a mi habitación, nos vemos abajo.— habló saliendo de la habitación

Busqué un suéter y bajé las escaleras, desayuné algo ligero y me quedé sentada en la sala hasta que ví bajar a Juan

—¿Quieres desayunar algo?.— pregunté y él negó

—Compraré algo para comer mientras tú vas a qué te hagan tus análisis.— respondió

Sacó sus llaves y salimos de la casa, caminamos hasta su auto, nos subimos y empezó el camino hasta el hospital.

—¿Tardarás mucho?.— preguntó mientras conducía

—Solo iré a qué me saquen sangre, después de eso nos vamos.— respondí

—¿Y cuando te darán los resultados?.— preguntó ahora

—Esos se los enviaran al doctor, él me los enviara a mí y programaremos una consulta para empezar un tratamiento.— respondí

—Bueno, esperemos que las cosas resulten bien.— dijo —Van a resultar bien.— corrigió

El viaje siguió y llegamos realmente rápido al hospital.

—¿Puedes venir conmigo?.— pregunté mientras bajabamos del auto y entrabamos al hospital

—¿Qué pasa?.— preguntó él

—Tengo miedo a las agujas, no será una experiencia muy agradable.— respondí —La última vez que me sacaron sangre fué cuando era muy pequeña y mi papá aún seguía conmigo, él me acompañó.—

—Ya veo.— dijo mientras subíamos al ascensor de aquel hospital —No te dejaré sola, tranquila.—

Esperamos hasta llegar al piso donde estaban los laboratorios, salimos del ascensor y caminamos a dónde estaba la secretaria para decirle que tenía cita para mis análisis.
Nos sentamos en la sala de espera hasta que escuchamos que una enfermera dijo mi nombre

—Buenos días.— saludó cuando nos dejó entrar al consultorio

—Buenos días.— saludamos los dos al unisono

—¿Para quien serán los análisis?.— preguntó y Juan me señaló con su dedo —Puedes sentarte aquí y relajarte, esto no dolerá.—

Asentí mientras me sentaba dónde me había dicho y respiraba profundamente. Ví como sacó unos pequeños tubos y la aguja, esto hizo que me tensara

—Puedes tomar la mano de tu novio si eso te hace sentir más tranquila.— dijo aquella enfermera

—No es mi novio, es más como mi hermano.— corregí

Juan solo se acercó a mí y tomó mi mano, sonreí y sentí como la aguja entraba en mi otro brazo

—Listo.— dijo la enfermera después de unos segundos mientras me ponía un pequeño parche en el brazo —¿Dolió?.—

—No, solo sentí el piquete.— respondí riendo

—Tus resultados se enviaran hoy mismo al doctor, espero todo resulte bien.— avisó con una sonrisa

Me levanté de aquel asiento y le agradecí a la enfermera, había sido muy amable. Salimos de aquel consultorio y Juan no había soltado mi mano

—Gracias por estar conmigo.— sonreí mientras caminábamos de nuevo al ascensor

—Para eso estamos los hermanos ¿no?.— dijo sonriendo también

La suerte estaba hechada, ahora solo quedaba rogar para que todo estuviera en orden y solo fuera una mala broma