𝙌𝙪𝙞𝙣𝙘𝙚
El tiempo seguía pasando y yo llevaba dos meses saliendo con Barca, realmente era lindo estar con él, diario había un nuevo detalle, veíamos películas y había noches dónde se quedaba conmigo haciendo pijamadas, hasta se dejaba poner mascarillas, me encantaba.
Roberto había vuelto a ser el mismo de antes, después de aquella noche dejó de hablarme por rechazar sus sentimientos, no era mi culpa no sentir lo mismo por él.
—Voy a salir con los chicos a comprar comida.— aviso Barca
—Está bien, yo me quedaré limpiando mi habitación.— reí —Me traes un dulce.— pedí y él asintío con una sonrisa
—Trataremos de no tardar mucho para que no estés tanto tiempo sola.— aclaró y asentí
—No te preocupes.— dije y pude ver como él salía de la casa seguido por los demás que iban hablando entre ellos
La puerta se cerró y yo me quedé pensando ¿Qué podría hacer mientras volvían? Limpiar mi habitación no me llevaría más de 10 minutos. Subí las escaleras y caminé por el largo pasillo directo a mi habitación, me detuve frente a la puerta de la habitación de Barca ¿Debía entrar ahora que él no estaba? ¿A qué se refería Roberto?
—Recuerda que la confianza es importante.— hablé para mí misma, confiaba en Barca y no debía importarme lo que había ahí
Caminé lentamente hacia mi habitación pero la curiosidad me estaba matando así que regresé a su habitación
—Dejemos esto a la suerte, si Barca dejó la puerta con llave no volveré a intentar entrar jamás.— dije poniendo la mano en la perilla —Si no la cerró con llave quiere decir que el destino quiere que yo entre.—
Giré lentamente la perilla y la puerta se abrió, entré y ví que era una habitación como cualquier otra, solo estaba un poco desordenada.
Caminé mientras veía todo con atención, había una guitarra, muchas fotos y un escritorio repleto de fotos
—¿Qué se supone que debería buscar aquí?.— me pregunté —Sabía que Roberto mentía, a Barca solo le gusta la privacidad.—
Me acerqué aquél escritorio para ver algunas fotos que tenía ahí, eran de él con los demás chicos, realmente se veían muy felices y parecían hermanos. Sonreí tomando una de esas fotos donde estaba solo él y Roberto, sabía que eran mejores amigos pero estaba mal que Roberto intentara sabotear nuestra relación, cuando dejé esa foto por accidente tiré una pequeña pelota de béisbol que tenía ahí, la pelota fué a parar debajo de la cama.
Me agaché para intentar sacarla pero mi mirada se desvío a algo color rojo que se encontraba junto a la pelota, me estiré para sacar ambas cosas.
—¿Bodoque?.— pregunté al ver aquél peluche que estaba con un poco de polvo —¿Cómo llegaste aquí?.—
Dejé la pelota en su lugar sin soltar a bodoque, según Roberto me lo había dejado en mi habitación así que me lo iba a llevar. Tenía un mal presentimiento, no debía seguir buscando ni investigando nada.
No hice caso a la voz de mi cabeza y llegué frente a su armario, lo abrí y ahí estaba toda su ropa, mi mirada se concentró en una gran caja que estaba detrás de todos sus abrigos.
La saqué y la llevé hacia su cama, la abrí y mis ojos se abrieron como platos
—No puede ser.— hablé mientras dejaba a bodoque en la cama y empezaba a sacar todo lo que había
Eran fotos mías, de mi casa, de mi mamá, las fotos parecían de hace algunos años. Adentro también había un suéter mío que había desaparecido hace tiempo, saqué un pequeño cuaderno y lo empecé a leer, habían datos sobre mi, mi cumpleaños, mi tipo de sangre, mis gustos, mis disgustos, el nombre de mi mamá y de mi papá, ahí estaban escritos mis días antes de venir a la fraternidad, como si alguien me hubiera estado siguiendo y anotando todo lo que hacía.
—¿Qué es todo esto?.— pregunté mientras sentía cierto pánico en mi cuerpo
Escuché la puerta de la entrada abriéndose, me apresuré a guardar todo lo que había sacado y metí rápidamente la caja en su lugar, tomé a bodoque para salir de la habitación y cerrar la puerta, corrí rápidamente a mí habitación.
—¡Volvimos!.— escuché el grito de Juan desde el piso de abajo, yo solo me quedé en mi habitación pensando ¿por qué Barca tenía todo eso?
Escuché pasos que subían las escaleras y sentí muchos nervios dentro de mí, no sabía que hacer ahora, quería correr de aquí, ¿y si Barca había estado acosandome durante mucho tiempo para después traerme aquí? Eso sonaba muy viable en este momento.
—Te traje estos chocolates.— dijo Barca entrando con una sonrisa, sonrisa que se esfumó al ver el peluche que traía en las manos —¿Entraste a mi habitación?.—
Yo no dije nada, me sentía asustada.
—Puedo explicarte todo.— dijo y lo miré, él corrió a donde yo estaba y tomó mi mano, yo inmediatamente lo solté
—¿Por qué tenías esto en tu habitación?.— pregunté señalando a bodoque —Roberto me lo había dado, no tenías derecho de quitarmelo.—
—Ví cuando Roberto entro a dejártelo, no me gustó eso y solamente me lo llevé, no lo pensé muy bien en ese momento, después quise devolverlo pero con el tiempo se me olvidó.— respondió
—¿Y que es eso de la caja en tu armario?.— pregunté ahora —Hay muchas fotos mías y muchos otras cosas que realmente me asustan.—
—Es una historia muy larga, no creo que te interese todo.— habló notablemente nervioso
¿No me interesaría o simplemente no me lo quería decir? Estaba harta de tantos secretos, tenía miedo de la razón por la que él tuviera todo eso en su habitación, ¿y si realmente nunca le guste y quería algo de mí?. Caminé hasta mi armario para empezar a sacar toda la ropa y cosas que tenía ahí, Barca me vió intrigado
—¿Qué haces?.— preguntó
—Voy a empacar y me voy a ir.— dije mientras aventaba todo a la cama
—¿Solo piensas irte por mí?.— preguntó mientras agarraba mis cosas
—No sé cuál es la verdadera razón por la que llegué a esta casa.— respondí —Al principio pensé que me habías salvado y que no había nada más, ahora me preguntó ¿realmente me salvaste?.—
Salí de la habitación sin darle oportunidad a qué me respondiera, llegué a la habitación de Roberto y la abrí sin siquiera golpear la puerta antes
—¿Qué te pasa?.— preguntó asustado
—Vengo a robarte una maleta, yo no tengo.— dije sacando una maleta que él tenía en su armario y llevándomela sin decir nada más.
Salí de aquella habitación para volver a la mía, Barca había metido todo de nuevo a mi armario
—No debes tomar decisiones apresuradas.— dijo y yo volví a sacar todo para empezar a guardarlo en la maleta —¿A dónde irás? ¿Con tu madre?.— preguntó
—Cualquier lugar será más seguro que esto.— respondí —Ya no sé tus intenciones y eso me aterra.—
Cada cosa que metía a la maleta Barca la sacaba inmediatamente, después de unos minutos entraron los demás a mi habitación
—¿Te vas?.— preguntó Juan y yo asentí —¿Qué pasó?.—
—Pueden preguntarle a su amigo.— respondí cerrando la maleta con las pocas cosas que había podido guardar ya que Barca no me había dejado guardar todo
Tomé la maleta y empecé a caminar, me despedí de mis tres amigos con una sonrisa y caminé escaleras abajo, salí de la casa mientras caminaba por el bosque intentando recordar como salir de ahí
—¡Espera!.— escuché la voz de Roberto a mis espaldas —Se te olvidó esto.—
Estiró su mano y pude ver qué traía a Bodoque, sonreí mientras lo tomaba.
—Gracias por todo.— exclamé y me alejé dándole la espalda
Después de unos minutos salí del bosque y tomé un taxi, cuando subí sentía por fin las lágrimas salir de mis ojos, realmente me gustaba Barca y me gustaba vivir con los chicos, debía dejar todo eso ahora por la incertidumbre, no sabía que pasaba dentro de esa casa y me asustaba pensar que estaba vigilada las 24 horas del día
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