𝙉𝙤𝙫𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙪𝙣𝙤
Llegué al restaurante con los nervios de punta, Cry me había dicho que necesitaba estar tranquila frente a mamá, no quería ni debía ser una preocupación más para ella. Aún no sabía que era lo que mamá tenía, Cry al parecer tampoco sabía, solo se había enterado de que ella había ido al doctor.
Los visualicé en una mesa hasta el fondo así que caminé a dónde estaban, parecía un restaurante algo costoso.
—Perdón por la tardanza, había mucho tráfico.— mentí con una sonrisa, realmente me había tardado porque había estado llorando toda la tarde por toda la angustia
—No te preocupes, acabamos de llegar.— sonrió mi mamá y me senté a su lado
El camarero llegó y pedimos lo que cenaríamos, cuando se fué nos quedamos en silencio, Cry solamente hizo una mueca y yo no entendía que pasaba
—Hoy fuí a conocer la nueva casa, al parecer viviré aquí y podré ir a visitarlos siempre.— hablé rompiéndo el silencio y ambos me miraron
—Que bueno.— exclamó Cry, parecía nervioso, él no lo disimulaba bien
Volvimos al silencio pesado, miré a ambos con cierto nerviosismo y mamá soltó un suspiro
—Chicos, me alegra venir a cenar con ustedes.— dijo y pude ver cómo algunas lágrimas amenazaban por salir de sus ojos —Necesito hablar con ustedes pero ahora pienso que un restaurante lleno de gente no es un buen lugar.—
Su voz empezó a sonar temblorosa y sentí una punzada en el pecho, a nadie le gustaría escuchar a su mamá en estás condiciones.
—Puedes decirnos que pasa mamá.— dijo Cry tomando su mano y yo simplemente asentí con la cabeza
—Hoy fuí al doctor.— confesó algo que ya sabíamos —No fueron resultados favorables.—
Mi mamá empezó a contarnos todo lo que el doctor le había dicho, sentí que el tiempo se paralizó mientras las lágrimas caían por las mejillas de mi mamá, Cry parecía en shock y yo sentía que el aire me faltaba
—Yo...— hablé cuando mi mamá terminó de decirnos que le pasaba —Lo siento, necesito irme.—
Me levanté rápidamente de la mesa, no nos habían traído ni siquiera la comida pero simplemente corrí fuera del restaurante. Las lágrimas empezaron a empañar mis ojos y caminé rápidamente sin dirección.
Llegué a un parque y me senté en la primera banca que encontré mientras veía al cielo oscuro.
Saqué mi celular para mandarle un mensaje a Axozer con mi ubicación y pidiéndole que viniera, necesitaba hablar con alguien pero tampoco quería decirle a mis amigos, después de todo ellos le tenían cierto cariño a mi mamá y no podía darles una mala noticia en el estado en que estaba.
Pasaron menos de 20 minutos y aunque mi llanto no paraba pude visualizarlo corriendo hasta mi
—Vine lo más rápido que pude.— dijo sentandose junto a mí y abrazándome
Al sentirlo conmigo empecé a tranquilizarme pero el sentimiento aún seguía ahí
—Llevo menos de 3 meses conociendo a mi mamá y la voy a perder....— exclamé con todo el dolor interno y sin soltarlo
Axo empezó a acariciar mi cabeza mientras yo lloraba, me sentía realmente mal y no podía dejar de llorar
—Tranquila, cuéntame qué es lo que pasa.— pidió mientras me alejaba un poco para limpiar mis lágrimas con su pulgar
Traté de controlar mi respiración para dejar de llorar pero era casi imposible
—Podemos caminar un poco para que te calmes, no debe ser sano que estés así.— dijo mientras se levantaba y tomaba mi mano para ayudarme a levantarme
Yo no podía ni siquiera moverme, básicamente él me estaba jalando para que caminara
—Me estás preocupando demasiado.— suspiró deteniéndose —Te sentirás mejor si me dices que es lo que pasa.—
Mi mirada se dirigió al suelo, ya no estaba llorando porque ya no me quedaban lágrimas
—Hoy mi mamá nos citó a mi hermano y a mí a cenar porque tenía algo importante que decirnos.— empecé a contar —Dijo que fué al doctor y que estaba enferma..—
No sabía cómo decir lo demás, no era algo fácil de decir, aceptar que mi mamá estaba mal no era algo que me gustaba decir, dolía demasiado
—¿Qué es lo que tiene?.— preguntó al ver que yo no decía nada más
—Tiene inicios de alzheimer.— murmuré
Ahora lo miré y sus ojos expresaban preocupación, no quería que él sintiera lastima por mí y parecía estar sintiendo eso
—No sé que decirte.— suspiró tomando con más fuerza mi mano —Estaré aquí siempre que me necesites.—
Volví a abrazarlo tratando de aferrarme a él
—Salí huyendo de la cena, no quería que me vieran así de débil.— confesé
—No debiste salir así si tu mamá estaba contándoles algo que es difícil para ella, debiste acompañarla.— susurró
—Estuve mal al irme pero no lo pensé, mis sentimientos me dominaron en ese momento.— dije mientras intentaba alejarme pero él tomó mi cintura para impedirlo
—Dejame llevarte con tu mamá y tu hermano.— pidió
—No creo tener la fuerza para enfrentar la situación.— murmuré
—¿Qué te haría sentir con la fuerza suficiente?.— preguntó —Podemos ir por un chocolate o algo que te guste.—
Lo pensé un poco, no podía pensar en nada que me hiciera sentir segura en este momento
—Acompañame a casa.— pedí y me miró confundido
Esto era un nuevo capítulo amargo en mi vida y aunque no supiera como debía empezar a enfrentarlo de la mejor manera posible y para eso necesitaba a todos mis amigos conmigo
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