𝘿𝙤𝙘𝙚
Habían pasado los días volando y por fin había llegado el famoso 14 de febrero, la mañana había transcurrido normal, solo platicábamos de lo que se haría en la noche.
—Por cierto, invité a Ari a la reunión.— avisó Juan
—Que bueno, ya estaba harta de tantos chicos.— reí —¿Cómo vendrá disfrazada?.— pregunté
—Es una sorpresa, no se lo esperan.— respondió
Las horas pasaron y por fin llegó la hora de irnos a disfrazar, aún no entendía la extraña tradición de los disfraces en San Valentín pero al parecer era algo que se hacía todos los años en la fraternidad.
Encontré sobre mi cama una bolsa, seguramente era el disfraz que Barca había conseguido, lo saqué para mirarlo y realmente no sabía de qué era, aún así me lo puse.
Cuando estuve lista salí de la habitación y lo ví, tampoco entendía su disfraz
—Te ves muy bien.— dijo con una sonrisa
—Gracias pero ¿De qué se supone que estamos disfrazados?.— pregunté y pude escuchar como él empezó a reír
—¿Conoces la película llamada "El libro de la vida"?.— preguntó y asentí —Pues tu y yo somos "Manuel y María".—
—Ah, ya todo tiene más sentido.— reí —Yo pensaba que estaba vestida de "Dolores" de la película "Encanto".— bromeé y él rió
—Aún como Dolores te verías hermosa.— dijo manteniendo una sonrisa
Sonreí mientras tomaba su mano y bajabamos las escaleras para encontrarnos a mis amigos disfrazados también. Ded estaba vestido de panda, se veía muy tierno, Roberto estaba vestido de ¿Militar?, no tenía comentarios al respecto y Juan estaba disfrazado de Spiderman.
—¿Son Manuel y María?.— preguntó Ded asombrado ¿solo era yo la que no lo había notado al principio?
—Que buena elección y más para este día.— dijo Juan
Roberto simplemente se quedó callado mientras nos miraba, sabía que él no quería que yo y Barca nos relacionaramos más pero para este punto ya era imposible.
—Ahora solo falta que llegue Ari y empezamos con esto.— dijo Juan y como si fuera magia, el timbre sonó
Abrí la puerta encontrandome a Ari vestida de Spider-Gwen, ahora sí lucía como la enamorada de Juan. Entró y todos la saludaron
—Este será mi San Valentín más raro.— dijo riendo
—El mío también, San Valentín nerd.— bromeé y ambas reímos
—¿Son felices burlándose de nosotros?.— preguntó Juan a nuestras espaldas y asentimos sin dejar de reír
Ya era algo tarde, aproximadamente las 7:00 pm y los chicos habían decidido hacer una fogata, según ellos querían aprovechar el ambiente que daba el bosque.
—¿Y si además de la fogata nos ponemos a acampar?.— preguntó Ari mientras estábamos juntando leña
—No creo que sea buena idea, ¿Para que acampar si tenemos la casa a un lado?.— preguntó Barca
—Yo pienso que sería divertido.— dije con una sonrisa —Hay que hacer un reto.—
—¿Reto de qué?.— preguntó Roberto mientras se acercaba más —¿Ahora que planeas?.—
—Nos quedaremos a dormir fuera y el primero en entrar a la casa pierde.— respondí
Ari tenía una sonrisa mientras los chicos aún seguían dudando de mi propuesta
—¿Un grupo de chicos disfrazados y acampando en San Valentín?.— preguntó Ded riendo —Yo jalo.—
Los demás tardaron unos minutos en acceder pero logramos convencerlos
—Aquí surge el problema de que solo tenemos dos tiendas de campaña.— dijo Roberto
—En una dormirán las chicas y en otra nosotros.— exclamó Ded
—Pero la tienda es muy pequeña para los 4 ¿no?.— preguntó Juan —Yo me sacrificaré y me iré con las chicas.—
Todos reímos pero luego todo quedó en silencio
—No puedes ir con las chicas.— habló Barca —A media noche empezarás con tus porquerías con Ari y la pobre ______ no tendrá más opción que ver sus desfiguros.—
Reí viendo cómo las mejillas de Juan y Ari se tornaban de un color rojo intenso
—Estoy de acuerdo con Barca.— habló Roberto —¿Les parece si en una duermen Ari, Barca y Ded mientras en la otra dormimos ______, Juan y yo?.—
—A mí me parece bien.— dijo Ari y Juan suspiró
—Pues a mi también me parece bien.— respondí yo
Los demás asintieron aunque Barca no se veía del todo convencido, al final no le tomé importancia y empezamos a poner las tiendas de campaña.
Pasó aproximadamente una hora y ya teníamos todo listo, estábamos al rededor de la fogata contando historias de terror y como siempre yo estaba muy asustada aunque no lo iba a demostrar
—Mi turno.— habló Ded —Esta historia pasó hace algunos años en este mismo bosque.—
Mi miedo empezó a aumentar, sabía que eso lo decía para provocar más terror y yo realmente había caído
—Antes la fraternidad le pertenecía a un anciano, que según muchas personas, estaba realmente loco.— empezó a contar —Él odiaba a las personas y siempre que veía a alguien acercarse le disparaba con una escopeta que tenía guardada.—
—Eso no da miedo, por dios.— se quejó Juan
—No me interrumpas.— pidió —Se dice que el señor era dueño de algunos perros que le alertaban cuando había alguien cerca, un día tanto el señor como los perros desaparecieron y no se volvió a saber de ellos, muchos dicen que las almas de las personas que él asesinó siguen en el bosque buscando venganza y otros dicen que si pones un poco de atención podrás escuchar los disparos y ladridos.— finalizó
—No manches Ded, esa fué la historia más aburrida de la noche.— se burló Roberto —Pero bueno, yo ya me voy a dormir.—
Todos acordaron que también irían a dormir para mañana levantarse temprano y seguir con el concurso de "quien entre primero a la casa pierde", suspiré y decidí también irme a acostar
Estábamos Roberto, Juan y yo en nuestra tienda de campaña, ya habían pasado tres horas y ellos ya estaban pacíficamente dormidos, yo simplemente me mantenía con los ojos abiertos sin poder conciliar el sueño. Cuando por fin me animé a cerrar los ojos, en ese mismo momento escuché los ladridos de algunos perros, abrí mis ojos y moví un poco a Roberto
—¿Qué pasa?.— preguntó adormilado
—Se escuchan ladridos de perros.— susurré para no despertar a Juan —Tengo miedo.— admití
—¿Miedo?.— preguntó mirándome —¿Por la historia de Ded?.— preguntó y asentí
—Sé que quizás fué la historia que menos miedo dió pero la sentí tan real, ¿y si realmente existió el señor? ¿y si está enojado porque vivimos en su casa?.— pregunté paranoica y escuché que Roberto rió un poco
—Hubieras sacado a Bodoque.— dijo recordando aquel peluche que me había prestado para dormir sin miedo
—Te lo devolví.— recordé —Ademas ¿Cómo iba a saber sobre las historias de terror?.— pregunté
—Me devolviste a bodoque pero yo te lo volví a dejar en tu cama, sabía que en algún momento lo ibas a necesitar de nuevo.— confesó
—Yo no ví a bodoque desde que te lo devolví.— dije —¿Estás seguro que me lo diste?.— pregunté
—Estoy muy seguro, lo dejé ahí cuando desperté y ví que me lo habías devuelto.— respondió
Iba a seguir con el tema pero escuché más ladridos de fondo, parecía que se estaban acercando, así que me acosté junto a Roberto y lo abracé fuertemente
—Esto será incómodo.— habló
—Solo esta noche por favor, tengo mucho miedo.— pedí y él no dijo nada más, solo acaricio mi cabeza mientras yo seguía abrazándolo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro