Las horas pasaron y Cry le había mandado mensaje a Juan para pedirle que me comprara un nuevo cuadro pero acordamos no decirle que Rocío me había roto el otro

Estaba en la habitación de Barca, llevaba un rato tomándole fotos al pequeño Leo, realmente era un gatito hermoso, lo malo es que no lo dejaban salir de ahí.

—Si quieres puedo tomarte una foto con él.— habló Barca y yo sonreí

—No gracias, no quiero arruinar la belleza de leo.— dije y escuché como rió

—Yo pienso que esa sería la foto más hermosa del mundo.— exclamó mientras en su cara aparecía una sonrisa

—¿Y si mejor nos tomamos una foto los dos con Leo?.— propuse

—¿Foto familiar?.— preguntó y reí

—Me parece bien.— respondí sonriendo

Acomodé la cámara en un mueble frente a nosotros y le puse temporizador, corrí a dónde él estaba cargando a Leo, nos acomodamos y sentí el flash en nuestras caras

—Creo que llegué en mal momento.— la voz de Roberto llamó nuestra atención, estaba en la puerta de la habitación

—No es mal momento, solo estábamos tomando fotos.— dije llendo por mi cámara y revisando la foto, había salido muy bien

—Solo venía a preguntarles si querían ver una película, todos los demás ya aceptaron.— dijo Roberto —Pero veo que están ocupados.—

—De hecho una película no suena a una mala opción, ya habíamos acabado con las fotos.— respondió Barca mientras deja al gatito en su cama

—Vamos entonces.— sonreí

Los tres bajamos las escaleras y pude ver qué en el sofá ya estaban sentados Juan, Rocío y Cry.

—Iré por unas palomitas.— dije viendo como ellos también se sentaban

Caminé a la cocina, hice las palomitas en el microondas y las serví en un tazón, volví y pude ver a Rocío recostada en las piernas de Barca, fruncí el ceño

—Lo siento hermanita pero ya no hay espacio para tí en el sofá.— exclamó Rocío —Tu lugar está en el suelo.—

Pude escuchar como empezaba a reír y yo bufé molesta, no iba a discutir con ella, me senté en el suelo aún con mi tazón de palomitas. Pude ver cómo Juan se sentaba junto a mí y lo miré intrigada

—El sofá no es lo suficientemente cálido si no estamos todos.— murmuró mientras ponía la película y tomaba un puño de palomitas

—Yo opino que el sofá está muy vacío sin ustedes dos.— dijo Roberto mientras también se sentaba con nosotros y sonreí

Me giré un poco y ví a Barca, él también me estaba mirando, empujó un poco a Rocío para alejarla y segundos después también estaba en el suelo con nosotros

—¿¡Es en serio!?.— preguntó Rocío molesta —¿¡Todos prefieren estar en el suelo frío!?.—

Nadie dijo nada pero la risa de Cry inundó el ambiente, yo también tenía ganas de reír pero prefería no hacerlo para que ella no volviera a victimizarse

—No todos prefieren el suelo, yo sigo en el sofá.— habló Cry —Pero no es por tí, es porque el suelo está duro.— aclaró

La película siguió y ninguno de los chicos se levantó del suelo. Pasó una hora y vimos como llegó Ded, también se sentó a ver la película pero él si se sentó en el sofá.
Cuando la película terminó y nos levantamos del suelo, yo estaba contenta de ver cómo me habían elegido a mí

—¿Qué vamos a cenar?.— preguntó Ded

—¿Pedimos pizza?.— preguntó Roberto y todos estuvimos de acuerdo con eso

Decidí subir a mi habitación a ponerme la pijama, bajé de nuevo y encontré solamente a Rocío saliendo de la cocina

—Hermanita, necesito hablar contigo.— dijo y la miré dudosa

—No quiero pelear de nuevo.— hablé

—Quiero disculparme contigo, tengo un problema psicológico que me cuesta admitir.— confesó y yo la miré sin entender

—¿Dónde están los demás?.— pregunté, quizás estaba armando está escena porque alguno de los chicos estaba cerca y quería quedar bien

—Todos fueron a ponerse sus pijamas, creo.— respondió —No cambies de tema por favor.—

—Está bien, te perdono.— dije dudosa para que me dejara en paz

—No te vas a arrepentir.— exclamó con una gran sonrisa y me abrazó

Me sentía totalmente incomoda pero quizás debía darle otra oportunidad.

—Por cierto, le pedí a Juan que me comprara unas galletas hoy que salió.— avisó sacando las galletas de su bolso —¿Quieres una?.—

—No gracias.— respondí, obviamente no iba a aceptar nada de ella en este momento

—No las envenene.— dijo, al parecer había notado mi sospecha —Son solo galletas.—

Agarró una y se la metió a la boca, supongo que quería probar que era totalmente seguro confiar en ella

—Come una, que sea la galleta de la paz.— pidió

Suspiré y tomé una de aquellas galletas para después comerla, realmente estaba muy rica, nunca había probado de esta marca

—¿Están ricas?.— preguntó y asentí —Come otra.—

Ambas comimos una galleta a la vez, era la primera vez que hablaba con Rocío y no me daban ganas de insultarla, esto era un avance

Pude escuchar como alguien bajaba por las escaleras y caminaba hasta donde estábamos nosotras, era Roberto

—¿Qué están comiendo?.— preguntó con una sonrisa, aún no me acostumbraba a verlo sonriendo la mayoría del tiempo pero era lindo

—Galletas.— respondió Rocío —¿Quieres una?.—

Roberto aceptó y también comió una, hace una semana no me hubiera imaginado comiendo galletas junto a Rocío y Roberto.

Barca bajó también y se acercó a nosotros, yo para este entonces llevaba más de tres galletas

—¿Quieres una galleta?.— preguntó Rocío y Barca asintío también

Él comió una y en ese momento me miró preocupado, yo no entendía que pasaba

—¿Estás comiendo esto?.— preguntó y asentí con la cabeza —Esto tiene mucha canela.—

Escupí la galleta que había estado masticando ¡Yo soy alérgica a la canela! No sabía que esto tenía canela, nunca había comido canela por obvias razones así que no sabía cuál era su sabor

En ese momento sentía mi garganta bloquearse, me faltaba la respiración y mis brazos empezaban a darme comezón

—¡No mamen!.— exclamó Roberto mientras me cargaba y me llevaba al sofá para acostarme ahí

No podía respirar bien y empezaba a jalar aire por la boca pero también era imposible

—¿Qué debemos hacer?.— preguntó Barca preocupado

—¡Llama a una ambulancia!.— fué lo último que escuché y todo se volvió negro