Habían pasado los dos días más extraños de mi vida, habían sido días dónde traté de pasar el tiempo con mi verdadera madre pero ahora ella tenía que volver a españa por su trabajo.

—Te extrañaré.— le dije a mi mamá, estábamos despidiéndonos de ella en el aeropuerto

—Fué encantador conocerte y pasar tiempo con mis dos hijos, siempre soñé con eso.— respondió ella mientras me abrazaba

—"Pasajeros del vuelo 281 con dirección a Madrid, España, favor de ingresar por la puerta de abordaje".— se escuchó por los altavoces del aeropuerto

—Nos vemos en tres semanas.— se despidió de mí y de Cry

—¿Tres semana?.— pregunté feliz —¿Volverás?.—

Los dos días que había pasado con ella me había divertido mucho y había hecho cosas que siempre había querido hacer con mi mamá, como comprar ropa, ver películas y probar la comida que hacía, realmente esperaba que se quedara o que volviera pronto.

—No.— respondió y mi sonrisa se borró —Ustedes irán a casa, en España, pensé que tú hermano te lo había contado.—

Miré a Cry y él asintío con la cabeza, yo solo trataba de recordar cuando me había dicho eso

—Me tengo que ir ya, cuidense mis niños, si necesitan algo pueden llamarme.— dijo con una sonrisa mientras se alejaba cargando su maleta

Cuando quedé a solas con Cry lo miré confundida

—Explicame.— pedí —¿Cuando me dijiste que iríamos a "casa?.— pregunté

—Cuando recién llegué les dije que volvería a España después de mi cumpleaños, faltan menos de tres semanas.— respondió y ambos empezamos a caminar para salir de ahí —No sabía que eras mi hermana, supongo que tendrás que volver conmigo.—

—Yo no quiero irme.— dije y él me miró —Dicen que iremos a casa pero mi casa es la fraternidad, es mi hogar y ahí está mi familia.—

—Tu verdadera familia está en España, yo soy tu verdadero hermano.— dijo él —No creo que mamá quiera que te quedes aquí cuando acaban de reencontrarse.—

Me quedé un poco pensativa, sabía que ellos me querían y no querían alejarse de mí, tampoco quería alejarme de ellos pero la idea de dejar la fraternidad para irme a otro país no me gustaba, tendría que despedirme de los chicos y no volver a verlos en un largo tiempo. No dije nada más y tomamos un taxi, Cry no dijo nada tampoco, este había sido el viaje más silencioso desde que lo conocí, llegamos al bosque, bajamos del taxi y caminamos hasta la casa.

—Espera.— pedí antes de que entraramos y él me miró —No le digas a nadie que nos iremos en tres semanas.—

—¿Por qué no?.— preguntó —Creo que sería mejor que se enteren lo antes posible, así lo asimilan más rápido.—

—Por favor Cry, necesito pensar que es lo que voy a hacer.— dije y él se cruzó de brazos

—¿"Pensar que vas a hacer"? No tienes nada que pensar, tienes que ir conmigo.— dijo y lo miré con la mirada más suplicadora que tengo —Está bien, guardaré tu secreto pero tendrán que enterarse en algún momento.— habló y lo abracé

—Gracias.— murmuré y me alejé de él

Ambos sonreímos y entramos a la casa, no vimos a nadie.

—¡Ya llegué!.— grité e inmediatamente escuchamos como las puertas se abrían y se cerraban

Vimos como tres chicos bajaron las escaleras y nos vieron

—Tardaron mucho, Ded se fué a trabajar ya.— dijo Juan —¿Cómo les fué?.—

—Todo bien, aunque no me gustan las despedidas.— respondió Cry

—¿Cómo estás?.— me preguntó Barca y yo solo sonreí

—Estoy bien, solo un poco agotada.— respondí

—Ve a dormir, nosotros nos encargamos de hacer el almuerzo.— habló Juan

—Está bien.— dije y después subí las escaleras hasta mi habitación

Entré y cerré la puerta, me tiré en la cama con pesadez mientras pensaba ¿Realmente quería quedarme? Tenía la oportunidad de irme, conocer más sobre mi familia, vivir en el ambiente que siempre soñé desde pequeña, con una madre que me quiere y ahora hasta con un hermano pero tampoco quería irme y abandonar todo lo que tenía aquí.

—¿Por qué cuesta tanto tomar decisiones?.— pregunté agarrando a Bodoque —Quisiera tener una máquina del tiempo para golpear a mi yo del pasado cada vez que decía que quería crecer.—

Tenía tres semanas más en la fraternidad y sabía que debía aprovecharlas al máximo aunque no sabía con que debería iniciar. Miré a mi alrededor y mi mirada paró en la cámara que estaba sobre mi mueble

—Debo tomar aún más fotos.— me dije a mi misma mientras soltaba a bodoque y me levantaba de mi cama —Mientras más fotos tenga, más recuerdos me llevaré.—

Agarré mi cámara y salí de mi habitación, corrí por las escaleras y me dirigí a la cocina, dónde estaban todos haciendo el almuerzo así que los empecé a fotografiar

—Por lo visto volvió la fotógrafa de la fraternidad.— bromeó Roberto —¿No dijiste que ibas a dormir un poco?.— preguntó y yo simplemente negué con la cabeza

Ellos seguían en lo suyo mientras yo seguía tomando fotos

—¿No crees que son suficientes fotos?.— preguntó Juan —Siento que cada segundo tomas 100 fotos nuevas.—

—Mientras más fotos tenga, habrán más recuerdos.— dije

—No es necesario tener tantas fotos, habrá mucho tiempo para recuerdos.— exclamó Barca y yo miré a Cry

¿Cómo les decía que quizás ya no habría tanto tiempo?

—Tienes razón.— exclamé con la mejor sonrisa que me salió —Habrá más tiempo.— murmuré

Dejé de tomar fotos y decidí ayudarlos a cocinar, las fotos eran importantes pero pasar momentos con ellos también lo era