𝘾𝙞𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙖
Estaba frente a la puerta de mi antigua casa, un escalofrío pasó y pude ver cómo Cry tocó el timbre, yo solo rogaba para que mi mamá no estuviera en casa.
Unos minutos pasaron y escuché como la puerta se abrió, mi madre salió y me miró
—¡Por fin vuelves a casa!.— gritó molesta —¿Acabaste con tus juegos.—
—Mamá, por favor.— dije apenada —Solo venimos a hablar contigo.—
Ella vió a Cry y a su mamá, parecía que apenas había notado su presencia.
—No me digas que te vas a casar tan joven y vienen a pedirme permiso.— teorizó y la miré mal —Estas muy tonta si piensas que voy a dejar que te cases.—
—No me voy a casar.— hablé
—Señora, ¿podemos entrar? No queremos quitarle más de 10 minutos.— pidió Cry
Su mamá solo se mantenía callada pero con muy mala cara.
—Pasen, quiero saber todas las cosas probablemente estúpidas que hizo mi hija.— dijo y yo rodé los ojos
No extrañaba sus malos tratos, sabía que había sido una buena decisión irme y no volver. Entramos a la casa y nos sentamos en la pequeña sala que teníamos, nuestro hogar era muy pequeño en comparación a la fraternidad.
—Mamá, seré directa.— dije —¿Soy tu hija?.—
—¡Eres tan fea como tú padre! Claramente eres mi hija.— respondió mientras se burlaba de mí
—Señora, le voy a pedir de favor que no sea tan grosera con mi hija.— pidió la mamá de Cry y la risa de mi mamá se apagó rápidamente
—¿Su hija?.— preguntó molesta —Es mi hija.—
—¿Tiene un documento oficial dónde diga que es su hija?.— preguntó —Porque yo si lo tengo.—
Yo solo me tense al escucharlas pelear y pude sentir como Cry tomó mi mano para darme fuerza, yo solo sonreí un poco
—No tengo ningún documento, todos se extraviaron en la mudanza.— respondió mi mamá
—Nunca nos hemos mudado.— dije sabiendo que no había habido una mudanza
—Tú cállate, nadie te pidió que hablaras.— regañó mi madre
Bajé mi mirada mientras jugaba con mis manos, toda mi vida había sido lo mismo.
—Llamaré a la policía, hagamos las pruebas necesarias para ver de quién es hija.— propuso la mamá de Cry —Si está muy segura de que es su hija, no tiene nada que perder.—
—No quiero ninguna prueba.— respondió mi mamá
—Yo me haré la prueba.— dije
—¡Tú no te harás nada!.— gritó mi mamá
—¡Si lo haré! ¡Necesito ver de dónde vengo!.— grité ahora yo —Por una vez en mi vida quiero la verdad.—
Mi mamá me miró asombrada y suspiró
—No eres mi hija.— confesó y la miré sin poder creerlo
—¿Entonces que pasó?.— pregunté mientras sentía mis nervios a flote
—Yo no soy tu mamá, nunca pude tener hijos.— habló —Tu padre y yo teníamos problemas por eso, un día ví a una señora con dos hijos y pensé que no pasaría nada si yo tenía uno.—
—¡Eso es un delito!.— gritó Cry, yo solo estaba en shock
—Seguí a esa señora hasta que tuve la oportunidad de quitarle a uno de sus hijos, lamentablemente agarré a la niña, no al niño y yo no te quería.— confesó —Tú padre siempre pensó que te habían dejado en la puerta de la casa, él siempre te quiso pero yo pensaba que podríamos tener algo mejor.—
—¿Me robaste?.— pregunté aún sin creerlo
—Si pero después tu padre murió y no pude deshacerme de ti.— respondió sin culpa alguna
Yo estaba molesta, sorprendida, triste, todos mis sentimientos se me estaban juntando
—¡Me secuestraste!.— grité mientras unas lágrimas de impotencia salían de mis ojos
—Igual que el chico que te alejó de mí lado.— respondió refiriéndose a Barca —Yo te crié, te alimenté, te mantuve durante todos estos años para que aunque sea sirvieras para trabajar y mantenerme pero ni para eso serviste, preferiste lárgate con el primer chico que se te cruzó.—
—¡Por dios! ¡Arruinaste mi vida!.— exclamé y sentí que Cry me abrazó
—¿Arruiné tu vida?.— preguntó burlona —Tu eres lo que eres gracias a mí, si no te hubiera robado serías una española agrandada como ellos.—
Sentía que había desperdiciado mi vida en medio de los abusos y gritos de mi mamá, aunque ya estaba segura de que no lo era
—No quiero seguir aquí.— murmuré —No quiero volver a verte.—
Me levanté y caminé a la puerta, antes de salir pude escuchar que la mamá de Cry dijo "Informaremos de esto a la policía", corrí lo más lejos que pude hasta que llegué frente a un gran árbol que había en el centro de la ciudad, me senté frente a él y empecé a llorar, había descubrido que toda mi vida había sido una mentira.
Cry llegó junto a mí y también se sentó a mi lado
—Mamá se quedó peleando mientras los policías llegan a aclarar todo.— avisó —¿No crees que esto fué inesperado?.—
—Esto fué el giro dramático que mi vida necesitaba.— bromeé aunque por dentro me sentía horriblemente —Por obra del destino conocí a mi hermano y descubrí que toda mi vida solo fué una farsa, ¿Qué posibilidad había de que eso pasara al irme con un desconocido?.—
—Al parecer la posibilidad era muy grande.— rió —Vamos, ya no estés triste.— pidió
Yo limpié las lágrimas que aún seguían saliendo de mis ojos
—No es tan malo tener un hermano como yo.— dijo sonriendo —Si lo piensas un poco, la peor parte me la llevo yo.—
—¿Por qué te llevarías la peor parte?.— pregunté —¿Piensas que seré una mala hermana?.—
Escuché como rió y me miró
—No lo digo por eso.— aclaró —Me llevo la peor parte porque no quiero un cuñado como los que viven en la fraternidad.—
Ambos reímos y nos quedamos ahí sentados un rato, necesitaba tiempo para procesar todo lo que había pasado
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