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VEINTISIETE

Karina vritasky, hija única de un hombre y una mujer avarientos, nacida antes del derecho al voto, la misma que había visto morir a la gente por enfermedades, avaricia y guerras, la que había vivido para ver innumerables amaneceres, la que había aprendido a vivir al amparo de las sombras y a beber la sangre que corría por las venas de los humanos. 

Hubo un momento en el que se pensó fuerte, lo suficiente mente fuerte como para derribar montañas, nadar miles de kilómetros en océano abierto para llegar a diferentes continentes, luchado para empujar a hombres que la consideraban una presa fácil, había sobrevivido, porque era una sobreviviente, sin importar lo que le habían enseñado, incluso como humana, cuando su deseo había sido convertirse en la primera doctora y evitar un matrimonio no deseado, ella había sido fuerte, pero el hombre que ahora estaba detrás ella, con el pelo largo y oscuro que caía sobre sus mejillas, su piel oliva brillando bajo el sol, sus ojos oscuros rasgados mientras miraba entre la pequeña reunión de personas, mientras ella permanecía arqueada de una manera que la mayoría de los humanos considerarían incómoda para sus espaldas.

Karina sintió verdadero miedo y luego se sintió débil.

"—Han..Han por favor vuelve adentro" Karina se encontró suplicando, sus labios temblaban mientras lanzaba una mirada hacia Toshiro quien había centrado toda su atención en el recién llegado. "¿Que está sucediendo? tu–" El corredor pausó para apuntar con el mentón. "–hombre, ¿qué diablos estás haciendo aquí? esto es propiedad privada, no te bastó con hacer tu acto de desaparición—" dijo Han, encontrando sus palabras pateticas y débiles, propiedad privada? ¿Enserio? ¿Desde cuándo se había convertido en un caprichoso a quien le importaba eso? Diablos, había estado viviendo y entrando en lugares como este por su cuenta desde que tenía memoria y ahora estaba regañando a alguien por hacerlo, oh, cómo los tiempos cambiaron todo.

"Ah, nos volvemos a encontrar corredor de autos, en circunstancias no tan fortuitas" El vampiro japonés dijo arrastrando las palabras casualmente. Pero sus ojos transmitían otras emociones.

"Toshiro, por favor, márchate, todavía queda tiempo" Karina ordenó ahora con celosa posesión, quería alejar sus viciosos ojos de cazador lejos de Han, esos mismos ojos que había presenciado quitarle la vida a hombres y mujeres incontables veces, ese rostro que había visto deleitarse cubierto de sangre al desgarrar gargantas como seda, en tirones de piel. "Sabes por qué no puedo–" Insistió esté saturado de determinación.

"No, realmente no, no entiendo por qué harías esto, si de verdad te importará tanto, después de todo lo que hemos compartido, después de todo lo que nosotros–, ¿por qué hacer esto ahora?" Ella preguntó una vez más, había conocido que él era un tipo de individuo calculado, él nunca había hecho las cosas sin planearlas primero, era el tipo de persona a la que no le gustaban las charlas sin sentido y las decisiones inesperadas que ahora la hacían apretar los dientes, qué ciega había estado, al no ver siquiera cómo alguien como él, que siempre había elegido sus destinos y planeado con anticipación sus pasos hacia sus zonas de caza y patrones para evitar peligros innecesarios, que no había insistido en salir de Japón de una vez cuando ella había visto a Han por primera vez, sí, había intentado que viajaran, varias veces a lo largo de los años, pero ahora podía verlo claramente, había esperado por resultados diferentes, pero ahora se había cansado.

"Porque pareces no comprender que lo que estás haciendo es suficiente para acabar contigo, ¿no lo ves amiga mía? estando aquí con él, con éstos..humanos, práctica mente se lo estás gritando a todo el mundo..y no puedo existir sabiendo que no estás conmigo mientras lo das todo por aquel que ni si quiera te conoce realmente—" Exclamó esté señalando con desagrado la figura de el corredor.  "Humanos..?" Han susurró repitiendo. Ante sus palabras, el quien había permanecido con el seño fruncido, parcial mente confundido ante la situación en la que se encontraba, apretó los dientes ante la soberbia actitud de el otro hombre.

"—Disculpa, ¡oye! hombre, ¿qué diablos está pasando aquí? ¿Cuál es tu problema, amigo? ¿Vienes aquí para probar un punto ó algo? Karina es una mujer adulta, estoy bastante seguro de que puede tomar sus propias decisiones por sí misma sin que aparezcas para decirle lo contrario, así que por qué no mejor te vas, antes de que recibas una paliza" Han escupió, sus puños apretados en advertencia clara, había entretenido a el hombre y su extraña actitud la primera vez, pero no lo haría una segunda.

"Escúchalo, es bastante valiente por su parte defenderte, noble, tengo que admitirlo, pero aun así eso no será suficiente para salvarlo, ¿me equivoco al asumir que todavía no sabe nada, verdad?" Comenzó a decir, sus labios estrechos en una mueca salvaje, sus palidos dientes destellando con claridad absoluta. "—Toshiro, tienes que irte ahora, un pasó adelante y estarás sellando tu destino–" gruñó Peter mientras se alejaba de la seguridad de su posición. El corredor de autos asiático no pudo evitar sobresaltarse ante las figuras pálidas que ahora observó con atención, la voz masculina como el gruñido de un león de montaña, casi inhumana mente imposible de copiar. El hombre era alto, casi un metro ochenta, la mujer junto a Karina era delgada y menuda y ambos eran extrañamente bonitos, como modelos, y se parecían a Toshiro y Karina, demasiado perfectos para ser reales. Todos parecían poder pertenecer a la misma familia, pero era imposible, la piel perfecta, la postura erguida, la ligera diferencia de sus seres con él. 

Entonces algo dentro de Han hizo clic, ó tal vez algunos dirían qué algo se rompió, mientras los destellos comenzaron a correr por su mente, la primera vez que había visto a Karina en su apartamento en Tokio, pensando en lo hermosa que se había visto con sus ojos negro carbón, la forma en que había caminado sin esfuerzo, cómo había cocinado con los dedos casi quemándose sobre la llama de la estufa mientras cocinaba para él, cómo ella parecía no comer cuando él comía, la forma en que a veces hablaba como si hubiera saltado de las páginas de un libro más antiguo, sus misteriosas conexiones con personas ricas de las que no hablaba mucho.

¿Qué demonios estaba pasando aquí? no pudo evitar gritar en su mente.

"Ah, los nómadas, tener a ambos custodiando este lugar fue una idea inteligente pero mortal, ustedes estarán involucrados ahora, pensé que te había enseñado mejor.." El vampiro escupió con alegría ácida mientras el ceño del corredor de autos asiático se fruncía aún más. "Eso es para nosotros de decidir, no para ti–" murmuró la pequeña y bonita Charlotte mientras miraba al vampiro asiático con atentos ojos oscuros, esperando cualquier tipo de movimiento. "Deberían escucharse, después de todo, no estaríamos aquí si no fuera por ti, ¿por qué no puedes ver los peligros? ¿Incluso cuando están justo enfrente de ti, Karina? ¿Cuándo entenderás que todo esto es un error peligroso? este juego al que estás jugando, solo terminará en dolor y muerte.." Sentenció con dureza. "Toshiro, no sigas..te lo estoy pidiendo" Karina susurró despacio, parecían estar en un juego de Ping Pong, ambos concentrados en cada palabra que decía el otro.

"Está bien, diré esto una vez, ¿qué diablos está pasando aquí? ¿Por qué está él aquí y quiénes son ellos exactamente? Karina-" Han habló dejando de lado todas las otras preguntas y dudas que tenía, necesitaba una respuesta ahora antes de que perdiera aún más su conpustura. "Han, él...ellos..." Karina balbuceó cuando el corredor le observó expectante. "—Ella no es quien dice ser porque si ella te dijera la verdad, tendrías que morir, de cualquier manera, no veo por qué debería importar ahora, tu vida estaba en juego de cualquier manera, ya sea que ella decidiera conocerte ó no" El alto asiático tras la morena resopló haciendo que Han mismo parpadeando sacudiera la cabeza. ¿Morir? de que diablos estaba hablando? y a qué se refería con que Karina no era quién decía ser?!

"¡NO!" el grito atrajo sus ojos hacia la belleza morena, Karina, su forma temblaba como una persona desnuda en un día de invierno, sus labios entreabiertos, el viento saliendo a través de los dientes apretados en un silbido que parecía el de una pantera furiosa. Han nunca había visto tal reacción antes, solo precenciado pequeños momentos donde su furia parecía resurgir, pero Karina siempre parecía estar en control de sus emociones. "¿Q-Qué has hecho..?" Murmuró la pálida vampiro poco antes de exclamar. "¡LÁRGATE!" Gruñó mientras combatía contra el terror de la revelación. "No sin ti..." Dijo Toshiro mientras sacudía la cabeza, sus ojos oscuros miraban profundamente a la morena. "Entonces este es definitivamente el fin de nosotros.." Las palabras abandonaron los labios suaves como la caricia de una brisa para Han, pero para Toshiro, eran igual que una hoguera ardiente contra su piel, quemando su cuerpo hasta dejarlo en cenizas.

Han podía sentir su corazón latiendo en sus oídos mientras el hombre de cabello oscuro miraba sus pies cubiertos de cuero, solo los zapatos caros junto con su conjunto eran suficientes para alimentar a unas 30 personas. Eso era todo, aceptaría su derrota y se iría, y él, Han, finalmente tendría las respuestas que había estado guardando desde el principio.

El tiempo parecía haberse detenido..

"No, solo el de el—" Toshiro gruñó, su mandíbula cincelada saltaba mientras sus ojos oscuros se elevaban lenta mente hasta alcanzar los suyos, eran oscuros, casi sin pupilas, eran tan oscuros que Han estaba seguro de que su rostro podría reflejarse en ellos como un espejo.

"¡TOSHIRO!" En lo que el propio Han solo pudo describir como la cosa más indescriptible que jamás había tenido la oportunidad de presenciar, y debes creer que había visto una buena cantidad de cosas extrañas y peligrosas, lo que vió a continuación ó no vió exacta mente debido a el hecho de que sus ojos no pudieron seguir lo que parecía un borrón de color que de repente parpadeó y desapareció de la existencia, el hombre extraño, Toshiro, se había desvanecido mientras el grito de Karina resonaba en sus oídos. "¡NO! A EL NO!" Solo para aparecer ante él, materializándose en una fuerza aplastante que parecía caer desde una gran altura en el agua, como si golpeara concreto, una mano pálida y helada agarró su cuello con una fuerza aplastante, forzando su laringe mientras las uñas se clavaban como hojas de afeitar. 

"Es hora de enfrentar tu mortalidad, tanto tiempo te has reído ante la muerte probable, pero ya no, mírame a los ojos corredor de autos, dime, ¿qué ves más allá de tu propia insignificancia?" El hombre siseó como una bestia, su agarre ardía sobre su piel mientras el hombre de piel aceitunada gruñía, Han podía sentir sus ojos salirse de su cráneo. El pánico comenzó a asentarse en su mente mientras su pecho comenzaba a jadear en busca de aire. "¡ARHH!–, ¡SUÉLTALO AHORA MISMO!" la vampira morena gruñó en cólera al ver rojo, incapaz finalmente de esconderse de nadie, chocando contra su antiguo mentor y amigo como una bala, el ruido, Han podía asegurar era como escuchar rocas impactar en una avalancha. Ambos salieron volando por el aire mientras el corredor de autos asiático de cabello oscuro caía hacia atrás con fuerza en la tierra, su cabeza y cuerpo sufriendo impacto, ahogándose con el aliento mientras su corazón latía en sus oídos como tambores. "¡HAN! ¡HAN! ¡CONTÉSTAME!" Exclamó una voz desesperada.

Karina siseó como una cobra antes de lanzar sus dientes directamente hacia el cuello de su antiguo mentor quien evadió su ataque pateando su cuerpo lejos. La morena no desperdició tiempo en recobrarse, su cabeza sacudiéndo su cabello en todas direcciones como la melena de un león salvaje. Ella lo destrozaría miembro por miembro y disfrutaría de su dolor tal como él le había enseñado. Para Han el mundo giraba a su alrededor, como en un coche a la deriva, pero menos emocionante y más nauseabundo. Su cerebro no podía entender lo que estaba pasando tan rápido como su corazón. "¡Charlotte! ¡revísalo! ¡Yo ayudaré a Karina!" Su compañero gritó.

A unos metros de distancia de la vampira y el humano, tanto Karina como Peter se enfrentaron al vampiro asiático que segundos antes como si no hubiera salido volando, se puso de pie en un abrir y cerrar de ojos, agachándose mientras la pareja que tenía delante hacía lo mismo. El siseo fue reducido a un tono mínimo a pesar de la furia ardiente en la morena. Ella no podía creer lo que estaba pasando, su mente ni siquiera estaba registrando el evento en el que ella estaba participando, el secreto, la verdad, ya no podía ocultarse por más tiempo, tal como había visto la intención de atacar en su antiguo compañero de aquelarre. Todo lo que ella había trabajado tan duro para mantener oculto se había desmoronado en polvo en sus manos. No importaba la posibilidad de morir por revelar su naturaleza frente a un humano, no cuando estaba tratando de salvar la vida de dicho humano, su tua cantante.

Karina solo deseaba que se hubiera hecho de una manera diferente en lugar de un acto tan violento que casi le arranca el cuello y la cabeza, pobre Han, esto lo destruirá.. su mente no pudo evitar llorar, como si no tuviera suficiente en su plato, aquí estaba ella haciendo su vida más difícil.

"¡¿Por qué arriesgas todo por él?! no tiene nada que darte más que sufrimiento con su ser mortal, ¡yo te di todo! ¡te creí mejor que esto!" Gritó el vampiro japonés con frialdad cuando su guapo rostro recobró por una milésima de segundos su antigua apariencia familiar. "—Desde que te vi en ese mercado, leyendo la tragedia en ese periódico, quedé embrutecido, hipnotizado..." Continuó diciendo. Karina no pudo evitar jadear cuando sus labios regordetes exhalaron un siseo entrecortado. "¡Sabes que no puedo evitarlo! ¡Es la naturaleza, es una conexión que nos une!" Su grito se ahogó al final cuando atrapó la tos de Han a su espalda, Charlotte de pie entre él y ellos tras haber determinado que su vida no estaba en directo peligro. "—¡Confiaba en ti! ¡Creía en ti! ¿¡Y así es como me tratas!? ¿¡Qué diablos crees que haría una vez que lo mataras!? ¡¿Pensaste que regresaría a Tokio contigo?! ¡Tomados de la mano!? ¡Los dos juntos para siempre!? ¿¡Solos!?" Exclamó parándose un poco erguida mientras Peter observaba de cerca cualquier posible movimiento del otro. Había sido el segundo al mando después de Jasper en las guerras de vampiros del sur por una razón. 

"No solos, no–, sino juntos, nunca necesitamos de nadie más durante los últimos cien años, ¡entonces de repente lo ves y todo se vuelve sobre él!–, soy yo quién ha estado contigo, soy yo quién te salvó de convertirte en una víctima de tus propios vicios, te di un propósito, te di estabilidad—" exclamó, lo suficientemente fuerte como para ser escuchado, Peter siseó mientras su cabeza giraba ligeramente hacia un lado, sus oídos captaron algo que ella no podía por que estaba atrapada en las palabras de Toshiro, adormecida por los recuerdos.

"Así que de eso se trata todo esto, de lo que siempre ha sido? ¿Un caso de caridad? ¿Ahora has venido a...a qué? ¿A cosechar los frutos de tu trabajo?" Escupió con asco, disgusto reflejado claramente en su rostro ahora manchado por la tierra. "Karina, no lo pienses así.." Murmuró suave mente, sus mocasines bien vestidos caminaron ligera mente hacia ella, pero se detuvieron tan rápido como había decidido moverse cuando un gruñido gutural de su pecho rasgó el espacio abierto. "¡NO TENGO OTRA RAZÓN PARA DUDARLO! primero me mientes haciéndome confiar en tu palabra, luego me espías como si fuera un animal en un zoológico y ¡entonces buscas pensar que tienes el derecho de dictar y destruir lo que mi única existencia más aprecia en este maldito mundo! ¿Qué pasó con "sería demasiado cruel de mi parte quitártelo? ¡¿Eh?! ¿¡Eso también fue otra mentira!?" Karina exclamó ignorando como un cambio en la corriente de aire en la distancia acató su atención brevemente.

"Esperaba que a estás alturas ya hubieras abierto los ojos a la parodia que es este pequeño juego al que estás jugando, que hubieras recapacitado dejando a el humano bajo sus propias circunstancias–" Dijo, como si estuviera seguro de que ella había sido una niña caprichosa y sin sentido jugando, y que simplemente se cansaría de Han lo suficientemente pronto como para estar a su lado como siempre. La morena resopló sin humor. "..No somos santos, eso puedo admitirlo, hemos matado y disfrutado bañándonos en el dolor de nuestras presas, pero nunca pensé que fueras tan despiadado cómo para romper mi corazón clamando querer protegerme para tus propios deseos egoístas, al menos no con respecto a mí" Negó traicionada, tanto tiempo pensando en que había sido su único amigo, su soporte, y ahora clavaba en su pecho la peor de las traiciones.

"Creeme, hay cosas peores que podría haber hecho, podría haberle roto el cuello varias veces en la oscuridad de la noche y afirmar que sus propias actividades ilicitas lo habían causado, pero no lo hice, por ti–" dijo Toshiro mientras recordaba las innumerables noches que había ido a espiar al hombre cuando dormía entre las prostitutas con las que había dormido después de una de sus carreras. "¡¿Y qué? ¿se supone que te de las gracias?! ¿por qué no lo hiciste?–" Preguntó, sinceramente curiosa e incapaz de sentir su cuerpo entumecido por el horror de todas esas noches que él había dicho que había ido a cazar al distrito bajo, cuando en realidad había ido a visitar a Han a su taller de automóviles. "Porque te amo, y yo...me llené creyendo que lo aceptarías y te librarías de él pronto..." Susurró, la oscuridad de antes retrocedió momentáneamente para permitir que sus sentimientos afloraran.

Karina negó, su rostro contraído.

Han quien tras lo que pareció una eternidad en segundos, logró volver a colocarse de pie tambaleándose poco antes de ser sosteniendo por la extraña pero bonita mujer de cabello corto quien asintió rápida mente al liberar su brazo tras verlo estable, una série de temblores sacudió el cuerpo de el asiático moreno cuando sus ojos, con las pupilas dilatadas por la falta de oxígeno y adrenalina parpadearon al sacudirse tras sentir el helado toque de la mujer aún presente en su piel. Justo cómo el de Toshiro...y cómo..cómo el de Karina... Han sintió que su boca se secó, su lengua pesada al intentar tragar el ahora doloroso nudo mientras con una mano tocando su cuello ahora marcado por la distintiva marca de una mano se giraba en la dirección dónde Karina se encontraba.

El tal Toshiro le había lanzado como a un muñeco de trapo, con una fuerza que ni si quiera podía describir, una rapidez inhumana imposible para un ser humano normal, y aún así, había visto tal cosa. Han sintió como si su mente racional y aguda se rompiera bajo el peso de algo que no se podía describir, todos estaban pálidos, todos eran bonitos, todos eran fríos, todos con ojos como el color borgoña, con reflejos rápidos que ningún ser humano normal debería poseer. 

La mente de Han recordó haber escuchado una vez a un anciano en un puerto de Nagazaki que hablaba de cómo su hermana mayor había sido secuestrada en la década de los años 50's, cuando él era un niño...

Por un apuesto hombre europeo vestido con ropa elegante, su piel pálida como tiza blanca, sus ojos negros como el carbón que ocultaba tras gafas de sol y su voz..suave como la de un poeta... Los ojos de Karina aveces eran negros como el carbón..tal como los de Toshiro, su voz musical, su piel pálida y perfecta.. el pensamiento saltó como una luz roja parpadeando intermitente.

Han había medio escuchado mientras esperaba que las piezas ilegales de automóviles que había exportado desde Alemania fueran descargadas del barco que las había traído mientras el anciano terminaba de contar su historia a un grupo de hombres mayores que estaban sentados fumando y bebiendo sake mientras iban destripando pescado en unos bancos. El hombre se había ahogado, su voz llena de el dolor de una herida no sanada, diciendo que su hermana había estado tan enamorada del hombre que había declarado querer huir con él el primer día que lo conoció, tres días después, su hermana mayor había desaparecido sin dejar rastro alguno de su paradero, había desaparecido de la faz de la tierra, para nunca ser vista ni oída de nuevo ni del apuesto extraño extranjero.

Su abuela lo había llamado demonio "Oni" mientras que otros que habían oído lo sucedido lo llamaban "Kyūketsuki" (chupasangre) las mujeres habían llevado a sus hijos dentro de la casa, no permitiéndoles jugar, los padres habían encerrado a sus hijas en sus habitaciones, con miedo de que también se las llevaran extraños hombres pálidos. En ese momento, Han se había burlado mientras aspiraba una bocanada de humo de su propio cigarrillo, pensando en cómo la gente en los pueblos pequeños contaba historias tan escandalosas sólo para ocultar que una chica se había escapado con su posible sugar daddy probablemente y en aquellos días eso era vergonzoso para una familia.

Hasta ahora...

Debía seguramente de estar loco, el golpe le había hecho perder la cabeza, pero su corazón le decía lo contrario, todo en Karina era una contradicción a la norma que por alguna razón había decidido ignorar en el momento en que sus ojos por primera vez se habían cruzado por qué quería pensar que alguien tan hermosa y caritativa como lo era ella no sería posiblemente capaz de ser nada más de lo que era.. pero las apariencias engañan y Han Lue jamás había estado más ciego de algo en su vida hasta ahora.

"K...Kyūketsuki..." Susurró, sin darse cuenta de cómo Karina se había girado rápidamente, con los ojos muy abiertos y los labios rosados ​​entreabiertos en estado de shock mientras contemplaba su forma congelada pero aún viva. Chupasangre... la palabra hizo que su corazón de no-muerto se torciera mientras se movía ignorando a Toshiro y su declaración, no le importaban sus sentimientos cuando él había ignorado descarada mente los de ella, además, ella ya le había entregado su corazón al hombre temerario que ahora estaba junto a él, sus ojos lentamente la miraron a los suyos. Las presencias de Toshiro, Peter y Charlotte desaparecieron de su mente mientras la vampira morena caminaba lentamente hacia él, sus botas de tacón alto no hacían ruido mientras se acercaba. "...H...Han..." Dijo, su tono pequeño mientras se acercaba. "Ahora...ahora todo tiene un poco de sentido, cómo me salvaste, Tej dijo que era imposible, no quería creer que pudieras estar mintiendo, pero ahora, ahora veo, la forma en que hablas, la forma en que cómo te mueves, cómo actúas con los demás, cómo te ves, yo...debo estar perdiendo los estribos porque–, no puedo creer que esté pensando en serio que algo así podría ser...que es...que tú eres–, no puede ser..." Han comenzó a balbucear, sintió que sus pensamientos se acumulaban como un deslizamiento de tierra mientras sus manos temblaban. Por el rabillo del ojo vió que el chico alto y rubio se movía hacia la chica de pelo corto y su espalda se estremeció cuando ambos se giraron a la par, como imanes perfectos imitándose entre sí para mirar en su dirección con inmóviles ojos rojos afilados. Su corazón estaba inundado de un frío temor que no había sentido desde aquella noche en Shibuya. Se sintió débil, un pie se detuvo frente a él y se contuvo para no tropezar hacia atrás, ó eso pensó al captar la expresión desconsolada de Karina. 

"¿Ves? incluso él te teme, tal como pensaba, ahora verás, sus verdaderos pensamientos sobre ti, los humanos nunca nos entenderán..." La voz de Toshiro rompió la tensa atmósfera. "Oh, ¿por qué no guardas esas respuestas filosóficas y aceptas que a ella simplemente no le gustas?" Una voz sarcástica interrumpió cuando una figura apareció borrosa cayendo justo detrás del vampiro asiático quien apretó sus afilados dientes hacia el hombre moreno de pelo largo.

"Garrett..." murmuró Karina sin voltear. "Esto no te concierne nómada, has cumplido tu propósito, ¡ahora vete!" Toshiro escupió mientras se giraba para sisear al vampiro nómada que parecía como si no pudiera reunir la emoción necesaria para preocuparse. "¿Oh? es eso lo que crees? bueno, entonces supongo que los Volturi lo harán, ¿verdad?" Garrett dijo mientras sacaba algo de su bolsillo, un pequeño teléfono negro, y agitaba el pequeño aparato en su mano. El vampiro asiático se resistió momentáneamente mientras sus ojos miraban fijamente el objeto. 

"Debes pensar que soy un tonto al creer que llamarías a aquellos que acabarían contigo si supieran de tu participación en esto..." Ante esto, todos hicieron una pausa mientras asumían la amenazante posibilidad que el vampiro americano tenía contra Toshiro. "Tal vez, tal vez no, ¿pero podríamos averiguarlo? solo tomaría solo una llamada para llegar a los Volturi y menos de una hora para que uno de sus perros guardianes estuviera en camino, es posible que tengas un día de ventaja para huir antes de que Demetri y su capacidad de rastreo te atrapen y te condenen no solo por intentar matar a un humano a plena vista a la luz del día, sino también por intentar alejar al tua cantante de su—" Pausando, Garret resumió. "Digamos que a Marcus no le gustará eso ó eso dicen...mi consejo: vete ahora, si valoras tu vida" Amenazó el vampiro patriota de cabello largo sin titubear. Toshiro se giró.

"Karina...toma mi mano..." rogó Toshiro, su mandíbula afilada y su hermoso rostro pecaminoso era un rostro que no muchos se atreverían a resistir, pero Karina Vritasky había aprendido a contener sus deseos más básicos hacía mucho tiempo, y las caras bonitas no iban destrozar lo que el universo mismo había considerado regalarle. La vampira morena de ojos color borgoña no se giró, sus ojos sólo estaban fijos en el único hombre del que le importaba oír hablar. Han por su parte se quedó quieto, incapaz de moverse físicamente mientras sus pensamientos viajaban hacia su familia, Dom, Brian, el resto, ¿cómo los enfrentaría ahora, cómo existiría ahora que sabía sobre algo que hace apenas una hora había creído ser parte de leyendas era tan real como estar cerca del tacto.

Esa Karina, su aliada, por quien había empezado a sentir algo... ni siquiera era humana.

Con una ráfaga de viento, que sólo los oídos de aquellos con el sentido común para captar, Toshiro Matsubara desapareció, sus ojos ardiendo por última vez contra el rostro del corredor de autos asiático antes de desaparecer rápida mente mientras huía de su única compañera de aquelarre, ahora su estatus cayendo al de un temido nómada como lo había sido hace tanto tiempo.

REPRESENTACIÓN ACTUAL DE COMO ME SENTÍ  ESCRIBIENDO ESTO JSJSJS 😭😂

Si les digo que estuve tiempo debatiendo en si hacer ó no a Toshiro un antagonista sería poco decir. Pero estoy satisfecha con ello; Shaw es el antagonista de Han y Toshiro el de Karina. Sin olvidar a eso el tiempo, la mortalidad de Han y la amenaza siempre presente de los Volturi para drama, creo que todo está balanceado lol.

4589 palabras

Si ven algún error, díganme por favor.

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