Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VEINTIOCHO

"Este no será su fin, siempre estará ahí afuera, esperando una oportunidad–" Karina escuchó la voz de Garrett hablar mientras se acercaba, las solapas de su gabardina golpeando contra la camiseta gris mientras avanzaba, la morena por su parte luchaba através de la noción que ahora se estaba formando de que ella ahora estaba sola, sola en el sentido de estar privada de un aquelarre porque ahora se había convertido en una nómada una vez más. ¿Qué pasaría con el apartamento en Tokio? a sus libros? ¿su ropa? una parte sentimental de ella se desesperaba por la pérdida, otra no podía preocuparse lo suficiente por las partes materiales. 

Ella apretó los dientes mientras giraba la cabeza sobre su hombro para mirar al vampiro patriótico que acababa de salvarle el trasero, con los labios fruncidos ante la idea de tener que agradecerle a Garrett, buen señor, él nunca lo dejaría morir. "Soy consciente de eso, Garrett, lo conozco mejor que nadie—" dijo la belleza de ojos color borgoña antes de hacer una pausa para burlarse amarga mente. "—O eso creía saber, es algo gracioso, ¿sabes? si lo ves de esa manera, nunca conocerás realmente la mente y las intenciones de alguien hasta el final e incluso entonces, es posible que aún no las conozcas por completo.." Terminó de escupir las palabras. Ella siempre había pensado que Toshiro era controlado, reservado y con el linaje de un buen líder, pero el tiempo, como la gente decía "lo diría" y el tiempo "decía" que él nunca había sido quien ella había pensado, tal verdad se sentía como una bofetada a la cara, ¿cómo podría ella real mente confiar de nuevo? si cien años habían demostrado que no bastaba con conocer la mente y el corazón de alguien.

"Garret, ¿qué estás haciendo aquí?" Peter cuestionó al vampiro de la gabardina interrumpiendo y manejando controlar la momentánea animosidad que parecía estar creciendo. "Digamos que una Alice Cullen puede ser muy persistente cuando quiere serlo, me alejó de una linda rubia que estaba a punto de probar, ella y su esposo rubio me arrastraron hasta aquí diciendo que una vieja amiga necesitaba ayuda, ¿quién soy yo para decir que no a eso?" Admitió, haciéndola girar mientras intentaba controlar las emociones que surgían al cruzar miradas con el vampiro alto y guapo. "¿Alice te envió?" susurró Karina, su voz ligera mente temblorosa cuando esté asintió confirmando. "Ella fue quién me dió el aparato, y me envió aquí con urgencia, y también aprovecho para criticar mí atuendo, creo que sus palabras exactas fueron "soldado bohemio".." Dijo riendo una carcajada leve palpando el raido bolsillo de su gabardina. Karina por su parte negó contra la pequeña sonrisa en sus labios.

"Oh Alice, bendita seas tú y tu gran corazón.." murmuró mientras la voz de Han hablaba detrás de ella con un temblor que lo acompañó, fue difícil de ocultar cuando su corazón se exaltó levemente. "—Ella...ella llamó a Ramsey, por..por eso vine aquí...dijo que necesitabas ayuda y yo–" El corredor de cabello oscuro gruñó mientras intentaba luchar contra el dolor en su garganta y las miradas inhumanas que ahora se habían puesto sobre el. Se sentía como un mapache cruzando la calle en dirección contraria, póstumo a morirse bajo las ruedas de un auto. Podía escuchar los latidos de su corazón aún latiendo rápido, sus venas bombeando presión sanguínea llena de adrenalina persistente.

Ante esto, Karina se sintió vacilar, Han había visto necesario buscarle por qué temía que estuviera en algún peligro? igualmente le siguió el pensamiento de que ¿Alice había atraído a Han a esto? al peligro? ¿Había sabido que él estaría en peligro? debió haberlo hecho, no era tan difícil de entender, ¿por qué vendría a ayudar en una situación así cuando clara mente no podía luchar contra uno de su propia especie?  ¡¿Qué había estado pensando la pequeña Cullen de cabello oscuro?! se preguntó, y entonces, todo cayó en su lugar.

Con una risita, llena de rabia, felicidad y un ligero toque de humanidad.

"Pequeña perra astuta, tú..sabías que no podía..que no lo haría por mi cuenta" Alice la había conocido mejor que ella misma aparentemente, sabía que ella misma probablemente nunca le contaría a Han sobre su naturaleza, la verdad sobre su vida, sabía que arrastraría esta farsa humana tanto como pudiera, y por eso, la Cullen le había dado el empujón, uno peligroso que podría haber terminado en tragedia, pero no fue así. Si hubiera podido llorar, la pálida morena estaría sollozando en este momento.

"Bueno, qué tragedia para ti, suerte para la rubia y para nosotros..." Charlotte murmuró sarcásticamente haciendo reír a Peter, mientras que Karina misma ocultó el ligero humor que creció ante el golpe de su amiga contra el orgulloso vampiro. "Si bueno, ¿qué puedo decir? soy un caballero" dijo el hombre de pelo largo. Karina se giró, ignorandole ahora sintiendo necesaria posar su atención en el asiático corredor que había ocupado su mente y corazón por más de una década. "Han..escúchame—" murmuró despacio. "No te me acerques–, solo..solo quédate ahí por favor.." Pidió este tras elevar una mano, aunque sabía que tal gesto era uno en vano, Karina podría decidir no aceptar su petición y el estaría forzado a aceptar la cruda realidad de que no era la criatura más fuerte aquí afuera de una vez por todas. "Está bien, aquí me quedo.." La morena susurró deteniéndose, sus manos en alto segundos después para demostrar su complacencia. "Qué..quién.." Han balbuceó apretando los dientes ante el tartamudo ataque que se apoderó de sus labios.

"Cálmate, ó tu corazón podría estallar..." Aconsejó el vampiro a sus espaldas con humor poco antes de retroceder ante el siseo que lo acompañó poco después. "¡Garrett! ¿por qué sigues aquí?" Karina le gruñó al nómada con una mirada acalorada, olvidándose de controlar sus impulsos cuando escuchó el corazón de Han saltar fuerte en su pecho.

"Vamos preciosa, vengo a tu rescate y así es como me tratas? la crueldad me hiere.." Garrett canturreó sedosamente con una sonrisa en su atractivo rostro, Karina curvó los labios, lista para escupir sus palabras pero antes de que pudiera. "No le hables así.." Han gruñó, luchando contra su orgullo y el instinto de supervivencia que le gritaba que se diera la vuelta y corriera hacia la seguridad de la casa segura. Karina parpadeó sorprendida, sus ojos color borgoña se fijaron en su rostro mientras él miraba al hombre alto y pálido detrás de ella, había mencionado que Alice lo había enviado, Han esperaba que no fuera parte de la familia, porque ya no le gustaba su actitud hacia Karina. El hombre se quedó mirando, su rostro cayó en una expresión neutral de nada hasta que sus rasgos contorneados se transformaron en una carcajada ruidosa.

"Supongo que no es una causa perdida después de todo, aunque sigo pensando que soy la mejor opción, cariño..." Garret se rió a carcajadas mientras cruzaba los brazos sobre su amplio pecho, su gabardina llena de polvo mientras lo hacía. "Sigue soñando, Garrett, porque eso es todo lo que tendrás, sueños" murmuró Karina cepillándose hacia atrás los mechones de su cabello que se habían descarriado en la pelea. Mordiéndose el labio inferior, la pálida morena inhaló el óxido y el aire sucio impregnado a su alrededor mientras sus ojos se posaban en la marca violácea que ahora se estaba formando en el cuello de Han, su pecho se encendió con ácido mientras se golpeaba por ello, era su culpa, podía haber impedido esto, ó eso quería seguir pensando. "Tu cuello, ¿te duele? déjame ver, puedo ayudarte–" preguntó, extendiendo la mano antes de detenerse cuando Han apartó su cara ahora sudorosa hacia un lado, sus labios resecos apretandose poco antes de posar una mano atraves de su abdomen. "¿Por qué no me lo dijiste...? ¿Sobre...sobre esto...sobre ti?" Han preguntó finalmente ignorando las miradas de las otras tres personas? ¿Individuos? presentes, y por alguna razón, un peso invisible que ni siquiera tenía ahora, se levantó de sus hombros. Ella hizo una pausa, sus labios se fruncieron mientras buscaba una buena explicación que no lo hiciera salir corriendo, lo que también la hizo reír amargamente, era tan tonta, él ya había visto lo que los de su clase podían hacer, decirle la verdad le haría confiar ó romperlo aún más, ambas opciones podrían representar pesos pesados ​​en cada lado.

"¿Pueden dejarnos a solas por favor?" preguntó la linda morena a los demás quienes en segundos, desaparecieron haciendo que el piloto asiático parpadeara mientras miraba a su alrededor y había pensado tan tontamente que había visto autos veloces cuando ni siquiera podía seguir a estás personas con sus ojos. Sin poder evitarlo, Han sintió el súbito nerviosismo de estar a solas, y aún que intentó ocultar tal cosa. Nada se le escapaba fácilmente a Karina. "..Han..yo, no tienes por qué temer, jamás te haría daño.." Susurró suavemente, Han le observó expectante, sus ojos oscuros atentos. "—Lo que viste hoy, no estaba destinado a suceder, al menos, no ahora..ni nunca..ó eso esperaba, yo traté de alejarte de esto todo el tiempo que pude, lo juro, solo quería ayudarte, pero no pude mantenerme alejada...lo intenté..con todas mis fuerzas, pero al final no pude contra ello–" Confesó, su voz musical poco a poco decayendo en una serie de palabras desesperadas. "¿Quién eres?..realmente" Han se encontró preguntando mientras sus cuerdas vocales lograban emitir sonido, su pecho se sentía apretado, como un resorte en espiral listo para retroceder y romper la presión insuficiente.

"—Nací Karina Alyssa Vritasky de dos padres rusos en el siglo XIX, era joven, la misma edad que ves ahora, cuando mi madre me dijo que mi padre planearía casarme con un corredor de bolsa narcisista de Inglaterra, mi mundo colapsó..mi madre dijo que nuestra luna de miel terminaría a bordo del MRNS Titanic, ¿puedes creerlo? esquivé dos balas.." Karina se carcajeo amargamente sin verdadero humor. "..En ese momento ya había tomado una decisión, quería ser médico, quería ser la primera mujer médico en el mundo, quería salvar vidas, las vidas que no pude salvar antes, sabes? tenía dos dulces primos pequeños, gemelos, sucumbieron por una fiebre, pero yo podría haber hecho algo, pero mi madre dijo que no, que no era propio de una dama..mi padre simple mente me hubiera encerrado en mi habitación hasta el día de la boda, así que opté por escaparme, una noche me escapé y nunca volví.." La morena pálida pausó para tomar en cuenta su rostro, Han yacía inmóvil, atentamente absorbiendo todo.

"—El vampiro qué me mordió, su veneno me cambió después de que me dejó agonizando en un callejón cubierto de mugre e infestado de ratas..." Karina continuó mientras sus recuerdos se volvían borrosos, los ojos humanos habían sido tan pobres en aquel entonces. "¿Veneno?" Han preguntó. Todo lo que sabía sobre vampiros venía de las películas baratas de Hollywood, sobre estacas, ajo y agua bendita, que no podían salir a la luz de el sol ect, pero Karina caminaba bajo el sol sin problema alguno, eso lo había visto contables veces, así que tal vez su perspectiva mundana estaba lejos de los hechos.

"Sí, veneno, a diferencia de los vampiros cliché, los vampiros reales tienen veneno en sus cuerpos, actúa como un agente paralizante al entrar en contacto con el torrente sanguíneo, es el peor dolor que puedas imaginar, sientes que ácido corroe tus venas mientras te beben hasta dejarte seco.." Ella describió con detalle cómo recordaba su propio dolor, de todas las cosas que había olvidado de su vida humana, los últimos momentos aún permanecían vívidamente en una parte oscura de sus recuerdos, una parte de ella, quería mantenerlo apartado de los horrores de su vida y naturaleza, pero ese deseo no sólo era inútil ahora, sino peligroso, necesitaba saberlo, se lo merecía, sin importar los propios deseos de ella.

"¿Sería un error asumir que tú también lo has hecho? tú...has matado gente..." preguntó Han mientras se tragaba la voz que gritaba en su mente que no fuera un "hipócrita" porque él también había matado gente, aunque sólo en defensa propia, pero sobre todo porque él mismo había terminado provocando dichas situaciones que lo llevaron a terminar luchando por su vida. Karina cuadró los hombros debajo de su camisa de manga larga, levantó la mandíbula mientras parpadeaba y sus largas pestañas revoloteaban contra su rostro pálido.

"Lo he hecho, no lo voy a negar..no ganaría nada con hacerlo, no contigo–, era eso ó volverme salvaje y convertirme en una criatura impulsada por la sed, incapaz de razonar..aunque, debo decir que hay algunos que han podido resistir el sentimiento y han tomado otro camino, alimentándose de animales, nuestros ojos nos diferencian rojos para sangre humana, dorados para animales, negros para sed ó ira.." Dijo cuándo Alice nuevamente volvió a su mente, cuando le tuviera de frente tendría un par de palabras coloridas para la duendecilla vegetariana cullen y sus visiones siempre cambiantes. "¿Y tú por qué no lo has hecho?" Preguntó Han manejando controlar el deseo de apartar la mirada cuando sus ojos borgoña penetraron los suyos en segundos, ojos rojos para sangre humana.. ¿Acaso ella anhelaba tanto la sangre humana como para no poder siquiera pensar en hacer otra cosa? Un escalofrío recorrió su espalda, el vello de su cuerpo se erizó mientras pensó en todas las veces que la había tenido tan cerca, nunca se había sentido en peligro con ella, pero tampoco había sabido quién era ella real mente, ó de lo que podía ser capaz de hacer.

"No tengo excusas que satisfagan la buena moral, aunque si diré que únicamente cazo—" La morena hizo una pausa cuando Han hizo una mueca ante la palabra. No lo culpaba, era una reacción normal ante tal cosa. "Yo cazo monstruos humanos, asesinos, violadores, pedófilos..ese tipo de basura, nunca inocentes—" dijo mientras se movía a un lado mordiéndose la mejilla interna para evitar decir que no era del todo cierto, si había matado a un inocente, uno hace mucho, y otro hace muy poco en Japón en el subterráneo clandestino.

La luz moribunda del cielo se volvió naranja cuando el sol había comenzado a desaparecer en el horizonte. Los ojos rasgados del corredor de autos asiático seguían cada movimiento de ella como si realmente la estuviera viendo por primera vez. Han no pudo negar que su corazón tembló, una calidez que solo había sentido unas pocas veces en su vida rodeándolo cuando la pálida luz amarilla golpeó el perfil de Karina, su piel brillando como un diamante, tal como lo había hecho ese día en el camino. Pero también, un ligero sentimiento de desesperación se apoderó de él.

"Soy un criminal..." admitió Han, nunca se había sentido avergonzado de lo que era, no desde que se había sentido orgulloso de crearse una vida sin importar cómo la hubiera hecho. Una cabeza llena de rizos de cabello castaño chocolate se arremolinaba para mirarlo, con el rostro rígido mientras Karina se pavoneaba y se detenía a pocos centímetros de su rostro. Han podía sentir su propio aliento abanicando su rostro, nunca se había dado cuenta tampoco de que Karina no tenía aliento propio a pesar de que su pecho aparentemente se movía hacia arriba y hacia abajo simulando respirar. "Escúchame, y escucha bien Han, como dije antes, nunca te haría daño, puede que hayas robado dinero y otras cosas, pero no eres un monstruo, confía en mí, conozco monstruos reales–" dijo Karina mientras levantaba sus manos, dejándoles en el aire, cerca de su rostro pero no lo suficiente como para tocarlo por más que deseará hacerlo.

Han inhaló profundamente por la nariz, olvidando brevemente todo lo que había pasado mientras sus ojos se posaban en sus labios rosados, sentía como si lo estuvieran atrayendo hacia ellos, una vez había pensado que su amada y valiente Giselle era la única mujer que alguna vez había  hecho latir su corazón, y después de su muerte, no había querido nada más que morir y consumirse, pero ya no. Sus ojos se centraron en el contorno de su nariz, ella le recordó esas estatuas de mármol de los museos, etéreas, eternas e intactas. Mientras exhalaba un suspiro exhausto, ignorando el ligero dolor que le recorría el pecho, se había creído un hombre invencible, pero ahora, al enfrentarla, ahora conociendo su verdad, el verdadero rostro de quién era ella, sintió que sus defensas se rompieron mientras fruncía los labios. 

Ella no era ningún monstruo, sólo estaba rota como él.

"—¿Por qué estás aquí real mente? si no estás aquí para matarme, ¿por qué alguien como tú, que ha vivido tanto tiempo, estaría interesada en todo esto? ¿acaso es algún pequeño proyecto de curiosidad ó algo así?" Han cuestionó confundido ante la súbita duda que se originó en su mente, ya tenía cierta perspectiva de su pasado pero no de su actual presente. ¿Por qué le había salvado? "Te pregunté esto antes y dijiste que querías ayudar, pero nunca dijiste realmente por qué.." El corredor pausó antes de elevar sus oscuros ojos, su mirada sin vacilar cuando se encontró con ojos borgoña que por tanto tiempo ahora había pensado eran lentes de contacto. "..No eres un objeto con el que jugar para mí, Han, nunca lo serás.." La vampiro murmuró con honestidad. "Tú y yo..estamos-, estamos conectados..somos–" Intentó decir la morena, sentía el pavor de el rechazo invadiendo su cuerpo entero, las anteriores palabras de Toshiro afectando su juicio levemente. Hasta que el rostro de Han comenzó a arrugarse, su tono oliva pasó de un aspecto saludable, si no magullado, pero aún relativa mente normal, a uno pálido fantasmal, casi grisáceo en cuestión de segundos.

"¿Han? Han–, ¿qué pasa?" Ella rápidamente jadeó moviéndose para abrazarlo una vez que sus ojos captaron el movimiento de sus piernas cuando comenzó a caer de lado. El mismo Han gruñía mientras intentaba darle sentido a lo que estaba sucediendo, sentía su pecho pesado, como si un elefante estuviera sentado encima, pero sabía que no tenía costillas rotas, entonces, ¿qué le pasaba? un dolor agudo en su abdomen respondió a su pregunta mientras un grito salía de sus ahora labios curvados. "¡¿Qué...diablos, qué es AHH! ¿Qué es...qué me está pasando?!" Han gimió cuando su cabeza comenzó a latir, el dolor fue suficiente para hacerle ignorar que Karina lo estaba sosteniendo por completo mientras sentía una ráfaga de aire desde diferentes direcciones apareciendo a la vista.

"¡¿Qué pasa?! ¡Han! ¿qué pasa? ¡¿dime qué tienes?!" Preguntó desesperada la morena mientras buscaba su rostro, tenía el cuello magullado, pero eso lo sanaría en una semana como mucho, había tenido suerte, un ligero empujón más lejos se le habría partido el cuello, ¡NO! la horrible imagen le hizo querer vomitar el contenido inexistente de su estómago. "¿Cuál parece ser la causa?" Han escuchó a la pequeña y bonita vampira... no, ni siquiera pensó que todavía podía decirlo, preguntar mientras ella se arrodillaba a su lado, ni siquiera se había dado cuenta de que Karina lo había arrastrado hacia abajo sobre sus piernas cubiertas de jeans oscuros.

"¡No lo sé! Han, ¿qué te duele?" Ella preguntó de nuevo, y maldita sea si él no hizo todo lo posible por responder, pero cada respiración que tomaba parecía empujar sus pulmones hacia abajo. "¿Existe alguna posibilidad de que haya sido mordido?" Garrett preguntó por encima del hombro mientras inspeccionaba al humano que se había apoderado del corazón de la mujer por la que había suspirado durante décadas. A diferencia de su loco ex compañero de aquelarre asiático, él sabía cuándo aceptar su derrota con la cabeza en alto como un verdadero hombre cuando una dama le decía que no. Justo cuando terminó de decir eso.  Karina se congeló momentánea mente antes de negar con la cabeza. "Imposible, lo habría olido, la sangre..." El vampiro pálido puso una mano en la frente caliente de Han, ya estaba sudando profusamente, su rostro arrugado por un claro dolor. Desde el otro lado, Peter pasó junto a su compañera.

"Levántale la camisa, Karina" Dijo con brusquedad. Ella parpadeó, deteniéndose para mirar a su aliado, quien tenía una expresión ilegible en su rostro antes de murmurar una disculpa a Han, ella hubiera querido verlo, pero no de esa manera. Sus dedos largos y pálidos agarraron la camisa oscura que cubría su abdomen, arrastrándola lentamente hacia arriba, mientras miraba el estómago ligeramente tonificado pero no musculoso, un grito de horror salió de sus labios al observar una mancha roja y púrpura furiosa, casi negra. Parecía el cuerpo de un cadáver abandonado a hincharse al sol. Sabía lo que era, pero sus labios no podían moverse para decirlo mientras su mano tocaba suavemente la dura superficie, el corredor de autos asiático gritó fuerte mente. "Neumotórax...sus pulmones están colapsando, la adrenalina debe haber impedido que sintiera el shock, debe haber sucedido cuando su cuerpo golpeó el suelo, tal impacto en un cuerpo humano–, me sorprende que haya estado tanto tiempo sin colapsar.." Peter murmuró sonando sorprendido mientras sus ojos rojos parpadeaban hacia los de ella. No sé necesitaban palabras para describir lo que quería transmitir, tales golpes eran usualmente fatales en humanos.

Han gruñó antes de gritar de nuevo. Incluso después de su accidente automovilístico en Shibuya, con costillas rotas y una conmoción cerebral, no se había sentido tan mal como entonces. Sus fuertes gemidos de dolor fueron suficientes para hacer que el otro vampiro mirara en dirección a la casa segura de los humanos. "Sus gritos alertarán a los demás, tenemos que moverlo.." El movimiento dentro del edificio había aumentado a un nivel diferente a antes, podía escuchar los corazones de los que estaban dentro latiendo más rápido, estaban en movimiento, exaltados por algo. Pero a la vampiro podía importarle poco ahora. Mientras el resto comenzaba a hablar con palabras rápidas que sus oídos preferían ignorar, Karina no pudo evitar sentir su mente zumbando, todo lo que había hecho, todo lo que había luchado para mantenerlo a salvo, para mantenerlo con vida, para estar a su lado inclusive si ella no podía estar en sus brazos, entonces existiría felizmente a su lado, pero lo que no podía hacer era verlo asfixiarse de dolor hasta...hasta morir.

"No, no, no..dios..no por favor.." El deja vu se sentía similar a tragar un hierro caliente. Parecía que Toshiro había logrado su objetivo al final, y se sentía como si el universo se estuviera riendo, sus labios curvados, sus dientes perfectos lo suficientemente afilados como para romper huesos, chasqueaban con fuerza mientras gruñía. "Debemos salir de aquí–" Insistió Garret nuevamente. "¡¿A dónde?! ¡No hay otro lugar a dónde ir!" Exclamó con desesperación, Karina se aferró a la camiseta de el pelinegro corredor ignorando como el material se rasgó bajo sus dedos. "Carlisle puede tratarlo.." Garrett aseguró confiado, su viejo amigo y aliado había sido una gran fortaleza en la guerra salvando miles de vidas que de otro modo habrían perecido en aquellos tiempos donde la penicilina ni siquiera existía, a lo largo de los años el caritativo médico rubio no había hecho más que continuar su trabajo perfeccionando sus habilidades para compensar lo que pensaba que era una falta de alma. Si hubiera alguien que pudiera ayudar al corredor de autos, ese sería Carlisle Cullen. Pero tendrían que tomar al hombre y correr, correr lo más rápido que pudieran a través de montañas y estados, casi 2.668,2 millas, un tramo relativamente fácil para un vampiro, no tanto para un humano moribundo.

"No..no llegaremos a Washington a tiempo y no podemos llevarlo a un hospital–" Han gimió cuando sintió un ardor rodear su cuerpo entero, su sistema se estaba colapsando con cada bocanada de aire que tomaba, la ironía de que respirar le estaba matando casi le hizo querer reír. Su único conforte apesar de el dolor, era el que al menos estaba cerca de Karina, y si esté era el momento de su muerte, almenos lo haría con una sonrisa en el rostro. Garrett maldijo y puso una mano en su hombro. "..Siempre existe la opción.." sugirió el vampiro patriota, pero antes de que pudiera terminar, se encontró de espaldas golpeando el suelo mientras la chica de ojos color borgoña le siseaba en la cara. "Déjame adivinar, ¡¿quieres ser tú quien haga los honores?! ¡Debería haberlo sabido, ¡maldito bastardo!—" El gruñido salió de sus labios cuando Garrett levantó ambas manos en paz. "Sabes que no lo haría, puede que sea egoísta en ocasiones pero no soy cruel, hermosa, y lo sabes.." murmuró con brusquedad. Y entonces sonó un teléfono, su tono de llamada era lo suficientemente molesto como para hacer que el vampiro moreno quisiera partirlo por la mitad mientras Garret lo sacaba sin esfuerzo de su bolsillo, no sin antes ver la pantalla. "Es para ti..." Dijo antes de que la mano de Karina lo tomara en menos de un segundo, solo había una persona que podía estar llamando. Soltando a el patriota, la pálida belleza de ojos color borgoña abrió el teléfono plegable y se abstuvo de ponérselo cerca de la oreja por motivos de apariencia.

"Karina.." habló la voz de Alice, su tono manso. "Alice—" Respondió con un tono ahogado. "Él...Han, no lo logrará..su futuro, no puedo verlo a menos que una decisión definitiva sea tomada pronto–" Alice murmuró lenta mente como si tratar de darle la noticia de una manera tan suave fuera a cambiar algo. "No..no..¡debe haber algo Alice! ¡No puedo! ¡No puedo simplemente estar aquí de brazos cruzados y no hacer nada! todo menos eso, todavía no.." La vampira morena siseó mientras su mano agarraba el pequeño teléfono con tanto cuidado como podía a pesar de querer aplastar el aparato ofensivo en una masa de vidrio negro. Hubo una pausa en la otra línea, voces hablando rápido, algunos gruñidos de desacuerdo que sonaban cerca de pertenecer a la belleza rubia Rosalie antes de que Alice se diera vuelta y le pasara el teléfono a otra persona. 

"Karina..." Carlisle con su aura calmante, susurró su nombre como un padre a un niño triste. "Díme..tu eres médico, por favor.." Suplicó, esta no había sido la vida que había elegido, y sí, había aprendido a gustarle algunos aspectos a lo largo de las décadas, pero someter a alguien a ella, sería quitarle sus opciones, Han todavía tenía mucho por qué vivir, era una persona social, vivir esta vida sería esconderse, matarse física y emocionalmente y desaparecer para empezar de cero. Él nunca volvería a ser la misma persona que alguna vez fue, no es que importara, ella lo amaría de cualquier manera, pero aun así.

"..Por lo que Alice ha visto, suena como una herida que inclusive yo no podría tratar, sus pulmones colapsarán, lenta y dolorosamente más si logra controlar su respiración, lo que a su vez prolongará su sufrimiento a medida que su cavidad torácica se llene de fluidos producidos por el neumotórax, se ahogará con el mismo aire que respira—, no te mentiré Karina, él..él morirá…a menos que tomes una decisión difícil, elijas lo que elijas, te apoyaremos" dijo Carlisle, su tono lo suficientemente tranquilizador como para romperla mientras lloraba permitiendo que el pequeño teléfono negro cayera de sus manos. "Por qué....¡¿POR QUÉ?! ACASO NO LO HE DADO TODO?! ACASO EL NO LO A DADO TODO!?" Exclamó con furia, sintiendo la invisible traición de un ser omnipotente sobre su cabeza. Ni si quiera le importaba quién le escuchará, Peter y Charlotte se encargarían de ello, con un siseó, Karina cerró sus párpados brevemente, sus labios rosados apretados. 

"Han..tienes que abrir tus ojos, tienes–, tengo que–, debes decidir tu.." Susurró mientras agarraba su rostro con ternura entre sus pálidas manos. Han, sus oscuros ojos rasgados parpadeaban adormilados hacia ella, otro jadeo ahogado mezclado con un gemido escapó de sus labios antes de que un rostro familiar ocupase el de Karina. Giselle sonrió con calidez atrevida, con esas sonrisas que había solido darle cuando se traía algo entre manos.

"Hola" Murmuró deteniéndose para limpiar algo en su mejilla. "G..Giselle.." Han habló de repente sintiéndose capaz de hablar sin el dolor punzante en su pecho. "¿Qué me está pasando? ¿C-cómo estás aquí..?" Preguntó, aunque una parte de él sabía que su mente confundida estaba perdiendo el conocimiento rápidamente. "Te estás muriendo, pero ambos lo sabemos, lo que necesitas saber ahora es que hay que tomar una decisión, vivir ó morir.." Dijo la hermosa y esbelta morena mientras acariciaba su cabello. Han frunció el ceño. "Ya los escuchaste, mis pulmones están colapsando, ese bastardo me hizo esto y ni siquiera pude matar a Shaw por lo que su hermano te hizo, no logré nada.." Mientras decía esto, sus dientes rechinaban con fuerza ante la injusticia de todo esto. Giselle estuvo a su lado en un abrir y cerrar de ojos, sus manos agarrando las suyas. "Todavía hay una oportunidad para ti, una oportunidad de vivir..con ella.." Dijo antes de que Han se encontrara recordando la forma de un hermoso rostro pálido, el rostro de Karina, con su largo cabello y sorprendentes rasgos inhumanos, una calidez envolvió su ser cuando su corazón, el mismo que una vez estuvo tan roto sin posibilidad de reparación, pareció sanar ante sus ojos mientras el rostro sonreía, los ojos color borgoña brillaban cuando la imagen se desvanecía solo para mostrar otra, la hermosa mujer pálida corría sobre la hierba verde y le siguió otra figura, un hombre, por lo que pudo ver, de cabello largo y oscuro, piel aceitunada y una risa sonora.

Cuando la mujer se giró, sus labios se abrieron para mostrar una hilera de dientes blancos y cegadores, la piel brillando como diamantes bajo un cielo azul, el hombre apareció en un parpadeo, agarrando a la mujer por la cintura, sus labios no tardaron en chocar contra los de la mujer en una exhibición apasionada, después de segundos de sus bocas envueltas en una y otra, el rostro del hombre se volvió, y Han sintió que su corazón dió un vuelco, su propio rostro le devolvió la mirada, su piel oscura, una vez aceitunada, ahora sostenía una leve  palidez, pero lo que más le llamó la atención más allá de verse besando a Karina, fue el brillo rojo en sus ojos mientras su otro yo sonreía mientras sostenía a Karina, quien besó su mejilla con un puchero adorable. El corredor de autos sintió que flaqueaba cuando tropezó con su propio cuerpo una vez más.

"¿Qué...qué fue eso? Karina...y yo..nosotros...no estamos.." Han balbuceó avergonzado por no estar avergonzado mientras Giselle lo miraba fijamente. "Es tu futuro, si decides dejar todo el dolor y el odio en el pasado" dijo antes de que él sacudiera la cabeza. "¿Pero qué hay de ti? juré atrapar a Shaw, juré vengarte aunque fuera lo último que hiciera, no puedo simplemente parar.." Dijo antes de que el rostro de Giselle se volviera duro, como lo había hecho cuando estaba enojada por algo, por lo general había sido con Roman y sus tontas bromas sexuales lo que la hacía tener esa cara. "Si puedes, estoy muerta, Han, mi amor, me he ido y nunca volveré..pero ella permance, y te ama..te a amado mucho antes de que yo lo hiciera, no sabes todo lo que a hecho por ti, por nosotros, y se que tú también lo sabes, lo que sientes, no es algo erróneo ni tampoco debes rendirme cuentas por ello, tu corazón siempre a sido suyo como el de ella el tuyo, es hora de dejar de negarlo, de negarte a ti mismo lo que tú alma anhela..pertenecen el uno al otro, verdaderas almas gemelas" Susurró dando otra sonrisa sincera llena de alegría, y él no pudo negar la sensación de ardor en sus ojos mientras su pecho se contraía con la noción de todo.

"Lo siento–, por no, no pude salvarte, te dejé caer y..no fuí suficiente" Murmuró antes de que la morena le detuviera. "Hiciste todo lo que pudiste y ahora es momento de avanzar, tu futuro está en tus manos..no dejes que el pasado te robe eso..no dejes que Shaw, yo ó Toshiro te quitemos eso.." Ella tenía razón, debía dejar atrás su sed de venganza, nada bueno jamás le había traído, solo muerte y dolor, eso no significaba que los culpables no pagarían, pero si el que él dejaria de menospreciar sus oportunidades por perseguir a aquellos que un día morirían finalmente.

Han giró hacia la mujer que una vez había sido su todo. Su garganta con un nudo que se liberó cuando una carcajada de felicidad abandonó sus labios, el nombre de Karina en su alma resonando como una bocanada de aliento fresco. "Quiero vivir...y quiero a Karina conmigo–" Susurró, el estaba enamorado de Karina Vritasky y sus ojos extraños, su hermoso rostro y su yo protector que había estado a su lado día y noche, y contraríamente a lo que había pensado unos meses antes de que Shaw ó Karina llegaran a su vida, ya no quería morir más, quería vivir. Y si debía dejar de ser humano para estar con Karina, no sonaba como una decisión tan mala después de todo...

"¡HAN! por favor..no, no te vayas.." Sus oídos escucharon la voz familiar gritar, sus ojos nublados mientras manos frías sacudían sus mejillas sudorosas. Con la mayor fuerza posible que pudo acumular el corredor de piel oliva, sus labios resecos murmurando. "H-hazlo..hazlo..c-confío en ti, kari..na" Han no podía determinar el tiempo, se sentía como una eternidad pasante, hasta que una presión creció en su muñeca, gruñó con un gemido adolorido, y luego, como su hubiesen vertido fuego líquido en sus venas, su cuerpo ardió.

Disculpen si ven algún error.

5655 palabras

DESCRIPCIÓN VISUAL DE COMO SE SIENTEN AHORA. 😭

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro