
ONCE
"—Tenemos asientos reservados para una señorita vritasky y un señor Lue lejos de la ventana, pero no muy lejos de las salidas..." La morena habló con calidez a la joven y bonita mujer de cabello oscuro que estaba de pie detrás de la mampara de cristal de la sala internacional del aeropuerto. "Un minuto, por favor..." dijo la asistente mientras hacía clic en el monitor de su computadora. Girándose ligeramente, Karina captó la expresión cerrada de Han, pudo ver cómo inclinaba su cuerpo más cerca del de ella, una vista tan poco probable del hombre que conocía comun mente que enfrentaba el miedo con una sonrisa en su rostro y vivía para la prisa ante el peligro. "Aquí están–, dos asientos con destino a Los Ángeles, Estados Unidos, todo ya ha sido pagado por un Carlisle Cullen, ¿verdad?" La mujer habló rápida mente, afortunadamente lo suficiente mente rápido como para que el corredor de autos ni siquiera le prestara atención. "Sí, eso sería correcto" dijo la vampiro mientras la mujer asentía y tomaba su pasaporte marcando brevemente el destino antes de devolverlo. "Todo parece estar en orden y debido a la política de nuestros vuelos privados sus maletas no necesitan ser facturadas, si por favor avanzan por la terminal 7 el vuelo ya está siendo preparado para la salida, buen viaje" fue lo último que se escuchó mientras Karina se arrastraba junto con el asiático de cabello oscuro a su lado a través del aeropuerto lleno de gente.
Él le había mentido, ella ni siquiera podía entenderlo por completo todavía, la pregunta en su mente quedó sin respuesta, ¿por qué? ¿Por qué darle un discurso tan profundo sobre el ser humano y la inmortalidad? ¿Por qué fingir irse? ¿Cuál fue el punto de todo esto? ¿Hacerle daño? física mente podría demoler un tanque, pero ¿emocionalmente? ¿mental mente? Se sentía como una niña indefensa sola en la oscuridad, preguntándose el por que de todo sin un guía, a veces pensaba que no necesitaba nada de eso, podía perfecta mente cuidarse a sí misma, pero la pregunta aún permanecía, ¿estaba tratando de enseñarle algo? ¿Tal vez alguna clase de vieja lección de samuráis? ¿Una de esas sobre las que le gustaba predicar cuando el silencio se había vuelto demasiado abrumador de manejar através de las décadas?
Al pensarlo, un recuerdo de tiempos pasados emergió por encima de otros como un filme silencioso.
Sus manos pálidas agarraron de manera desigual un trozo de periódico recién impreso, el olor a tinta fresca en su nariz mientras sus ojos color borgoña pasaban rápidamente por las oscuras letras pequeñas, sus regordetes labios rosas yacían clavados dura mente en la carne fría de su mejilla interna, la garganta le ardía horrible mente. Ella estaba luchando contra las emociones furiosas, el hambre por un lado y el corazón roto por el otro. Le estaba costando cada gramo de su ser no hincarle el diente a los caballeros a su lado. Mientras charlaban sobre la pérdida de dinero de la empresa ó de las personas ricas que habían conocido a bordo del barco.
"–Puedes creerlo, qué noticia tan horrible en un día tan hermoso, sin duda una gran tragedia-, todas esas pobres almas, escuché que uno de los posibles muertos es el conde Astor.." dijo la voz de un hombre con claro asombro mientras sus manos temblorosas sostenían un periódico idéntico al de ella, las letras en negrita ardían como veneno en su piel fría. TITANIC SE HUNDE, ICEBERG RESPONSABLE DE LA TRAGEDIA, TOTAL DE MUERTES AÚN DESCONOCIDO, LA WHITE STAR LINE NIEGA FALLA HUMANA EN LA EMBARCACIÓN. La noticia no la afectó como a los demás, nunca había estado tan involucrada en eso como su madre una vez hubiera querido que lo hiciera, el barco insumergible había sido solo un recordatorio, un recordatorio de una vida triste, una de la que había sido obligada a escapar si no quería verse a sí misma como la esposa trofeo de un bastardo narcisista. Eso no había salido gratis. Pero ahora no podía cambiar nada. Esta era su realidad ahora.
"Qué tragedia, ¿no es así? un desperdicio de vidas–, lamentable mente no hay nada que nadie pueda hacer al respecto ahora, es mejor no pensar demasiado en eso, hacerlo no te ayudará a avanzar más-, me temo que solo te impedirá lograr cualquier cosa que necesites hacer para sobrev–, bueno.." murmuró una suave voz masculina detrás de ella, nadie parecía captar sus palabras a diferencia de ella, quien se volvió lenta pero bruscamente para enfrentar al misterioso recién llegado, un alto y delgado hombre asiático estaba envuelto en un traje de tres piezas de terciopelo negro rico con un sombrero oscuro sobre su cabello negro brillante, como mandaba la moda actual de los caballeros de alta sociedad. "¿Quién eres?" Preguntó reacia. El poder emanaba de su ser, así como un aura depredadora que ella conocía demasiado bien. Un siseo subió por su garganta. Para vivir, para sobrevivir.
"¿Y qué es eso?" La pregunta voló de sus labios rosados, afilados dientes blancos relucían a la pálida luz de el día, era como si el clima supiera lo que estaba pasando actualmente y los cielos arriba se arremolinaban con penumbra y la promesa de pesada lluvia. La respuesta a la pregunta nunca llegó, al menos no de la forma que esperaba. Con una suave risa baja, el hombre la miró. Y luego, ahí, algo cambió. Fuera lo que fuese, la morena sabía que nunca volvería a estar sola. "—Creo que ambos entendemos perfectamente de lo que estoy hablando.." bromeó jovialmente mientras sus ojos oscuros parecían brillar bajo la sombra de su impecable sombrero negro, la multitud de humanos que desfilaban por las calles se volvío insignificante para sus sentidos mediante el todavía desconocido extendía su mano para tomar sus finos dedos entre los suyos, su tensa postura recta se tornó inmóvil al éste posar sus labios sobre el dorso.
"Toshiro, es un placer conocerte..." Esa presentación había comenzado y sellado juntos sus destinos.
"–¿Hay algo que necesite, señorita? ¿algo que pueda ofrecerle? un té de manzanilla? latte descafeinado? Expresso? recuerde que estamos a su servicio–" Preguntó cortésmente una bonita azafata rubia mientras se detenía al lado de la línea de su asiento, su postura recta y perfecta mientras sus ojos verdes miraban directamente a la vampiro y solo a ésta, sin posar una mirada a el hombre humano a su lado, aunque no era totalmente cierto, si había visto su mirada de reojo reaccia, obviamente esto no era normal, al menos no para los estándares de las aerolíneas de alta alcurnia que se vanagloriaban de su gran servicio y aparente "igualdad" con todos sus clientes, ella estaba juzgando en base de las apariencias, todos lo hacían, sabía que otros pasajeros habían mirado a el corredor de autos asiático junto a ella tras el abordaje con desdén, mirando atraves de sus narices como si fuera menos que ellos, ya que ambos habían seguido de largo y tomado sus propios asientos con indiferencia a el resto.
"¿Viste sus harapos? ¿Cómo un tipo vestido así puede estar con una chica como ella en un lugar como este? enserió dejan a cualquiera subirse estos días, que poca ética–" Siseo una mujer de rostro delgado, nariz respingona y piel estirada haciéndole ver esquelética, llevaba un guardapolvos negro de balenciaga y perlas de agua dulce en su largo cuello, su voz hueca cortando atraves del espacio entre tres filas de asientos. "Tal vez es un pervertido yakuza, tal vez la está proxenetando" Comentó otra voz con exaltación preocupante. La vampiro morena ahogó el deseo de sisear ante las palabras. "Qué repugnante, ustedes saben que a algunas chicas les gustan las malas vidas como él, ¿verdad?" Comenzó una voz con tono desagradable, casi como si la idea de lo que estaba presenciando le provocase náuseas. "¿Y qué hay de ella? No hay forma de que su piel sea tan perfecta, se ha hecho un trabajo, nadie puede ser tan bonito naturalmente–" Ella era limpia, perfecta y hermosa, todo lo que ninguno de ellos era, la fachada ideal para una asesina, él era rudo, desarreglado e indiferente a las apariencias, todo lo que la sociedad aborrecía.
"–No gracias, pero me complacería que usted y los demás pasajeros se ocuparan de sus propios asuntos personales en vez de juzgar, ¿que es esto? el jardín de niños? es lo menos que pueden hacer–" Karina murmuró suavemente. La azafata parpadeó confundida. "–¿Disculpa?" Escupió leve mente irritada rompiendo momentáneamente su fachada profesional, la hermosa sonrisa en su rostro se torno poco atractiva. "Oh por favor, no intente negarlo-, he visto cómo nos miraba, recuerde que el cliente siempre tiene la razón, odiaría que todos ustedes recibieran una mala noticia en forma de una extensa carta a su director corporativo, en cambio, ¿por qué no atiende a mi compañero aquí, muéstrele lo mismo, si no más, de su hospitalidad si fuera tan amable, gracias–" La expresión que tuvo lugar en el rostro de la mujer fue una que la morena apreciaría en sus recuerdos para siempre, la humana parecía a punto de romper su fila de dientes mientras la sonrisa que había tenido en su rostro segundos antes se contrajo considerablemente como si hubiera sido sostenida bajo yugo a tragarse un limón. "¿A menos que sea muy difícil de comprender?" Estaba claro que ella no había tenido una buena discusión sobre los modales y la decencia común en su corta vida y la vampiro estaba más que contenta de enseñarle algunos si se atrevía a decir algo a el respecto. "En absoluto, disfrute su vuelo señorita–" Asintiendo mecánicamente con una sonrisa más que forzada, la azafata se dió la vuelta y se alejó velozmente pisando fuerte através de el pasillo.
"—¿Qué fue eso? ¿todo bien?" Preguntó el asiático al sentir la incómoda exhibición desde su lado de el asiento al no haber escuchado las palabras que habían salido de los labios de Karina, con un asentimiento, la morena le había dado su respuesta de manera rápida. "Todo bien, solo quería saber si necesitábamos algo más, ya sabes como son, quieren venderte hasta el último bolso de mani.." Bromeó la vampiro. El moreno corredor de autos asintió no muy convencido, éste no pudo evitar pensar que algo en alguna parte de toda ésta situación había sido planeado irónicamente previamente ó incluso destinado a suceder, él no era el tipo de persona que creía en creencias tan ridículas pero, ¿cómo podría no hacerlo? era de alguna manera un pensamiento tonto, pero aun así, Han no podía evitar detenerse y pensar de esa manera, allí estaba, sentado en un asiento de cuero caro muy obvio, los ricos y cremosos revestimientos cubrían completa mente la cabina, el olor a menta fresca y cristal limpio y pulido flotaba por sus fosas nasales mientras observaba abiertamente a su alrededor, al menos 30 personas, incluidos él y la hermosa morena conformaban la tripulación de pasajeros dentro de la aeronave.
Había robado he hecho atracos con ambos equipos durante años sólo para probar un pizca de cosas cómo estás y ahora aquí estaba el, sentado cómoda mente en el cómodo asiento al lado de un enigma devastador, whisky, café he incluso algún tipo de extraño soufflé de queso crema se le ofreció mediante una azafata rubia alegre que ante su rechazo se alejó rápidamente, aún que, en ese momento Han admitía hubiese preferido unas galletas de una máquina expendedora normal y barata a diferencia de la clara y ostentosa atmósfera que a su alrededor se cernía. Cómo se había planteado antes, junto a él, Karina permaneció inocentemente tranquila sosteniendo entre sus manos la vieja y robusta copia de Orgullo y Prejuicio que parecía tratar con suma delicadeza habitual, no todos los días se podía decir que se mantenía una de las primeras copias originales, sus oscuros ojos color borgoña parecían absorber todas y cada una de las palabras atentamente ya que nunca se desviaban de su camino, perfecta mente calculadas. Cómo un depredador... no pudo evitar pensar, su mente consciente reprendió sus pensamientos tan pronto cómo cobraron vida.
"...Uh, asi que–, no te ofendas pero, ¿cómo diablos pudiste siquiera permitirte ésto? quiero decir, no tomes ésto de la manera equivocada, pero ¿has sí quiera mirado a tú alrededor? ¿que hiciste? ¿robarle a los Yakuza ó que?" Le había preguntado en broma tras aclararse la garganta mientras su cuerpo se giraba hacia ella, odiaba a las personas que decían lo obvio, le molestaban y ahora estaba haciendo lo mismo, la vampiro ante sus palabras mostrándole sus blancos y perlados dientes sonrió, la bella morena bajó su libro sobre su regazo mientras el avión se deslizaba suavemente en el oscuro cielo nocturno, con suerte pronto tocarían el suelo americano. "Imagine que dirías algo similar, y para responder a tú pregunta, lamento decepcionarte pero bueno, algunos amigos de la familia me ayudaron con ésto para ser honesta, y no te preocupes, son dignos de confianza, y puedo asegurarte que no le dirán nada a nadie sobre ésto, estamos a salvo si es lo que te preocupa" Respondió tratando de tranquilizarlo, ¿por qué sintió ella la necesidad de hacerlo? era ya algo típico, sus ojos mostraban un calor reconfortante que parecía arrastrarse hacia su pecho. Él no se había sentido así desde Giselle, ella siempre había sabido cómo calmarlo y tranquilizarlo, mordiéndose la lengua, el piloto asiático de coches resopló suavemente antes de enviar una mirada nuevamente hacia la morena.
"Amigos de la familia.." Murmuro distraídamente. No podía negarlo, sus ojos se quemarían si mentía sobre eso, tenía que decirlo, Karina Vritasky era hermosa, su piel pálida perfecta, lisa y delicada, sus ojos color de burdeo y sus labios rosados y regordetes, incluso el lunar minúsculo que descansaba entre su labio y nariz superior parecía estratégicamente colocado, su complexión entera parecía más ó menos increíblemente surrealista, nadie es tan perfecto.. pensó, y incluso entonces no pudo evitar evocar las imágenes de ella caminando increíble mente rápido y su aparente naturaleza protectora. "¿Hay algo mal? ¿Han? ¿Te sucede algo? necesitas algo? si quieres puedo pedirle a las azafatas–, oye..dime, lo que sea que sea puedes decirmelo.." Karina ahora preguntaba mientras casi saltaba sacudiendo la cabeza y el cabello oscuro, Dk y los viejos chicos de su grupo antiguo probablemente se habrían reído de él por ser tan vacilante, no es de extrañar que hubiera estado perdiendo su encanto con las chicas en las carreras, su amada Giselle se había llevado con ella toda su antigua confianza existente de Casanova a la tumba pensó éste ahora sombríamente.
"No, yo–, lo siento, es sólo que he estado pensando en todo ésto, no puedo evitar repetirlo una y otra y otra vez, debe ser algo por lo que le pasó a mi cabeza supongo.." Murmuró suavemente mientras sus ojos recorrían distraídamente el espacio abierto frente a su asiento, ni siquiera se había cambiado de ropa, por lo que sabía, Karina había empacado dos bolsas de lona, una para cada uno, supuso que la mayor parte de la ropa sería reutilizada de su "amigo" el desconocido Toshiro respectivamente, incluso si él no lo diría en voz alta, el tipo tenía estilo, tenía que admitirlo, la mayoría de las cosas eran de calidad y en parte personalizadas. La pregunta aún permanecía por encima de su cabeza, ¿cómo podía una chica como ella conocer a personas que posible mente se parecieran a las que el conocía de la clandestinidad? Era un enigma, uno que iba a resolver, tarde ó temprano. "¿Te refieres a Shaw? ó sobre el accidente?" La morena cuestionó casi escupiendo en un gruñido el nombre de el calvo británico, sus labios se habían curvado de nuevo de una forma salvaje que Han no pasó por alto, justo cómo la primera vez que le había visto.. la expresión de ésta se asimilaba a un depredador salvaje lo cuál era irónico dado su apariencia exuberante. Más bien, existía por igual el conocido dicho "las apariencias engañan".
"—Ambos supongo, no puedo–, ni siquiera puedo empezar a entender cómo sucedió, quiero decir, lo sé, obviamente recuerdo haber competido contra Takashi esa noche y tomar ese giro en la calle a la deriva y luego...boom, todo se fue al diablo, me ardían los pulmones, me picaban los ojos y podía sentir el cinturón de seguridad aplastándome el pecho cuando el auto se volteó, luego de eso supongo que perdí el conocimiento porque no recuerdo nada más y–" Han habló súbitamente antes de pausar de forma abrupta. Su rostro girándose lentamente para clavar sus oscuros ojos directamente. "–Espera, ¿tu dónde estabas? tú lo viste bien no? tú–, ¿como me ayudaste? dijiste que me sacaste–, digo–, supongo que había mucha gente y los policías habrían invadido el lugar en cuestión de minutos y te habría sido imposible arrastrarme fuera de allí sin que se dieran cuenta sin contar con mi peso muerto así qué–, ¿cómo lo hiciste?.." Cuestionó ahora claramente angustiado, con sus cejas oscuras arrugadas sobre sus facciones en una expresión distraída, sus ojos ahora enfrascados con hendiduras oscuras mientras evaluaba a la ahora estática chica a su lado. "Ah, bueno..verás que–" Las cosas no le iban bien aquí de alguna manera, y él no quería ser el que la cuestionara, pero con toda honestidad ella sabía más de él que él de ella y eso le hacía sentir vulnerable, nunca le había gustado la sensación, pensaba que lo hacía parecer débil, y la gente débil era mordida en un mundo como el suyo todo el tiempo, sin excepciones.
"–Yo, bueno, pues verás, no fue algo tan fácil pero.." Karina balbuceó perdída de palabras, había pasado tanto tiempo desde que alguien la había dejado sin palabras, y incluso entonces ella sabía que ésto no duraría para siempre, lo sabia desde el primer momento, Han estaba obligado a hacer esas preguntas un día, pero había esperado tontamente a que al menos tardarían un poco más de lo esperado.
"–Atención pasajeros de las aerolíneas privadas de Mikamura, nos complace informarles que estamos a minutos de aterrizar en nuestro destino designado, el aeropuerto internacional de Los Angeles, por favor, abrocharse los cinturones de seguridad y relájense, aterrizaremos pronto" dijo una voz japonesa acentuada a través de los altavoces de la cabina al anunciar su esperado aterrizaje, apartando su rostro de la ahora silenciosa forma de Han, la morena rápidamente liberó su agarre de el reposabrazos de los asientos, las cubiertas de metal y cuero se habían doblado en la forma de sus dedos debido a la momentánea situación de nerviosismo. "Gracias universo.." Pensó mentalmente. Cómo sí eligieran inconscientemente hacer lo mismo, ambos habían hecho un voto silencioso cuando el avión finalmente aterrizó en la pista de aterrizaje, descendiendo y entrando en la terminal, ambos caminaron de cerca evadiendo a las masas mientras caminaban hacía el exterior.
Ésta podía sentir sus ojos y viceversa.
"¡DISCULPE, ¡SEÑORITA! SEÑOR! ¡ESPERÉN! USTEDES!" La voz de un hombre llamó detrás de ellos con desesperación, su respiración entrecortada les llegaba a los oídos de ambos, Han, quién había estado algo nervioso desde el descenso y práctica mente destrozado desde sus cimientos, se dió la vuelta inmediata mente con el ceño fruncido inconscientemente entre Karina y el hombre desconocido, se maldijo a si mismo por no tener su arma junto a él cuando era necesario. "Uh, ¿sí? sucede algún problema?.." Preguntó la morena con curiosidad cuando el joven y obvio empleado de el aeropuerto se detuvo frente a ellos, una mano elevada en el aire mientras la otras se posaba sobre su rodilla en soporte, era un tanto cómica la imagen, al finalmente recobrar su aliento, éste extendiendo su mano hacía la morena murmuró veloz mente. "—En absoluto, disculpe la molestía, pero ésto se lo dejó una señorita en la oficina central, una tal ¿Alice? Alice Cullen, dejó instrucciones para usted en el centro de desabordaje, ésta instruyó que se le entregace de inmediato cuando aterrizase a la señorita por el nombre de Vritasky, ah y ésto por igual, tenga, el boleto de el lote ya está pagado así que no debe de preocuparse por nada, que tengan una buena noche y por favor disculpen la molestia nueva mente.." Explicó en despedida mientras Han observaba brevemente que le entregaban una llave de plata a la mano pálida de la morena junto con un papel azulado, despidiéndose, el hombre se alejó y dejó a los dos en pie en el aire nocturno, los taxis y los coches circulaban recogiendo personas sin parar desde la terminal externa. "¿Que es?" Preguntó Han curioso. Girando el trozo de papel sobre sus manos, Karina sonrió a sabiendas, su expresión un contraste de espejo contra la confundida de Han quién todavía aguardaba una respuesta.
Espero que ambos estén hallándose en buenas condiciones y que hayan tenido un buen viaje, tómenlo y disfruten, de nosotros para ustedes sin cargos adicionales (palabras de Emmett), por favor, Rina. deja que Han conduzca, él lo necesita más - con amor, Alice Cullen Whitlock.
P.s no bajes la guardia, te están acechando.
"Demasiado tarde para eso Alice, demasiado tarde..." Murmuró suave mente acariciando el pedazo de papel en sus manos. "Pero siempre un paso adelante, tipico–" Negó doblando el mensaje para guardarlo en su bolsillo trasero. "—Aquí, ten, ésto es para ti, digamos que un regalo de bienvenida por parte de una amiga..tú conduces.." Karina se rió suavemente ocultando la leve mueca en su rostro mientras las llaves volaban por el aire y hacia las manos extendidas de Han, si hubiera sido su elección, ésta habría estado bien con un taxi, pero el hombre junto a ella necesitaba esto más que nadie, en ese aspecto Alice tenía toda la razón, como siempre. "De dónde rayos sacaste esto?–" Mirando el objeto de forma un tanto extraña éste no pudo evitar sonreír, de alguna manera ésta pequeña cosa usualmente insignificante para algunos había hecho un pedazo de él volver de nuevo. "Mejor no preguntes-, vámonos, puedes babear luego, y no lo rompas, de seguro es nuevo.." se rió la morena mientras su brazo agarraba la chaqueta negra que cubría los hombros de éste, juntos ambos cruzaron hacía la calle en dirección a el estacionamiento de autos, debido a el logotipo en el frente de la llave, una insignia negra brillante, la vampiro asintió satisfecha y sin tardar se dirigieron a un Mustang Camaro plateado y negro que residía ociosamente esperándolos a ambos, hablando de pasar "inadvertidamente" el automóvil probablemente recibiría toda la atención no deseada que ambos estaban tratando de evitar.
Oh Alice...
"–No me atrevería, además, ¿puedes agradecerle después a tus amigos? quién haya escogido ésta belleza ciertamente tiene muy buen gusto, no he visto uno de estos por aquí, solo en Europa y eso es para gente con mucho dinero, ¿sabes? millonarios y ese tipo de cosas.." murmuró Han con una sonrisa amplia sobre sus labios mientras sus dedos apretaban el agarre sobre las llaves, casi como si de repente se desvanecieran de sus manos, no mientras estuviera alerta eso era seguro, y le lanzaba una mirada no tan discreta de reojo la cual Karina ignoró, avanzando con renovada confianza, puso las llaves de la puerta, la abrió y se subió.
"–Oh, me aseguraré de decírselo, probablemente tendrá que remodelar su ropero entero para acomodar su magnánimo ego, pero estoy segura de que cumplirá, siempre lo hace, ahora vamos, estamos perdiendo tiempo aquí y–, bueno..estoy particularmente interesada en ver lo que este chico malo puede hacer" Bromeó la vampiro distraída mente mientras el corredor de autos asiático le lanzaba una mirada curiosa que ella evadió con rapidez, quienquiera que fuera la chica, tenía muy buen gusto en los autos, tal vez era una corredora? conocía pocas en Tokio pero tal vez alguna de ellas debía de ser, quizás había conseguido sus contactos mediante Toshiro, ¿quizás de otros corredores extranjeros? fueran quiénes fueran, el estaba agradecido. "Oh, eso te lo puedo demostrar.." Encendiendo el vehículo, el silencio fue roto por el ronroneo de el motor. Oh, sí, definitivamente había vuelto.
(El gif es un lamborgini *no se como se escribe* así que ignoren el modelo, no encontré un gif que fuera tan preciso como ese)
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3800 palabras.
En caso de algún error lo arreglaré más tarde.
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