
CAPÍTULO 90: THE LIGHT THAT DISAPPEARS
—— THE LIGHT THAT DISAPPEARS ——
—¿Qué ha pasado?— Preguntó Leonidas al ver a tres vampiros muertos y a su hermana con restos de sangre en las manos y en la cara.
—Unos vampiros seguidores de Greta, me han atacado.— Se limitó a decir mientras le miraba preocupada, sabiendo perfectamente lo que estaba a punto de pasar, porque ellos habían conseguido que a su organismo entrara el veneno de Marcel, lo que suponía que tenía el tiempo muy limitado.
—Menos mal que no ha pasado nada.— Suspiró su hermano aliviado creyendo que su hermana había actuado a tiempo, pero al ver la expresión de preocupación en su rostro pronto pudo darse cuenta de que la realidad distaba de ser así, algo había sucedido. —Esa expresión no me gusta.— Aseguró comprendiendo que debía de haber pasado algo más para que su hermana mayor tuviera aquella expresión de preocupación.
—Me han inyectado el veneno de Marcel.— Admitió finalmente, haciendo que la expresión de su hermano cambiará por completo al ser consciente de lo que eso podía suponer. Estaba a cuestión de horas de morir sino actuaban de prisa, y debían de hacerlo o las consecuencias y los problemas adquiririan un mayor grado de peligrosidad, pues se volvería muchísimo más personal de que lo ya era de por sí tras la muerte de Taylor.
—Mierda, no tenemos mucho tiempo llamaré a Freya.— Sentenció mostrando que debían de actuar rápido, además de que no estaba dispuesto a perder a otra hermana, y menos aún a permitir que sus sobrinas se quedarán sin su madre.
—Nadie puede enterarse, Leo.— Le recordó sabiendo que su hermano era capaz de pregonar que se estaba muriendo y lo último que ella quería era preocupar a las personas que quería.
—¿Y qué pasa sino llega a tiempo?— Inquirió sabiendo que podía suceder que Astrid muriera antes de que Freya consiguiera crear la cura, por lo que asumía que su hermana debería de despedirse de sus hijas.
—Nadie puede enteresarse, y cuando digo nadie es nadie. Llama a Freya y que actúe rápido, pero nada más.— Sentenció con firmeza, haciendo que Leonidas suspirase con frustración al creer que su hermana no estaba haciendo lo correcto, el ocultar lo que la estaba pasando tal vez traería más problemas que soluciones.
—Creo que deberían de saberlo.— Insistió sabiendo que no podía hacer aquello, si moría la culpabilidad recaeria en todos, como ya se sentían con la muerte de Taylor, no podían añadir a la lista que Astrid había muerto solamente por ser una híbrida. Ninguno de ellos pidió ser un vampiro, y no era culpa de su hermana ni de Klaus ni de sus sobrinas ser hijos de sus padres, todo era cuestión del caprichoso destino que tenía curiosos caminos para todas las criaturas terrestres.
—No, ya hay demasiados problemas. Hay que actuar de prisa.— Sentenció mostrando que si hacia todo aquello era por no preocupar a los demás, si había llamado a su hermano era porque Leonidas iba a actuar de una forma lógica y rápida, y eso era precisamente lo que Astrid necesitaba para no morir, porque la cuenta atrás había comenzado y el tiempo iba restando de forma, cada vez, más lenta.
—Te llevaré al campanario de Freya, te pondrás bien, Astrid, te lo prometo.— Sentenció su hermano mientras la cogía en brazos y se marchaba a velocidad vampirica con la esperanza de que Freya actuara, ella era la única esperanza de que su hermana saliera de aquello, porque sino lo hacía la ciudad quedaría arrasada por las propias llamas.
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—¿Qué ha ocurrido?— Preguntó Freya al ver aparecer a Leonidas el cual dejó sobre una silla a Astrid, la cual parecía estar algo aturdida, lo que confirmaba que el veneno estaba comenzando a recorrer todo su organismo.
—Dime que tienes la cura para el veneno de Marcel.— La pidió Leonidas mirándola con preocupación, haciendo que Freya comprendiera lo que estaba pasando, y por ende que debían de actuar rápidamente.
—Tengo el veneno de seis de las siete manadas, necesito el de la manada de Keelin.— Respondió la bruja, mostrando que tenían todos los ingredientes, aunque debían de estar seguros de que la mujer lobo fuera a cooperar, porque sino lo hacía... su hermana acabaría muerta antes de que amaneciera.
—¿Puedes conseguirlo?— Preguntó el vampiro mientras la miraba con seriedad, haciendo que la bruja se quedará en silencio sin saber, muy bien, que responder. —¡Freya!— Gritó mientras daba un golpe en la mesa haciendo que la bruja entendiera la desesperación con la que hablaba, a fin de cuentas era su hermana, la única que le quedaba con vida y era evidente que Leonidas no podía darse el lujo de perderla.
—Sí, creo que sí.— Respondió mientras cogía un par de cosas para preparar todo lo que fuera necesario, el tiempo apremiaba.
—Pues actua de prisa, no hay tiempo que perder.— La pidió haciendo que Freya asintiera para después marcharse corriendo. —Debes de quedarte sentada.— La indicó a su hermana al ver que Astrid tenía la intención de levantarse.
—Me da vueltas todo.— Admitió mientras intentaba fijar su vista y su atención en su hermano.
—Quédate aquí, te pondrás bien. Freya vendrá enseguida.— Insistió mientras la miraba con preocupación, sabiendo que ella haría todo lo posible por salvarla. Pero aún así la preocupación y la desesperación eran más que palpables.
—¿Y si no llega a tiempo?— Inquirió su hermana haciendo la pregunta que tanto ambos como la bruja se estaba haciendo, porque con el veneno de Marcel nadie sabía con exactitud como actuaba, y menos con un híbrido, Astrid era la primera híbrida que tenía aquel veneno en su organismo y las consecuencias podían ser muy diferentes en todos los sentidos posibles e imaginables.
—¿Qué? No, no digas eso, ni se te ocurra decir eso. Llegará a tiempo te lo aseguro.— Sentenció mostrando que no quería ni hacerse una idea de que su hermana tenía una alta probabilidad de morir, pero aún así Leonidas se mantenía optimista, ya había perdido a su hermana pequeña no podía perder a su hermana mayor porque entonces sería él quien terminaría apagando su humanidad y haciendo del mundo un baño de sangre únicamente para no hacer frente a aquellos sentimientos.
—Ambos sabemos que no tenemos conocimiento del tiempo que me queda.— Le recordó sabiendo que debían de ser conscientes de lo que podía suceder. —¿Así se siente una mordida de hombre lobo? ¿Cómo si te quemara de dentro para afuera?— Preguntó mientras se removia incómoda al sentir como el veneno la irritaba las venas como si por ellas en vez de circular sangre fuera lava.
—Prefiero la de hombre lobo, a la de vampiro químicamente mejorado.— Admitió Leonidas haciendo reír a su hermana con su comparación, aunque tenia razón. La de hombre lobo no les mataba, pero la otra sí, así que era evidente por cual mordisco, si había que elegir, se decantaba. —Deberías de estar calmada, si haces esfuerzos el veneno se expande por el organismo más rápido, y lo que hay que evitar es que en su totalidad llegue al corazón, si lo hace acabarás muerta.— La explicó mostrando los amplios conocimientos que tenía sobre ello, aunque era lógico teniendo en cuenta que habían investigado sobre como el veneno de hombre lobo actuaba, y aunque el de Marcel era un poco diferente su reacción dentro de un cuerpo actuaba de la misma manera.
—No te marches por favor.— Le suplico Astrid mientras le agarraba de la mano, haciendo que Leonidas fuera consciente de que estaba comenzando con las alucinaciones.
—No voy a irme a ninguna parte, me quedaré a tu lado. No debes de dudar de ello.— La tranquilizó mientras la dedicaba una sonrisa, intentando ocultar el miedo y la preocupación que tenia. —Seguro que esto queda en un susto del que nos vamos a reír.— Aseguró esperando que aquello no terminara en tragedia, porque entonces nada volvería a ser como antes.
—Lo único que quiero es que esos malditos vampiros mueran.— Sentenció con frustración mostrando el fuerte odio y desprecio que tenía hacia ellos, sentimientos que para suerte o para desgracia eran correspondidos.
—Y lo harán, estoy seguro de ello. Porque han declarado la guerra al enemigo equivocado.— Sentenció con firmeza sabiendo que tras aquello, acabarían con ellos aunque fuera lo último que hicieran, pero sin duda iban a pagar por sus acciones.
—El problema es que tienen el veneno de Marcel, nos pueden matar a todos.— Le recordó, esperando que su hermano fuera consciente del grave peligro que todos corrían, la habían atacado a ella, pero cualquiera podía ser el siguiente objetivo.
—Lo primero es curarte a ti, y después destruir los viales con el veneno y matarlos. No quieras apresurarte, recuerda que las mejores presas son aquellas por las que has esperado con paciencia a que caigan en la trampa.— La recordó sabiendo que el ser paciente siempre había traído una recompensa, y aquella vez no iba a ser diferente, de hecho aquellos vampiros caerían solos en la trampa que les pusieran.
—Ya estoy aquí, Leo necesito que me ayudes, Astrid intenta quedarte quieta.— Intervino en ese momento Freya mientras se acercaba a la mesa y comenzaba a preparar todo para llevar a cabo el hechizo pare crear el antídoto.
—No tenía pensado irme de vacaciones.— Admitió la híbrida con obviedad, llevándose una mala mirada por parte de ambos.
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—Aquellos que la apoyasteis compartireis su destino.— Sentenció Elijah justamente cuando las puertas se abrían, y todos los vampiros fieles a Greta se daban la vuelta y veían a Hope acompañada de sus padres, haciéndoles ver a los vampiros que sabían del ataque de Astrid que no estaba muerta como habían creído en un principio.
—¿Qué hacen ellos aquí?— Exigió saber uno de los vampiros a Elijah, comprendiendo que todo aquello parecía ser una trampa, lo que ninguno de ellos sabía era que aquella trampa iba a terminar con todos ellos muertos.
—El camino a la redención es largo y sinuoso, pero digno.— Les informó Elijah mientras les miraba a todos con orgullo, viendo que su plan había funcionado tal y como había planeado.
—Nos habéis traicionado.— Aseguró otro vampiro ofendido, al igual que el resto, por aquel trato hacia ellos. Principalmente por Antoniette, la cual parecía estar de parte de los Originales, y no de parte de ellos como se esperaba, o por lo menos como ellos esperaban.
—Os hemos dicho todo lo que mi madre pensaba.— Le corrigió Antoniette dando a entender que ella no estaba a favor de las creencias de su progenitora, principalmente porque declarar la guerra a los Mikaelson era, sin duda, firmar una sentencia de muerte.
—No que estuviéramos de acuerdo.— Añadió Elijah con obviedad justamente cuando uno de los vampiros se acercaba a una bolsa con el objetivo de coger los viales, pero rápidamente Hope reaccionó separando al vampiro de la bolsa y rompiendo los frascos, provocando que el líquido que había en su interior acabará derramado por el suelo del altar de la iglesia.
—Dejarnoslos a nosotros.— Les indicó Klaus haciendo que Antoniette y Elijah salieran corriendo, dejando a los vampiros cara a cara con los dos híbridos y con Hope.
—Como lo voy a disfrutar.— Sonrió Marcel con satisfacción, mientras se ponía al lado de Astrid.
—Adelante, cielo, sácalo todo.— La indicó a Hope, al mismo tiempo que daba un paso hacia adelante y abría los brazos, para a continuación soltar un estridente grito, provocando que sus ojos se volvieran de un azul eléctrico al mismo tiempo que de ella salía una potente luz azul que acabó matando a todos los vampiros, y provocando un temblor en toda la iglesia.
—¿Están todos muertos?— Preguntó Hope mientras miraba a todos los vampiros, los cuales parecían estar completamente muertos.
—La inmortalidad no es para todos, considera lo que has hecho un acto de servicio público.— Comentó su padre mientras se aseguraba de que por alguna clase de descuido alguno hubiera quedado con vida.
—Eh, Hope, ¿estas bien?— Preguntó Marcel al ver la expresión de la adolescente.
—Estoy..., aturdida.— Admitió.
—Marcel, porque no Josh y tu reunis a los vampiros para que limpien todo esto antes de que alguien lo vea.— Sugirió el híbrido mientras Astrid y Marcel intercambiaban una mirada. —¿Qué ocurre?— Preguntó al ver la expresión del vampiro, el cual no presagiaba nada bueno.
—Mañana te lo contaré.— Se limitó a decir mientras se marchaba, haciendo que Astrid le hiciera un gesto en señal de que Josh había muerto.
—¿Van a volver?— Le preguntó Hope a su madre mientras Astrid se acercaba a ella y la miraba los antebrazos. —¿Las marcas y los susurros?— Puntualizó esperando que la respuesta de su madre fuera positiva.
—No lo se.— Admitió la híbrida mientras se escuchaba un quejido de dolor haciendo que los tres subieran al campanario, y vieran a Declan gravemente herido.
—Madre mía, Declan.— Murmuró Hope sabiendo que si moría las consecuencias serían que habría matado a una persona, rompiendo su maldición. —¿Sobrevivirá?— Preguntó mirando a sus padres esperando que ambos la dieran noticias esperanzadoras.
—Yo me encargo.— La tranquilizó Klaus mientras se acercaba al humano. —Sácala de aquí.— La pidió a Astrid sabiendo que era mejor que la adolescente estuviera abajo.
—Vamos Hope.— La indicó su madre mientras regresaban a la iglesia y se sentaban en las escaleras que daban al altar.
—Va a morir, ¿verdad?— Afirmó preocupada.
—Sobrevivirá, Declan es un O'Connell, son fuertes créeme.— Garantizó Astrid sabiendo que si era familia de Camille y del pastor, sobreviviría incluso a una guerra en Nueva Orleans.
—¿Pero y sino lo hace? Activare la maldición.— Afirmó mostrando el miedo que tenía, su hermana la había roto y las cosas aunque podían haber mejorado en cierto sentido, no lo habían hecho, Eliana estaba aterrorizada, e incluso pasaba el tiempo con las brujas para olvidarse de la luna llena.
—Y no pasará nada, te lo garantizó. Pero ahora debes de mantener la calma, ¿si?— Insistió su madre sabiendo que todo era cuestión de tiempo, con aquel poder era cuestión de tiempo que Hope rompiera la maldición, aunque esperaba que eso sucediera más tarde que pronto.
—¿Dónde estabas?— Inquirió Hope haciendo referencia a que por varias horas su madre había desaparecido sin dar paradero alguno.
—Haciendo una cosa, no debes de preocuparte.— La tranquilizó sabiendo que ni ella ni su hermana podían descubrir que hacía tan sólo una hora estaba apunto de morir, por suerte para ella, Freya había actuado a tiempo y rápidamente.
—No me siento muy bien.— Murmuró la morena mientras sentía una extraña sensación.
—¿Qué pasa? ¿Qué sientes?— La preguntó preocupada justamente cuando Hope sentía un dolor en su abdomen, que la provoco que se arrodillara para instantes después sus ojos volverse de color dorado. Lo que indicó una cosa: Hope había roto la maldición de los hombres lobo.
★★★
Hope ha roto finalmente la maldición y todos sabemos lo que eso significa, estamos en la recta final de la serie. Estamos muy, pero que muy, cerca de poner el broche final a esta maravillosa trilogía y tengo muchísimas ganas de que veáis todas y cada una de las sorpresas que tengo por ahi guardadas para todos vosotros. Pero dejando a un lado estas ganas repentinas por que sepáis todo lo que va a suceder vamos a ir con el capítulo.
La trama del ataque de Astrid, sinceramente fue para meter un poco de paja pero creo que también fue interesante tratarlo. Ver la angustia de Leo y el miedo de Astrid, pero también sabiendo que la voz de alarma no puede encenderse. Porque entonces nadie pararía ni a Klaus ni a sus hijas.
Decidir que fuera Astrid no era algo que quisiera, pero creo que era necesario cara al futuro, a todo lo que va a suceder. Porque todo va a ir cogiendo otra connotación distinta, pero vamos hasta que llegue a eso aun queda muchísimo.
La escena del final, bueno... no me gusta Elijah pero en esta escena me encanto, me recordó a cuando queman la iglesia en temporadas pasadas, solo que en esta ocasión es el momento de brillar de Hope, siendo apoyada por sus padres.
El accidente de Declan... yo creo que lo hicieron porque no sabían muy bien como cerrar su arco, pero a dia de hoy sigo sin saber si sobrevivió. Es una de las grandes preguntas del mundo, y siendo sincera él se merecia saber la verdad y Hope, en la serie, de haber vivido Declan se merecia tenerlo en su vida.
La escena de madre-hija..., bueno Astrid jamás haría o dirá nada para preocupar a sus hijas; tal y como Carina hizo, pero en algún momento ellas sabran la verdad, Klaus sabrá la verdad.
Dicho esto, solo me queda decir una cosa, la muerte de Josh... La voy a tratar como se merece, Josh se merece ser recordado y el próximo capítulo es en honor a ese personaje que a todos nos ha gustado y que se merecia su final feliz.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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