—— AND THEN SHE BECAME WHAT EVERYONE EXPECTED OF HER ——

—¿Sabéis que estáis yendo en dirección contraria?— Intervino en ese momento Eliana, haciendo que Taylor diera un volantazo asustada, para después frenar.

—¿Qué demonios haces aquí?— Preguntó Klaus dándose la vuelta y viendo a su hija pequeña en el asiento de atrás.

—¿Cuando te has subido en le coche?— Preguntó su tía sin comprender cómo es que ni ella ni Klaus se habían dado cuenta de que estaba escondida atrás.

—Sigo teniendo una conexión con Hope, no voy a dejar que los dos vayáis solos a buscar a mi hermana, y me he subido en Nueva Orleans solo que no me habéis visto por el hechizo de invisibilidad.— Respondió con tranquilidad mostrando que era ella la que iba un paso por delante.

—¿Sabes donde está?— Preguntó su padre sabiendo que si ambas mantenían la conexión que tenían desde pequeñas, podían encontrar a Hope rápidamente y no siguiendo las migas de pan.

—Sí... con eso hay un problema.— Admitió mientras ponía una mueca de duda y de preocupación. —No la siento.— Les reveló haciendo que su tía y su padre la mirasen confundidos.

—¿Qué quieres decir con qué no la sientes?— Preguntó Klaus preocupado creyendo que se refería a que Hope estaba muerta o que la había pasado algo menos trágico.

—A ver no esta muerta, no penséis en eso.— Les pidió intentando relajar la situación, pero ahora que habían insinuado eso la preocupaba que a Hope la pasara algo. —Algo bloquea la unión, cuando éramos pequeñas pasaba a veces con las pulseras, asumo que tiene algo con un hechizo similar.— Les tranquilizó haciéndoles ver que solo era un bloqueo mágico, no por qué estuviera muerta.

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—No me lo coge.— Comentó Roman preocupado al ver que su madre no le cogía las llamadas.

—No habrá reconocido el número de tu móvil desechable.— Sugirió Hope con desdén, mostrando lo molesta que estaba por el simple hecho de que él la hubiera usado.

—Piénsalo un poco, Roman. ¿Por qué sino te habría enviado al medio de la nada? Si solo quería que Hope y Eliana se sometiera a la inhabilitacion os habría dejado en Mystic Falls o enviado a Nueva Orleans.— Garantizó Astrid esperando poder convencer al chico, el cual parecía que no sabía lo que estaba planeando su madre, y estaba claro que no quería que murieran.

—Confío en ella.— Aseguró Roman con seguridad en sus palabras.

—Sí, y ella cuenta con eso.— Murmuró Astrid sorprendida de aquella lealtad, la cual no parecía sana. Ningún hijo debía de ser así de leal con sus padres.

—¡No es como creéis!— Gritó cansado de las insinuaciones que la Original estaba haciendo. —Cuando era pequeño los hombres lobo asesinaron a toda mi familia, y me dieron por muerto. Greta me salvó, me trato como a un hijo, me dio otra familia. Hasta que tu padre apareció y mató al mío, por su culpa me pase cincuenta años disecado en una cueva. Pero en todo aquel tiempo, Greta nunca dejó de buscarme, no se dio por vencida.— Las explico haciendolas ver que aquella lealtad se debía a que Roman sentía que debía de compensar de alguna forma todo el cariño que su madre adoptiva le había dado. —Es una buena madre.— Insistió como si de alguna forma tuviera que convencerlas.

—No, Roman, no es una buena madre. Espera cosas de ti que una madre no debería de pedir, y lo sé porque la mía también lo hizo.— Insistió Astrid sabiendo que ninguna madre podía esperar que su hijo fuera un soldado o que tomará obligaciones que a un hijo no le pertenecían, los padres fueran biológicos o adoptivos se encargaban de proteger y cuidar a sus hijos de todos los problemas que se presentarán. —Una madre que de verdad quiere a su hijo nunca lo usaría como soldado, ¿no te das cuenta? Te ha entrenado para ser un terrorista.— Garantizó esperando que Roman fuera consciente de que Greta no lo quería, y si lo hacía la forma para ganarse su amor era siguiendo sus órdenes y haciendo daño a personas que no le habían hecho nada.

—¡Callate de una vez! Solo quiere que vivamos independientementes, en paz.— Insistió mostrando lo muy enfadado que estaba, pero a Astrid la daba igual que aquel chico era un vampiro joven, y ella una Original, podía hacerle frente sin levantarse de la silla en la que estaba.

—Hasta que todos los que considera impuros sean aniquilados.— Garantizó viendo la similitud que aquello tenía con el fascismo alemán. —Nos quiere muertas, sabes que tengo razón.— Insistió.

—Ella nunca haría eso.— Sentenció Roman creyendo que su madre era una santa, la cual no haría daño ni a una mosca.

—¿Tan seguro estás? ¿Estas tan seguro que estás dispuesto a arriesgar nuestras vidas, la vida de Hope?— Quiso saber Astrid dándose cuenta de que Roman, a su manera, sí quería a Hope y no quería que la pasara nada, y tal vez gracias a ello ambas podrían salir con vida.

—Tienes que soltarnos.— Le pidió Hope dándose cuenta de lo que su madre estaba haciendo.

—Voy a hacer una llamada, ¿vale?— Se limitó a decir mientras se marchaba, haciendo que Hope se arrodillara para poder liberar a su madre.

—Sigue intentándolo, puedes hacerlo.— La animo Astrid confiando ciegamente en su hija y en sus capacidades.

—No, no hay manera.— Negó la mayor mientras se sentaba en el sueño abatida. —Lo siento mucho, siento que haya pasado esto.— Se disculpó mirando a su madre creyendo que todo aquello era culpa suya.

—No es culpa tuya, Hope. Esto es cosa de Greta.— La tranquilizó su madre mostrando que no la guardaba ninguna clase de rencor, al contrario era muy consciente de quien era el cerebro de todo aquello.

—No, creía que te salvaría si me sometía al hechizo de inhabilitacion.— Garantizó mostrando que era capaz de hacerlo con tal de salvarla.

—¿De verdad pensabas hacerlo?— Preguntó Astrid sorprendida y orgullosa de lo valiente que era al estar convencida perder una parte de si misma con tal de salvarla.

—Claro que sí, y Eliana estaba de acuerdo conmigo.— Afirmó Hope con seguridad. —Papá nos detuvo en el último momento.— Admitió haciendo sonreír a Astrid de que por una vez Klaus hubiera sido un inoportuno.

—A tu padre no se le escapa una.— Sonrió aliviada. —Hope, prométeme que no volverás a intentarlo, que nunca renunciaras a ninguna parte de ti misma.— La pidió haciendo que la adolescente se quedara en silencio sin saber que responder. —Prometemelo.— Insistió sabiendo que no pararía hasta que ella la diera una respuesta.

—No quieres que activemos nuestro lado licantropo, según la tía Freya.— Alegó su hija sin comprender porque no quería que lo anularan sino quería que fueran licantropos, anulandola no corrían el riesgo de romper la maldición.

—Es... complicado.— Admitió Astrid. —Y qué los doscientos seis huesos de tu cuerpo se rompan es una putada, créeme. Pero cuando corres por el bosque bajo la luna llena sin pensar en el dolor, ni en los problemas, eres libre. No existe mejor sensación en el mundo.— Garantizó sonriendo, haciendo que Hope viera en la mirada de su madre cuanto la gustaba convertirse en lobo y correr, a fin de cuentas llevaba siéndolo desde hacía nueve siglos, así que reprimir una parte de ella, de nuevo, tal vez no era tan sencillo y Hope ahora era consciente de porque sus padres no querían que perdieran ni ella ni su hermana una parte de si mismas.

—Soy tan idiota, yo de verdad creía que le gustaba.— Se quejó haciendo que Astrid sonriera de lado al escucharla.

—Hope, si todas nos juzgaramos por los errores que hemos cometido con los hombres en nuestra vida, nunca, jamás, encontrariamos paz.— La dijo su madre mientras ponía los ojos en blanco, sabiendo que aunque su historial amoroso no era largo como se esperaría de un Original, sí era cierto que había cometido el lujo de equivocarse en varias ocasiones.

—Supongo que no puedo ir a peor.— Murmuró Hope creyendo que aprendería de lo sucedido con Roman, pero el ser humano era el único animal que caía dos veces en la misma piedra, y estaba claro que Hope volvería a cometer ese error, pero era algo nornal, algo que nos hacia aprender, crecer y madurar. —Me da rabia que no pueda sacarnos de aquí.— Añadió con frustración.

—Seguro que la tía Freya y tu hermana nos están buscando a los tres.— La intento tranquilizar, mostrando que todavía mantenía la esperanza de que las encontrarán y las sacaran de allí.

—Hice un hechizo de encubrimiento, no pueden encontrarnos y no puedo hacer magia con estas malditas cadenas.— Se quejó viendo que había cometido un error. —Espera.— Murmuró mientras se daba cuenta de que había una forma de que las encontrarán.

—¿Qué?— Preguntó Astrid dándose cuenta de que Hope estaba teniendo algo en mente.

—Tengo una muy mala idea, pero tal vez haya un modo de pedir ayuda.— Sugirió haciendo que la expresión de su madre cambiará al escucharla. —Debes de aceptar que nos hagan la anulación.— La explicó haciendo que la expresión se su madre cambiara a una en la que no estaba nada segura en lo que Hope la estaba pidiendo. —Confía en mi mamá, se lo que me hago.— Insistió, haciendo que Astrid asintiera sabiendo que no había nada que temer, podía confiar plenamente en las capacidades de su hija. —¿A quien has llamado?— Preguntó al ver cómo Roman regresaba.

—A mi hermana.— Se limitó a decir.

—¿Hay más de vosotros?— Preguntó Hope sorprendida. —Genial.— Murmuró sorprendida mientras ponía los ojos en blanco al escucharlo.

—Oye, no sé qué está pasando.— Empezó a decir mostrando que lo que estaba ocurriendo no estaba dentro de lo que su madre le había dicho.

—Deja que nos vayamos.— Le pidió Hope creyendo que podría convencerle.

—No puedo.— Negó.

—Entonces le daremos a Greta lo que quiere.— Intervino Astrid mientras soltaba un suspiró de frustración. —Llama a tu bruja, haremos el hechizo.— Cedió haciendo que Roman sonriera sabiendo que estaban haciendo lo correcto.

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—¿De verdad era necesario colgar a mi madre de esa forma?— Preguntó Hope al ver que Roman con ayuda de la bruja colgaban a Astrid del techo, provocando que sus pies quedarán a pocos centímetros del suelo.

—El hechizo hará que luche por librarse de ello.— Explicó Roman, mientras la bruja comenzaba a hacer el hechizo, pero pronto Hope supo que algo no estaba yendo como debía.

—¿Qué está pasando? ¿Porque ha perdido el conocimiento?— Preguntó Hope preocupada mientras se acercaba a su madre. —¡Mamá!— Gritó desesperada viendo como su nariz comenzaba a sangrar.

—¿Qué es lo que la pasa?— Le preguntó Roman a la bruja.

—Algo lucha contra ello, como si la protegiera.— Explicó la bruja con seguridad.

—¿Quien la está protegiendo?— Le preguntó Roman a Hope al ver que ella sabía quien estaba evitando que su madre perdiera su capacidad de mujer lobo.

—Mi abuela Carina, cometió el error de ocultar su lado sobrenatural cuando mi madre nació, era híbrida de nacimiento. Supongo que quiere evitar que tenga lugar la inhibición.— Respondió la adolescente sonriendo aliviada de que a pesar de los años, la única abuela que no la había querido ver muerta siguiera luchando por proteger a su hija.

—Si el espíritu protege a la madre no podrá hacerlo con ambas.— Le informó a Roman, haciéndole entender que si sometían a Hope al hechizo Carina también querría protegerla, y al no tener poder para evitarlo en las dos, se vería en la obligación de elegir a una.

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—Algo esta pasando.— Les informó Eliana al ver que en el mapa salía un punto que rodeaba una propiedad que no quedaba muy lejos de allí.

—¿Es otro hechizo que nos lleva hasta los teléfonos?— Preguntó Klaus mostrando que aquello no les había servido de nada.

—No, es diferente. No es el hechizo que he usado con Hope.— Garantizó haciendo que Taylor y Klaus intercambiarán una mirada. —Es el de mamá.— Afirmó alzando la cabeza para mirar a los dos, haciéndoles ver que habían conseguido descubrir donde la tenían.

—¿Por dónde?— Preguntó Taylor queriendo saber si se estaban dirigiendo en la dirección correcta.

—Todo recto en poco deberíamos de ver una casa abandonadas, es ahí. Seguro que Hope esta con ella.— Aseguró la menor de las hermanas creyendo que su madre y su hermana estarían juntas, de hecho sería lo lógico teniendo en cuenta la relación entre Roman y Greta.

—Cuando lleguemos te quedarás en el coche.— La indicó Klaus haciendo que la rubia le mirase sorprendida, ya que Eliana creía que ella podía ser de ayuda.

—Pero...— Empezó a decir en señal se protesta.

—No está sujeto a debate, permaneceras en el coche.— Sentenció su padre justamente cuando llegaban a la casa y Taylor y Klaus se bajaban para dirigirse hacia la casa.

—Tío Elijah...— Murmuró Eliana al ver de nuevo a su tío, al cual llevaba sin ver desde la noche en la que sacaron a Inadu del cuerpo de su hermana.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó Klaus al ver a su hermano.

—Proteger a mi familia.— Respondió el noble con obviedad, sorprendiendo con sus palabras a ambos.

—¿Ellos son tu familia?— Preguntó Taylor sorprendida de que no fuera capaz de ver que quienes eran de verdad su familia eran quienes mas le necesitaban en aquellos momentos. —Hope y Astrid están ahí adentro.— Le recordó creyendo que dentro de él, a pesar de no recordar nada, le haría sentir algo de familiaridad. Astrid había sido como otra hermana para Elijah, la única que siempre le había ayudado a sacar a Klaus de su propia oscuridad; y Hope era su sobrina, esa sobrina que había sido un regalo para todos, y que siempre pensó que les ayudaría a redimirse.

—No es mi problema.— Se limitó a decir sorprendiendo a ambos con aquella frase, ya que el Elijah que ambos recordaban jamás hubiera dejado de lado, de aquella forma, a su familia. —El hermano de la mujer a la que amo esta ahí adentro, no vais a entrar.— Garantizó haciéndoles entender que ese hermano se trataba de Roman, pero tal vez lo que más le dolió a Taylor no fue que hubiera dejado de lado a la familia, sino que la hubiera olvidado a ella.

—Ahí muestras lo poco que recuerdas tu antigua vida, porque de acordarte sabrías que es imposible detenerme.— Afirmó Klaus mientras él y Elijah empezaban a pelear, oportunidad que Taylor aprovecho para salir corriendo y entrar en la casa.

—Hope, Astrid.— Las llamó entrando en la primera habitación y viendo a su hermana colgada del techo como su fuera un animal, y a su sobrina en los brazos de Roman inconsciente. —¿Qué demonios habéis hecho a mi hermana y a mi sobrina?— Preguntó al creer que habían llegado demasiado tarde.

—Pronto te reuniras con ellas.— Afirmó Greta mientras la atacaba por la espalda, arracandola el collar que Taylor usaba como protección contra el sol.

—Por encima de mi cadáver.— Afirmó Taylor mientras ambas empezaban a luchar, pero a pesar de que Taylor era muchísimo mayor que Greta, con respecto al vampirismo ella era un vampiro joven, y esto se vio cuando la vampira la agarro del cuello, mientras metía su mano en el pecho con la intención de arrancarla el corazon. —Elijah...— Murmuró con dificultad al ver como este atacaba a Klaus por la espalda, clavandole una estaca normal en la espalda para después acercarse a Roman.

—Roman, ¿estas bien?— Le preguntó al chico, mientras Greta hacia más fuerte su agarre, haciendo que Taylor mirase hacia su sobrina y hacia su hermana, viendo que aquello parecía ser el fin y todo por culpa de Greta. Sin pensarlo Taylor se soltó del agarrere de la vampira, para a continuación arrancarla el dedo con el anillo de día, para, finalmente, moverse a velocidad vampirica provocando que las dos ardieran en llamas en cuanto vieron la luz del sol.

—¡No, tía Taylor!— Gritó Eliana corriendo hacia la entrada de la casa, viendo como el cuerpo de su tía era envuelto por las llamas junto al de la arpía que se había llevado a su madre y a su hermana con el objetivo de destruir la raza híbrida.

★★★

Supongo que era predecible la muerte de Taylor, alguien debía de ocupar el lugar de Hayley en la serie, y ese alguien obviamente no iba a ser Astrid. De serlo, Elijah estaría muy muerto.

Escribir este capítulo ha sido de los más difíciles y divertidos que he escrito, se que no tiene nada de sentido, pero dejar que me explique.

Me divirtió hacer la escena en la que Eliana parece en modo "sorpresa", obviamente ella debía de estar ahí, porque creerme, que los problemas no han hecho más que empezar para ella. La próxima semana entenderéis a que me refiero.

Por otro lado, la escena de Hope y Astrid, literalmente su madre es el ejemplo de mal de amores. Es decir, con Tyrion no fue nada bien, recordemos como terminó la historia; y con Klaus, bueno es más una montaña rusa de emociones, pero es una bella montaña rusa.

Obviamente la parte dura fue escribir la muerte de Taylor, fue algo duro. Porque pensaba en la impotencia que tenían todos, pero también ese momento cuando Klaus y Eliana lo ven. Para Klaus era su amiga y estaba siempre en deuda con ella por cuidar y estar para su mujer y sus hijas. Para Eliana..., era su segunda madre, y verla morir solo la hace pensar en lo que hay dentro de la casa.

Sin duda podría pasarme horas explicando como se sentían ante la muerte de Taylor, pero al final todo es dolor. Es el final eso lo sabemos todos. Y como final solo os puedo decir que será agridulce, pero que de alguna manera os gustara.

No podre contentaros a todos y muchos me querréis matar, pero os aseguro que es el final perfecto. Y hasta ahí os diré, para conocerlo tendremos que esperar muchas actualizaciones.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️