CAPÍTULO 67: SOMETIMES HEROES BECOME MONSTERS
—— SOMETIMES HEROES BECOME MONSTERS ——
Eliana mantuvo su mirada en el suelo, mientras su hermana mayor no dejaba de contarla a su madre todos y cada uno de los progresos que había estado haciendo con su magia, y aunque la menor de las hermanas también se enorgullecia de ello, había algo que la atormentaba. Algo que la perseguía. Y se trataba de la verdad, de aquella verdad que su familia las había ocultado por años.
—¿No quieres ir con Hope?— Preguntó Astrid mientras observaba como la mayor se dirigía al interior de una tienda para mirar algunos artículos.
—No...— Murmuró mientras jugaba con algunas de sus pulseras.
—¿Entonces que te pasa, lobita?— Preguntó preocupada, ya que Eliana había estado más callada de lo habitual, y eso era algo que la preocupaba. Sabía que algo carcomia la cabeza de la más pequeña y necesitaba descubrir que era.
—¿Matais por placer?— Preguntó finalmente en un pequeño susurro, haciendo que Astrid la mirase sorprendida ante la pregunta que la había hecho, ya que nunca se había llegado a esperar aquella pregunta, no en aquel momento.
—¿A que te refieres, Eliana? ¿A que viene esta pregunta? Ya sabes que los vampiros nos alimentamos de sangre.— Alegó sin entender a qué venía aquella pregunta. Desde que sus hijas tenían uso de razón nunca las había ocultado su verdadera naturaleza, menos aún lo que ellas eran y lo que podían ser. Pero aquella pregunta parecía traer consigo algo más, algo que parecía haber visto porque podía ver en su mirada un resquicio de temor. El mismo temor que ella vio por primera vez al ver matar a alguien.
—Hice un hechizo de proyección astral, quería hablar con él...— Empezó a decir bajando aún más la voz, haciendo que su madre se pusiera a su altura mostrando que tenía toda su atención. —Le vi haciendo una matanza.— Añadió haciéndola ver que aquello tenía relación con Klaus.
—Tu padre no podía estar quieto.— Murmuró con frustración sabiendo que desde que los Mikaelson se habían separado las cosas para los cuatro hermanos no habían ido demasiado bien, Elijah había decidido borrar todos sus recuerdos; Rebekah no podía estar lejos de sus hermanos a pesar de tener su libertad; Kol disfrutaba estar lejos de ellos junto a Davina; y Klaus..., sin Elijah y Astrid para que detuvieran su instinto asesino, había dejado libre a la bestia, provocando que su hija pequeña lo viera.
—¿Entonces lo sabías?— Preguntó la pequeña con cierto tono de horror en sus palabras al darse cuenta de que su madre era consciente de ello, y aunque Astrid quería tranquilizarla, una parte de sí misma se rompió al ver el miedo con la que la miraba.
—Digamos que nuestra familia ha hecho actos atroces por todo el mundo a lo largo de los años.— Empezó a decir sabiendo que había llegado el momento de que la pequeña supiera la verdad, o por lo menos una parte de ella. —Cuando murió tu tía, yo apague mi humanidad, y me dedique a hacer matanzas. Simplemente por placer.— La reveló sorprendiendola, por supuesto ambas sabían de lo que los vampiros podían hacer, su familia eran vampiros e iban a una escuela llena de ellos. Pero escuchar a su madre decir que se había llegado a rendir en algún momento la sorprendía. Tanto Hope como Eliana admiraban a su madre por la fuerza que demostraba, pero también sabían que había situaciones que debían de haberla destrozado, ya no solo el tener a toda la familia desperdigada por todo el mundo; sino todas las muertes de personas queridas que había tras ella. —Si nunca os lo he dicho es porque quería protegeros. No quería que supierais todavía el motivo por el que a los Mikaelson nos odian y nos temen en partes iguales.— Añadió mientras sonreía de lado sabiendo que todos los enemigos y rumores que circulaban sobre ellos eran por culpa de sus acciones, ellos eran culpables del miedo que les perseguía que las niñas supieran la verdad.
—Entonces, ¿aquella noche cuando liberamos a Marcel, papá hizo una matanza?— Preguntó al recordar las manos manchadas de su padre, aquellas manos que dijo que eran de pintura pero que no parecían pintura. Ahora para Eliana todo parecía encajar perfectamente.
—Lo hizo, pero por qué ellos os querían hacer daño. Marcel también la hizo, pero cuido de vuestra inocencia.— Añadió revelandola porque el vampiro mejorado, ahora su tío, las había pedido que cerrasen los ojos y cantarán, las había protegido de una diferente manera. —Nuestra familia nunca está alejada de la muerte y los problemas, y sin duda es algo que me gustaría haberos hablado de otra manera. No que lo vieras.— Suspiró con pesar en sus palabras. —¿Hope lo sabe?— Preguntó sabiendo que de saberlo la mayor aquella conversación debería de estar teniéndola con ambas.
—No, no lo sabe.— La tranquilizó. —Pero descubrirá los libros de Alaric. En todos ellos papá es un monstruo.— Afirmó haciéndola ver que el director no se había dedicado a esconder aquellos libros que hablaban de los Mikaelson, entendía que debía de advertir a los jóvenes vampiros de que los Originales eran reales y de que eran capaces de hacer cualquier cosa, pero la frustraba que es información estuviera al alcance de sus hijas. Si las había mandado allí no solo era para que tuvieran amigos y una vida normal, sino para alejarlas de los rumores, de la dolorosa verdad. —Cuando les descubrí pensé que era mentira, ahora se que era verdad.— Añadió cruzandose de brazos.
—No quiero justificar a tu padre, porque se perfectamente que más de una vez se deja llevar por sus impulsos. Pero tienes que verlo también desde nuestro punto de vista, dejamos de ser humanos hace demasiado tiempo, cariño. Nos convertimos en monstruos.— Empezó a decir intentando no solo justificar las acciones del híbrido, sino las de todos, creyendo que la niña ahora les temeria. Pero Eliana solo había visto la sed de muerte de la diversión que aquello le provocaba a su padre, al hombre que su hermana echaba de menos. Porque desde que le había visto arrancar un corazón, para Eliana se había convertido en el protagonista de sus pesadillas.
—Tu no eres un monstruo, puede que hayas matado a gente, pero no viste la mirada que yo vi. Lo feliz que le hace dar miedo, el ser temido. Le gusta hacer aquello. Es como si estuviera loco.— Afirmó haciéndola ver a Astrid que el mayor temor de Klaus se había hecho realidad, se había convertido en un monstruo para una de sus hijas. Para aquella niña que para Klaus era una pequeña bendición, porque en el primer momento que la vio fue consciente de todo lo que se había perdido. Sí, había visto nacer a Hope, la vio dar sus primeros pasos y decir sus primeras palabras, pero con Eliana se había perdido todo eso y más, ya que ahora para ella todo vínculo que podía existir había muerto, se había esfumado y puede que nunca, jamás, pudiera recuperarse.
—Por desgracia, mi amor, he visto esa mirada en más de una ocasión. Más veces de las que debería.— Murmuró mientras la niña abrazaba a su madre sintiendo que en sus brazos podría borrar aquel recuerdo, y ojalá Astrid pudiera hacerlo, jamás perdonaría a Klaus aquello, porque era responsable de ello. También eran sus hijas, también era su responsabilidad, pero al final se había desentendido de ellas y las había roto el corazón, como siempre acostumbraba a hacer con quienes le querían.
Escuchar a su hija hacer aquellas acusaciones había sido como un jarro de agua fría para su realidad, Astrid siempre había buscado mantener la inocencia de las niñas intacta, sabía que en algún momento llegaría la ocasión de que tuvieran que saber la verdad; pero siempre había imaginado que aquella conversación sería más adelante, cuando ellas fueran más grandes, cuando no tuviera que proteger la inocencia de su infancia. Una inocencia que para Eliana había desaparecido.
Aún así, Astrid tenía que hacer algo. Había hecho la vista gorda con todos los rumores que habían llegado hasta sus oídos, rumores que sabía que eran realidad. Sobretodo cuando estos llevaban las palabras Klaus Mikaelson y matanza en la misma frase. Pero ahora no podía dejarlo pasar, su hija pequeña había perdido parte de su inocencia, había visto al monstruo, y ahora debía de hacer algo. Tal vez debía de haberlo hecho antes, puede que el no haber actuado antes fuera culpa de ella, pero parecía ser que también tenía que mantener a raya a Klaus. Al parecer no solo tenía que cuidar de sus hijos, sino también a su propio marido de si mismo, y eso era más complicado, ya que no podía estar en dos lados opuestos del globo terraqueo.
✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶
Astrid jamás se imagino que tras una visita a Mystic Falls como hacia dos veces al mes, terminaría con un vieja expres a Londres. Klaus no se había dignado en responder a sus llamadas, menos aún a sus mensajes, pero era obvio que lo hacía para evitarla. Para evitar aquella conversación, y la parecía irónico. Ambos eran adultos y debían de comportarse como tal, y más ahora que eran padres. Pero parecía ser que la única adulta era ella y sus hijas, porque la actitud del híbrido dejaba mucho que desear.
Por supuesto la rubia, de cierta manera, entendía tanto a su hija como a su marido. Ella había sido consciente de la brutalidad de Klaus, pero también se había grabado en ella la mirada de un padre loco. Aún, después de todo lo que había pasado, seguía manteniendo viva aquella imagen de Ragnar, y sabia que jamás la olvidaría. Pero esperaba que interviniendo en lo que había pasado, Eliana cambiará aquella perspectiva de Klaus o por lo menos él pudiera explicarla todo.
Y es que, lo peor, era que lo entendiera. Sabía el miedo que Klaus sentía por lo que la pequeña había visto, ella también tenía miedo de que supieran de su lado más violento y sanguinario, pero no podía dejar que aquello pasara a un segundo plano. Sus hijas eran lo más importante para ella, cuidar de ellas y de su inocencia era algo que se había prometido en cuanto las había tenido en sus brazos, y estaba dispuesta a protegerlas de cualquiera. Ya lo había demostrado con muchos que habían querido hacerlas daño, pero jamás se había llegado a imaginar que tuviera que protegerlas de su propio padre. Pero, si debía de hacerlo, lo haría. Todos eran conocedores de lo protectora que siempre había sido con sus hermanos, así que por sus hijas sería capaz de hacer cualquier cosa, incluso si eso tenía relación con tener que entregar cualquier vida. Por que si ellas lo necesitaban, incendiaria todo el mundo solo para que fueran felices.
—Estas muy lejos de casa, lobita.— Klaus apareció al lado de Astrid con su característica sonrisa, como si no hubiera pasado nada, como si todo siguiera igual, y por una fracción de segundo para ella fue así, para ella fue como si nada hubiera pasado. Pero por mucho que quisiera imaginar que aquello era así, no lo era. Nada volvería a ser como antes.
—Y tú estás teniendo comportamientos un tanto cuestionables, Klaus.— Le informó haciéndole ver cual era el motivo por el que estaba allí, y aunque sí era cierto que era por las matanzas que estaba dejando y que comenzaban a llegar hasta la puerta de la familia Original, también lo era por Eliana, solo que aquel tema debía de sacarlo con algo de tacto. No era un tema que la agradará, menos aún el imaginarse lo que su hija pudiera haber llegado a ver.
—Oh, vamos, somos criaturas de costumbres. Yo en específico, y ya sabes lo mucho que me enfurece no seguir con mis costumbres.— Alegó con un cierto punto de humor, aunque no había nada gracioso en sus palabras, ya que lo que Klaus decía era muy cierto. Todos estaban acostumbrados a hacer lo que querían, más él que ahora era hibrido, pero debía de medir sus pasos. La familia Original ya no era tan intocable como siempre, durante siglos, habían llegado a imaginar.
—¿Hacer matanzas y proclamar que eres "Klaus el loco" es una costumbre? Porque de serlo, es nueva.— Puntualizó haciéndole ver que era conocedora de todas sus fechorías, los rumores en el mundo sobrenatural circulaban mucho más rápido que en el mundo mortal.
—No me psicoanálices, Astrid.— Dijo entre dientes molesto por las palabras de la rubia. —¿Has ido a ver a mis hermanos? ¿Cómo están?— Preguntó con preocupación, con la misma preocupación que a Astrid la hubiera gustado que se preocupara por aquellas hijas que había dejado de lado como sino existieran, como sino fueran de él.
—Estan bien, Rebekah esta recorriendo el mundo con Marcel, y lo mismo hacen Kol y Davina.— Empezó a decir con una sonrisa feliz de que ellos, de cierta manera, hubieran podido hacer aquella vida que siempre habían querido junto a las personas que amaban. —Elijah...— Empezó a decir sin encontrar las palabras adecuadas para referirse al estado en el que el moreno se encontraba.
—Elijah sigue sin saber quién es en realidad, actúa como un vampiro normal, sin ser consciente de que es uno de los primeros vampiros que fueron creados, que es un Original.— Sentenció el híbrido molesto por la decisión que su hermano había tomado, pero Astrid lo entendía, todos lo hacían. Porque era difícil estar alejado de las personas con las que había estado durante toda su vida.
—Pero es feliz, piensa en lo difícil que hubiera sido para él estar lejos de todos. No hablamos de cualquiera, Klaus, hablamos de Elijah.— Le recordó esperando que fuera consciente de ello. —Pero no he venido por las matanzas en específico.— Le reveló sabiendo que había llegado el momento de decirle los motivos por los que estaba allí, no podía posponerlo más.
—Déjame adivinar, has venido porque me echabas de menos y quieres diversión.— Alegó con una sonrisa haciéndola reír por su comentario, ya que era cierto que le echaba de menos, echaba de menos a todos, pero en aquellos momentos debía de mantenerse firme.
—No te pases.— Le advirtió con una media sonrisa. —Es sobre Eliana.— Empezó a decir haciendo que la expresión del rubio cambiará al escucharla.
—No tengo nada que hablar sobre ellas.— Dijo con un tono de frialdad al darse cuenta que Astrid sabía lo que la menor había visto.
—¿No?— Inquirió sorprendida. —¿Y sobre la matanza que te vio hacer hace unas semanas?— Preguntó justamente antes de que Klaus se marchara a velocidad vampirica dejándola en mitad de la calle con la palabra en la boca y sorprendida por la actitud que había tenido, Klaus nunca huía de una discusión, de hecho normalmente era quien las iniciaba, pero aquello era algo nuevo que la había desencajado por completo.
★★★
Lo primero de todo es decir que amo el gif, este es uno de los tantos que hice en modo lluvia de gifs de ambos, y me pareció que encajaba perfectamente con la calma antes de la tormenta. Y creo que queda maravilloso.
Ahora bien, vayamos con el capítulo.
La escena de Astrid con las niñas, se que en la serie lo ve Hope y eso altera todo. Pero quería que fuera Eliana por dos motivos, primero por el "odio" que a partir sentirá por Klaus (lo iréis viendo en los primeros capítulos de la siguiente parte) y segundo, porque de las dos es la que más se parece a él. Pero también lo vi idóneo por ese hecho de que Klaus se perdió tanto de ella, que de alguna forma tendría más sentido.
El hecho de que Astrid intente suavizarlo es algo que siempre quise ver en la serie, y me pareció algo lógico que Eliana se lo soltara a su madre de golpe, y que ella se viera en la necesidad de contar una parte oscura de su pasado. Obviamente, y siempre, os he dicho que Astrid jamás le oculta cosas a sus hijas, simplemente se lo va diciendo conforme su edad y lo que van descubriendo, por eso ahí es cuando decide contarla el momento más oscuro de su vida, para que comprenda que ella también es ese monstruo que su hija ha visto.
La escena con Klaus, obvio que iba a ir a buscarlo. Mamá oso está enfadada, han hecho daño a su hija, y ataca.
Me costó mucho como fraguar esta escena, porque no quería que fuera un pum le suelta el bombazo, y de alguna forma quería dar resquicios de lo que viven el resto de Mikaelson, de ahí que Klaus le pregunte como están todos, al final no me imagino por lo que tuvo que pasar. Una cosa es meterlos en ataúdes, pero otra saber que nunca, jamás, podrás verlo.
El hecho de que Klaus huyera..., obviamente es un poco cobarde viniendo de Klaus. Pero hablamos de la madre de sus hijas, sabe de lo que es capaz de hacer por ellas. Y Klaus sabe cuando librar una batalla y aquella la iba a perder de una forma estrepitosa.
Ahora queda, finalmente, el último capítulo antes de empezar oficialmente la temporada 5, y estoy deseosa de llegar a esa parte. Porque de verdad van a pasar tantas cosas y hay un par de gifs que me muero por veáis. Aunque también vais a sufrir, pero para ello aún queda tiempo.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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