CAPÍTULO 61: FACING YOUR DEMONS IS NEVER EASY
—— FACING YOUR DEMONS IS NEVER EASY ——
—Ya era hora.— Dijo Eliana al ver como su hermana mayor se despertaba.
—¿Eliana?— Inquirió Astrid sorprendida al ver a su hermana pequeña delante de ella.
—Te estaba esperando.— Sonrió la menor justamente cuando Astrid se acercaba a ella y la abrazaba con fuerza, creyendo que aquel momento duraría menos de lo que creía y que sería una experiencia que recordaría con felicidad, pues ni en sus mejores sueños tendría la oportunidad de ver a su hermana de nuevo.
—¿Cómo he llegado aquí? ¿Cómo estás tu aquí?— Preguntó la híbrida queriendo saber lo que había pasado, ya que si Eliana estaba allí eso no significaba nada bueno para ella.
—No soy ninguna experta, pero seguramente estés teniendo alguna crisis psicológica.— Explicó Eliana haciendo que Astrid le mirase preocupada, ya que debía de despertar de forma inmediata, acabar con Inadu era mucho mas importante que una reunión familiar con su hermana muerta. —Has pasado por un infierno, así que tu mente te ha traído a un lugar tranquilo.— Añadió sorprendiendo con sus palabras a Astrid, ya que la híbrida nunca espero que su lugar tranquilo seria junto a una persona. —La verdad es que me hace muy feliz que hayas pensado en mí, pensaba que tú lugar tranquilo sería cualquier otra persona que no la responsable de que apagaras tu humanidad.— Terminó de decir mientras agachaba su cabeza algo avergonzada por el simple hecho de ser la responsable de que su hermana tomara una decisión tan peligrosa como había sido apagar su humanidad.
—Bueno...— Murmuró Astrid mientras miraba a todas partes algo nerviosa. —Sí estoy inconsciente debo de despertarme.— Comentó cambiando de tema mientras miraba a todas partes, dándose cuenta de que su lugar feliz no sólo la había reunido con su hermana, sino que la había llevado hasta su apartamento en Mystic Falls.
—Lo se, estoy de tu lado. Volverás a pelear antes de que el vacío acabe con lo que sea que haya empezado.— Afirmó Eliana mientras la dedicaba una sonrisa a su hermana, mostrando que confiaba en ella y en sus capacidades, pues no existía enemigo que se hubiera enfrentado a Astrid y hubiera salido ganando.
—Necesito salir de aquí, sino podremos perder a Elijah para siempre.— Explicó la híbrida esperando que su hermana comprendiera la gravedad de la situación, ya que la vida del noble dependía de si ella o Freya mataban al vacío.
—Cómo siempre, alguien de la familia corre peligro. Parece una tradición.— Comentó la menor mientras ponía los ojos en blanco junto a una mueca de aburrimiento, lo que hizo que Astrid la mirase algo confundida.
—Qué prefiero evitar.— Respondió su hermana con obviedad, ya que quería evitar aquello era, principalmente, por sus hijas.
—¿Evitar la muerte y el peligro? Va con lo que hemos sido siempre, la misma historia continuamente. Y aunque quieras salir del ciclo de violencia, principalmente por las niñas, un Original nunca puede escapar de él.— Sentenció Eliana haciendo que Astrid se diera cuenta de que aquella mujer que se parecía tanto a su hermana no parecía ser del todo ella.
—Me estás entreteniendo.— Afirmó la vampira mientras miraba a todas partes intentando buscar una salida. —No, no eres tú. Eres el vacío.— Sentenció mientras se soltaba del agarre de su hermana.
—Estas malgastando tu energía.— Insistió Eliana fingiendo que se preocupaba por lo que le pudiera suceder a su hermana.
—Eres una alucinación, no puedes hacerme daño.— Sentenció con firmeza mostrando que no se creía que aquella mujer que estaba delante de ella se tratara de su hermana pequeña, porque si fuera Eliana ella buscaría la forma de ayudarla, no de distraerla para que no pudiera llevar acabo su cometido.
—Sigues sin entenderlo, ¿verdad?— Inquirió Eliana mientras se acercaba a Astrid conforme esta retrocedía. —El vacío es más poderosa de lo que te puedas imaginar.— Afirmó, mientras intentaba atacarla, pero rápidamente la híbrida respondió arrancandole el corazón a su hermana, provocando que la ilusión desapareciera y Astrid despertara en la habitación en la que Inadu la había encerrado, donde con facilidad la híbrida de soltó de las esposas que estaban en sus muñecas y en sus tobillos, impidiendo que pudiera moverse.
—¿Por qué haces esto?— Preguntó Astrid a la ilusión de Eliana.
—Lo único que quería era protegerte, y ahora vas a morir aquí.— Sentenció la vampira mientras la atacaba con magia, lanzando por toda la habitación a su hermana.
—No.— Respondió la mayor mientras intentaba luchar con aquella criatura que llevaba el rostro de su hermana, pero que no era ella.
—¡Astrid!— Gritó Freya golpeando la puerta, pero la híbrida no fue consciente de que a fuera la bruja hacia todo lo posible por ayudarla.
—Tu misma has visto la violencia, la ira, el deseo de venganza. Tu misma te has dejado llevar por tus propios impulsos, los impulsos de un monstruo, de otra bastarda.— Alegó Eliana mientras seguía atacando a su hermana. —¿Creías que por estar siempre protegiendonos a Leo y a mi te haría ser diferente a Klaus?— Preguntó mientras la clavaba un machete en el pecho a la mayor, haciendo que esta soltara un terrible grito de dolor. —Los dos pasamos quinientos años en un ataúd, mientras tú huias y eras feliz lejos de nosotros.— La recordó mientras se acercaba a ella y la miraba con desprecio. —Decías que nunca serias como él, pero... ¡que sorpresa! Te dimos igual, y tiene sentido que os casarais, entre abominaciones suele ser lo normal, ¿no crees?— Inquirió mientras Astrid la miraba con desprecio mientras se ponía de pies y se quitaba el cuchillo del pecho, para a continuación dejarlo caer.
—Tu no eres mi hermana y no mereces llevar su cara.— Dijo entre dientes mientras sus ojos se volvían de color dorado.
—Tienes razón.— Sonrió mientras la agarraba del cuello, y con ayuda de la magia hacia que los huesos de la híbrida empezarán a romperse y a curarse de forma constante. —Eliana era buena.— Admitió Inadu, mientras cambiaba de rostro. —Pero yo nunca lo he sido.— Respondió mostrando esta vez el rostro de Tyrion.
—Astrid...— Murmuró Freya justamente cuando consiguió abrir la puerta, rompiendo de forma inmediata la ilusión que el vacío había creado. —Oye, ¿estas bien?— Preguntó preocupada mientras esta tomaba grandes bocanadas de aire.
—¿Klaus ha roto el tótem?— Preguntó Astrid esperando que la respuesta fuera positiva, pues lo único que quería era matar a aquella criatura de una vez por todas.
—Eso espero, pero no podemos despertar.— Explicó la bruja haciéndola ver que ambas seguían hechizadas bajo la ilusión que Inadu había creado en sus cabezas. —Tienes que apuñalar al vacío. ¿Serás lo bastante fuerte?— Aclaró mientras la daba el cuchillo a Astrid la cual le cogió con fuerza.
—Acabemos con esto.— Sentenció mientras ambas eran empujadas por la misma fuerza que las había atacado en un principio.
—Primero destruire tu cuerpo, después destruire tu espíritu.— Empezó a decir Inadu mientras empezaba a romper y curar los huesos de Astrid. —Ya casi está destruido, ¿no?— Comentó con burla, al mismo tiempo que Astrid cogía el cuchillo y moviéndose a velocidad vampirica se abalanzó sobre ella quedando encima. —Hazlo.— La animo creyendo que no sería capaz de matarla. —¡Hazlo!— Insistió haciendo que Astrid, de forma incesante empezará a clavarle el cuchillo en su corazón, matando de esa forma el cuerpo físico de Inadu.
—Ya basta, déjalo. Ha muerto.— La detuvo Freya mientras la alejaba del cuerpo de Inadu, permitiendo que ambas vieran a su enemiga muerta.
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—Mamá.— Eliana entró en la habitación de sus padres, haciendo que Astrid se diera la vuelta apartando la mirada de su cuaderno de dibujo, para después centrar su atención en su hija pequeña.
—¿Qué pasa cielo?— Preguntó preocupada mientras la niña cerraba la puerta y se acercaba a su madre, para que instantes después Astrid cogerla en brazos y sentarla en la cama.
—¿Recuerdas que te dije que la tía Eliana cuidaba de mi, que cuando ella estaba las luces azules no aparecían?— Preguntó Eliana, haciendo que la expresión de su madre, por unos segundos, se oscureciera al escuchar como su hija mencionaba a su hermana.
—Claro, ¿por qué? ¿Qué es lo que sucede?— Preguntó Astrid preocupada, sabiendo que algo debía de estar sucediendo.
—Cuando os fuisteis, ella también se fue. Y cuando los tíos Kol y Leo nos han pedido a Hope y a mi que hiciéramos el hechizo no pude sentirla, temo que la haya pasado algo y ahora que no está...— Empezó a decir haciendo que su madre la mirase confundida por todo lo que la había dicho, pero lo primero era tranquilizarla. El miedo de la niña era quedarse vulnerable frente al peligro que el vacío suponía.
—Tal vez tenga una forma de protegerte.— Comentó la híbrida mientras abría el cajón de su mesilla y de él sacaba el collar de Carina.
—¿Qué es eso?— Preguntó la niña con curiosidad, ya que de alguna forma podía sentir el poder que había en aquel collar.
—Es un collar, pertenecía a mi madre. Antes las brujas llevaban collares donde almacenaban una pequeña parte de su poder, mi madre creó el suyo para proteger a aquellos de su misma sangre, solo a aquellos que tienen un poder igual. Hope tiene el mismo poder que tiene la tía Freya por ser la mayor, por eso el collar no funcionaria con ella de la misma forma que lo haría contigo.— Explicó su madre mientras la ponía el collar sabiendo que de esa forma una de las dos estaría protegida aunque mantenía la esperanza de que ellas no se volvieran de interés para el vacío.
—Y yo el que tú tuviste, ¿no?— Preguntó la niña con curiosidad mientras observaba el collar, dándose cuenta de que era la primera vez que su madre la había hablado sobre su otra abuela, ya que conocía la historia de Esther a raíz de cuando su madre las explicó como ella y el resto de la familia terminaron siendo vampiros.
—Así es. Tu llévalo puesto, y no te lo quites hasta que el problema del vacío se haya solucionado de una vez por todas. ¿Queda claro?— La pidió mientras la miraba con seriedad, sabiendo que esa era la única forma que existía para que Eliana estuviera protegida de cualquier posible ataque, e incluso cuando fuera mayor podría hacer uso de la magia que había en el colgante, ya que ella era la única que podía hacer uso de ella.
—Sí.— Sonrió la niña sabiendo que no se le quitaría nunca.
—Y ahora dime, ¿que es ese hechizo que os han pedido hacer vuestros tíos?— Quiso saber su madre sabiendo que algo habían hecho Kol y Leonidas, ya que eso podía explicar porque en el patio del complejo había indicios de una pelea.
—Ellos querían salvar a Davina y a Yelena, el vacío las había traído para hacerles daño a ellos, y las había vinculado a ella. Si el vacío moría ellas también lo hacían, sintiendo el mismo dolor. Nos dieron a Hope y a mi dos nudos, cada uno representaba la unión de cada una con el vacío.— Explicó Eliana mirando a su madre, haciendo que Astrid reprimiera una expresión de enfado al escuchar que ambos se habían valido de la inocencia de ambas para romper un hechizo de vinculación que podría traerles más problemas que soluciones, y eso incluso ellos lo sabían. —Rompimos el hechizo.— Añadió la niña sonriendo, mostrando lo orgullosa que se sentía por ella y por su hermana al haber sido capaces de romper las dos uniones. —¿Estas enfadada por qué hiciéramos magia?— Preguntó mientras miraba a su madre con una expresión de tristeza, creyendo que había hecho mal en hacer aquel hechizo.
—No, claro que no. Ese hechizo que me describes le conozco y es muy difícil, pero si las dos lo habéis conseguido eso solo confirma que cada vez tenéis un mayor control sobre la magia y eso me hace muy feliz.— Sonrió su madre orgullosa, haciendo que la pequeña la abrazara, haciendo que en ese instante la expresión de su madre cambiará a una de furia al saber lo que los dos vampiros habían hecho, y aunque lo entendía con quien en verdad estaba enfadada era con su hermano y estaba segura de que en cuanto tuviera la oportunidad intercambiaria un par de palabras con él respeto con lo que habían hecho.
★★★
Bueno el capítulo de hoy es un golpe un poquito duro teniendo en cuenta la noticia que recibimos ayer. Pero no quiero hablar de ello para aquellas personas que siguen procesando la pérdida, solo decirles que mucha fuerza, que lo lamento y que si necesitan hablar y desahogarse aquí estamos.
Vayamos con el capítulo.
Usar a Eliana era algo que tenía claro desde el principio, puesto que sigue siendo un punto vulnerable en la vida de Astrid, y siempre lo será.
El que la use Inadu..., pues obviamente era la forma perfecta para entretener a Astrid, pero estaba claro que al final vería la trampa, es decir, conocia a su hermana pequeña y el como era.
Pasando a la escena con Eliana hija (tengo un lío con tía y sobrina que no os imaginais), el caso es que una niña de su edad estaría súper contenta por hacer un hechizo así, y obviamente se lo diría a su madre. El problema que puede que los resultados para Leo no sean los mismos que para las niñas, pero eso lo iremos viendo en los próximos capítulos.
Llegados ha este punto, puedo decir una cosa, y es que estamos muy cerquita del final de la 4° temporada. Y muero de ganas de llegar a los capítulos de transición entre temporadas porque va a haber salseo del bueno, pero también entenderéis... ciertas cosas que posteriormente tendrán lugar en la temporada 5, la cual aún medito en ampliar, es decir en hacer unos cuantos capítulos después del capítulo final de la serie.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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