CAPÍTULO 56: A PROMISING FUTURE
—— A PROMISING FUTURE ——
—Este juego está llegando a su fin.—- Les dijo Sofya a Marcel y a Elijah, a los cuales había derrotado sin apenas hacer uso de todo su poder.
—Aún no.— Aseguró Taylor mientras se ponía delante de ella, así como Astrid se ponía de tras de ella.
—Creo que no nos han hecho las presentaciones, ¿verdad, Inadu?— Intervino en este momento Astrid, haciendo que Sofya se diera la vuelta mientras sonreía.
—Vaya, sabéis mi nombre.— Observó sabiendo perfectamente que ambas sabían su historia, así como la forma de debilitarla.
—También el pequeño detalle de que tu madre es una antepasada nuestra, sin duda he de decir que entre tu y Silas, a desquiciada no te gana nadie. ¿A ingenio para alzarse? Creo que vas perdiendo.— Admitió la rubia, mientras distraía a Inadu, mientras Taylor con un cuchillo se hacía un corte en la mano para a continuación clavarselo, haciendo que esta se doblará de dolor en el momento en el que la sangre de la híbrida entró en sus sistema sanguíneo.
—¿Duele, verdad? Mi sangre.— Comentó Taylor con burla, disfrutando del dolor que aquella criatura estaba sintiendo, ya no solo por venganza sino por todo lo que había hecho a gente que era inocente.
—Quien os haya dicho como destruirme ha olvidado deciros algo, para atraparme necesitáis una descarga de energía igual que cuando sacrificas la vida de un inmortal, o de una criatura con mucho poder, ¿no es así, Astrid? Tu bien sabes de sacrificios.— Comentó mientras miraba a la híbrida sonriendo, haciendo que esta volviera sus ojos de color dorado en señal de amenaza, haciéndola ver al vacío que había dado con un tema sensible, pero ningún tema era más sensible que la mera probabilidad de que fuera a hacer daño a sus hijas.
—También se como deshacerme de brujas que se creen invencibles.— Aseguró Astrid, justamente cuando Inadu hacía uso de la magia, atacando a las dos híbridas, tirandolas al suelo mientras las infringia un indescriptible dolor que tanto Marcel como Elijah sintieron.
—Qué patéticos sois, los cuatro.— Se burló mientras los cuatro se retorcian de dolor en el suelo. —Decirme, ¿quien de vosotros morirá para detenerme?— Preguntó con curiosidad y, en cierto sentido, con diversión.
—Nadie va a morir hoy.— Aseguró Marcel sabiendo que no podían darla la satisfacción de que les vería muertos a alguno de ellos.
—Bueno, entonces hemos terminado.— Respondió mientras cogía el hueso que había en el suelo, para a después desaparecer a velocidad vampirica, provocando que el hechizo de dolor desapareciera.
—¿Estáis bien?— Preguntó Elijah a las dos hermana, mientras ayudaba a Taylor a ponerse de pies.
—Creo que alguien va a morir.— Comentó Taylor sabiendo que si lo que había dicho Inadu era cierto, ya había un sacrificio preparado para detenerla.
—Davina tiene a Klaus.— Aseguró Astrid al darse cuenta de quien iba a ser el inmortal que moriría para detener al vacío y poder volver a encerrarlo.
—¿Cómo? ¿Davina?— Inquirió Marcel sorprendido de que la bruja, después de todo lo que había pasado siguiera, de cierta manera, con vida. —Los ancestros necesitan un sacrificio para acabar con el vacío.— Aseguró sabiendo que Klaus era el sacrificio perfecto, ya no solo porque era inmortal y era poderoso, sino también porque los ancestros disfrutarian verlo morir, sobretodo por todo lo que les había hecho a ellos y a miles de seres inocentes a lo largo de aquellos diez siglos.
—Davina no lo dudará.— Afirmó Elijah sabiendo que debían de actuar de forma rápida e inmediata o no conseguirían salvar a su hermano pequeño de, lo que probablemente, era una muerte inminente.
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—Creo que deberías de quedarte aquí, aun culpa a los Mikaelson de lo que pasó.— Le dijo Taylor a Elijah justamente antes de entrar en la iglesia, sabiendo que si la situación era complicada con el noble allí podría empeorar.
—Taylor tiene razón, deberías de quedarte aquí o tal vez la situación podría empeorar.— Admitió Astrid apoyando la sugerencia de su hermana, haciendo que el noble asintiera para a continuación ambas, junto a Marcel, entrar en la iglesia, la cual estaba desierta, salvo por el círculo de sal, en cuyo interior estaba el cuerpo, aun con vida, de Klaus.
—Davina.— La llamo Marcel, esperando que esta apareciera para poder hablar con ella y convencerla de la estupidez que estaba haciendo.
—No intentes detenerme, Marcel.— Le pidió Davina apareciendo dentro del circulo. —Sino mató a Klaus, sino acabo con el vacío, ira a por todos vosotros, quemara la ciudad entera.— Explicó creyendo que si les hacía entender su punto de vista, entenderían por qué iban a usar a Klaus como sacrificio, incluso el propio Klaus entendía que debía de hacerlo, así podría proteger a las personas que quería.
—Davina, por favor.— La suplico Astrid sabiendo que debía de existir otra manera que no fuera la muerte.
—Davina, tiene que haber otra manera.— Insistió Taylor sabiendo que aquella no podía ser la única solución, la magia siempre tenía lagunas, y aquella magia, la del vacío, debía de tener más de una laguna y más de un punto débil.
—No, solo estaba esperando el arma. Pero ahora que estas aquí.— Comentó la bruja mientras centraba su mirada en Marcel. —Lo siento, pero tienes que matarle.— Sentenció sabiendo que Marcel era la ubica oportunidad que tenían para que el sacrificio funcionará, además de que no existía otra forma con la cual pudieran matar a un Original.
—No, Davina.— Sentenció Marcel, mostrando que no iba a acabar con la vida de Klaus, menos iba a dejar a unas niñas huérfanas.
—Ha vivido diez vidas, eso es más que suficiente.— Alegó la bruja creyendo que los mil años que había vivido Klaus eran suficientes, por lo tanto ya era hora de pasar a una mejor vida.
—No, es el padre de mis hijas.— Negó Astrid sin creerse que Davina fuera capaz de hacer aquello, y no lo hacía por el sacrificio, todos sabían que tras aquella afirmación había un gran deseo de reclamar venganza, tanto por su parte como por parte del resto de ancestros.
—Aún te tendrán a ti, pero sino detenemos al vacío tus hijas morirán.— Insistió Davina esperando que comprendieran que aquella muerte era por un bien común. —Tu puedes salvarlas, Marcel, y a la gente de Nueva Orleans.— Añadió mirando al vampiro con la esperanza de que lo entendieran, aunque sino lo hacían la daba igual, ya que iban a conseguir el sacrificio de una forma o de otra.
—Ya basta.— Intervino en ese momento Elijah, haciendo que todos centrarán su atención en él. —Esto es por tu rencor hacia mi.— Aseguró creyendo que Davina estaba haciendo todo aquello como forma de castigo.
—No tiene nada que ver contigo, es un sacrificio, una muerte por el bien común.— Insistió Davina sabiendo que una muerte evitaría una gran cantidad de muertes, ¿de verdad valía la pena que Klaus viviera?
—Llévame a mi.— Se ofreció Elijah, mostrando que no iba a permitir que su hermano pequeño muriera.
—Elijah, no.— Negó Taylor mostrando que no quería, como los demás, que nadie muriera.
—Si de verdad no hay otra manera..., acaba con esto.— Insistió Elijah queriendo evitar que Klaus hallara la muerte, porque entonces jamás se lo perdonaría ni a sí mismo ni los demás le perdonarian.
—No, no, nadie va a morir hoy.— Sentenció Marcel creyendo que podían decidir, pero ninguno de ellos tenía ese poder.
—Entonces lo haré yo misma.— Sentenció la bruja mientras hacía uso de su magia, para obligar a Marcel a entrar dentro del circulo.
—¡No!— Gritaron los demás.
—Davina.— La llamó Taylor esperando que razonara.
—Davina, por favor.— La suplico en esta ocasión Astrid.
—No tienes que hacer esto.— Afirmó Marcel esperando que la bruja recapacitara, pero parecía que la decisión ya estaba tomada.
—Lo siento, es la única manera.— Respondió mientras con sus poderes hacia que Marcel abriera su boca, mostrando sus dientes para a continuación varias gotas de su veneno caer al suelo, las cuales empezaron a moverse hacia el cuerpo de Klaus, al cual Davina le había hecho un corte.
—¡No!— Gritó Eliana haciendo que todos centrarán su atención en la entrada de la iglesia, donde las dos niñas se encontraban.
—Prometiste ayudar, pero no estás ayudando.— Afirmó Hope mostrando lo muy enfadada que estaba.
—Nos estas haciendo daño y no te dejaremos.— Añadió su hermana mientras las dos se agarraban de la mano y habían uso de la magia, rompiendo el hechizo de protección que había en torno a Klaus, así como haciendo desaparecer a Davina. Segundos después el híbrido se despertó de golpe, haciendo que las dos niñas corrieran hacia su progenitor, el cual las abrazó aliviado.
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—Nuestro padre dice que estudias estas cosas.— Comentó Hope mientras ambas se acercaban a Alaric, el cual observó que ambas niñas llevaban piedras.
—Así es, en el mundo hay un montón de cosas increíbles que estudiar.— Las explico mientras las dos niñas se acercaban a la mesa y las dedicaba una sonrisa. —Y algunas son cosas que no quieren haceros daño.— Añadió sabiendo que ahí afuera había muchos que querían herirlas, pero también había quienes estarían encantados de conocerlas. —¿Qué tenéis ahí?— Preguntó con curiosidad.
—Estas son para la serenidad.— Explicó Eliana mientras colocaba dos piedras alrededor del hueso, esperando, como su hermana, que de esa forma dejara de moverse.
—Y está para la calma, mantiene las plantas en flor.— Añadió Hope mientras imitaba el gesto de su hermana.
—¿Todo eso lo habéis aprendido solas?— Preguntó Alaric sorprendido, ya no solo por el poder que ambas tenían sino por lo mucho que habían aprendido de la magia cuando habían estado la gran parte de sus vidas sin un guía que las enseñara.
—Bueno, lo leímos en uno de los libros de nuestra tía Freya, y Eliana recibe ayuda de la hermana de mamá, están conectadas.— Explicó la mayor, haciendo que la pequeña sonriera mientras la expresión de Alaric se oscurecia al recordar a la Original que por su culpa había muerto, por supuesto eran un peligro, pero Eliana Novawood no era el peligro.
—Nos ayudan a aprender, pero algunas cosas las hemos aprendido solas.— Afirmó Eliana orgullosa de que su hermana y ella se ayudarán entre sí, pues juntas completaban conocimientos.
—Vaya, eso es impresionante.— Comentó impresionado el ex cazador, sabiendo que ambas niñas tenían un futuro prometedor como brujas.
—Son dos jovencitas impresionantes.— Sonrió Astrid mientras aparecía llevando una bandeja de pastelitos.
—Me ha encantado conoceros, pequeñas Mikaelson.— Sonrió Alaric en señal de despedida. —Ya nos veremos.— La indicó a Astrid sabiendo que ellos dos tenían, todavía, una conversación pendiente.
—¿Son para nosotras?— Preguntó Hope al ver la bandeja que su madre las traía.
—Después de lo que habéis hecho hoy, vuestro padre ha comprado toda la tienda de dulces Magnolia.— Afirmó sonriendo dejando la bandeja sobre la mesa para después sentarse en un banco.
—Papá parecía triste.— Admitió Eliana, la cual se había quedado de pies mientras que su hermana se había sentado al lado de su madre.
—Creo que quería hacer una buena acción hoy, pero ambos estamos de acuerdo en que vosotras habéis sido muy valientes.— Afirmó sonriendo orgullosa de que fueran capaces de todo ello con tal de proteger a las personas que querían.
—Solo pensamos en lo que habrías hecho tu, como siempre dices "si estamos unidos, nada nos hará daño. Ahora y para siempre".— Sentenció Hope sonriendo, para después las dos niñas abrazar a Astrid.
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—Nunca tuve la oportunidad de pedir disculpas por lo que hice.— Dijo Alaric mientras se sentaba al lado de Astrid, la cual observaba a varias personas recoger sus cosas.
—No eras tú.— Se limitó a decir la Original, mostrando que por su parte no le guardaba ninguna clase de rencor.
—Creo que eso tu hermano no lo entiende.— Admitió mientras ponía los ojos en blanco al recordar la mirada asesina que le había lanzado.
—Bueno, pasaron muchas cosas después de que ese alter ego matará a mi hermana. Aunque desencadenó una serie de eventos que..., ni en un buen sueño hubieran podido pasar.— Admitió Astrid sabiendo que aunque la muerte de su hermana la dolía como sino hubiera peor dolor, también sabía que gracias a ella y a que apago su humanidad tuvo la oportunidad de ver de nuevo a su madre, a su hermana y a su mejor amiga, así como de tomar la decisión de romper el hechizo que había sobre su lado de mujer lobo, lo que la había permitido que tiempo después pudiera quedarse embarazada, por supuesto a priori no lo vio así, pero ahora que lo veía con perspectiva, sabía ver el lado bueno de aquel suceso. —Para mi siempre hubo un responsable de esa muerte, y no fuiste tu Alaric, como todos los demás fuiste un daño colateral.— Añadió sabiendo que la unica responsable había sido Esther por incentivar aquel lado oscuro y para, después, convertirlo en un Original; pero para la suerte de todos ellos, aquella bruja no iba a volver a molestarlos nunca más.
—Tus hijas son poderosas.— Comentó impresionado por el poder que ambas tenían y con tan poca edad.
—Más de lo que me gustaría.— Admitió Astrid sabiendo que eso podría traerlas problemas pero también las podría traer cosas buenas, todo dependía de como usaran aquel poder que tenían.
—En Mystic Falls, Caroline y yo hemos abierto una escuela, para niños tan especiales como tus hijas y las mías, donde podrán aprender y no esconder lo que son. Si algún día quieres que sean parte de ello, las recibiremos con los brazos abiertos.— La informó haciendo que la rubia sonriera agradecida por la oferta, ya que tal vez sí era una oportunidad de que ambas pudieran hacer su historia al margen de quienes eran sus padres y de su apellido. —Estos niños son y serán mejores que nosotros, no cometeran los mismos errores.— Sentenció mientras se levantaba con la intención de irse.
—Te tomo la palabra, Alaric.— Sonrió agradecida por la sugerencia. —Se que es tarde para presentar mis respetos tanto para Damon como para Caroline, pero Stefan era una buena persona y me enorgullece saber que su legado va a seguir con vida.— Añadió sabiendo que aunque su mejor amigo ya no estaba entre ellos y que había muerto protegiendo a las personas que quería, se sentía feliz de que Stefan no solo hubiera encontrado la paz sino que tuviera esa redención que todos necesitaban y buscaban, no todos habían nacido siendo monstruos, solo las circunstancias les habían convertido en ellos, pero aún tenían la oportunidad de cambiar.
★★★
Después del parón de dos semanas, vuelven las actualizaciones de Forever and Always, y espero que ya no haya más parones hasta que la historia termine.
Como ya hebreis visto (si me seguis) sino os aviso, las actualizaciones pasarán a ser los viernes, principalmente por comodidad y por tiempo. Pero seguirán siendo una a la semana.
Dicho esto, empezamos con el capítulo.
La escena del ataque a Inadu (casi escribo el nombre de una de mis antagonistas de otra historia), me encanto escribirla. Porque para Astrid y para Taylor es algo más personal, ya no es sólo proteger a la ciudad y a la familia, sino el vengar a su familia. Y no os imagináis como disfrute escribiendo, más sobretodo cuando Marcel descubre que Davina está con vida.
Seguramente Marcel sufrió con su pérdida, a fin de cuentas para él era como una hija, y creo que el perderla también le afecto, y más tras todo lo que han vivido juntos. Aún así me encanto que fuera a detenerla.
La escena con Davina..., bueno yo sí creo que Klaus quería hacer algo bien, y ese bien era proteger a sus hijas. Recordemos el cambio que sufre cuando la paternidad llama a su puerta, creo que es una de las mejores evoluciones que he visto, y por las que me gusta tanto el personaje. Por ese gran cambio.
La aparición de Hope y Eliana...
Me sentí orgullosa, desde tan pequeñas haciendo entradas dignas de un Mikaelson, y siendo esas heroínas, sin duda si Klaus ya las adoraba, después de eso... Y ya no os puedo decir como se sentía Astrid, siendo una mamá orgullosa porque ambas han heredado su sentido de la protección.
Pasando a Alaric, me encanto esa pequeña interacción con las niñas. Y sin duda hubiera sido divertido afrontar la serie de Legacies con ambas, pero como ya os dije la historia termina aquí, y quiero un final feliz. Creo que todos los Mikaelson se lo merecen.
La escena de Alaric y Astrid..., creo que es algo que todos necesitabais leer y yo escribir. Quienes ya me conocen saben lo mucho que me gusta dejar las cosas cerradas y tajadas, y esta era sin duda la oportunidad perfecta. Principalmente por todo lo que trajo la muerte de Eliana, ya que sin su muerte Astrid no hubiera roto la maldición y no sería madre. Así que de alguna forma su muerte sí fue necesaria y gracias a ella sus sobrinas (a las que adora) existen.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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