CAPÍTULO 30: RETALIATION
—— RETALIATION ——
—Estamos perdiendo el tiempo, cuanto más tiempo dejemos a Lucien libre más probabilidad hay de que este planeando la siguiente muerte de alguien.— Se quejó Leonidas mientras caminaba por delante del escritorio en el que Astrid estaba sentada.
—La modificación de un hechizo es difícil, tu mismo deberías de saberlo.— Puntualizó su hermana molesta por el simple hecho de que su hermano, al igual que los demás, estuviera insistiendo en que debía de darse prisa. Aquel hechizo tenía demasiados años, no era tan sencillo de alterar como creían.
—Lo se, pero... cualquiera puede ser el siguiente en su lista de víctimas, y teniendo en cuenta que no sabemos donde puede existir una cura para una mordedura así... No quiero correr el riesgo.— Explicó el menor de los hermanos, sabiendo que como él todos los demás estaban preocupados, Lucien era un enemigo potencialmente peligroso, por lo que era más que evidente de que buscaría la forma, ya no solo de hacerles salir del complejo, sino también de hacerles daño, todas las personas a las que querían estaban en su punto de mira. —Además, tu podrías intentar cambiarlo.— Afirmó, creyendo ciegamente en las capacidades mágicas que su hermana podía tener, principalmente por qué sabía que Astrid era lo suficientemente poderosa como para dar con la solución, solo necesitaba más tiempo, aunque este se estuviera agotando lentamente.
—Lo estuve intentando, pero no consigo dar con ninguna alteración, así que asumí que Freya tal vez daría con algo que pudiera ayudar. Ha sido bruja por más tiempo que nosotros.— Explicó Astrid con obviedad mientras los dos hermanos salían fuera del despacho, observando que en la entrada se encontraba Yelena, la cual mostraba una expresión de preocupación.
—Lena, ¿que haces aquí?— Preguntó Leonidas acercándose a ella junto a su hermana, la cual la miró confundida.
—Hay un pequeño problema.— Admitió la chica mientras miraba a ambos algo desesperada, creyendo que tendrían la solución a sus problemas. —Lucien me ha mordido.— Dijo finalmente mientras se subía la manga de su cazadora, mostrándoles el mordisco en su antebrazo, haciendo que los dos hermanos se mirasen preocupados al comprender que no solo era una declaración de guerra, sino también una advertencia de como iban a terminar todas las personas a las que querían. —¿Desde cuando es capaz de transmitir una mordida como la de un hombre lobo?— Preguntó viendo que habían pasado varias cosas y no la habían contado ninguna de ellas, porque de haberlo hecho ahora mismo ella no se encontraría en aquella situación.
—Han pasado muchas cosas en los últimos días, y por lo que veo ha decidido atacarte a ti. Algo de lo que dijo Aurora de él le ha tenido que hacer enfadar, y puesto que no puede hacerla daño ha optado por herir a alguien vulnerable para vengarse de nosotros.— Asumió Leonidas creyendo que él era el responsable de que hubiera ocurrido algo así, pero lejos quedaban los sentimientos heridos de Lucien, él lo hacía por el simple placer de decidir quién podía vivir y quien podía morir, en aquellos momentos él se consideraba un dios que podía juzgar a todos. Y era evidente que cualquiera que le hubiera hecho enfadar sería juzgado para mal, encontrando como castigo su mortal mordedura.
—¿Tiene cura?— Preguntó Yelena esperanzada de que aquello quedaría en un susto, pero tanto Astrid como Leonidas sabían que aquello significaba que a la vampira la quedan pocas horas de vida, principalmente por que su mordida era mucho mas mortal y rápida que la de un hombre lobo o la de un híbrido, nadie podía detener a Lucien, y él parecía ser consciente de ello. —Decirme por favor qué tiene cura.— Insistió mirando a los dos con desesperación, esperando que la respuesta por parte de ambos fuera positiva, pero en su rostro podía verse que no había esperanza alguna o por lo menos en aquellos momentos no existía forma de poder salvarla.
—Me temo que no, o por lo menos nosotros no la conocemos. Todo esto ha sido obra de los ancestros, consideran a Lucien como su arma particular para poder hacer realidad la profecía.— Explicó Astrid la cual había cambiado radicalmente su expresión, al ser consciente de que Yelena hallaria la meirte en cuestión de horas, y aquello solamente la hacía sentirse culpable, principalmente por no haberla advertido, pero también por no haber hecho todo lo posible para que se marchara de la ciudad, aunque teniendo en cuenta que en Nueva Orleans había muchas personas que no solo eran importantes para ella sino también para los demás, cualquiera podía ser el siguiente objetivo del nuevo vampiro mejorado, ya que parecía ser que le daba igual a quien atacaba y a quien no, lo único que hacía era hacerles ver que no existía la forma de ser parado, y que nadie iba a escapar de su venganza, porque todo aquello lo hacía por venganza hacia los Originales.
—Así que voy a morir...— Murmuró Yelena sorprendida por lo que Astrid había dicho, ya que sino existía una cura no existía forma alguna de que al final del día pudiera librarse de las frías garras de la muerte. —Fantástico.— Comentó sarcásticamente sin creerse que el final de su vida iba a ser por culpa de un idiota, con aspiraciones a dios, que la había mordido únicamente por venganza.
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—Si actúa igual que como con Finn, no creo que la queden más de un par de horas. El veneno de la mordida actúa muy deprisa.— Explicó Leonidas recordando que Finn no tardo ni un día en afectarle, y pensar que Yelena sufriría un mismo final les destrozada a los dos hermanos, sobretodo por que los dos se sentían responsables de que él la hubiera atacado. Como muchos habían dicho siempre, los Mikaelson destruian todo lo que tocaban e incluso a aquellos a los que amaban, la lista de personas que les importaban y que ya no estaban, para su desgracia, era demasiado larga, y al parecer seguía en fase de ampliación. —Debemos de descubrir cual es el antídoto, tiene que existir alguna forma. La mordida de los hombres lobo es curada por tu sangre o la de Klaus, tal vez esto pueda ser igual.— Añadió creyendo que la sangre de Lucien podría ser clave para salvar la vida de aquellas personas a las que mordería, pero aquello sonaba demasiado bien como para ser cierto, por lo que al escuchar la sugerencia de su hermano, Astrid puso una mueca de duda creyendo que aquella no era la milagrosa solución que les salvaría de la muerte.
—Lucien se ha convertido en lo que es, en base a la ciencia y a la magia, no creo que sea tan simple, y tampoco creo que los ancestros hayan dejado una laguna tan evidente como que su sangre sea la clave para todo esto.— Asumió Astrid mientras se apoyaba en la pared y se cruzaba de brazos, resignada a tener que ver morir a Yelena, pero aunque no pudiera hacer nada por salvarla haría todo lo posible para poder vengarla, su único consuelo era saber que ellos, los Originales, harían todo cuanto estuviera en su poder para, no solo detener a Lucien, sino también para matarlo y hacerle sufrir todo lo que debiera, por todas las vidas que se había llevado por el camino.
—He hecho este suero, retrasará un poco la infección pero no es la cura. Debéis de hacer que este tranquila.— Intervino en ese momento Freya, la cual le entrego un frasco con un líquido a Astrid, la cual le cogió y le observó sabiendo que debía de actuar de forma inmediata. Al ver el rostro de la híbrida, Freya la dedicó una pequeña sonrisa en señal de consuelo y de apoyo, la cual Astrid la devolvió agradecida por aquel gesto.
—Pricisamente este no es el lugar donde se puede definir la palabra tranquilidad.— Comentó Leonidas sentándose en un sillón, sabiendo que entre las quejas de Klaus por qué Freya no tenía una solución y las de Elijah defendiendo a su hermana mayor, la situación estaba más tensa que nunca, por suerte para todos ellos Mary se había quedado con Hope y Taylor se había ido con ellas para proteger a la niña y a la mujer por si Lucien decidía ir a hacerlas una visita, pero ambas no eran de su interés, y buscarlas en el pantano era como buscar una aguja en un pajar.
—Yo me encargo de que lo esté. Tengo una idea de como ayudarla a estar calmada.— Respondió Astrid sabiendo que la tocaba a ella el papel más difícil, o por lo menos el que creía que era el más difícil, y era el de pasar las últimas de hora de vida de Yelena con ella. Por supuesto no la importaba pasar tiempo con ella, de alguna forma la haría distraerse de los problemas que había, pero lo que sí la importaba era saber que aquellos momentos iban a ser los últimos que pasarían juntas.
—¿Cuando ha sido la última vez que te has metido en la cabeza de alguien?— Preguntó su hermano una vez que Freya se marchó, sabiendo que era lo que iba a hacer su hermana para que Yelena no sufriera más de lo necesario.
—Hará un par de años con Stefan, es más fácil causar dolor que hacer algo que la ayude a estar feliz, pero como te he dicho, tengo una idea.— Resumió sabiendo perfectamente que iba a hacer para que aquellos últimos momentos, aunque fueran falsos, fueran los mejores para Yelena en una muy larga vida. —Pero necesito que me dejen a solas.— Le pidió a su hermano, haciendo que este asintiera para a continuación Astrid acercarse a la habitación en la que estaba Yelena, la cual estaba sentada en la cama mirando a la nada, como si estuviera esperando a la muerte.
—¿Cual es el veredicto? Por qué siendo sincera preferiría cogerme mi última borrachera y disfrutar hasta que empiece la locura.— Comentó mientras sonreía, en señal que lo único que quería era estar sola, pero no iba a estarlo. Yelena nunca había estado sola y aquella vez no iba a ser la excepción.
—Bueno, he optado por ser tu acompañante.— Explicó Astrid mientras fingía una sonrisa, al mismo tiempo que cerraba la puerta, permitiendo mayor privacidad en la habitación. —Se una forma para que no sufras con esto.— Añadió mientras se acercaba a ella.
—¿Una forma indolora de morir?— Preguntó Yelena sorprendida al ver que por lo menos no moriría con alucinaciones ni con dolor, eso era mejor que cualquier otra cosa.
—Una forma indolora de pasar tus últimas horas en algún lugar que te haga ser feliz.— La corrió Astrid sabiendo que lo que menos podía hacer por ella, era brindarla una mejor despedida y una mejor muerte.
—Sí ese es tu regalo para mi funeral, te diría que me encantaría. Pero antes de nada prometeme que buscaras la forma de que ese capullo pague por lo que me ha hecho.— La pidió a Astrid esperando que por lo menos su muerte llegara a ser vengada, por qué si moría sabiendo que Lucien saldría indemne se pasaría toda la eternidad furiosa por ello.
—Créeme que haré pagar a Lucien por lo que te ha hecho aunque me lleve toda la eternidad, él se ha encontrado con la Original equivocada.— Aseguró la híbrida con seguridad en sus palabras, el odio que tenía por él había crecido, y ahora su único consuelo y satisfacción sería verle muerto, y sabía que lo conseguiría aunque tuviera que reducir todo el mundo a cenizas.
—¿Crees que le veré?— Preguntó la morena cambiando de tema.
—¿A Dominic?— Preguntó Astrid haciendo que la vampira asintiera. —Creo que verás a todas la personas que quieras ver, tendrás la oportunidad de estar con quienes amas sabiendo que nadie os hará daño.— Respondió sabiendo que la paz era un lugar en el que todas las personas, mortales e inmortales, podrían encontrar un descanso de la vida que habían tenido y un reencuentro con aquellas personas que ya no estaban.
—Espero que así sea.— Suspiró mientras pensaba seriamente en lo que iba a suceder. —Cuando quieras empezamos.— La indicó mostrando que estaba preparada para hacer frente a todo lo que fuera a ocurrir.
—Antes de nada, tomate esto. Te ayudará a estar más tranquila.— La pidió mientras la daba el frasco que Freya la había dado minutos antes.
—Gracias por ayudarme incluso cuando me estoy muriendo.— La agradeció después de tomarse todo el líquido para a continuación tumbarse en la cama, y Astrid sentarse en una silla a su lado, mientras la cogía de la mano para poder meterse en su cabeza.
—Tu me ayudaste muchas veces, es lo menos que podía hacer.— La recordó mientras entraba en su cabeza por completo, haciendo que ambas quedarán en una especie de trance, donde la única que era consciente con respecto lo que pasaba en la realidad era Astrid.
★★★
Se que ahora mismo me odiais, pero la muerte de Yelena era necesaria para la trama y la historia de Astrid, pero os tranquilizó al decir que este no es el final de Lena y Leo, obviamente tengo planes para estos dos.
Aún así es un capítulo verdaderamente importante, ya no solo por el hechizo místico de Astrid, sino porque empiezo a mostrar la relación de Leo y Lena y es algo que me encantó, porque no explote a Leo para que tuviera una relación, y si elegi a Sarah es porque ambos, en Charmed, son pareja, por lo que estaba todo pensado.
Por otro lado, el que la haya atacado Lucien era algo que estaba claro, por un lado para hacer daño a Astrid a quien odia, haciendo a su vez daño a Klaus de forma indirecta; y también a Leo, pero en él es en venganza por romper el corazón a Aurora. Me encanta el drama y lo sabéis.
La parte de Astrid tranquilizando a Yelena, y decidiendo acompañarla creo que es un paso importante. Todos sabemos la historia que tiene ella con las muertes, por lo que de alguna forma que ella tome esa decisión es más importante de lo que podéis creer, además, de que no la iba a dejar sola. La historia de ambas... es demasiado importante para Astrid, y eso es algo que espero haber mostrado.
Ya para terminar, los próximos capítulos se vienen intensos, pero creerme cuando os digo que hay algunas escenas que os van a encantar, de verdad os lo digo, y solo me queda decir que cada vez queda menos para que Hope y Eliana entren de forma directa en la historia, porque muero que veáis las escenas de Eliana con todos.
Ahora sí, para terminar. ¿Qué os ha parecido Yelena a lo largo de estos capítulos? ¿Qué os ha parecido su historia y cómo personaje?
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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