—— KOL MIKAELSON ——

—¿Coleccionas trofeos de todas tus víctimas?— Preguntó Freya sorprendida mientras observaba las cartas que Klaus tenía escondidas en un pequeño cofre, las cuales solo eran una pequeña parte a comparación a todas las que tenía guardadas.

—Cartas de sus seres queridos, para ser exactos.— Puntualizó Astrid con obviedad, todos habían tenido su manera a la hora de recordar a sus víctimas, ella por ejemplo hacia tumbas sin cadáver, por supuesto aquello lo superó, pero de alguna forma cada uno tenía su ritual para recordar a las víctimas a veces como un recordatorio o simplemente para regodearse con lo que habían hecho.

—Fue una etapa.— Puntualizó el híbrido con obviedad.

—Una etapa en la que tuvimos que aprender a ocultarnos de otras maneras.— Puntualizó Elijah sabiendo que en aquella época predomino el instinto de supervivencia sobre todo lo demás. —Los enemigos de Niklaus eran tan numerosos que no nos quedó otro remedio que ser astutos y apartarnos del mundo, y entonces... No describiría nuestra presencia en esta ciudad como discreta, ¿no te parece, Niklaus?— Comentó el noble sabiendo que Nueva Orleans, en aquellos momentos, era como un faro que podría atraer a todos los enemigos que Klaus pudiera tener por el mundo.

—Todos vimos el roble blanco destruido, además esta ciudad estaba llena de vampiros, y no les quedaba otro remedio que protegerme de mis enemigos. Si yo moría ellos también, no podía estar más seguro, y ahora que el vínculo se ha roto esos enemigos vendrán a por mi como nunca antes.— Sentenció el híbrido sabiendo que era cuestión de tiempo de que todos aquellos que le querían ver muerto irían para intentarlo, y ahora que no contaba con toda su estirpe de su parte, Klaus sabía que solo podía contar con aquellos que siempre había sido fieles a él: su familia.

—Solo han pasado unos días desde que se rompió el vínculo, ¿y ya te dejas castigar por la paranoia?— Comentó Freya sorprendida por la actitud paranoica que su hermano pequeño tenía, aunque también era lógico que tuviera aquella paranoia pues no eran, precisamente, pocas las personas que querían y deseaban verle muerto.

—Le viene de serie.— Comentó Astrid sarcásticamente, haciendo que Klaus la mirase de mala forma por su comentario, ya que mejor que nadie tanto Elijah como ella debían de comprender a qué se estaban exponiendo, y sin duda la llegada de sus enemigos podía ser el motivo por el que toda la familia Original cayera.

—Y con motivos.— Se defendió el híbrido sabiendo que debía de estar preparado para cualquier posible ataque, por qué era evidente que tendría lugar en cualquier momento.

—Si te consuela, hemos saqueado las pertenencias de Aya, hemos quemado el coto de caza de Aurora y hemos destruido hasta la última astilla de roble blanco.— Le intentó tranquilizar Elijah, creyendo que diciéndole que ya no quedaba rastro alguno de aquel árbol, podría calmar la preocupaba mente de su hermano pequeño, pero por muy reconfortantes que pudieran ser aquellas palabras, no creía que pudiera ser ten sencillo. El destino ya les había demostrado que no eran del todo inmortales, por lo que era más que evidente de que el problema seguía ahí, y estaba claro que en alguna parte de la ciudad o del mundo quedaban los restos del roble blanco, a la espera de que alguien le encontrará para usarlo en su contra.

—Estaría loco sí lo creyera.— Aseguró el híbrido creyendo que todavía quedaban rastros del roble blanco, y aunque a Astrid, a Elijah y a Leonidas les pudiera gustar la idea de que no quedaba rastro alguno de aquel condenado árbol, al igual que Klaus, también tenían la incertidumbre de saber si quedaba algún resquicio en alguna parte del planeta.

—Pues tal vez deberías de ir al psicólogo.— Sugirió Elijah con sarcasmo, haciendo que su hermano le mirase de mala manera para después marcharse.

—¿Hasta la última astilla? ¿Estais seguros?— Preguntó Freya sabiendo perfectamente a lo que podían estar exponiendose, ante su pregunta los dos vampiros Originales intercambiaron una mirada, donde una parte de ellos quería creer que era imposible que aún hubiera restos del roble blanco, pero otra desconfiaba que todos los restos hubieran desaparecido, la experiencia les había mostrado que la naturaleza con su mezquindad había buscado una forma para que siempre hubiera un equilibrio y una forma para que los Originales cayeran.

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—Era él, era Gaspar Cortez.— Sentenció Klaus con firmeza, sabiendo que sus ojos no le habían engañado y que había visto a uno de los tantos enemigos que tenía, confirmando de esa forma que su paranoia no estaba tan equivocada como Elijah y Astrid querían creer que estaba.

—Supongo que es alguien de tu caja de cartas.— Asumió Freya, la cual al igual que Astrid desconocía aquel nombre, lo que supuso por parte de la híbrida que aquel enemigo tuvo lugar después de que ella huyera junto a Katerina.

—El hijo menor de una familia de caudillos a la que me enfrente en el siglo diecisiete.— Resumió con algo de tranquilidad, sabiendo que ambas desconocían los motivos por los que Klaus tenía un enemigo, aunque teniendo en cuenta su "joven" edad, no comprendían el temor que podía provocar en Klaus, él seguía estando en ventaja, ya no solo por ser un Original sino por su condición de híbrido.

—¿No destruyeron esa pocilga llena de ignorantes?— Preguntó Elijah intentando hacer memoria del motivo por el que Klaus se había enfrentado a aquellos caudillos.

—¡¿Pocilga?!— Exclamó Klaus indignado por las palabras que había usado su hermano. —Belaga fue el retiro de mi artista favorito, alguien debía de pagar por ello así que mate al salvaje del padre de Gaspar.— Añadió con obviedad, haciéndoles ver a Astrid y a Freya que había más motivos o en este caso muertes, para que Gaspar tuviera tanto odio a Klaus.

—¿Y?— Inquirió Astrid sabiendo perfectamente que aquel hombre no fue el único que murió aquel día, ya que era evidente de que Klaus acabó con la vida de muchos otros.

—Y a uno o dos...— Empezó a decir intentando hacer memoria.

—Cinco.— Le recordó Elijah con exactitud, confirmando de esa forma la deducción de Astrid y de Freya.

—A cinco de sus sanguinarios hermanos.— Terminó de explicar Klaus haciendo que los tres vieran que aquellos comportamientos eran los que le habían traído tantos enemigos, los cuales ahora le preocupaban.

—No olvides a la ama.— Le recordó Elijah dando a entender que aquel día Klaus no se cobro una especie de venganza por lo que pasó en Belaga, sino que fue más bien una matanza que se cobro muchas vidas y un nuevo enemigo.

—Eso fue un accidente.— Se defendió el híbrido, aunque era poco común que por su parte pudiera haber accidentes.

—Pero Gaspar no suponía un problema.— Añadió Elijah sabiendo que en todos aquellos años nunca se habían preocupado por él, ya que era un enemigo que no llegaba a ser importante, no tenía nada que pudiera usar contra ellos. Hasta ahora.

—Hasta que se convirtió en vampiro y se empeño en cazarme.— Puntualizó Klaus, el cual mostrando en aquella frase cual de cansado estaba de estar, constantemente, huyendo. Ya no solo de sus enemigos, sino también, en aquella época, del peligro que suponía Mikael para todos ellos. —Es un pervertido que obligaba a montones de indefensos a ayudarle con sus tareas.— Añadió sabiendo que aquellas andadas no las había abandonado, y era evidente de que en aquellos momentos se valdría de ellas para atraerle a una trampa con el objetivo de acabar con su vida. —¿Veis? Esto es exactamente lo que me preocupaba.— Sentenció con frustración, mostrando que estaba en lo cierto, aunque tener la razón en aquel tema no le gustaba en absoluto.

—Mejor dicho lo que te emparanoiaba.— Puntualizó la híbrida, sabiendo que aunque tenía razones para estar preocupado, Klaus siempre había vivido constantemente en alerta preocupado por el simple hecho de que alguien le fuera a traicionar, y ciertamente había sido así, pero también había sucedido por qué él se había dejado llevar por aquella paranoia.

—Demonios de todas las clases saliendo de sus madrigueras para venir a atacarme.— Añadió confirmando de esa forma su paranoia, ya que era evidente que aunque tuviera muchos enemigos, seguramente estos tendrían cosas más interesantes por hacer que ir a lo que podría ser una muerte segura. —Hablando de eso.— Murmuró mientras se marchaba a velocidad vampirica agarrando a Davina del cuello. —Has sido muy ingenua viniendo sola.— Comentó sorprendido por el valor que había puesto la bruja al querer ir al complejo.

—No ha venido sola, hermano.— Intervino en ese momento Kol, lanzando a Klaus, consiguiendo de esa forma separarlo de la bruja. —Nik, has ido a por mi chica.— Le recordó mientras este le miraba sorprendido al ver con vida a su hermano.

—No puede ser.— Aseguró Klaus sin creerse que a quien estaba viendo frente a él fuera su hermano pequeño.

—Es Kol, cuando rompí el vínculo se creó una oleada de poder.— Aseguró Davina esperando que los Mikaelson, los cuales estaban sorprendidos por la aparición del vampiros, la creyeran.

—Tu robaste el nexus vorti.— Asumió Freya al comprender a dónde había ido a parar toda aquella magia mística.

—Y traje a Kol de entre los muertos.— Sentenció la morena con firmeza en sus palabras.

—Deberíais de estar agradecidos.— Añadió Kol justamente cuando Klaus abrazaba a su hermano pequeño, sorprendiendo a Davina con aquel acto, pero todo lo entendían, todos habían sufrido la muerte del vampiro en aquel cuerpo como brujo. —Hola, Elijah.— Sonrió mirando a su otro hermano mayor.

—No has envejecido.— Sonrió el noble haciéndole reír.

—¿Quien eres?— Preguntó el más bromista de los Mikaelson a Freya, ya que no asumía que aquella mujer se tratará de su hermana mayor perdida.

—Freya.— Sonrió la aludida sabiendo que todavía había miembros de la familia que no sabían de su existencia.

—Es verdad, la hermana mayor perdida. Hablando de nuestro árbol genealógico, ¿donde está Rebekah?— Quiso saber al ver que allí no estaba su hermana pequeña.

—Es una larga historia, y está reservada a la familia. Davina puede irse ya.— Intervino Klaus el cual se llevó una doble mirada mortal, la primera por parte de Kol y la segunda por parte de Astrid, puede que a veces Davina hubiera ido en su contra, pero no todos eran sus enemigos.

—¿Qué dices?— Inquirió Kol sorprendido por la forma en la que la estaba tratando Klaus a pesar de que gracias a ella había vuelto a la vida.

—Como de costumbre nos enfrentamos a multitud de amenazas, cuanto antes te familierices con ellas mejor. No permitiré que te distraiga.— Sentenció su hermano mayor, mostrando que una vez más se estaba dejando llevar por la paranoia.

—¿Davina?— Inquirió sorprendido por su insinuación. —Sí pudiera arrancarte la cabeza...— Murmuró con frustración.

—Kol.— Le llamo la joven bruja en señal de que no merecía la pena que iniciará una pelea con el híbrido. —Da igual, me voy.— Sentenció sabiendo lo poco que quería estar allí.

—Davina.— La llamo Kol decepcionado por el simple hecho de que ella hubiera tenido que vivir aquella situación.

—Ya me lo compensaras.— Le tranquilizó mientras le dedicaba una sonrisa.

—Lo haré, ponte un vestido elegante. Por qué esa noche salimos.— La prometió haciendo ver, principalmente,  a Elijah y a Astrid que Kol a su manera había encontrado a alguien con quien parecía que se había remidido, y eso solo confirmaba que todos tenían la esperanza de encontrar algo que les volviera a recordar que eran humanos.

—Vale.— Sonrió la bruja justamente antes de irse.

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—¿Dónde has estado metida?— Preguntó Astrid al ver aparecer a Taylor la cual llevaba días comportándose de forma extraña.

—Estaba haciendo unas cosas en el pantano, cuando leí tu mensaje asumí que era muy importante.— Respondió la morena con tranquilidad, haciendo que su hermana mayor la mirase confundida, ya que había algo en sus palabras que no la transmitía que la estuviera diciendo la verdad.

—Bueno, no todos los días aparece uno de los tantos enemigos que tiene Klaus por el mundo.— Comentó mientras ponía los ojos en blanco, sabiendo que la presencia de Gaspar suponía un problema, para todos.

—Ya, asumía que debía de tratarse de ello, ahora es un punto fácil ya que ninguna vida depende de la de él.— Alegó dando a entender que era evidente de que cualquiera quisiera ir y acabar con su vida, ya que no corrían el riesgo de morir, aunque cualquiera que lo intentará moriría ya fuera por intentarlo o por conseguirlo.

—Cierto, pero hay más. Kol ha vuelto.— Anunció sonriendo, ya que al igual que todos la rubia estaba feliz de que él hubiera vuelto de entre los muertos.

—¿Kol? Pero si por culpa de Finn murió.— La recordó Taylor sin comprender como es que podía ser posible que él hubiera vuelto de entre los muertos.

—Davina a hecho un hechizo usando la energía que Klaus perdió, y le ha conseguido traer de entre los muertos.— Resumió sabiendo que si se lo explicaba de otra forma más compleja, Taylor no lo entendería.

—¿Se lo has dicho a Leo? Se que ambos eran grandes amigos.— Recordó la morena sabiendo que el menor de los hermanos Novawood estaría encantado de ver de nuevo a su mejor amigo.

—Lleva desaparecido todo el día, supongo que estará con Yelena.— Asumió la rubia dando a entender que sabía de la relación "secreta" que su hermano mantenía con la primera vampira de su estirpe.

—¿Cómo sabes que...?— Empezó a preguntar su hermana pequeña sorprendida por el simple hecho de que se hubiera dado cuenta de ello.

—Oh, vamos, mi hermano puede ser muy bueno en algunas cosas, pero ¿mintiendome? Debe de mejorar muchísimo.— Aseguró sonriendo mientras se acercaban a donde estaban el resto.

—Mezclando las cenizas de estas cartas con tu sangre, veremos donde están tus enemigos.— Le explico Kol a Klaus mientras mezclaba los ingredientes, para después darle el cáliz a su hermana mayor, para a continuación sacar del interior de su chaqueta un hechizos. —Con tacto.— La pidió para después darla el hechizo, el cual Freya comenzó a recitar, haciendo que la poca sangre que habían puesto en mitad del mapa empezará a separarse y a moverse por todo el mapa, situándose varios puntos por todas partes del mundo.

—Mira tus grandes éxitos, Klaus, por todo el mundo. Pero aquí solo hay uno, así que la legión de enemigos que te preocupaba es un ejército de uno.— Le intentó tranquilizar Freya a Klaus.

—Seguro que este es Gaspar Cortez.— Aseguró el híbrido sabiendo que aquel punto correspondía al vampiro, no tenía dudas de ello.

★★★

No os niego que amo a Davina por tomar aquella decisión de resucitar a Kol, además de que todos le amamos.

Aún así, no os niego que su entrada fue maravillosa.

Pero antes de ello, quiero destacar que me es irónico que Klaus guardará cartas de las familias de sus víctimas, es como los asesinos, que tienen trofeos. ¿A veces me pregunto si el vampirismo crea psicópatas?

Aún así el hecho de que Davina fuera el cebo me pareció un poco Tristan para la entrada de Kol, pero bueno, ya sabéis que todos los Mikaelson necesitan una gran entrada, y el menor de ellos no iba a ser menos.

Lo curioso es que al traerlo de entre los muertos, volviera a ser un vampiro, pero es divertido ver las lagunas que hay.

Pero creo que lo mejor es el comentario de Elijah con respecto a que no había envejecido, ¿que esperaba?

La escena de Astrid y Taylor..., bueno creo que es una pista para saber lo que se está acercando. Pero hasta ahí puedo deciros.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️