—— OLD FRIEND ——

Mystic Falls, 1864.

—¿Habías estado aquí antes?— Preguntó Lexi al ver la expresión de su amiga al caminar por las calles del pequeño pueblo.

—Hace muchos años. Ha cambiado mucho.— Admitió la Original sintiéndose algo incómoda, ya que era la primera vez en ochocientos años que regresaba al único lugar en el que había sido humana, aquel lugar que para ella fue su hogar donde habían muerto todas las personas que quería así como sus sueños y esperanzas.

—Bueno, según lo que escuche este lugar es seguro para los vampiros.— Explicó la menor de las vampiras cambiado de tema al ver que, de alguna forma, su mentora se sentía algo incómoda con respecto a lo que estaba pasando.

—Esperemos que así sea, necesito tomarme un descanso de huir.— Admitió Astrid mientras ponía los ojos en blanco sabiendo que nadie de la familia Original regresaría a aquel lugar, de alguna forma ese era el lugar más seguro para esconderse y eso la aliviaba, sobretodo porque tras trescientos años huyendo sentía que merecía un descanso de todos los problemas.

—Los anillos de día nos permiten pasar desapercibidas, pero aún así te empeñas en huir siempre.— Alegó Lexi sin entender por qué aquel lugar podía ser perfecto para que ambas pudieran pasar desapercibidas, cuando de hecho ya lo hacían.

—Ya te he dicho que es por culpa de quien huyó.— Se limitó a decir Astrid omitiendo toda la información posible, cuanto menos pudiera llegar a saberse sería mejor, principalmente porque no quería que nadie supiera que ella era una Original, eso sería atraer más enemigos.

—Nunca has hablado de él.— Comentó Lexi deduciendo de que quien huía su amiga era un hombre, alguien que la tenía que haber hecho mucho daño, la pregunta que se formulaba en su cabeza era ¿que clase de daño la había hecho para que ella estuviera en una constante huida?

—Prefiero no hacerlo, no merece ni una de mis palabras.— Sentenció mientras ambas observaban como un vampiro se alimentaba de uno de los soldados muertos.

—Nos va a descubrir.— Alegó Lexi al observar que no le preocupaba, en absoluto, el hecho de que pudieran descubrir quien era.

—Sigamos actuando como siempre, no parece que lleve tiempo siéndolo.— Comentó la Original mientras ambas se separaban del hombre y comenzaban a caminar fingiendo que aquel vampiro no las seguía.

—¿Qué clase de idiota eres?— Preguntó Lexi justamente cuando evitaba que el hombre se abalanzara sobre ella, para a continuación ser ella la que tomara el control de la situación.

—¿Quiénes sois?— Preguntó Stefan mientras se ponía de pies.

—Mi nombre es Alexia Branson, y ella es Astrid Novawood.— Se presentó la de vestido azul, mientras le sonreía.

—Soy Stefan Salvatore, vosotras sois como yo.— Asumió sorprendido de que pudiera haber más vampiros, pero Stefan era desconocedor de todo lo que había ahí afuera.

—¿Creías que eras el único vampiro cielo?— Preguntó en esta ocasión Astrid la cual sonrió sorprendida, ya que aquel chico parecía demasiado nuevo en aquel mundo.

—Permitirme ayudaros, este no es un lugar seguro para los vampiros.— Les advirtió haciendo que las dos vampiras intercambiarán una mirada al darse cuenta de que tal vez podían haber cometido un error al ir allí.

—Habíamos escuchado que sí.— Alegó Lexi viendo que tal vez podrían estar en peligro.

—Los fundadores se encargaron de darles caza. Mi hermano y yo fuimos convertidos ese mismo día, por una vampira, Katherine.— Se limitó a decir, haciendo que Astrid se diera cuenta de que aquella vampira podría ser su vieja amiga Katerina, y eso podía suponer que o bien había encontrado la muerte o que había sido más lista y había conseguido huir, y seguramente era esa segunda opción, sobretodo por que la enseño a ir un paso por delante que cualquier posible enemigo. —Por favor, acompañarme.— Las pidió haciendo que ambas vampiras le siguieran hasta su casa.

—Habríamos rechazado tu invitación pero has intentando morderme, y con el amanecer al caer cualquier sitio es bueno.— Admitió la menor de las vampiras mientras ambas observaba el lugar, el cual estaba lleno de cuerpos de mujeres.

—O no tanto.— Murmuró Astrid dándose cuenta de que aquel vampiro no tenía un control sobre la sed de sangre, y eso la hizo recordar a cuando ella y su familia fueron convertidos, cada uno aprendió a su manera pero con vampiros así... a veces no solo se necesitaba la ayuda de uno mismo.

—Iba a deshacerme de los cuerpos.— Explicó Stefan algo incomodo por el simple hecho de que ambas vieran aquello.

—Eres un destripador.— Murmuró Lexi al comprender lo que a Stefan le estaba pasando, estaba obsesionado con la sangre, a tal punto que le era igual ser o no atrapado.

—¿Cómo?— Preguntó el aludido confundido al no comprender porque se había referido a él de aquella manera.

—Ser vampiro tiene su parte buena y su parte mala, tu eres la mala.— Explicó en este momento Astrid con tranquilidad mientras observaba con atención todos los cuerpos que había allí. —Bueno, tendremos que cambiar eso.— Sentenció mientras le miraba y le dedicaba una sonrisa, haciéndole ver a Stefan que le iban a ayudar a adaptarse, pero también a Lexi, en señal de que habían encontrado un lugar en el que quedarse o por lo menos un lugar de forma provisional.

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—Todos estos hombres están muertos o agonizando.— Explicó Lexi mientras ella, Astrid y Stefan caminaban entre los heridos con tranquilidad, como sino tuvieran miedo a ser descubiertos. —¿Qué te hace sentir?— Preguntó mirándo a Stefan el cual se encontraba entre ambas, mirando a todas aquellas personas con indiferencia, para él eran bolsas de sangre.

—Nada, no siento nada.— Alegó sin comprender cuál era el objetivo de las dos vampiras, ¿por qué querían ayudarle?

—Por qué has cerrado la parte de ti que es humana, la parte que te permite sentir.— Explicó Astrid sabiendo que ella muchas veces había sentido la tentación de tomar la misma decisión, pero nunca había sido capaz de tomarla por qué eso sería tomar la salida sencilla, ser una cobarde, y aunque podía ser muchas cosas nunca sería una cobarde.

—¿No es esa la idea?— Alegó Stefan confundido creyendo que el fin de un vampiro era alimentarse y no sentir nada, ya no solo hacia las víctimas sino también hacia todo lo que le rodeaba.

—Hay otra opción, solo tienes que proponértelo.— Afirmó Lexi sabiendo que podrían ser capaces de traer la humanidad de Stefan, ya lo habían hecho con más vampiros, por lo que era cuestión de tiempo que aquel vampiro se convirtiera en uno de los tantos a los que habían estado ayudando.

—¿Es mejor?— Preguntó Stefan queriendo saber a todo lo que se iba exponer si decidía encender aquel interruptor.

—Al principio no, no puedes elegir lo que sientes. Tienes que sentirlo todo. El dolor, su mirada cuando les quitas la vida, el llanto de sus seres queridos.— Empezó a decir Astrid recordando a todas las víctimas que ella y el resto de la familia Original habían arrebatado, podían ser monstruos y asesinos, pero también eran supervivientes. Ninguno de ellos quería ser aquello, pero al final lo eran y debían de aceptarlo.

—¿Por qué iba a querer eso?— Preguntó Stefan sabiendo que el dolor de aquellos a los que mataba o hacia daño de forma indirecta era un sentimiento que no quería sentir.

—Por qué si puedes sufrir, puedes amar. El amor, Stefan, es lo que importa.— Aseguró Lexi sabiendo que todo aquello también venía por aquella vampira, Katherine, que les había hecho daño.

—Todo se intensifica cuando eres vampiro, cuando sufrimos, sufrimos mucho. Pero cuando amamos lo llegamos a hacer de una forma superior a la de los humanos.— Intervino en ese momento Astrid mientras mantenía la mirada en todas aquellas personas que estaban tan cerca de encontrarse con los fríos brazos de la muerte.

—¿Cómo podéis saber tanto?— Preguntó el vampiro sorprendido por el simple hecho de que ambas parecían estar hablando desde la propia experiencia.

—Aunque seamos vampiros seguimos siendo capaces de amar, odiar y sufrir, todo se intensifica, cuando sufrimos lo hacemos más que nadie, cuando odiamos lo hacemos de una forma enfermiza y cuando amamos puede llegar a ser, también, enfermizo. Pero esos sentimientos son los que nos atan a lo que fuimos, humanos.— Afirmó la Original sabiendo que aunque el mayor error de la especie vampírica era hacer caso a las emociones, estas eran lo que les hacía recordar que tiempo atrás fueron seres humanos que creían que podían tener el mundo a sus pies.

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Nueva Orleans, actualidad:

—Stefan.— Sonrió Astrid al ver allí a su viejo amigo, mientras se acercaba a él y le abrazaba.

—Hola, As. Me alegro de verte.— Sonrió de vuelta el vampiro feliz de ver, una vez más, a su mejor amiga, a la única que siempre le había ayudado, puesto que Lexi estaba en un lugar mejor.

—¿Os conocéis?— Preguntó en ese momento Freya sorprendida de la reacción de la híbrida.

—Astrid me ayudaba cuando solía apagar mi humanidad.— Resumió Stefan mientras la aludida ponía los ojos en blanco recordando que aquel detalle sucedió muchas más veces de las que creía recordar.

—Así que un viejo amigo.— Asumió Freya dándose cuenta de que aquel vampiro que parecía ser un amigo de Klaus y de Astrid en tiempos diferentes, podía convertirse en un posible enemigo.

—Supongo de como lo intérpretes.— Admitió el menor de los Salvatore sonriendo.

—¿Qué haces aquí?— Intervino en este momento Astrid al no comprender que hacia allí.

—Una cazadora de vampiros me ha apuñalado con su daga y ahora me persigue para matarme.— Explicó el vampiro confundiendo a Astrid al no entender por qué no se deshacía de ella.

—¿Y por qué no la matas?— Preguntó con obviedad creyendo que aquella deducción era la más lógica, pero parecía ser que la única que no había llegado a emplear.

—Se regenera, Klaus ya lo ha intentado.— Intervino en ese momento Freya con obviedad.

—La herida la atrae como un faro.— Añadió Stefan mientras mostraba la herida que tenía en el pecho, la cual no había cicatrizado.

—Yo me ocupo de romper esa mística unión.— Sentenció la mayor de los Mikaelson mientras Astrid se marchaba.

—Stefan Salvatore no es el problema, si tanto te preocupa que caigamos por un amigo tal vez deberías de preocuparte por otro, como Marcel. Robo el corazón de Jackson y se lo entregó a la gente que insiste en matarnos.— Le dijo Klaus a Elijah mientras caminaban por los pasillos del complejo.

—Marcel es el menor de nuestros problemas, aún pedirían el corazón de Taylor sino hubiera sido por Marcel.— Le recordó Elijah sabiendo que aquel acto por parte del vampiro les había permitido evitar que la morena hubiera podido terminar muerta.

—Ahora Aya y los suyos son capaces de romper el vínculo tendremos muchos enemigos, todos ellos vendrán a por nosotros.— Insistió Klaus, sabiendo que cuando el vínculo desapareciera no habría ningún vampiro que estuviera dispuesto a luchar por ellos

—No sin el roble blanco.— Intervino en ese momento Astrid, sabiendo que sin él no existía forma alguna de que pudieran matarlos.

—Aurora tiene lo que queda de él.— Les recordó Klaus sabiendo que una vez ella fuera del mapa la lista de enemigos habría descendido considerablemente.

—Será la primera en morir.— Sentenció el noble con firmeza.

—Una vez me dijiste que querías usar su cabeza de reposa pies, ¿por qué esperar?— Comentó el híbrido sonriendo ante el simple hecho de que iban a poder vengarse de todo lo que los hermanos De Martel habían hecho.

—Es Taylor, los media luna han encontrado a Aurora.— Les informó Astrid después de leer el mensaje que su hermana la había enviado.

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—No te quedes atrás.— La pidió Leonidas a su hermana al ver que está se había detenido con algo de desconfianza.

—No comprendo porque hemos venido los cuatro.— Comentó la rubia confundida.

—Ya tendrás tiempo de pasar un rato con tu amigo el Destripador.— Alegó su hermano pequeño creyendo que se debía a ello, pero en realidad su hermana lo decía por otro motivo.

—No lo digo por eso, si quieren romper los linajes ahora mismo sería un momento perfecto para atraparnos, a los cuatro, puesto que Rebekah esta en algún lugar del mundo con una daga en el corazón.— Alegó su hermana justamente cuando los dos se daban cuenta de que no estaban solos.

—Hola, caballeros.— Dijo Aya a Klaus y a Elijah, confirmando así la suposicion de la morena.

—Pensaba arrancar una cabeza esta noche, pero la tuya me servirá.— Dijo Klaus mirando a la vampira.

—Empiezo a cansarme de que esa vil arma me apunte.— Se quejó Astrid al ver como Aya la apuntaba con el arma que poseía en su interior las balas de roble blanco.

—El creador destruido por su creación, supongo que hay algo de cierta poesía en eso, ¿no creéis?— Comentó Elijah al ver que esta vez era él a quien Aya apuntaba.

—Sí disparas, mueres.— La recordó Leonidas sabiendo que si disparaba a Elijah y le mataba ella moriría, y si lo intentaba y fallaba también moriría por lo que las posibilidades de supervivencia se habían convertido en nulas.

—Cierto, por ahora.— Aseguró Aya justamente cuando dos de las brujas del aquelarre de los Strix aparecían y empezaban a recitar un conjuro, haciendo que los cuatro empezaran a quejarse de un insufrible dolor de cabeza que terminó por hacerles perder el conocimiento. Quedando de esa forma completamente vulnerables, ya no solo para matarlos sino también para llevar acabo el hechizo de desvinculación.

★★★

Bueno, decir que tenía ganas de este capítulo es decir poco.

Principalmente por el Flashback.

Creo que era algo que todos necesitaba ver, principalmente porque nunca llegué a mostrar como Astrid y Stefan se conocieron y eso es algo que solo podía pasar en Forever and Always.

Aún así, creo que es de esas escenas que muestran la contraposición de todo lo que esta pasando, y es algo que no puedo describir con palabras.

Además, me encantó hacer la escena de Freya desconfiando de Stefan, pero todos sabemos que él no iba a ser, o por lo menos eso es lo que yo siempre pensé. Aún así, es maravilloso ver como Astrid le defiende, siempre lo hará.

Por otro lado, hay que admitir que fueron tontos, ¿como se les ocurre ir todos ellos a buscar a Aurora sabiendo que podía ser una trampa, pero bueno, a eso les llevo.

La actuación de Aya me encantó, a fin de cuentas tenía un profundo y oculto odio a Elijah que se veía a kilómetros de distancia.

Sabéis, solo de pensar que estamos en la parte 25 de 103 (o tal vez mas), me hace darme cuenta de todo lo que queda por delante.

¿Qué os ha parecido?

Os leo ♥️