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prólogo

Con un suspiro frustrado, el omega se dejó caer en la silla giratoria. Se levantaba muy temprano y acababa sus labores muy rápido, ya no sabía qué más hacer.

— Sabes, podríamos contar contigo para resolver algunos de los casos — propuso un alfa, y Yeonjun rodó los ojos con exasperación. 

 — ¿En serio? ¿Es demasiado complicado para ustedes? — respondió con sarcasmo. 

 No es que Yeonjun estuviera siempre a la defensiva, pero en su trabajo siempre se encontraba con ese tipo de actitudes por parte de sus compañeros.El alfa frunció el ceño, desaprobando el comportamiento del omega. 

 — Parece que a veces olvidas quiénes son los alfas aquí. 

 Yeonjun esbozó una leve sonrisa y retiró los pies del escritorio para sentarse con las piernas abiertas, sosteniendo la silla con las manos. Notó cómo el alfa lo escudriñaba de arriba abajo con la mirada. 

 — A veces parece que olvidas que estamos en el siglo XXI — comentó, quitándose la paleta de la boca de un solo movimiento, el suave "pop" resonando en toda la oficina. — Si hablamos de jerarquía laboral, destaco más que tú en mi trabajo, querido alfa — dijo, sonriendo. 

 Yeonjun no buscaba problemas, eran los problemas los que siempre parecían encontrarlo a él, y esos problemas tenían nombre: alfas.

— ¿Gracias a quién destacas  ¿A un alfa, verdad? Te ha dado privilegios por un puto acostón.  — el alfa escupió las palabras que había querido lanzar durante años. Yeonjun ni siquiera se molestó por el comentario. 

— Tú no podrías lograr lo que he logrado con mi entrenamiento, ni siquiera con un simple encuentro casual. 

 Antes de que otros alfas se lanzaran a atacar a Yeonjun, el jefe Kang entró en la escena, capturando la atención de todos los presentes. Mientras los alfas volteaban para ver al jefe, Yeonjun se tomó unos segundos adicionales para analizar al alfa que lo había desafiado, no solo para observar su reacción ante la presencia del jefe, sino también para demostrar que le importaba poco la presencia de su superior, incluso siendo él mismo un alfa. 

 — Pueden volver al trabajo, no necesito tanta atención — dijo el jefe, ignorando por completo la situación habitual. — Por otro lado, tú y... ¿dónde está Beomgyu? — preguntó, interrumpiéndose. 

En ese momento, un omega pelirrojo apareció caminando rápidamente hacia el alfa y su compañero omega. 

— Aquí estoy, aquí estoy — dijo el omega, con la respiración agitada. — Estaba... — tomó aire — Fui a buscar algo. 

Beomgyu y Yeonjun eran los únicos omegas en la asociación desde hace más de seis años, entrenando durante más de 12 años para desarrollar su fuerza y habilidades de combate. Además, cada uno estudió informática, ingeniería mecánica y más. Eran los únicos omegas y los únicos con resultados perfectos en la agencia, que, por cierto, era independiente del gobierno, ya que se encargaban de casos corruptos o casos que iban en contra de las ideas políticas del gobierno actual. 

— Está bien, no importa — dijo el alfa. — Necesito a ambos, es importante.El alfa sonaba urgente. 

— ¿Un nuevo caso? — preguntó el omega de cabello negro. 

— No es nuevo, pero sí preocupante — contó el alfa, y los omegas se mostraron atentos. — Vengan.El alfa comenzó a caminar hacia su estudio, siendo seguido por los omegas. Una vez dentro, los omegas pudieron ver un desorden de documentos, papeles, fotos y archivos. 

— Sí, es preocupante — comentó el omega pelirrojo observando el desorden.El alfa ignoró el comentario y se sentó detrás de un escritorio antes de empezar a hablar. 

— Hemos estado siguiendo un caso durante meses. Fue difícil dar con un sospechoso — dijo el alfa. — Han estado desapareciendo omegas, y en gran cantidad. En solo dos meses hemos oído hablar de 40 desaparecidos, y estamos hablando de una sola ciudad. 

— Hemos escuchado sobre eso — comentó el omega de cabello negro. 

— Sé que dije que esto sería peligroso para ustedes, pero ahora los necesito — se disculpó sinceramente el alfa.El omega de cabello negro bufó. 

— Sí, no se me ha olvidado, ¿sabes? Somos perfectamente capaces de esto. 

— Lo sé, lo sé y lo siento — se disculpó el alfa. — No quería perder a mis mejores hombres, ¿de acuerdo? — dijo, y Yeonjun giró los ojos con una sonrisa.

— Eres un idiota — dijo Yeonjun, comprendiendo la intención del alfa.

Kang Taehyun era el único alfa que respetaba a los dos omegas en esa agencia, había formado una amistad desde antes de que Kang herede el trabajo y la empresa de su padre.

— Volviendo al tema — intervino Beomgyu.

— De acuerdo. Necesito que ambos sean informantes ahora, necesitamos que se infiltren en la mansión de los Jeon.

— ¿El sospechoso es el presidente? — preguntó el omega pelirrojo.

— Más específicamente, su hijo, pero no tengo dudas de que está involucrado. Asumió el poder hace unos años y con sus nuevas leyes que privan a los omegas de sus derechos, no es de sorprender que salieran a manifestarse y de repente desaparecieran. No tengo dudas de que es él — afirmó el alfa con seguridad.

— Tengo entendido que el hijo del presidente jamás se ha dejado ver en público. — dijo el pelirrojo.

— La información déjamelo a mi, el resto a ustedes. Tienen una semana para idear algo.

— ¿Tanto? — dijo el omega pelinegro con gracia y burla.

— No espero nada menos de ustedes.

Era una tarea extremadamente difícil, la residencia del presidente no era precisamente fácil de infiltrar.

— No estoy seguro de aceptar este trabajo — susurró Beomgyu a su compañero.

— Vamos, no hay nada que temer.

Yeonjun era muy seguro de sí mismo, siempre había confiado en su destreza y habilidades. Tenía plena confianza en sus reflejos e inteligencia a la hora de diseñar todo tipo de dispositivos. No era el único en ese lugar, pero sí era el más ágil.

— Ustedes no son aptos para este trabajo, deberían dejar el camino a los alfas competentes — dijo un alfa, no era el mismo que antes, pero daba igual, todos los atacaban y, si no los atacaban, trataban de comerlos con la mirada. 

 Yeonjun se giró hacia el alfa con una mirada desafiante.

— ¿Alfas competentes? ¿Los mismos que han tenido resultados mediocres? — se burló con una sonrisa en los labios.

— Maldita zorra, cierra la boca — el alfa intentó acercarse para intimidar al más bajo, pero este solo lo imitó, acercándose también y quedando cara a cara.

— Si crees que vas a intimidar a alguien superior a ti, estás loco — degradó el omega.

Beomgyu se interpuso entre ellos para separarlos, siendo él el más tranquilo de los dos omegas. Aunque fuera tranquilo, no dejaba de ser intimidante.

 — Ya es suficiente, tenemos trabajo que hacer — dijo hacia el otro omega, quien solo lo observó. 

El reloj marcaba la medianoche y los omegas repasaban su plan una y otra vez.

— En serio, no estoy seguro de esto. No tenemos suficiente información sobre el hijo del presidente, aparte de su apellido y sus horarios — se quejó Beomgyu. — Quiero decir, eso ayuda, pero no sabemos quién demonios es él o si realmente desempeña un papel tan importante en todo esto.

— Creo que tenemos suficiente — dijo el omega de cabello negro.

En ese momento, un alfa irrumpió en la oficina.

— ¿Cómo van las cosas? — preguntó Kang, mostrando confianza en sus agentes. Ambos omegas se voltearon hacia el alfa.

— Tae, ¿qué haces tan temprano por aquí? — preguntó el omega de cabello negro.

— Solo quería ver cómo iban las cosas — confesó el alfa. — ¿Y bien? Supongo que la información que les estoy proporcionando es útil.

— Por supuesto — dijo el omega más joven. — Es increíble, ¿cómo lograste recopilar todo esto? — preguntó mientras observaba los documentos sobre el escritorio. Kang sonrió de lado y se acercó a los omegas.

— Fuentes internas, informantes, vigilancia encubierta, hackeo de bases de datos y un jefe muy observador — dijo con orgullo.

— Sin embargo, creo que será complicado si no nos das más información sobre el joven — interrumpió el omega mayor. En realidad, creía tener un buen plan, pero le encantaba molestar a su jefe.

— Estamos trabajando en eso, solo encárgate de idear algo, lo demás no importa en este momento. Los dejaré trabajar, cuento con ustedes.

— ¿Con quién más sino? — soltó Yeonjun, sonando bromista y exigente al mismo tiempo. Kang se volvió hacia el omega antes de abrir la puerta.

— Te despediría, pero eres tan bueno manejando computadoras que me da miedo.

— Tranquilo, jefe, tu esposa no sabrá la cantidad de porno gay que guardas en ese computador — soltó el omega sin mirar a los ojos a su jefe, sino los documentos sobre la mesa. Kang soltó una risa superficial y abandonó la oficina.

— ¿Eso es verdad? — preguntó el omega más joven intrigado.

— Más o menos — rió el omega mayor.

Los dos omegas se quedaron en la oficina hasta el amanecer, estudiando todas las bases de datos, configurando dispositivos y códigos, y analizando los diagramas de seguridad de la mansión, toda la información que el alfa había dejado sobre el escritorio.

— Maldición, si tenía toda esta información, debería haberse encargado él mismo — bufó el omega más joven.

— Vaya, qué raro, el jefe dejándonos el trabajo sucio — dijo el mayor con sarcasmo. — Bueno, creo que lo tenemos. Si algo sale mal, la culpa es de Kang.

Yeonjun terminó su taza de café y se levantó en busca de más.

— No creo que el resto del equipo crea eso.

El omega mayor bufó mientras se acercaba a su compañero.

— Tranquilo, tenemos todo bajo control — dijo el omega de cabello negro.

En ese momento, las puertas se abrieron nuevamente. El omega pelirrojo dio un salto asustado y el otro omega casi derramó el café.

— Aún no lo tenemos todo — interrumpió el alfa una vez más.

— ¿Por qué demonios entras así? Eres un animal — se quejó el omega de cabello negro.

— ¿Y por qué no? Ya tenemos todo planeado — respondió Beomgyu, intrigado por lo que Kang tenía que decir.

— Acabamos de revelar la identidad del objetivo — dijo el alfa con una sonrisa. Ambos omegas se miraron el uno al otro antes de volver la mirada hacia Kang.

— ¿Qué? ¿De quién se trata?— Kang asintió y sacó varias fotos de un sobre amarillo.

— Pero, ¿cómo? — preguntó Yeonjun mientras Beomgyu tomaba las fotos.

— Hemos estado siguiéndolo durante semanas sin estar seguros de que fuera él, pero acaban de confirmar su identidad gracias a las indiscreciones de su padre — explicó el alfa.

Los omegas examinaron algunas de las fotos. Kang esperó unos segundos que se hicieron eternos ante el silencio total de los omegas mientras observaban las imágenes. Y, oh... El presidente era un hombre muy anciano. Se creía que su hijo sería un hombre de al menos 40 años, pero resultó ser un joven, y uno realmente apuesto. Era realmente encantador. Sus ojos, de un tono oscuro y misterioso, ejercían una atracción magnética. La simetría perfecta de su rostro era simplemente impecable, y sus labios, oh, sus labios eran una tentación irresistible. El inferior, grueso y tentador, y el superior con una forma divina en un perfecto corazón.

Pero eso no importaba ahora, ¿verdad?

— ¿Por qué esas caras? ¿Lo conocen? — preguntó Kang intrigado.

— Ojalá. — soltó Yeonjun inconscientemente, y Kang arqueó una ceja antes de arrebatarles las imágenes a ambos.

— Más les vale tomar esto en serio — reprendió Kang.

— ¡Lo hacemos! — se defendió Beomgyu. — Bueno, al menos yo lo hago.Kang observó a Yeonjun, quien rodó los ojos.

— Solo estaba bromeando, Taehyunnie, no te pongas celoso — dijo con una sonrisa mientras se recostaba sobre su brazo y le guiñaba un ojo a Kang.El alfa suspiró exhausto.

— Vayan a descansar por ahora, lo necesitan — dijo negando con la cabeza. — Y tú, Yeonjun, ve a darte un baño frío.

•bd•

Al día siguiente, los agentes omega llegaron temprano a la oficina.

— Escuchen todos, hoy Beomgyu y Yeonjun buscarán información lo suficientemente confidencial para incriminar a Jeon. Nosotros estaremos pendientes de ellos, sin quejas — anunció Kang.

— Si son tan competentes, ¿por qué tenemos que cuidarlos? — atacó un alfa.

— Porque es lo mínimo que pueden hacer, observarlos desde la banca — respondió Kang un poco a la defensiva, provocando la ira del agente.

— Estamos hartos de que nos menosprecie junto a estos omegas que probablemente solo tengan su apoyo por acostarse con ellos.Kang observó seriamente al agente mientras el resto murmuraba. 

— Punto uno, ojalá la recompensa que tengo que darles a estos dos por sus últimos trabajos perfectos sea cogérmelos. — soltó sin vergüenza — Y dos, si no te gusta, puedes irte y despedirte de tu familia, porque aceptaste trabajar aquí bajo mis términos y, lamentablemente, solo puedo matarte, no despedirte.

El agente no dijo nada y el ambiente se volvió tenso.

— Podemos negociar el primer punto — bromeó Yeonjun con una sonrisa, aliviando la tensión y haciendo que el jefe sonriera.

— Mejor cállate — le dijo el alfa.

— Okeey — respondió el omega con una sonrisa en los labios.

— Eso es todo lo que tenía que decir, a trabajar.

Todos siguieron sus tareas, cada uno ocupado en sus responsabilidades, excepto los dos omegas.

— Díganme qué tienen — pidió el alfa acercándose al escritorio donde estaban los documentos previamente organizados.

— Dada fuera de lo común. Hemos analizado los horarios de los empleados y hemos identificado el momento perfecto para desactivar las cámaras de vigilancia y cualquier sensor que pueda detectarnos durante el cambio de turno de los guardaespaldas. Además, hemos obtenido un plano detallado de la estructura de la mansión, lo cual nos facilitará el acceso. El único factor de riesgo podría ser un posible movimiento de Jeon, pero no hay motivo de preocupación, ya que en ese momento estará asistiendo a la cena organizada por su padre.

El jefe Kang alzó las cejas convencido por los datos intercalados en la pantalla.

— Increíble, estaré a unas calles de ustedes por si lo necesitan — dijo el alfa.

— Muchas gracias — respondió el omega menor, mientras el otro omega bufaba.

— No lo necesitaremos, pero gracias — dijo el omega arrogante, y Taehyun sonrió mientras abandonaba el lugar.

— Tengo la sensación de que todo saldrá bien — comentó el omega pelirrojo.

— Mmm... — murmuró Yeonjun mientras tomaba una foto del objetivo. — Uff, si no fuera un criminal, definitivamente lo llevaría a mi cama — confesó, dejando la foto en su lugar con un suspiro.Cuando levantó la mirada hacia su compañero, este no parecía contento con el comentario.— ¿Qué? — soltó el omega de cabello negro, encogiéndose de hombros.

— Tómatelo en serio, idiota. Es un hombre peligroso — dijo el omega, tratando de hacer reaccionar a su amigo.

— Ya lo sé, no exageres.

— No estoy exagerando, pareces una perra en celo por Jeon.

— Tal vez sea porque lo sea un poco — susurró Yeonjun, pero su amigo lo escuchó y lo miró aún peor. Antes de que pudiera regañarlo, Yeonjun lo interrumpió — ¡No me refiero a eso! Me refiero a que estoy a punto de entrar en mi ciclo, eso es todo.

— ¡Eso es peor! — exclamó el otro omega.

— Deja de ser tan exagerado, ya tomé pastillas, cálmate — dijo con calma mientras daba otra lamida a su paleta.

— Ay, Dios, me va a subir la presión.

Yeonjun rodó los ojos ante la reacción de su amigo. Había estado trabajando la mayor parte de sus días durante su celo durante años, así que no era nada nuevo para él. Pero Beomgyu era un agente muy perfeccionista y siempre pensaba en la posibilidad de cometer un error, lo que lo convertía en un buen agente. Por otro lado, Yeonjun era el que constantemente tomaba riesgos, aunque sus instintos nunca le fallaban. Formaban un gran equipo.

— Hoy hay una cena importante con toda la junta presidencial, sería prudente entrar hoy. — dijo el omega pelinegro observando las fechas.

— No lo sé, el día que el jefe asignó me parece bien. ¿Tú que opinas? — preguntó el pelirrojo hacia el alfa.

— Creo que es momento de que hagan lo que mejor saben hacer

Yeonjun sonrió ocultando su emoción y Beomgyu sonrió ocultando su preocupación. 

¿Qué harían si Yeonjun entra en celo en plena misión? 

oaaa preparense

RECUERDEN Q HAY TRIO, si no les guste semevandeaca

avisen erroressss. Cap concluido el sábado 23 de diciembre del 2023 a las 01:44

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