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Única parte


Más de 6k palabras

El verano ya había acabado, el ambiente frío había vuelto a teñir las mañanas, con eso regresaron los días de clase.

Beomgyu estaba entusiasmado, se había estado preparando por dos meses aproximadamente.

Luego de ducharse buscó entre su ropa algo lindo para ponerse, debía verse bonito ese día.

Sonrió al ver aquél suéter blanco entre su guardarropa y lo tomó entre sus dedos, sintiendo con sus pulgares la suavidad de la tela.

Era el suéter que Soobin le había prestado el invierno pasado, aún lo conservaba.

Luego su amigo peliazul se fue de vacaciones a la casa de sus abuelos, por lo que no lo había visto todo el verano.

Pensó que sería especial si Soobin lo ve con esa prenda puesta, así que se la colocó. Siquiera era de alguna tela cara, o de una marca extravagante pero era de Soobin.

Soobin...

Beomgyu ya había perdido la cuenta de cuanto tiempo evstuvo enamorado de él. Solo supo que un día ya no lo pudo ver sin imaginar una vida a su lado.

Hoy le diría todo lo que siente, todo.

Tomó sus mejores pantalones y zapatos.

|Llamada entrante|
Tae^^

Beomgyu bufó ya que tenía muchas cosas en sus manos y no sabía donde dejarlas para atender su celular, entonces contestó mientras guardaba unas cosas en su mochila.

— ¿Cómo estás? — escuchó del otro lado de la línea.

— Bien, feliz y ansioso — respondió el castaño con calma.

— ¿Te voy a buscar? — preguntó su amigo 

— No, no. Iré solo — dijo mientras salía de su habitación — Hasta luego — y cortó.

Caminó hacia la sala, donde se encontraba la puerta principal. 

Bufó cuando vio a su padre en el sillón, durmiendo, con las cervezas y cigarros en el suelo. Puede que no tengan un gran patio, pero no era mucho trabajo fumar o beber afuera.

Sin más abandonó su casa. La mejor parte del día para él.

Solo miraba el piso al caminar, sujetando los tirantes de su mochila mientras murmuraba canciones que siquiera existían.

— Soobin...me gustas...desde que teníamos doce y-... ahg no — susurraba sin levantar la mirada. Se sentía tan estúpido al murmurar cosas como esas, pero no era consciente al momento de hacerlo.

Estuvo todo el camino tratando de pensar qué le diría, cómo lo haría y dónde. Deseó que el camino fuera más largo ya que su mente comenzó a hacer escenas negativas en su cabeza pero cuando levantó la mirada ya se encontraba dentro de la escuela.

— Tú puedes, Gyu, has pasado por cosas peores, es solo una confesión. — se dio ánimos a sí mismo mientras buscaba a su amigo con la mirada.

Entonces lo vio a lo lejos, y se le olvidó todo lo que diría. Soobin estaba sentado en una banca a lo lejos, riendo por razones que Beomgyu no prestó atención, su corazón estaba demasiado distraído latiendo rápidamente ante esa deslumbrante sonrisa que le causaba mil revuelos en el estómago. De algún modo sacó el valor y corrió hacia el peliazul.

El suéter blanco era holgado y se movía entre sus pequeños saltos hasta el banco.

— ¡Bin! — dijo con una sonrisa y Soobin sonrió con la misma alegría abrazando a su amigo.

— Oh, te extrañé — soltó el peliazul con una sonrisa y Beomgyu sintió una punzada en su corazón al oír aquellas palabras.

Dios.. ¡lo extrañó, lo extrañó!

Cuando se separaron, Beomgyu pudo notar a otro chico, estaba sentado frente a Soobin. ¿Cómo no lo había visto?

Este tenía una dulce sonrisa en esos labios anchos y color cereza, con una forma peculiar. Cabello rosa con rizos y ojos celestes. Incluso Beomgyu quedó anonadado por la presencia del otro. ¿Quién era este chico tan bonito?

— Gyu...él es Yeonjun. — dijo Soobin como si escuchara los pensamientos de su amigo — Está conmigo en el club de teatro — dijo con una sonrisa.

El pelirrosa sonrió igualmente y tomó la mano extendida del castaño.

— Yeonjun, él es Beomgyu, mi amigo de secundaria.

Ambos tomaron sus manos como saludo y luego se alejaron.

Beomgyu observó su ropa, era linda y decente, su cabello perfectamente peinado, sus ricitos caían sobre su frente y su cutis intacta. Era como Soobin, bueno...daban la misma sensación.  El castaño bajó a observar su propia ropa, era desgastada y un tono más neutro. Sus viejas converses rotas como sus jeans.

Pero Beomgyu era el único que se había fijado en eso o que había hecho esa comparación. Yeonjun lo había abrazado muy dulcemente y con una deslumbrante sonrisa. Las mejillas de pelirrosa se abultaban, sus labios lucían hasta más bonitos y sus dientes eran perfectos. Beomgyu pensó que él nunca se había visto tan bien sonriendo. 

— Oh, tengo que irme — dijo el pelirrosa — Una junta del consejo estudiantil — aclaró — Adiós, Binnie. Un gusto, Beomgyu.

El castaño sonrió sin ganas observando como el otro se iba. Por alguna razón, la presencia simple de ese chico había hecho que se olvide de lo que fue a hacer y  de paso bajó sus ánimos.

¿Por qué siempre tenía que compararse con el resto?

Soobin se sentó nuevamente y Beomgyu realizó la misma acción, sentándose en donde estaba el pelirrosa.

Beomgyu juntó sus manos, cruzando sus dedos, sin levantar la mirada hacia Soobin. Entonces trató de calmarse, echando un suspiro antes de levantar la mirada hacia su amigo para hablar con él, pero cuando lo hizo, Soobin no lo estaba mirando,

Carraspeó cuando notó que su amigo no quitaba los ojos del pelirrosa que se quedó un momento en la entrada charlando con un profesor.

— ¿No es encantador? — indagó el peliazul y soltó un suspiro mientras trataba de tomar el sorbete de la malteada entre sus labios, pero fallaba porque sus ojos no estaban concentrados en la malteada — Lo conocí en el club de teatro, es muy talentoso, hermoso y presidente del consejo estudiantil.

Y como si la presencia del pelirrosa no hubiera sido suficiente, Soobin también se encargó de recordar a Beomgyu lo que ya había visto.

El chico era hermoso, ¿Quién no lo hubiera notado?

— Si, es...muy bonito. — el castaño jugó con la madera de la mesa uno segundos.

Ahora Soobin volteó hacia su amigo pero él ya no lo miraba.

Un silencio incómodo se formó antes de que Soobin vuelva a hablar. Entre ellos jamás hubo un silencio incómodo, daba igual lo que estén haciendo o no.

— Bien...voy a entrar ¿vienes? — preguntó el peliazul y Beomgyu negó.

— No...voy a esperar a Taehyun.

Soobin asintió dejando al castaño solo.

Beomgyu dejó caer su cabeza en la mesa, le había dolido pero no le importó. 

Aquél chico era...perfecto.

— Quizás...no le gusta — dijo para si mismo, tratando de animarse. 

Pero por favor, Beomgyu dentro suyo pensaba que era más que obvio que a Soobin le gustaba, pero probablemente se largue a llorar si lo menciona.

Taehyun a lo lejos notó a su amigo, con los brazos a los costados y su cabeza echada en la mesa sosteniendo todo el peso de su cuerpo.

Entonces supo de inmediato que algo había salido mal, así que se acercó y se sentó frente a Beomgyu, este lloriqueó al escuchar los pasos de su amigo.

— ¿Qué pasó? — preguntó el rubio acariciando el hombro de su amigo.

— Conoció a un chico en el club de teatro.

— ¿Salen?

— No, pero dijo que es hermoso, encantador y talentoso. 

Taehyun frunció los labios.

— ¿Y eso qué tiene de malo?

— Que yo no soy eso — Beomgyu dejó de esconder su cara entre sus brazos y la mesa y colocó su mentón sobre su brazo extendido en la mesa. — Él es recto, camina lindo, también su piel es hermosa y su ropa es maravillosa.

Beomgyu hizo un puchero y Taehyun acarició su cabeza.

— Tú también eres hermoso, Beomgyu. Tu piel es hermosa y tu ropa igual.

— No es cierto... Soy un desastre. No me entiendes, Taehyun. Él era...un ángel, era tan hermoso que me dieron ganas de llorar.

Taehyun bufó.

— No seas ridículo...vayamos a clase juntos. — propuso.

Beomgyu asintió mientras se levantaba.

Se le habían bajado los ánimos completamente.

Primera semana de clase y Beomgyu notó que no solo confesarse sería dificil.

Yeonjun no pasaba tanto tiempo como Soobin así que se podría decir que Beomgyu tenia tiempo que pasar con Soobin en su lugar.

Pero no era como imaginaba.

— Y luego le compré unos helados y sus ojitos brillaron tan lindos, maldita sea. Luego se le cayó y se puso triste e hizo un puchero pero le di el mío y sus mejillas se hicieron rojas y-

— Soobin.. — Interrumpió Beomgyu.

— ¿Mhh?

y Beomgyu se quedó congelado, no quería interrumpir a Soobin, solo fue un impulso porque estaba harto de escuchar relatos sobre Yeonjun. Así que no se le ocurrió otra cosa para responder que no sea la verdadera razón.

— Yo... ¿Crees que soy l-lindo? — preguntó de repente. Aunque es una pregunta que jamás imaginó decirle a Soobin, aprovechó su impulso y su poco autoestima reciente por compararse todo el tiempo.

— Por supuesto ¿por qué? ¿Alguien te dijo algo?

— No, no, sólo quería...preguntar.

Soobin sonrió y notó algo en su amigo.

— Oh, aún tienes mi suéter.

— Si, lo siento...siempre trato de devolvértelo pero siempre estas ocupado.

Con Yeonjun... — quiso agregar pero no pudo.

— No te preocupes, puedes hacerlo luego. — dijo el peliazul.

De pronto el celular de Soobin sonó.

Era una llamada de Yeonjun.

El peliazul casi se atraganta con su agua para luego contestar rápido.

— Hola Junnie. — dijo el peliazul y ya tenia una sonrisa en el rostro.

Esa sonrisa que Beomgyu tanto amaba ahora le causaba un sentimiento de tristeza en el pecho.

¿Apodos? Ridículo — pensó Beomgyu. — Aunque no me molestaría que me digas osito o algo — corrigió mentalmente.

— Hola Binnie, estoy libre ahora y q-queria saber si...¿te gustaría tomar helado o algo?

Maldición, hasta su voz era perfecta.

— Por supuesto, voy enseguida.

El peliazul ya se había levantado.

— Te veo luego, Beomgyu.

Beomgyu no pudo decir nada antes de que su amigo desaparezca.

Soobin ni siquiera tomó en cuenta que estaba pasando el tiempo con él. Si él lo llamase mientras estaba con Yeonjun probablemente hubiera dicho algo como: "Lo siento, Gyu, estoy con Yeonjun ahora."

Lloriqueó nuevamente y se echó en la mesa.

Taehyun como siempre se encontraba ahí, se acercó a su amigo sentándose frente a él.

Dios, malditos deja vús — Pensó el rubio.

Todos los días eran igual.

— ¿Ahora qué pasó?

— No deja de hablar del maldito de Yeonjun, maldita sea — murmuró, estaba sollozando.

— Hey...tranquilo.

— No puedo estarlo, ¿cómo pude pensar que me haría caso? Su estándar es Yeonjun, chicos altos, delgados, linda cintura, perfectas notas, perfecta familia, perfecta casa e incluso un novio perfecto...esto es una completa mierda.

— Gyu...no te pongas así, ánimo, vamos.

Taehyun trató de levantar a su amigo.

— No todo se acaba aquí, algún día Soobin se dará cuenta de lo hermoso que eres, yo lo sé. Él te amará y vivirán en una casa en Daegu, como quieres. 

— No es cierto...

— Con esa actitud no, ¡Arriba, arriba! Vamos.

Beomgyu rio cuando el rubio le hizo cosquillas.

— ¡Basta, basta! — rogó en carcajadas mientras el rubio reía también y sus dedos atacaban su cuello.

— Entonces sonríe — Beomgyu hizo una mueca — Eso no es sonreír ¡vamos!

Taehyun tocó su punto débil, su estómago. Beomgyu se removió y rio fuerte enseñando sus dientes.

— ¿Ves? No era difícil.

— Eres un idiota. — regañó el castaño.

— Tal vez, pero te hice reír. — Beomgyu rodó los ojos. — No tienes que sentirte mal por Yeonjun. — Taehyun deslizó su mano por la mesa hasta tomar la del castaño. — Tú eres único y especial, si Soobin no lo nota es un idiota, Gyu. ¿Qué importa lo que Yeonjun tenga? Tú has estado para Soobin cada de su vida y eres la mejor persona para estar en la vida de alguien, Gyu. Y deja de decir que eres feo o te golpearé, idiota.

• bd •

A la mañana siguiente, Beomgyu tenía todos los ánimos que no tuvo en la semana.

Había estado pensando muchas cosas y recordó algo.

Cuando Beomgyu y Soobin esperaban con ansias una película que estaba en estreno, hacían de todo para verla en el cine y la veían juntos.

Estos días Soobin siquiera recordó aquello.

Beomgyu y Soobin son grandes fans de las películas animadas, obvio Disney entre ellas.

La cinta "Encanto" estaba de estreno y Beomgyu la esperaba con ansias.

Cuando llegó a la escuela, se acercó a aquella banca donde Soobin solía estar.

Yeonjun ahora no se encontraba ahí. ¡Era perfecto todo!

— Hola, Bin. — dijo casi pegando saltitos hasta quedar junto a él.

— Hola, Gyu. — Soobin volteó hacia él y sonrió.

— Estuve pensando en...bueno, hay una nueva película animada en estreno y quería ir a verla contigo.

— Por supuesto. — dijo Soobin sin borrar su sonrisa.

Beomgyu sonrió de oreja a oreja.

Dios, quería gritar de la emoción.

— No te preocupes, yo compraré los boletos ¿Qué quieres ver? — preguntó el peliazul.

— Encanto. Es de Disney. — dijo este dando leves golpecitos a su amigo con su codo.

— ¿De verdad? Oh, Yeonjun quería ver la misma película, podría llevarlo ¿no? Es una buena idea, iríamos los tres. 

Y todo cayó como cascada de manantial nuevamente. La sonrisa de Beomgyu se borró y asintió lentamente para disimular.

— D-de hecho yo...pensaba invitar a Taehyun así que...está perfecto. — mintió.

No podía decirle "No" a Soobin cuando lo ve tan entusiasmado.

¿Estaba entusiasmado por Yeonjun?

— T-tengo que ir a hacer algo...

Soobin asintió mientras su amigo se alejaba.

Beomgyu volteó para nuevamente acercarse a su amigo y abrió su mochila. Soobin arqueó una ceja con confusión.

— Ten...tu suéter. — dijo el castaño mientras extendía la prenda doblada y limpia.

— Oh, gracias.

Soobin lo recibió con una sonrisa y Beomgyu caminó hacia donde sus pies lo guiaron, solo quería estar lejos.

Ese suéter había sido especial para él.

Una noche de frío, 3 de diciembre y Beomgyu sobre el hombro de Soobin, ambos tomados de la mano, viendo las estrellas y riendo por uno que otro recuerdo, Beomgyu comenzó a sentir frío.

Soobin lo notó y retiró su suéter para entregárselo a su amigo.

El suéter favorito de Soobin.

— Es muy grande para mi — dijo el castaño.

— ¿Qué tiene? Te verás genial y hermoso igual.

Las mejillas de Beomgyu habían tornado un color rojizo y tomó el suéter.

— ¿Ves? Te ves adorable.

Beomgyu abrazó el brazo de su amigo y recostó nuevamente su cabeza en el hombro de su amigo, éste rio y entrelazó sus dedos con él.

El castaño levantó la mirada un poco, los orbes negros de Soobin lo observaban de cerca, Beomgyu fijó su vista vista los labios del peliazul que estaban tan cerca de su rostro que podía escuchar su respiración.

Soobin se acercó lentamente y Beomgyu sintió su corazón latir con mucha fuerza y sin notarlo, enterró sus uñas sin demasiada fuerza en el brazo de su amigo.

Se preguntó de repente...¿qué pasó? Soobin ya no tomaba su mano, ya no lo abrazaba, ya no le decía lo bonitos que eran sus cachetes. 

Y...esa noche ¿Iba a besarle?

De pronto el camino hacia sus labios se desvío y Soobin beso la punta de su nariz.

— Tu nariz está fría.

Beomgyu se sorprendió ante el tacto de su nariz y esos labios pero sonrió igual acurrucándose más.

Beomgyu realmente pensó que le gustaba a Soobin, ¿Cómo aquello se había desvanecido tan rápido?

Entre sus pensamientos no notó que uno de sus compañeros de clase había puesto su pie para que cayera al suelo.

Beomgyu tropezó y cayó sobre su brazo derecho.

— Atiende tu camino, marica. — dijo el hombre con una sonrisa.

En la escuela nadie conocía a Beomgyu y los que lo hacían solo lo ignoraban o hacían este tipo de bromas.

— Y tú atiende tu comportamiento.

Dios, Beomgyu conocía esa voz.

— No es un Zoológico, Jackson. A dirección.

— Ay dios, Yeonjun...

— No quiero repetirlo dos veces.

La voz del pelirrosa aún se oía suave, a pesar de verse molesto.

Beomgyu no quería abrir los ojos, que Yeonjun lo vea así lo avergonzaba.

— Beomgyu...¿Estás bien?

El pelirrosa se agachó frente al castaño, extendiendo sus manos para comprobar que el castaño no tenga algún golpe.

Beomgyu se sentó en el piso y cubrió su brazo lastimado.

— ¿Te duele? ¿Quieres ir a enfermería?

El castaño negó.

— No, estoy bien. — dijo con una media sonrisa y Yeonjun sonrió de forma cálida.

— Cualquier cosa puedes avisarme. En serio.

Yeonjun ayudó al castaño a levantarse y luego se retiró.

Beomgyu bufó viendo a lo lejos a Soobin, aún sentado.

Siquiera podía enojarse con Yeonjun, Yeonjun era todo lo que estaba bien en el mundo y no quería admitirlo.

• bd •

Durante toda la película, Yeonjun reía viéndola, muy metido en la película, Soobin observaba a Yeonjun con atención, grabando cada gesto del pelirrosa en su mente y Beomgyu observaba a Soobin con una expresión seria.

Taehyun en esa situación no pudo estar más incómodo.

— ¿Por qué me invitaste? — dijo entre dientes el rubio.

— Oh, lamento haber querido traer a mi amigo al cine, no volverá a pasar. — dijo sarcástico.

— ¿Seguro que pensaste en mi por buen amigo o porque no tenias opción?

— No digas eso — susurró Beomgyu — Solo... bien, no quería venir solo.

— No ibas a venir solo. — dijo el rubio apuntando con la mirada al otro par.

— Bueno, iba a sentirme así. Solo...déjame comer y ver mi película.

Taehyun bufó y asintió mientras acomodaba sus cabellos.

El castaño volteó hacia Yeonjun y Soobin nuevamente.

Soobin llevó su brazo tras la cabeza de Yeonjun y éste se acomodó en su pecho, el pelirrosa acariciaba el rostro del peliazul e incluso dejó un beso en su mejilla.

Beomgyu suspiró y bajó la mirada a las palomitas.

Taehyun notó como decayó el mayor y solo se removió en su asiento.

Cuando la película terminó, ambas "parejas" salieron de la sala.

El rubio tomó a Beomgyu del brazo con fuerza y éste se asustó.

— Lo siento...ve con Soobin afuera y yo distraigo a Yeonjun.

Eso fue algo repentino de parte del rubio, Beomgyu sonrió ante aquello y asintió.

Cuando salió hacia el estacionamiento, Soobin se encontraba ahí.

Iba a hacerlo, se lo iba a decir porque ya no aguantaba y quería que Soobin se enterara, quizás...lo haría pensar. Beomgyu no lo sabía pero necesitaba decirlo.

— Soobin...

— ¿Y Yeonjun?

Mierda.

— Q-quizás...está en el baño, no lo sé.

Soobin se encontraba sentado en el capot del auto, Beomgyu se acercó y se sentó junto a él.

— ¿Puedo decirte algo? — Indagó el castaño sin mirar a Soobin, solo viendo el cielo. Ya estaba oscureciendo y el cielo estaba pintando el anochecer con colores hermosos.

— Claro que si.

— De hecho...yo no quería venir solo por la película.

Soobin rio y volteó hacia Beomgyu.

— No te preocupes, lo entiendo.

— ¿S-si?

— Supongo...uno haría muchas cosas para pasar tiempo a solas con la persona que le gusta.

Beomgyu frunció el ceño.

¿Siquiera se sorprende?.

— ¿No estás...no sé,  sorprendido?

— No... — dijo el peliazul y soltó una risa nasal.

Beomgyu asintió lentamente.

¿Eso era todo?

— Tú y Taehyun pasan mucho tiempo juntos, es normal.

Ahora el castaño estaba confundido y molesto.

— En mi opinión, se ven muy bien juntos.

Y Beomgyu quiso insultarlo mucho, demasiado.

— Gracias...supongo — fue lo que terminó diciendo.

¿Qué carajos fue eso?

A lo lejos ambos pudieron notar al pelirrosa y al rubio acercarse.

— Oh, ya está. ¿Vamos?

Yeonjun asintió ante las palabras del peliazul.

Los cuatro subieron al auto. Soobin conducía, Yeonjun junto a él y Beomgyu y Taehyun atrás.

— ¿Cómo te fue? — Susurró el rubio.

El castaño lo observó y luego se recostó en su hombro sin decir nada.

Soobin dejó a Beomgyu frente a su casa y éste se bajó sin ganas. Lo último que haría arruinar su día sería entrar a su casa.

Entró a pasos muy lentos.

Su padre nuevamente en el sillón, viendo la televisión.

— ¡Vaya! Al fin llegas. — dijo su padre — Sales y te vas como si no tuvieras a tu padre aquí, deberías quedarte a limpiar este basurero, no salir con tus malditos amigos a estas horas de la noche ¿Quién crees que eres, Beomgyu? No tenemos dinero y lo mínimo que podrías hacer es buscar un méndigo trabajo. ¡Tus calificaciones también son una mierda y no eres capaz de arreglarlo! Tengo hambre, carajo. No hay nada en el refrigerador y tú vives la vida como si no fuera un desastre.

Beomgyu ya no quiso oír y subió a su habitación.

Vaya día de mierda.

• bd •

Finalmente Beomgyu se había rendido.

Solo escuchaba todo el jodido día como Soobin hablaba de Yeonjun, de su sonrisa, de su cabello, de todo.

Beomgyu sólo quería llorar toda la maldita noche, pero no quería romper en llanto frente a Soobin.

— El martes iré a la casa de sus padres y eso me pone malditamente nervioso, dios...

El castaño mantenía su mirada fija en algún lugar de la mesa, estaba pálido, con ojeras y sus labios resecos.

No comía ni dormía hace días. Siquiera tomaba agua, café y a veces Taehyun le compraba sándwiches.

Pareciera como si no tuviera alma.

Y Soobin tampoco notaba eso.

Beomgyu llegó a pensar...que si tuviera algún accidente tal vez Soobin podría notar cuánto lo necesitaba. Pero era estúpido, ¿cierto?

Yeonjun se acercó a ellos a pasos lentos. Beomgyu siquiera se había dado cuenta.

El pelirrosa se sentó junto a Soobin y plantó un beso en sus mejillas.

— Hola, Binnie ¿Cómo estás, Gyu? — el nombrado levantó su mirada hacia el pelirrosa.

Y no puedo romperse más, Yeonjun traía aquel suéter que tanto le gustaba. Y le quedaba genial.

"Incluso mejor que a mi"

— Vaya, te queda hermoso — dijo el peliazul observando el suéter y las mejillas del pelirrosa se tornaron rojas.

Soobin sonrió ante la escena y besó esos hermosas mejillas que tanto adoraba.

Beomgyu sólo mordió su labio inferior, sintiendo cada grieta y lo seco que éstos estaban.

— Hey, Beomgyu...no te ves bien ¿te duele algo? ¿estás bien? — esa era la voz de Yeonjun.

— Si, no te preocupes.

— ¿Seguro?

Beomgyu asintió lentamente sin mirar a la ¿pareja?

Cuando Yeonjun se fue, Soobin pudo notar la mirada apagada de Beomgyu.

— Oye...es viernes — dijo Soobin y su amigo levantó los hombros indiferente — ¿Recuerdas los viernes no?

— ¿Cuando íbamos a tu casa a jugar y ver películas hasta las 5 de la mañana? — indagó el castaño.

— Exactamente, ésta noche Yeonjun estará con su familia y...bueno, sería algo lindo traer eso de nuevo ¿no crees?

El castaño quiso sonreír pero tampoco quería ilusionarse.

— Usaras mi ropa, veremos películas, comeremos mucho, jugaremos y dormiremos juntos. Como antes ¿Te gusta?

Y Beomgyu no pudo resistirse y asintió con una sonrisa.

— Extrañaba esa linda sonrisa — dijo el peliazul.

El corazón del castaño pudo volver a palpitar con tanta fuerza como antes.

"Yo te extrañaba a ti"

— Iré a buscarte a las 20:00PM ¿Está bien?

Beomgyu asintió.

Estaba feliz, muy feliz.

19:58PM Soobin aún no llegaba y era entendible, pero Beomgyu era ansioso y ya quería estar allá. Tenía sus cosas en su mochila.

20:00 PM y Beomgyu saltó hacia la ventana, quería ver a Soobin cuanto antes.

Tantos recuerdos de ellos llegaban a su mente.

Cuando el padre de Beomgyu tomaba era demasiado violento, era impulsivo y nervioso. Beomgyu se escapaba a la casa de Soobin que realmente estaba lejos pero no le interesaba. Él quería ir y acurrucarse en los brazos de su Soobin y que lo cuide toda la noche.

20:26 PM y Soobin aún no llegaba. Beomgyu comenzó a mandarle mensajes pero no los veía.

Jugó con su celular un rato.

23:00 PM y Soobin no llegó, llovía a cántaros.

Beomgyu estaba decidido.

El padre de Beomgyu dormía como si dependiera de ello, con sus cosas en una mano, bajó las escaleras suavemente y abrió la puerta también muy suavemente.

Con su impermeable salió a las calles, en la noche, dirigiéndose hacia la casa de Soobin.

"Quizás se quedó sin batería y sin el auto" — Pensó el castaño.

Siguió caminando las seis cuadras restantes hasta llegar a la casa del peliazul. Con cada paso la lluvia pareciese caer con más fuerza y el camino no era muy claro.. Sin embargo pudo llegar sano y salvo.

El auto estaba ahí.

"Quizás está descompuesto" — pensó pero ya estaba llorando.

Apenas podía caminar con el gran impermeable pero siguió hasta ir hacia la puerta.

Pudo ver por la ventana a Soobin, así que se acercó sigilosamente.

Soobin estaba sentado en el sillón, Yeonjun en su pecho, acariciando sus labios y varias partes del rostro, Soobin sonreía a gusta acariciando la cintura algo descubierta del pelirrosa.

Beomgyu no alcanzaba del todo la ventana, por lo que colocándose de puntas, sus ojos pudieron asomarse y era lo único a la vista de él.

Soobin lo había olvidado.

La delicada mano del pelirrosa acarició la nuca del peliazul y ambos voltearon a verse, estaban tan cerca. Soobin observaba con atención los labios del mayor. Yeonjun, con su mano en la nuca de Soobin lo atrajo lentamente hasta juntar sus labios comenzando un beso lento y pasional. Soobin acariciaba bajo la tela del suéter con lentitud.

Beomgyu ante eso cayó hacia atrás, en el lodo. Bajó la mirada y comenzó a llorar sin control. Descargando todo lo que no pudo. Lloró como si las lágrimas curaran algo, como si significaran algo junto al llanto de la lluvia.

Yeonjun le gustaba, Yeonjun era atractivo, inteligente, bueno y adinerado.

Él no era siquiera la mitad de aquello. Siquiera culpó a Soobin por abandonarlo, ¿quién preferiría pasar tiempo con él?

Estaba harto de ser él, de ser Choi Beomgyu, de sentirse una carga para todos, para su padre, para Taehyun y para Soobin. Quería ser otra persona.

Quería ser Yeonjun.

Quería que los ojos de Soobin brillen tanto al mirarlo que puedan reflejarse cual espejo, como al ver a Yeonjun.

¿Por qué no puede ser Yeonjun?

•bd•

Esa noche, la hermana de Taehyun tenía un gran antojo de Pizza. Era entendible estando embarazada. Así que él fue a buscarla.

Mientras salía de su casa y se dirigía al local, con su paraguas, pudo notar un bulto frente a la calle. Como una bolsa amarilla. No le importó hasta que se movió.

Se acercó lentamente.

— Hey...¿Estás bien? — preguntó al notar que era una persona.

— ¿T-taehyun? — El castaño levantó la mirada observando a sí amigo, aun con las lágrimas brotando de sus ojos.

— Mierda, Beomgyu. — Taehyun jadeó asustado y rápidamente se arrodilló hacia el castaño cubriéndolo con el paraguas. — Te puede dar algo ¿sabias? ¿Qué te sucede? — dijo mientras lo cubría con su abrigo y lo levantaba.

Beomgyu no respondió mientras fue arrastrado por su amigo.

Taehyun lo tuvo un brazos unos segundos y lo observó. Su rostro sombrío y triste era inexplicable, aún mojado por la lluvia Taehyun pudo distinguir las gotas de lágrimas. Entonces volteó hacia la casa de Soobin, observando por la ventana la escena de Soobin y Yeonjun abrazados y riendo.

Taehyun inconscientemente abrazó fuerte al castaño, estaba cargado de rabia. ¿Acaso Soobin no podía notar lo mal que se encontraba Beomgyu? No hablaba de corresponderle, simplemente que le de un poco de atención.

Cuando Taehyun lo llevó a su casa, le dijo a su hermano Hueningkai que vaya por la pizza, ya que tenia que atender a su amigo.

Beomgyu temblaba, sus labios eran azules y tiritaban y su piel blanca era extremadamente fría.

— Quítate la ropa y entra a la tina, te daré toallas y ropa.

Beomgyu asintió caminando hacia el baño. Taehyun fue tras él y giró la llave de agua caliente, la tina se llenó y esperó a qué Beomgyu se quite la ropa, sin mirarlo.

El mayor entró a la tina y observó serio a su amigo.

— Yo puedo bañarme solo.

— Estás temblando, siquiera puedes moverte.

Beomgyu dejó sus rodillas fuera del agua, Taehyun pudo notar en su piel blanca varios moretones.

— ¿Me dices qué pasó? — Preguntó mientras enjabonaba una esponja para baño.

— Hoy se supone que Soobin y yo haríamos el típico viernes.

— ¿Y qué pasó? — Taehyun comenzó a tallar el cuerpo de su amigo.

— S-se olvidó de mí...creí que algo le había pasado y fui a su casa...

Taehyun podía jurar que sabía lo que venía después.

— Él estaba con Yeonjun, se estaban...besando y acariciando y...Soobin se veía tan feliz que yo-... él nunca me miró así y yo creí que si le llegué a gustar. Pero está claro que le gustan los ángeles vivientes como Yeonjun.

— Hey...tranquilo, Gyu. Ya te lo he dicho, el idiota es Soobin. No tienes que castigarte tanto por esos dos.

Beomgyu comenzó a sollozar.

Luego de la ducha, Taehyun le dio ropa al mayor y ambos se subieron a la cama.

— No sé qué hago mal, Taehyun. Estuve con Soobin siempre, buenas y malas...hice todo lo que me pidió ¿por qué no pude tener una oportunidad? ¿Tengo que verme como Yeonjun? ¿Tengo que estudiar, tener dinero y una familia amable? ¿Qué tengo que hacer?

— Nada — Susurró el rubio — Nada porque eres perfecto tal y como eres. Si él no lo ve no es culpa tuya.

— ¿Y por que jamás le gusté a alguien? Estoy harto, de sentirme miserable en insuficien-

El castaño no pudo terminar su oración, el rubio lo había besado. Taehyun lo estaba besando, lentamente. Era la primera vez que alguien besaba a Beomgyu y quedó en un estado de conmoción, sin saber qué hacer o decir.

— A mi me gustas — confesó el rubio cuando separó sus labios con los ajenos.  Confesó harto de que alguien tan dulce como Beomgyu se mortifique tanto y todos los días por por alguien no lo ama cuando tuvo al frete todo el tiempo alguien que sí lo amó.

— L-lo siento...

Beomgyu tragó en seco y alejó al menor.

— Yo...ya me quiero dormir.

Taehyun bajó la mirada y asintió.

Carajo ¿Qué estaba pensando? Beomgyu no lo amaba, estaba claro.

— Buenas noches — susurró el rubio.

Beomgyu no respondió.

Esa noche no pudo dormir nuevamente.

Pensaba en cómo hubiera sido todo si hubiera estado en el lugar de Yeonjun.

Yeonjun, Yeonjun y Yeonjun. Ahora ese nombre no salía de su cabeza.

¿Quería ser él o quería deshacerse de él?

Probablemente lo primero, es lo único que ha pensado.

Ser Yeonjun.

Y Taehyun quería ser Soobin.

Taehyun quería ser el chico por el que Beomgyu moría, el que Beomgyu imaginaba siempre su vida junto a él. El chico que Beomgyu piense antes de dormir y al despertar. Deseaba que Beomgyu hable de él y que sus ojos se iluminen así como cuando hablaba de Soobin.

Era como un círculo, no tenía fin.

Al otro día Beomgyu no quiso ir a la secundaria.

— Está bien, puede que estés resfriado — susurró el rubio. — ¿Quieres que te haga el desayuno?

Beomgyu mantuvo su mirada fija en el suelo, con sus labios fruncidos.

— ¿Beomgyu? — El rubio se acercó a su amigo — Hey, ¿qué pasa? ¿Es por Soobin?

— Si...— Susurró el castaño y el rubio bufó.

— No debes ponerte así por él.

— Tú no lo entiendes — dijo el castaño— Yo tenía planeado todo y quería que todo salga bien.

— Pero no todo sale bien — dijo el rubio y se sentó junto a él — No todo sale bien — repitió — Y nadie puede hacer algo.

Beomgyu no dijo nada.

Soobin le había dejado claro, Beomgyu no era para él.

¿Qué dirían los padres de Soobin si se enteraran que sale con alguien como él? Probablemente creerían que es una jodida broma.

Soobin era perfecto y merecía a alguien perfecto.

Beomgyu no se sentía la persona perfecta para Soobin.

Todo había caído.

Hace tan solo dos meses se imaginaba a sí mismo declarándose, que Soobin le diga que si e inicien una pequeña relación. Donde Soobin siempre tome su mano y hagas excusa para hacerlo, donde Soobin deje todo de lado para estar con él, donde después de las clases le regale sus chocolates favoritos, donde después del club de teatro se abracen y se den cariños como si no hubieran estado juntos todo el día, donde vaya a su casa a pasar la noche y pueda presentar a sus padres como su novio, donde se sienten en el pasto, la cabeza de Soobin en su muslo y Beomgyu acariciando sus cabellos azules. Donde cada fin de semana salgan a tomar helado y hacer cosas divertidas y tomar muchas fotos.

Beomgyu olvidó la última vez que se tomó una foto con Soobin.

Ese lugar le pertenecía a Yeonjun.

Le enfadaba lo perfecto que era y lo perfecto que era para Soobin.

Era tan amable que también lo enojaba.

Si hubiera sido algo más idiota y rompa el corazón de Soobin él podía demostrar que era mejor que Yeonjun.

Estaba deseando que Yeonjun le rompa el corazón a Soobin.

Sin embargo, Yeonjun parecía ser alguien realmente bueno, todos lo conocían y decían lo amable que era.

Beomgyu sólo quería volver a importarle a Soobin.

— Lo siento — Beomgyu escuchó un susurro que lo liberó de su prisión de pensamientos. — Siento haberte besado, estuvo mal.

Beomgyu asintió ante las palabras del rubio.

— Estás enamorado de Soobin y un beso de mi parte no cambiaría eso.

— No...— Susurró el castaño.

— Siempre me gustaste, a pesar de que nunca me hiciste caso siempre fue así. No digas que no eres suficiente para nadie.

El castaño asintió mientras jugaba con sus manos.

Cuando el rubio fue a la escuela, Beomgyu fue a su casa. Su padre no estaba en la sala. No le importó y subió a su habitación.

Pudo escuchar gemidos y se asustó un poco parando en seco. Su padre había traído a una mujer al parecer.

Beomgyu siquiera había superado la muerte de su madre hace seis meses pero al parecer ese hombre sí.

La repulsión subió por su garganta y quiso correr a su habitación, de pronto el teléfono de línea que aún estaba disponible comenzó a sonar. Corrió a atender.

Los ruidos de la cama y sonidos lo ponían muy nervioso, solo quería desaparecer de ahí.

— H-hola — contestó a penas ignorando todo al su alrededor.

— ¿Beomgyu? ¿Tú papá está? — se escuchó del otro lado. Notó de inmediato que era un familiar suyo.

— Si..si tío, aquí está.

— Dile que venga por favor, estamos en el hospital municipal, la abuela enfermó y está muy grave. El doctor dijo que esta noche no sale viva.

— ¿L-la abuela?

— Si, vamos Beomgyu, ve a decirle a tu padre, rápido.

El castaño corrió hacia arriba dejando el teléfono colgado y comenzó a tocar la puerta de su padre como loco. 

No le importaba lo que estaba haciendo su padre, solo quería el auto e ir rápido al hospital.

— ¡Maldita sea! — esa era la voz de su padre.

La puerta se abrió de golpe.

— Mierda, ¿qué pasa Beomgyu?

— Eh...él t-tio llamó y...

— ¡Sabes bien que no me hablo con esa estúpida gente! — interrumpió el hombre haciendo un ademán de rechazo y Beomgyu se desesperó.

— La abuela enfermo y quiero ir a verla. — explicó comenzando a llorar, esperando que ese hombre frente a él sea un buen padre por primera vez.

— ¡Olvídalo! No le veré la cara a esos hipócritas.

— Papá por favor... — rogó como jamás lo había hecho.

Beomgyu se moriría antes de poder ver a su única abuela restante. La mujer más dulce que conocía, a pesar de ser la mujer que crio al animal de su padre, era ella un ángel.

— ¡Que no! — El hombre quiso entrar nuevamente a la habitación y el castaño sostuvo su brazo.

— ¡Por favor!

— ¡No me grites! — antes de Beomgyu pueda disculparse, el hombre había golpeado su mejilla y su hijo cayó al suelo. — ¡He dicho que no y punto!

El hombre azotó la puerta dejando al más joven en el suelo, éste comenzó a sollozar más fuerte.

No había estado presente en la muerte de su madre y ahora tampoco en el de su abuela.

Su padre se había peleado con su familia por un asunto legal y porque sus tíos querían quedarse con la custodia de Beomgyu, pero su padre lo impidió. Ahora su orgullo es tan fuerte que prefiere que su madre muera antes que verlo a ellos.

La madre de Beomgyu era tan dulce y cariñosa, era la mujer perfecta que terminó con un hombre inútil y violento porque éste la embarazó. Su madre merecía una persona mejor y que quizás eso estaba en sus planes.

Beomgyu se imagino varias veces una historia donde él ocupara el lugar de su padre, Soobin el de su madre y Yeonjun el de esa persona que su madre nunca pudo estar. Beomgyu era como su padre en la adolescencia, malas notas y familia que lo único que hacía era drogarse hasta estar inconsciente.

Su madre era una dulce mujer con una linda sonrisa con un buen promedio y una familia cariñosa y amable.

Su madre merecía alguien igual de bueno que ella.

Y Soobin merecía aquello también.

Beomgyu no quería permitir que alguien como él esté con Soobin, temía terminar como su padre y que Soobin tenga que aguantarlo.

No quería aquello y debía alejarse.

Ya era de noche y Beomgyu aún no supo nada de su abuela, estaba desesperado, no sabía donde quedaba el hospital, no tenía dinero, había gastado todo en cosas de la secundaria y ya no sabía qué hacer.

— ¡Beomgyu! — Escuchó a su padre bajar las escaleras como un toro.

El castaño volteó hacia él y antes de que pueda preguntar su padre lo había tirado al suelo de un golpe.

— ¡¿Dónde está el dinero?!

Beomgyu no respondió, además de que el golpe lo dejó mareado, no sabía de qué carajos hablaba su padre.

— ¡Responde, imbécil!

— Yo...no lo sé.

— ¡No es cierto! — su padre lo alzó de su largo cabello para que lo mire y Beomgyu gimió de dolor. —¿Qué hiciste con mi maldito dinero?

— Juro que no lo toqué. — murmuró el castaño sollozando, su ojo derecho le ardía.

Su padre camino hacia su mochila y tiró las cosas de su hijo al suelo.

— ¿Cómo compraste estas cosas?

— C-con mi dinero — dijo el castaño tratando de levantarse del suelo.

— Tú no tienes dinero, eres un bueno para nada — escupió su padre — ¡Vas a devolverme todo el maldito dinero!

— Yo no toqué ese dinero. — dijo el menor llorando, su labio sangraba.

— Mira, lloras como una maldita mariquita. Vas a devolverlo aunque sea prostituyéndote porque este dinero era para pagar las malditas deudas y si no lo tengo juro que voy a echarte. — Beomgyu tosió sin responder y su padre volvió a tomar al menor de su cabello para luego empujarlo hacia las escaleras. — ¡¿Me oíste?!

— ¡Sí! — gritó el menor con su voz cortada y sin dejar de llorar.

No era verdad, su padre nunca pagó una puta cuota, siquiera compraba comida. El hombre se abrigó y salió, murmurando entre dientes.

Beomgyu trato de levantarse nuevamente, al caer se había lastimado su costilla con las escaleras.

— A-ah — gimió cuando ya estuvo de pie.

Tomó su celular para enviarle un mensaje a Soobin.

"Estoy muy mal, por favor veámonos en el puente cerca de mi casa, te necesito"

Y mientras guardaba su celular comenzó a caminar, quería ir a todos lados menos su casa.

Salió de su casa y entre sollozos caminó por la fría noche, hasta la carretera, pasando por las veredas de ese puente, cerca de éste había un muelle.

Recuerda haberse sentado con Soobin ahí a contar las estrellas y ver el sol ocultarse.

Siguió por el puente hasta lo alto. Caminando muy débilmente, de sus ojos no dejaban de escurrir las lágrimas y ardía, todo su cuerpo ardía.

Suspiró y se dejó caer en el suelo, apoyó su espalda por la baranda de cemento del puente.

Solo quería que Soobin llegue a estar con él y abrazarlo, sentir su calor,  que le susurre que todo va a estar bien y que lamenta haberlo ignorado las últimas semanas.

Necesitaba tanto a Soobin.

No sabe cuanto tiempo pasó, observando los autos pasar, su nariz roja por el frío, ya había estado empezado a toser.

Sus dedos fríos tomaron su teléfono de sus bolsillos y marcó a Soobin harto de esperar.

Mordió su labio inferior mientras escuchaba el sonido que emitía su celular. Estuvo por rendirse hasta que la llamada fue atendida.

— Soobin...— susurró apenas había contestado.

— ¿Beomgyu? ¿Qué pasó?

Beomgyu quiso responder pero su garganta se había secado un momento por lo que tosió un poco.

— Gyu...estoy en la casa de Yeonjun, estoy con sus padres, sé que era para el martes pero ellos van a viajar por lo que estoy con ellos ahora ¿No es genial? Ahora somos novios oficiales.

Y Beomgyu cortó. Su mano se deslizó lentamente hacia caer al suelo, mordió su labio inferior fuertemente mientras no paraba de llorar y su mejillas volvían a humedecerse. Entonces soltó un grito antes de arrojar el celular muy lejos, este cruzando toda la ruta hasta caer del otro lado del puente.

Escupió la sangre que comenzó a acumularse en su boca y el sabor le dio arcadas.

Su padre llegaría a casa y si no lo ve lo mataría, necesitaba dinero.

Él había trabajado en la cafetería de la secundaria para poder pagar sus útiles y su padre lo toma como ladrón. Fue su culpa, él metió a una extraña a la casa y la mujer robó su dinero, Beomgyu no tenía nada que ver.

Pero ahora tenía que sacar dinero y aguantar a su padre.

Se levantó lentamente y observó el gran lago bajo el puente, la luz de la luna lo enfocaba, como si fuera un resplandor de esperanza.

Beomgyu bajó la mirada, sus manos temblorosas tocaron el cemento que dividía el suelo a la entrada a una caída hasta lo profundo del mar.

Sus ojos estaban rojos e hinchados, su garganta dolía y su pecho igual.

Entonces tomó su decisión.

Subió una pierna sobre el concreto y luego la otra hasta pararse sobre él, elevó los brazos tratando de equilibrarse y observó hacia abajo, tragó en seco y cerró sus ojos.

No, no solo era por Soobin, aunque si Soobin siguiese con él no todo iría tan mal, después de todo ya había aguantado su asquerosa vida por 17 años. Pero ya no quería sentir dolor, ya no quería sentir culpa.

¿Qué era mejor que no sentir nada?

Y dejó caerse.

Antes de que su cuerpo se incline más hacia adelante, fue tironeado de su ropa hacia atrás.

Gimió de dolor cuando se estrelló contra el suelo y con otro cuerpo, aún dolían sus costillas.

— ¡Beomgyu, ¿estás loco?!

Esa era la voz de Taehyun.

El castaño se levantó un poco sentándose en el suelo, no quería responder.

La respiración del menor era errática, se escuchaba preocupado.

— ¡¿Qué carajos pensabas?! — gritó furioso inconscientemente y cuando Beomgyu comenzó a sollozar trató de regular su respiración y emociones.

— Yo-...— Y rompió en llanto nuevamente y abrazó al rubio — Lo siento, yo ya no quiero estar aquí, me duele, duele mucho. Me duele el cuerpo todos los días y Soobin ya no está ahí para ayudarme, mi mamá tampoco y mi abuela tampoco. Ya no quiero estar aquí, Taehyun.

El castaño sorbió su nariz y soltó más sollozos.

— Tranquilo, tranquilo — el rubio lo levantó del suelo — Ven...te llevaré a mi casa.

Beomgyu asintió.

— ¿Cómo sabías que estaría aquí? — Indagó el castaño.

— Me enviaste un mensaje de texto diciendo que nos viéramos en el puente.

El castaño jadeó de sorpresa, le había enviado por error el mensaje a Taehyun.

Si no lo hubiera hecho probablemente ya no estaría vivo.

Cuando llegaron a la casa del rubio, Beomgyu fue atendido por él, lo cuidó nuevamente y trató su tos y gripe.

— ¿Mejor? — indagó el rubio viendo a su amigo en la cama cubierto con mantas.

— Si, gracias. — dijo a pesar de sentir que realmente hubiera sido mejor que Taehyun no intervenga.

El rubio asintió y se sentó junto al mayor.

— Ahora vivirás conmigo — dijo el rubio — Si tu padre hace algo presentaremos cargos por agresión a un menor ¿Está bien?

Beomgyu asintió lentamente.

Se tensó cuando su amigo acarició sus mejillas.

— Tus cachetes ya no están fríos — dijo el menor y se alejó.

— Ya no quiero ver a Soobin — confesó el castaño — Él sólo tiene tiempo para Yeonjun y me deja de lado.

— Bienvenido al club — dijo al rubio entre risas.

— ¿De qué hablas?

— Los tres nos conocemos desde los 12 años y nunca oí que hayas dicho "Taehyun, Soobin y yo" Siempre fueron ustedes dos "Soobin y Beomgyu contra al mundo" Soobin y tú en el muelle, Soobin y tú en su casa, Soobin y tú en la escuela, siempre ustedes dos.

Beomgyu bajó la mirada sintiéndose algo culpable.

— Lo siento.

— No te preocupes, entendí que...no puedes obligar a nadie a amarte, el destino siempre tendrá algo nuevo para ti y si amas a alguien debes dejarla ser feliz.

Beomgyu suspiró.

Taehyun siempre lo ayudaba a tener conversaciones a solas con Soobin e incluso lo aconsejaba.

El castaño se imaginó a sí mismo ayudándole a Soobin para que salga con Yeonjun y le dolió el pecho ante eso.

¿Cómo se habrá sentido Taehyun?

— Lo siento mucho... — susurró el castaño. — Está bien, supongo que Yeonjun es la pareja perfecta para Soobin y yo...yo solo soy como mi padre.

— ¿Qué? ¿Por qué lo dices?

— Mi madre era una persona tan dulce y cariñosa, era enamoradiza y arruinó su vida con un hombre, mi padre ¿Y si había alguien que era perfecto para ella? Quizás mi vida hubiera sido distinta y la suya igual.

Taehyun suspiró y tomó la mano de su amigo.

— Tú no eres como tu padre, Beomgyu. Jamás serás así y cualquiera que esté contigo será afortunado. Eres especial y muy bueno, aprendiste de tu madre, ella fue quien te crío, no tu padre.

El castaño asintió lentamente.

— Ya no quiero estar con Soobin. — susurró lentamente y Taehyun asintió.

— Está bien, no te preocupes.

• bd •

Al día siguiente todos hablaban del presidente del consejo estudiantil y su novio.

"Oh se ven perfectos juntos"

"Son como almas gemelas"

"Yeonjun no pudo haber conseguido a alguien mejor"

"La pareja del año"

— ¿Quieres tomar algo? — indagó el rubio y Beomgyu asintió.

Tras el transcurso del año, Beomgyu no volvió a hablar con Soobin. De vez en cuando se topaban y Soobin trataba de hablarle pero Beomgyu lo esquivaba.

Evitaba al peliazul a toda costa.

Cuando Beomgyu cumplió 20 años la pasó en la casa de Taehyun.

El rubio no quería hacerse ilusiones, Soobin siempre será el primer amor de Beomgyu.

Pero esa noche, Beomgyu lo besó y él correspondió.

Beomgyu no sentía nada por Taehyun, sin embargo comenzaron una relación y luego se mudaron a Deagu.

En un departamento, algo chico pero suficiente para los dos.

Soobin nunca dejó de amar a Yeonjun, Beomgyu nunca dejó de amar a Soobin y Taehyun nunca dejó de amar a Beomgyu.

El peliazul jamás volvió a escuchar sobre Beomgyu, en cambio Beomgyu jamás dejó de pensar en Soobin, solo esperaba que un día las cosas cambiasen.

Si ya no estaba con su padre, se había alejado de Soobin y vivía en Daegu como tanto quiso, ¿por qué se sentía cada vez peor?

El día en el que Soobin volvió a oír de Beomgyu fue 9 años después, dónde salió en una noticia.

Taehyun llegó del trabajo y lo encontró a su en la cama, sin respirar, solo descansando al fin. 

Se había intoxicado.

Soobin fue al funeral en Daegu.

Beomgyu siempre se vió solitario, más solo se veía aún en el cajón. Pero por alguna razón, incluso se veía más tranquilo que en vida, a pesar de su deteriorado aspecto.

Tan solo Taehyun, Soobin y Yeonjun presentes.

Era 3 de diciembre y la tarde era brillante, era hermosa, los pájaros cantaban y las nubes no adornaban el cielo como suele ser.

Siquiera la lluvia quiso acompañar al castaño de 27 años esa tarde en el cementerio. Las nubes no tenían lagrimas que descargar en ese momento de melancolía.

Taehyun no podía sentirse peor, sentía que todo era su culpa. Creyó que Beomgyu esgaba bien, esa mañana antes de ir al trabajo Beomgyu estaba tan sonriente que Taehyun pensó en proponerle matrimonio al llegar, pero las flores que había traído ese día cayeron al verlo tan pálido en la habitación. No tuvo más remedio que dejar el anillo sobre el ataúd con mucho dolor.

Taehyun susurraba y le reprochaba a Beomgyu que aún nada debía de estar perdido y que lamentaba no haber sido el hombre que él quería.

Soobin se acercó, sus ojos hinchados y rojos.

Su mejor amigo...

Tomó el suéter blanco y lo dejó sobre el cajón junto a un susurro que ni los muertos pudieron presenciar.

"Siempre serás mi primer amor, Beomgyu"  dijo antes de soltar otro sollozo, lamentando todas las veces que tuvo la oportunidad de confesarse o de ayudarlo a salir del pozo en el que Beomgyu se encontraba.

 Yeonjun caminó y abrazó a su esposo. Él también estaba herido, sabía que Beomgyu estaba mal, siempre lo supuso, pero no sabía cómo ayudarlo ya que no sabía nada de el castaño.

Finalmente la pareja se despidieron y se alejaron lentamente.

Ahora Taehyun estaba solo.

3 de diciembre, lamento no
haberte dicho todo esa noche.

Ola

Ojalá hubieran llorado porque yo lo hice xd

6544 palabras. Récord wuu..

Espero les haya gustado

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