❁ཻུ۪۪

Estoy sentada en mi tocador maquillándome.

Bueno, en realidad no.

Mis poderes telequinéticos están haciendo el trabajo por mí.

Mi rímel está haciendo las pestañas de mi ojo izquierdo mientras que en mi ojo derecho mis poderes están haciendo un ala con sombra de ojos. Hago esto casi todo el tiempo porque apesto para hacerlo con mis manos y es probablemente lo único positivo de mis poderes mágicos.

Entonces, la mayoría de las hadas canalizan sus poderes de los elementos de la tierra, cosas como el agua, el fuego o la luz. Pero el linaje de mi familia es especial; Canaliza sus poderes desde todo lo que está más allá de nuestro mundo.

Cosas como el sol, las estrellas o los planetas.

Es genial tener poderes tan especiales. Pero ya sabes lo que dicen: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Realmente no puedo controlar mis poderes, a veces incluso toman el control y cuando eso sucede me desmayo la mayor parte del tiempo.

De repente hay un toque en la puerta de mi habitación y lentamente una de las sirvientas que trabajan en el palacio asoma la cabeza por la puerta.

—— Disculpe princesa, su abuela solicita su presencia en el comedor.

Miro hacia arriba sorprendida y dejo que el rímel y la sombra de ojos vuelvan a flotar sobre el tocador.

—— ¿Por qué?. —— Nunca comemos juntas. —— Arrugo la frente.

La criada se encoge de hombros.

—— No lo sé princesa, me dijo que era urgente y te espera allí en cinco minutos.

Cierra la puerta y se aleja.

—— Por favor, toma asiento. —— Mi abuela dice cuando llego al comedor.

Ni siquiera me sonríe. Ella apenas me mira.

Tomo asiento en la silla a la que estaba señalando.

—— ¿Qué está pasando abuela?. —— Le pregunto tan cortésmente como puedo. Realmente no quiero hacerla enojar.

—— He decidido que las cosas van a cambiar por aquí. Necesitas aprender y controlar tus poderes, y ese tutor que contraté no es lo suficientemente bueno para eso. —— Dice mirándome a los ojos con un rostro sin emociones.

Frunzo el ceño, ¿De dónde diablos viene esto?.

—— Abuela, no entiendo lo que quieres decir. —— Dije jugueteando con los anillos de plata que llevo en los dedos.

—— Te estoy enviando a una escuela especial donde espero que puedan enseñarte algo para controlar esos poderes tuyos. —— Dice con un tono grosero.

Cree que soy la más débil de mis hermanos.

Probablemente sea cierto.

Simplemente no puedo controlar los poderes, son demasiado fuertes para mí y mi abuela probablemente me ve como una abominación.

—— Pero abuela, estoy bien aquí. ¡No necesito ir a una escuela especial!, ¡No quiero!. —— Sin darme cuenta, levanto el tono y cuando veo la expresión de la cara de la abuela, me doy cuenta de que no está muy contenta con eso.

—— ¡No me levantes la voz señorita!, ¡Y sí, necesitas la educación!, ¿No crees que no me di cuenta de cómo hiciste explotar todas las ventanas de tus habitaciones hace dos semanas?. No estoy ciega, tú necesitas tener esos poderes bajo control o nunca podrás convertirte en reina. —— Dice ella con una mirada aterradora en su rostro.

¿Mis ojos se abren, reina?, ¿Quiere que me convierta en reina?.

—— Pero, Plutón es el heredero del trono, es mayor que yo. —— Dije tratando de calmarme.

No puedo convertirme en reina.

No quiero tener una responsabilidad como esa sobre mis hombros.

—— Vas a esa escuela y eso es definitivo. No te volveré a escuchar quejar, ahora empaca tus cosas. Te vas a las cuatro. —— Dice la abuela mientras se pone de pie y sale del comedor.

Miro la horquilla de mariposa que está sobre mi escritorio.

¿Debería llevarla conmigo o no?.

Agarro la pinza para el cabello y la meto en el bolsillo de mis jeans ajustados negros.

Escucho un golpe en la puerta.

—— Princesa, el auto está esperando afuera. —— Oigo decir a una sirvienta desde el otro lado de la puerta.

Suspiro.

—— Está bien, estaré allí en un minuto. —— Camino hacia mi cama.

Cierro la cremallera de la maleta gigante llena de ropa, maquillaje y otras cosas personales.

Voy hacia la puerta y la abro, sacando la maleta conmigo. Miro hacia atrás a mi habitación.

Extrañaré la pared de color amarillo claro, ese tocador que uso todos los días, pero sobre todo. Voy a extrañar mi cama.

Suspiro y niego con la cabeza, mi vida se ha convertido en un completo desastre.

Los mayordomos me abren las gigantescas puertas del palacio. En los pequeños escalones del porche gigante veo a mi abuela parada allí. Me sorprende que incluso se despida de mí.

—— Nieta, qué amable de tu parte al aparecer finalmente. Estaba empezando a pensar que no ibas a aparecer. —— Dice mientras me mira con una cara de desaprobación.

—— Sí, bueno, estaba ocupada despidiéndome del lugar al que llamo mi hogar porque de repente tengo que irme. No quiero ir a esa estúpida escuela, estoy bien aquí. —— Dije enojada.

Veo a la abuela agachar la cabeza.

—— Lo estoy haciendo por ti. Hay peligros y necesitas poder defenderte. —— Dice ella con una cara triste.

Me burlo y niego con la cabeza.

—— Oh, ¿Ahora de repente te preocupas y te sientes triste por mi partida?. Has sido tan mala conmigo. Sé que fue difícil para ti perderlos, ¡Pero yo también perdí a mi mamá y a mi papá!, ¡Eres la persona más egoísta que he conocido!. —— Dije yéndo hacia el auto y le entrego la maleta a un mayordomo.

Quien la pone en la parte trasera del auto.

—— Cariño, no podría perderte también. Nunca quise lastimarte así. —— Su voz se quiebra al final de la oración.

Casi me dan ganas de acercarme a ella y darle un abrazo. Aunque ella no se lo merezca, me hizo pasar por un infierno.

Entonces abro la puerta del auto.

—— Bueno, lo hiciste. —— Dije y tiré al suelo la horquilla de mariposa que me dio.

Lo pisoteé con la bota y lo oigo crujir debajo.

Miro una última vez para entrar en el coche.