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La alarma sonó y Sunoo despertó, sentándose en la cama mientras veía su póster caer al suelo, levantándose para recogerlo y volver a ponerlo en su lugar, queriendo volver a dormir. Pero lamentablemente, una vez estaba despierto ya no podía dormir dentro de un largo rato, así que tomó su celular para ver la hora.
Aún era temprano, así que podía quedarse acostado por lo menos durante una hora más.
Revisó sus redes sociales, como siempre, leyendo las noticias más recientes, entre ellas, una que otra relacionada a su tonto amigo, con el cual no hablaba desde hace ya varias semanas.
Pero lo que vio lo dejó sorprendido y algo confundido, ¿acaso Sunghoon se había vuelto loco? ¿Por qué nunca pensaba antes de cometer una estupidez como esa?
❝El cantante Park Sunghoon se retira de la industria del entretenimiento por razones desconocidas❞
Es lo que decía aquella página en internet, pero Sunoo quería creer que era una broma, él sabía lo mucho que Sunghoon amaba lo que hacía y no todas las páginas son confiables, por lo tanto, se negaba a creerlo a no ser de que el mismísimo Sunghoon lo dijera.
Y mientras eso no ocurriera, para Sunoo no era más que una enorme y fea mentira.
De pronto sólo quería llorar, porque si resultara ser cierto, ¿quién sería su ídolo entonces? Sunoo no creía poder apoyar a alguien como lo había hecho con Sunghoon.
Porque para él, Sunghoon era su todo, y su único consuelo al ya no poder hablarle era verlo en televisión, ¿qué se supone que hiciera ahora?
Se sentó al borde de la cama para ponerse sus pantuflas y una bata, dispuesto a levantarse y hacer algo por su vida.
Finalmente salió de la habitación para dirigirse a la cocina y buscar algo de comer, tratando de no caer al suelo, pues aún no despertaba del todo y no quería terminar lastimándose por no tener cuidado. Al llegar abrió el refrigerador y revisó lo que había dentro, sin embargo nada llamó su atención, así que pensó que quizás debía salir a comprar algo.
Volvió a su habitación para vestirse, y una vez estuvo listo volvió a la cocina, tomando una pequeña bolsa reutilizable para luego meterla en el bolsillo de su abrigo y avanzar hasta quedar frente a la puerta, abriéndola para salir a comprar algunas cosas para el desayuno.
Pero lo que había del otro lado, él definitivamente no lo vio venir.
Sunghoon estaba ahí parado, nuevamente con un feo ramo de rosas y una sonrisa, esa que tanto había extrañado durante esas largas y aburridas semanas en las que no lo tuvo a su lado.
—¿Podemos hablar?
Sunoo asintió, moviéndose para permitirle entrar al departamento, aún conservando la esperanza de que esta vez fuera algo bueno.
Realmente esperaba que así fuera.
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