𝟎𝟎𝟎. first look.
೯ ִ ۫ 𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐀 !
𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 CERO. ᥫ᭡
❛ 000. PRIMERA MIRADA. ❜
DESPUÉS DE HABER TOMADO EL TREN DESDE SU NATAL BUSAN HASTA SEÚL, Nari sacaba su equipaje del espacio destinado para este con una mueca en su rostro, una que su madre, Eunha, no había visto desde que era un bebé que no había recibido su alimento. La madre de la dulce chica sabía que no había sido de su devoción haberse mudado tan de repente, pero que podía hacer, le habían dado trabajo en Move Entertainment, no podía dejar pasar la oportunidad.
Sintiéndose un pequeño bulto cansado en medio de la estación de tren, nani, como le decían cariñosamente, empezó a caminar arrastrando los pies y levantando su vista al cielo despejado de Seúl, al observarlo, inconscientemente una sonrisa decoró su rostro, pensó en que haría en la nueva ciudad, no sabía a donde ir y no tenía a nadie más que a su madre, había dejado toda su corta vida en Busan, había dejado sola a Soo, por lo que solo esperaba llegar a la nueva casa para poder enviarle un mensaje, sin embargo, a los pocos minutos su celular empezó a sonar.
— ¿Hola? ¿Soo? ¡Ya te extraño! —dijo la castaña apenas contestó la llamada, cualquier rastro de tristeza se había ido y solo sentía emoción por hablar con la pelirroja.
— ¿Nari? ¡Oh por Dios, también te extraño! ¿ya llegaste?—respondió su amiga a través del teléfono con curiosidad en sus palabras.
—Si, ahora estamos saliendo de la estación, tomaremos un taxi.— sujetó su celular entre el hombro y su mejilla para tomar con ambas manos sus maletas de doraemon y correr al taxi que había parado Eunha.
—¿Con quién hablas, hija?— interrumpió su madre ya en el taxi mientras le decía la dirección al conductor.
— Con Soo, no puedo oírla bien, espera.— contestó para ambas féminas, sacando sus audífonos del bolsillo y poniéndoselos.
—Te decía que debes darme tu dirección, cuando tenga tiempo, iré a visitarte.—
— ¿Vendrías solo para verme?— preguntó la de ojos rasgados con alegría en su mirada, se abrazarían, hablarían de todo, comerían ramen y verían dramas.
—Claro que si, nani, además te contaré todos los chismes de Yeolrim.— escuchó a su amiga reír y no evitó hacerlo también.
Yeolrim High School, la escuela que había dejado atrás hace solo unos días, en la que siempre había estado. ¿Estaba nerviosa por entrar a Saebom? Efectivamente, su madre apenas y le había dicho el nombre de donde iba a estudiar. Pero tendría que adaptarse, seguir con sus buenas calificaciones, y con suerte, hallar amigos que disfrutaran su personalidad risueña y alegre.
Pasó alrededor de media hora cuando ya se encontraban llegando a su nuevo vecindario, a unas cuadras de su casa divisó lo que parecía ser una tienda, "Prince Cómics". Nari saltó de su asiento a la ventana para verificar si había visto bien, decir que le gustaban los cómics era poco, y ahora con ver una tienda cerca de su casa, su ánimo había aumentado, debía ir, en ese mismo instante.
—¿Soo? Escucha, acabo de ver una tienda de cómics y en serio, debo ir, te llamo luego, te quiero.—dijo rápidamente y antes de escuchar la despedida de la de pelo rojizo colgó la llamada.
Cuando el taxi estacionó frente a su casa salió corriendo del vehículo, diciéndole a su madre que no iría lejos y que no tardaría, Eunha quedó confundida, al menos ya no hace muecas, pensó. La mujer le pagó al conductor y entró a la casa como pudo, con dos maletas en cada brazo y los bolsos, pero valía la pena al ver a su niña feliz otra vez.
Nari acomodó su gorrito blanco apenas llegó a la puerta de la tienda y se sorprendió al ver un aviso en la ventana: "se necesita ayudante". Vaya, si que el universo estaba de su lado ese día, conseguiría el empleo, entró rápidamente por la primera puerta, antes de entrar por la segunda, observó a un chico alto de espaldas discutiendo con el que parecía ser el dueño.
—¿usted se salta el primer verso del himno nacional y empieza a cantarlo desde el segundo? Lo mismo pasa con esto.— dijo frustrado el pelinegro antes de dejar el cómic sin la primera página en la mesa del hombre regordete, salió tan rápido que ni siquiera le dio tiempo a la pequeña de ver su rostro.
Entró por la segunda puerta y se dirigió a la especie de recepción de la tienda.
—Hola, señor, soy Nari. Vi que necesitaba una ayudante y quiero serlo.— sonrió dulcemente sintiendo como sus ojos se achicaban.
—Eh, dime jovencita adorable, ¿te gustan los cómics?—
—Gustarme es poco, tengo el nuevo volumen de Tú eres el diablo, no sabe lo que hice para conseguirlo.— le comentó emocionada.
—Bien, me basta, de todos modos eres la primera en venir. Te evaluaré desde mañana por la tarde, deberás ordenar los cómics, ayudarme en el registro y preparar ramen. ¿de acuerdo?— asignó el señor con una sonrisa al ver el entusiasmo de la adolescente.
—De acuerdo, señor. No le fallaré, debo irme, mi mamá debe estar asustada.— se despidió agitando su mano, volviendo a salir del establecimiento, ya tendría tiempo de leer en el futuro.
Al salir por la puerta rumbo a la calle observó frente a ella al adolescente alto de hace un rato, este tenía una mascarilla facial pegada en el rostro, impidiendo que lo viera bien. Al mismo tiempo unos niños en triciclo pasaban burlándose, por lo que no pudo evitar soltar una risa también.
Antes de que el chico volteara a verla completamente, salió corriendo dando vuelta a la esquina mientras reía aún por la humillante situación que presenció. Llegó a la puerta de su hogar encontrándola entreabierta, así que entró sin dudarlo, apegó su espalda a esta respirando pesadamente y recordando nuevamente al adolescente congelado en la calle, volvió a reír antes de entrar a contarle todo a su madre.
¿Quién pensaría que el chico enojado de la mascarilla facial sería tan importante?
Holis! ¿Que les pareció? ¿Les gustó la pequeña introducción?c:
Nari y Suho se cruzaron sin verse aaa.
Espero ya se vean pronto.
No olviden votar y comentar en este, mi primer proyecto.
Especiales gracias a mi amiguita Melichz35 por ayudarme en mis dudas uwuwu. 💗
desde ya, gracias a los que llegaron hasta aquí. ♡
-Lia.
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