𝟑𝟓
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❛Fuego y hielo; parte dos.❜
OMNISCIENTE
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Una luz rodeó toda la prefectura de Shizuoka, donde yacía el hospital psiquiátrico en que la matriarca de aquella familia yacía internada, como también su antigua casa. La taza de té que sostenía Rei Todoroki cayó al suelo, quebrándose y convirtiéndose en añicos cuando imágenes fugaces como estrellas se imponían en su mente, de un momento a otro. En la casa oriental, Natsuo se mantenía sosteniéndose de la encimera. Gotas de sudor bajaron por su frente, viendo a Fuyumi deslizar la puerta de la cocina para Natsuo verla sostener temblorosa un brazalete de hilo rojo. Los ojos de ambos se mantenían perdidos y desconcertados. Las llamas del héroe número dos deslumbraron más en su oficina, el reflejo de la ventana lo mostraba, como cada uno de esos recuerdos que pareció haber perdido. Enji Todoroki estaba aturdido, como su esposa e hijos quienes recibían de vuelta sus recuerdos del pasado. Un puño dirigido a su mesa la hizo quebrar—no podía perdonarse haber olvidado lo que Naoto le confesó esa noche—, Enji estaba impotente.
—¡Idiota! ¡Levántate!—pedia con desesperación la voz de Bakugo, luchaba contra Moonfish y sus dientes afilados.
—Ella... nosotros.—la voz de Shoto estaba entrecortada, también su frente brotaba gotas de sudor que caían al suelo.
Fue como un escalofrío, mezclado con una jaqueca que lo paralizó, con imágenes de Kai que nunca creyó haber visto, pero ahora que lo recordaba tenía más sentido su apego hacia ella, o la confianza que sentía cuando Kai estaba cerca. Las imágenes desde su punto de vista mostraban a una pequeña albina con pocos mechones negros sentada en el sofá de su casa, viendo televisión con él. También, se veía ella en el margen de la puerta de su cocina llorando a cántaros como Shoto cuando sintió el quemazón del hielo intentando de calmar el calentón de agua hirviente que su madre le lanzó. Tanto la albina como su madre quisieron ayudarlo, el hielo empeoró, quemándolo y causándole esa cicatriz. Sus ojos bicolor yacían abiertos de una manera grande, porque recordaba al patriarca Kenny Nakamura merodeando por su oriental casa con una sonrisa para así Shoto abrazarlo con el anhelo de que fuera su padre. Se encontraba ido e inmóvil, porque un diálogo se avecinaba con otros recuerdos que hacían su corazón latir de una manera pasiva.
—Tú cuidarás de ella, ¿si campeón?—se preguntó Kenny frente a Shoto, inclinado en su estatura mientras señalaba a Kai detrás de él.
—¿Por qué?—le cuestionó Shoto con una voz infantil, Rei cruzada de brazos sonrió, negando a los comentarios de Kenny, quien sonreía.
—Ella es tu chica.—bromeó Kenny, haciendo que Shoto hiciera una expresión de confusión, para así buscar la aprobación de Rei.
—¿Por qué creen que ustedes pueden matar a All Might? ¿Qué tienen planeado?—el recuerdo de la USJ se presentó, por lo que Shoto entendió algo.—No me hagan perder el tiempo, tengo que ir por mi chica.—añadió, fríamente ante los villanos congelados.—Todo este tiempo, lo supe.—afirmó, con su pie plasmado en el suelo, creando una capa de hielo que los separara de Moonfish.
Todo cobraba sentido, todo. Desde el brazalete de hilo rojo, hasta el desprendimiento de la familia Nakamura con los Todoroki. Shoto estaba ido, con su mente llena de imágenes que seguían encajando. Lo único que quería era encontrar a Kailani, porque no podía dejarla ir tan fácil, después de descubrir que estaban hechos el uno para el otro, lo menos que quería era perderla. La albina estaba arrodillada en el suelo, la sombra de su hermano se había ido. Estaba sola en medio del bosque, perdida en sus pensamiento y atando cabos. Pero sus ojos estaban humedecidos, su paladar amargo y la mente llena de imágenes donde su madre se presentaba en términos que ella no conoció—se sentía desilusionada y con un gran impacto—, todo se había hundido más de lo que ya había estado antes. Negó. Porque aunque su padre lo haya dicho, Kai nunca había caído en cuenta hasta hoy, sus labios temblaron de impotencia y rabia, como si una rama de odio viniera desde lo más profundo. Todo su cuerpo tembló y en un grito de impotencia su don deslumbró por todo lo alto nuevamente.
Desde lo lejos, alguien vio el destello de su don, avanzando para llegar hasta su localización. Kai sentía mucha presión, tanto en su cabeza, como en su cuerpo. Si no fuera por la adrenalina, ella no estaría consiente. Se levantó del suelo, avanzando con su muslo desangrado hacia un ruido cercano. Buscaba a su hermano con la mirada, estaba agotada y no podía más, pero continuó caminando para subir la colina. Se detenía, cada vez que la imagen de su madre se posicionaba en su mente, Kai se detenía—hipócrita, mentirosa y víctima—, pensaba lo peor de su madre hasta también compararla con Enji Todoroki. Los abrazos, incluso los besos o la emoción de ver a Kai lograr sus objetivos ya no eran motivo para Kai pensar en su madre de una manera digna, más aún cuando siempre la vio con un atuendo de héroe. Gruñó. Kai apretó sus labios y empezó avanzar por la colina aunque su muslo brotara sangre espesa, para así arrastrarse hasta el camino amplio donde vio el bloqueo de hielo.
—¡No puedo acercarme, lo volaré en pedazos!—afirmo Bakugo con impotencia y adrenalina, quería hacerlo estallar, temía lo peor.
—¡No lo harás!—indico Shoto, sosteniendo al alumno en su espalda, saliendo de su leve transe, no podía ver a Kai desde el otro lado.
—Si los árboles se queman, ¡congélalos!—sugirió Bakugo impaciente, viendo de reojo la mejilla derecha de Shoto congelarse de a poco.
—La explosión tampoco me dejara ver a mi. ¡No podré abarcar todo! Nos lleva ventaja en movimientos y distancia.—explicaba Shoto.
—Ps.—llamó Kai a Moonfish, quien al verla brotar tanta sangre hizo su paladar agua.—Ven.—pidió ella, elevando una fuente de agua que quebró por completo sus dientes afilados.
—Carne. Yo quiero carne.—pronuncio Moonfish, recreando otros dientes afilados que Kai esquivo, haciendo más gotas de sangre caer.
Una explosión hizo que ambos adolescentes se giraran a ver, porque se oía una monstruosidad acercarse, pero más monstruoso se vio como el hielo de Shoto se quebró. En añicos, destello por todo lo alto hasta caer al suelo, para así él tener sus ojos de diferentes tonos abiertos grandemente como los rojizos de Bakugo cuando vieron aquel cuerpo rodar por el aire con prisa. Se quedaron sin aliento. El cuerpo de Kailani cayó al suelo, enfrente de ellos y la sangre sobresalió de su hombro cuando la espada afilada de Moonfish salió de su piel. La sangre de ella salpicó, cayendo en los zapatos de ambos adolescentes. La palpitación de Shoto por un momento se volvió anormal, igual que la de Bakugo. Verla ahí tendida en el suelo, desangrada y con sus mejillas rojizas por el frío de su don fue algo imperdonable para los adolescentes en medio del bullicio que se oía por el bosque. Bakugo no reaccionó, su primera intuición fue pelear, pero la recogió entre sus brazos con rapidez para esquivar los continuos golpes de Moonfish.
—¡Maldito, ahora si estoy molesto!—anuncio Bakugo entre dientes, sus manos se llenaron de sangre cuando la sostuvo contra él.
—¡Huye de aquí, intenta de detener el sangrado, yo me encargaré de defenderlos!—pidió Shoto, mirando la sangre crear un leve bache.
—¡Bakugo, Todoroki, alguno haga luz, ahora!—la voz de Shoji se presentó, con Midoriya en su espalda huían del descontrol de Dark Shadow.
—¡Carne!—dijo Moonfish antes de ser aplastado por Dark Shadow y los presentes ver a Tokoyami fundido en sus lágrimas de desesperación por perder control de su propio don.
—¡Kacchan, Kailani!—grito Midoriya ante notar la presencia de los objetivos de la liga de villanos, haciendo que Shoto se relajara.
—¡Hagan luz ahora, Tokoyami se descontrolo!—anunció Shoji, siendo señuelo para Dark Shadow por lo que Todoroki reaccionó.
—¿Se descontrolo? Creare fuego.—indicó Shoto, soltando con delicadeza al alumno que sostenía en su espalda, decidido a ayudar.
—Espera tonto.—pidió Bakugo, dejando a Kai también en el suelo.—Demuéstrame que de verdad ella te importa.—indicó Bakugo, decidiendo él interponerse en el medio.
—Adelante.—incitó Shoto, alumbrando su fuego conjunto al de Bakugo en medio del caos que creaba Dark Shadow.
—¡Ya casi!—avizo Shoji, ambos compañeros se veían impotentes, también furiosos con sus dones de fuego.
—Si que neutralizó tu don por completo.—comentó Bakugo, viendo la intensidad del monstruo púrpura rebajó, al punto de que Tokoyami pudiera controlarlo y respirar tranquilo.
—Está perdiendo mucha sangre.—Shoto se giró cuando vio a Shoji aún sostener a Midoriya en su espalda y con uno de sus brazos duplicados, vendar el hombro de Kai y su muslo.—La tela es fina. No resistirá mucho.—afirmó cuando rasgó de su propia camiseta, para ayudarla.
—Yo voy a protegerla.—indicó Midoriya, pero Shoji le impidió bajar de su espalda, lucía herido y sus brazos ya estaban lesionados.
—Yo la cubriré.—musitó Tokoyami apenado, luego de disculparse por sus acciones, levantándose del suelo.—Tenemos que protegerla.—añadió.
—No. Yo lo haré, soy el único capaz de hacerlo de todos nosotros.—comentó Bakugo, acercándose a Kai quien yacía inconsciente para sostenerla en sus brazos con gran fuerza.
Shoto no dijo nada, porque creía que realmente en una situación de apuros, Bakugo la protegería a como dé lugar. Incitaron volver al campamento, como misión tenían que llevar a Bakugo y Kailani a salvo. Trazaron un camino derecho, porque desconocían la cantidad de villanos. El rubio de don detonante se sentía humillado por la protección que le daban—, pero como dijo Midoriya, con ese grupo podían incluso enfrentar a All Might—, o bueno, al menos intentarlo. Bakugo iba en el centro, caminando con Kai en sus brazos, mientras que Tokoyami iba atrás de ellos. Solo querían regresar a salvo, porque las heridas de Kai lucían muy mal. Shoto no podía evitar mirar de reojo a Bakugo sostener a Kai, decidiendo cambiarla hasta su espalda. Él la hubiera llevado, pero también traía a otro alumno. Seguían avanzando, oyendo bullicio adelante. Habían más villanos, imponentes y preparados para combatir contra ellos. Así que se acercaron hasta el bullicio, reconociendo a esos rostros en medio del bosque.
—¡Chicos!—Uraraka y Tsu hicieron llamado a sus compañeros cuando estos espantaron a una joven de cabello rubio, quien las hirió.
—Hay demasiado de ustedes ahora, no quiero que me maten. Bye bye.—indicó la desconocida villana, presentada como Toga, quien quedó cautivada por la expresión de Midoriya.
—¿Quién era esa mujer?—se preguntó Shoto, llegando hasta sus compañeras luego de que la villana huyera por el bosque.
—No hay tiempo para hablar. Vámonos.—añadió Shoji, luego del intercambio de diálogos entre sus compañeros presentes.
—Me alegra mucho que estén bien. ¡Andando, debemos seguir! Estamos protegiendo a Kacchan y Kai, ¡tenemos que llegar al campamento!—anunció Midoriya, creando confusión en sus compañeras enfrente de él.
—¿Están protegiendo a Bakugo y Nakamura? Pero no los veo por ningún lado.—mencionó Tsu, desatando pánico cuando todos miraron atrás.
—¡Midoriya!—exclamó Shoto tenso cuando se giró, notando que no estaban, ni siquiera Tokoyami yacía detrás de ellos, todo su mundo cayó.
—¿Qué les parece? Atrape a sus amigos con mi mago. Tienen un talento que no deberían estar del lado de los héroes, los llevaremos a un escenario donde brillen más.—anunció aquel villano, Mr. Compress sostenía unas esferas encima de una rama.
—¡Tráelos!—pidió Midoriya con impotencia, recordando las palabras de su madre.—Izuku, por favor, cuida de Kai.—resonaba esa frase en su mente como un tambor.
—¿Tráelos? Dices cosas muy raras. Bakugo no es un objeto y la albina acepto venir con nosotros. ¿Sabes? No seas egoísta.—comentaba Mr. Compress, dejándolos aturdidos.
—¡No dejaré que te la lleves!—mencionó Shoto, con un rostro fulminante.—¡Atrás!—anuncio, derivando un fuerte hielo que no retuvo al villano.
—¡Queremos mostrarles que el camino que están siguiendo ahora con sus maravilloso dones no es el único camino que pueden tomar en su vida!—dijo el villano, deteniéndose en otra rama; parecía un mago.—Los niños de hoy eligen su futuro basándose en sus valores.—indicó.
—¡No fue solo Bakugo o Nakamura, Tokoyami tampoco está!—esclareció Shoji, desesperado como sus compañeros.
—Se llevó tres sin hacer ningún ruido. ¿Qué don tiene?—se preguntaba Shoto.—¿Y viniste hasta aquí solo para hablarnos? Nos subestimas, devuélveme a mi chica, ahora.—pidió entre dientes.
—Yo solía ser un artista, ¿saben? Es un mal hábito, llevarme a Tokoyami fue un acto de improvisación.—anunciaba el villano.—Moonfish, el de don dientes cuchillas, quizás no lo parezca pero es un condenado a muerte al que le negaron su apelación, cuando vi esa naturaleza violenta que acabó con ese criminal al instante supe que era bueno.—añadía.
—¡Infeliz, no te los lleves!—grito Midoriya en medio de su impotencia, casi no podía moverse o hacer algo al respecto.
—¡Uraraka, sostenlo!—pidió Shoto entre dientes, pasándole al alumno en su espalda hasta su compañera quien lo socorrió para así Shoto fragmentar una gran cantidad de hielo.—¡No lo permitiré! ¡No la alejarán de nuevo!—exclamo, gritando un suspiro helado.
—¡Lo siento, los trucos y las huidas son lo único que sé hacer bien! ¡No podría pelear contra futuros héroes!—dijo Mr. Compress en el aire.—¡Equipo de vanguardia capturáramos a los objetivos, fue corto pero el espectáculo terminó!—añadió en su llamado con los otros villanos.
—¿Así terminará todo?—se preguntó Shoto, perdido en sus pensamientos, mirando por donde se iba aquel villano.—¡No lo harás, no escaparas!—exclamo, con su lado derecho congelado.
Shoto empezó a correr conjunto a los demás. De solo pensar que la alejarían de él nuevamente, su paladar sabía más amargo que cualquier otra cosa. Iba en la delantera, porque no podía permitir que se la llevaran. Su lado derecho congelado se deshacía. Solo pensaba en las lesiones de Kai, si se la llevaban, nadie la podría salvar. Ella estaba inconsciente. Necesitaba alcanzarla, porque tenía que decirle lo que pudo descubrir—él la quería—, y quería ver el rostro de la albina al saber que él también la podía querer. Y que no sería como su padre. Los villanos se retiraban, los alumnos caían en cuenta de que el objetivo ya estaba cumplido. Todos entraron en pánico. Denegando la situación, porque habían otros alumnos en el suelo, inconscientes por el gas y con otras lesiones. Lo único que quería Shoto era recuperar a sus compañeros. Veía lo rápido que era aquel villano, les estaba tomando gran delantera. Shoto tenía que pensar, tenía que recuperar a Kailani a como dé lugar.
—¡Rayos!—se quejó con molestia, intentando de retener su respiración.—¡No puedo perderla de nuevo, maldición!—pensaba.
—¡No podemos rendirnos, tenemos que... alcanzarlos!—indicó Midoriya, con sus ojos cerrados por la frustración.
—¡Pero se aleja más cada segundo!—comentó Shoji, mirando a Midoriya estar abultado en los múltiples golpes que tenía su cuerpo.
—Uraraka, haznos flotar. Luego Asui, lánzanos tan fuerte con tu lengua. Shoji, usa tus brazos para corregir la trayectoria y ganar impulso.—ordenaba Midoriya, determinado.—Uraraka, tendrás que medir la distancia con tus ojos y soltarnos cuando parezca el mejor momento.—detallaba.
—¡Espera Deku! ¿Puedes moverte con esas heridas?—se preguntó Uraraka preocupada, notando las lesiones de su compañero.
—Es cierto. No me sorprendería si perdiera la conciencia ahora.—pensó Shoto, mirándolo.—Midoriya, tú quédate aquí. En el estado en que estás no puedes...
—No siento dolor ahora.—infirió Midoriya, ignorando la mirada de su compañero aún lado quien lo veía preocupado.—¡Rápido!—pidió, siendo detenido por Uraraka para que esta vendara su brazo con su propia camiseta.
—Todo listo Asui.—anunció Uraraka luego de tocar a sus compañeros, quienes eran envueltos por la lengua pegajosa de Asui.
—Asegúrense de salvarlos.—pidió la joven de cabello lacio y verde, sobre sacando una gran fuerza de su lengua para que sus compañeros llegaran hasta su objetivo, sus compañeros.
La brisa calurosa por las llamas los golpeó fuertemente en el aire, pero lograron aferrarse en medio de su flote al villano, siendo soltados por el don de su compañera, justo como habían planeando en un solo momento. Los villanos se reunían. Y los que habían sido detenido por los héroes, habían podido escabullirse con una neblina oscura, la misma que se presentó en la USJ y que los hizo separarse. Los jóvenes adultos se presentaban en el lugar acordado, merodeando el bullicio alrededor. El joven de llamas azuladas miró de reojo como por el bosque se presentaba su compañero, conjunto a la joven adolescente de cabello rubio que venía con sus mejillas sonrojadas. Naoto dirigió su mirada fría a Dabi, quien era intolerable al ruido que había en el lugar. Todos dirigieron su mirada hacia arriba para ver el escándalo momento en que Mr. Compress era aplastado bruscamente por esos tres adolescentes, quienes irrumpieron en el lugar de encuentro de una manera inesperada y detallada.
—¡Oye, oye, oye! ¡Yo conozco a esos niños—indicó el villano Twice.—¿Quienes son?—se preguntó luego confundido, con su doble personalidad.
—¡Devuélvanos a Kacchan, Kailani y Tokoyami!—pidió Midoriya, aplastando la espalda de Mr. Compress con sus piernas.
—Mr, aún lado.—pidió Dabi, deslumbrando a los adolescentes con sus llamas azuladas que dieron un torno frío, separando a los adolescentes.
—¡Midoriya, Shoji!—llamó Shoto, viendo como Twice interfería con él, mientras que de fondo Naoto solo miraba con un semblante de burla.
—Que patéticos.—musitó Naoto, rascando su mentón mientras veía el duelo entre sus compañeros y los aspirantes a héroes, por lo que bostezo.
—¿Por qué le haces esto a tu propia hermana, Naoto?–se cuestionó Midoriya en un tono alto, mirando al joven adulto mofarse.
—¿Quieres hacer algo?—le preguntó Dabi a Naoto, pero este denegó, cruzándose de brazos como si se viera cansado o exhausto.
—¿Donde está Katsuki y Kailani?—cuestionó Naoto a Mr. Compress, quien se acercaba a él con las esferas azuladas en sus manos.
—Aquí lo... —Mr. Compress se detuvo en seco cuando no sintió las esferas en su bolsillo, viendo a Naoto fruncir el ceño.
—Midoriya, Todoroki, vámonos. Ahora entiendo lo que hizo.—musitó Shoji, protegiendo a Midoriya.—No sé cuál es tu don, pero en ese bolsillo que mostrabas tanto, tenías estas cosas. Son Tokoyami, y Bakugo con Kailani, ¿o no artista?—pregunto.
—Bien hecho, Shoji.—halago Midoriya con su ojo izquierdo casi entrecerrado por los golpes que tenía ahí, no podía casi estar de pie.
—Lo notaste fácilmente, digno de alguien que tiene seis manos.—comentó Mr. Compress, para así Shoto alejarse con sus compañeros.—Espera.—le pidió a Dabi antes de que actuara contra ellos, pero un Nomu se les presentó.
—¡Rápido, por acá!—anunció Shoto, guiando a sus compañeros por el bosque, hasta ser emboscado por la neblina púrpura.—Ese sujeto estaba en la USJ.—artículo, descubriendo al portal.
—Dieron la señal hace cinco minutos. Vámonos Nightmare.—pidió Kurogiri a través de la neblina, para así Naoto y Midoriya intercambiar miradas.
—Espera, aún no has cumplido con algo.—indicó Dabi a Mr. Compress, haciendo que Naoto sonriera entre medio de ellos dos.
—Ah, parecían tan ansiosos por volver aquí que les di un regalo.—comentó Mr. Compress enfrente del portal que lo llevaría a otro lugar.—Es un hábito mío y magia básica, si les muestro tanto algo, es para desviar su atención a propósito.—añadió para sacar su máscara y lengua, mostrando las esferas.
—¡Imposible!—mascullaron los adolescentes a la vez cuando en un chasquido de dedos el hielo decayó por el lugar.—¡Es mi hielo!—afirmó Shoto.
—Así es, cuando me atacaste con tu hielo, hice señuelos y los hice en mi bolsillo.—aclaró Mr. Compress, incitando a los adolescentes a ir hacia donde ellos.—Si descubrían que guardaba algún objetivo en mi bolsillo, obviamente tratarían de tomarlo.—añadió.
—¡Esperen!—pidió Midoriya, mientras que Shoto veía como por el portal se introducían los villanos con su esperanza decayendo.
—Señores, eso es todo por... —Mr. Compress fue atacado por rayo láser, irrumpiendo su salida por el portal, era Aoyama.
—¡Kailani!—masculló Shoto cuando las esferas sobresalieron de la boca de Mr. Compress, por lo que avanzó para sostenerla hasta que otra mano lo hizo de repente.
—Que tristeza, ¿no?—mencionó Dabi al sostener esa esfera, Naoto lo miraba de reojo y Shoto caía al suelo impotente.—El fuego y el hielo jamás podrán relacionarse. No nacieron para estar juntos. Por eso tu cuerpo está divido en dos, esa es también la razón por la cual nunca podrás estar con ella, Shoto Todoroki. Porque el fuego y el hielo solo pueden destruirse a sí mismos. Y eso tu padre lo sabía.—le dijo aquel joven adulto desconocido, uno que le creó una sensación como amarga e intimidante.
—¿Qué...
—Confírmalo. Libéralos.—pidió Naoto a Mr. Compress, viendo la esfera que sostenía Dabi en su mano con mucha fuerza.
—¡Arruinaron mi escena!—masculló Mr. Compress para chasquear los dedos y las esferas mostrar a los adolescentes, creando pánico en sus compañeros enfrente quienes corrieron hacia ellos.
—¡Kailani!—volvió a gritar Shoto cuando la vio parpadear sus ojos, Naoto la sostuvo del brazo mientras que Bakugo era detenido con la mano de Dabi en su cuello, fuertemente.
—¿Shoto... —murmuró Kai casi inconsciente, cayendo de espalda en los brazos de su hermano quien desapareció con ella por la neblina.
—¡Kacchan... Kai... —grito Midoriya, dirigiéndose a la neblina que poco a poco se desaparecía, viendo solamente el rostro de Bakugo.
—No vengas, Deku.—fue lo último que oyó Midoriya cuando cayó al suelo con brusquedad, levantando la tierra del suelo.—Yo la protege...
De fondo ya no había nada, la neblina desapareció y Tokoyami fue el único que reapareció con ellos allí. Shoto se quedó paralizado. No podía moverse de su lugar, su pecho subía y bajaba con dificultad, como si un ataque de pánico lo abrazara hasta perder el juicio. Anonadado y entre dientes, la había perdido. Cuando se giró, tan solo recordaba la malevola imagen que lo llenó de escalofríos. Era ella, tendida en los brazos de su vil hermano. La vio casi inconsciente, exhausta y ensangrentada por todos lados. Quiso gritar. Shoto realmente iba hacerlo, por la gran impotencia que sintió cuando simplemente en un parpadeo ella se había ido. La perdió. Y empezó a cuestionarse en cuestión de sólo segundos, si hubiera sido él quien decidiera cargarla minutos atrás, ella aún estaría entre sus brazos. Si Shoto, eso era lo que debía pasar, porque ahora habían empujado a su compañera al cruel y fatídico destino que le estaba esperando. No pudo más, en medio del grito que se sintonizó con él de Midoriya, rodeó todo su alrededor de sus potentes llamas hasta quemar los árboles.
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Próximo capítulo: Tienes que recuperarla, Shoto.
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