
𝟒𝟎
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ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛El hielo también quema.❜
CAPÍTULO FINAL
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Omnisciente.
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Frío y desolado se sentía el ambiente en la alianza de la clase 1A. Nadie hablaba sobre lo que había ocurrido e intentaban de evadir por completo los noticiarios. La angustia los arropaba en medio del escándalo y acusaciones que se hacían contra una de sus compañeras. La comisión de héroes había lanzado una alerta, todo aquel que viera a Kailani Nakamura debía entregarla a ellos, sin excepción alguna. Se sentía como una tormenta llena de malos presentimientos, como si de una guerrera se tratara, algo malo se avecinaba y el cielo lo estaba advirtiendo en las gotas de lluvia que caían. El celular de Shoto recibía textos de su familia—, Fuyumi era la más insistente en saber cómo estaba su hermano menor—. Pero Shoto no respondía. Se notaba en su expresión lo exhausto y triste que estaba, acompañado de aquel conejo que yacía quieto en la habitación, miraba la ventana como si eso fuera a darle alivio al caos que había en su corazón. Fallo de nuevo y no podía dejar de culparse por no haber podido hacer más cuando pudo. Siempre enfrente estuvieron las consecuencias de lo que Kai había vivido, pero nadie lo vio.
No respondía sus mensajes, así que no intentaba llamar. Se había ido y estaba perdida en algún lugar que él no podía llegar. La furia e impotencia lo abrumaba tanto, que su habitación se sentía caliente. Como si su cuerpo quisiera transmitir las llamas que quemarían a cualquier persona que la dañara. Estaba molesto, consigo mismo y hasta con ella. ¿Por qué lo abandonaba de nuevo? La ira seguía apoderándose de él y se sentía más impotente cuando las lágrimas bajaban por sus mejillas. Jamás imaginó estar en la situación donde lloraría por una chica, pero así era. Shoto se quedó recostado en su cama con el brazo encima de su frente. No sabía qué hacer o cómo canalizar cada uno de sus sentimientos, pero su garganta sentía el nudo querer desatarse, aunque el mismo se impedía sentir eso. El sufrimiento de la soledad cuando ella no estaba era inevitable, Kai era el arcoíris que iluminaba su vida con esperanza y cada vez que estaba lejos, Shoto se sentía perdido. Tenía miedo y estaba preocupado. ¿Qué podía hacer para ayudarla? O una pregunta más abrumadora, ¿cómo iba a encontrarla? No sabía quién era Kai a este punto, pero sabía lo que él sentía por ella.
—Deku.—sentado en el escalón del balcón que dirigía al patio, Izuku se giró para ver a Katsuki; se asombró por la sutilidad en su voz y le preocupó.
—Aún no han dicho nada los profesores.—respondió Izuku, volviendo a mirar al árbol donde Kai solía irse a sentar para recibir sombra.
—Tu lo sabías, ¿verdad?—le preguntó Katsuki, Deku se giró para verlo de reojo y respiró hondo antes de darle una respuesta a su compañero.
—Creo que siempre sospeche que algo había pasado, pero jamás que ella fuera parte de ellos.—musitó desesperanzado, no estaba decepcionado, pero le dolía que Kai no hubiera confiado en él.
—La obligaron idiota, ¿que podía haber hecho?—le hizo cuestionarse Katsuki.—Tú muy bien sabes lo que es no tener un don en esta sociedad, ¿que hubieras hecho tú?—Deku se quedó sentado, oyéndolo.—No puedes responderme, porque sabes que hiciste lo posible por tener un don.—añadió.
—No me orillé a tener un don para que dejaran de verme inferior, yo soñaba con ser un héroe, es muy diferente.—indicó Deku, con seriedad al recordar todo lo que vivió en su niñez; las burlas y el discrimen por no ser especial.
—¿Entonces permitirás que la juzguen así?—le preguntó, Deku se levantó enfadado del escalón para acercarse a Katsuki sin titubear.
—¡No estoy permitiendo nada, Kacchan! ¡Se ha ido! ¿Cómo puedo ayudarla si se fue? No nos dejó ni siquiera una opción.—hablo de forma agitada, estaba dolido, Katsuki lo veía en su mirada.
—¿Y qué harán? ¿Ignorarán la situación?—preguntaba Katsuki, reflejando su impotencia por lo ocurrido, notando que nadie decía u opinaba nada,
—Bakugo, sería imprudente hacer algo ahora. Los profesores están tomando las riendas del asunto, nos dejarán de largo hasta que encuentren una manera de involucrarnos si nos necesitan.—la opinión de Tenya se reflejó, cerró la puerta a sus espaldas para que nadie los oyera.
—Nunca hemos esperando el permiso de nadie para tomar acción por nuestra cuenta.—comentó Katsuki, apretando sus dientes, quería hacer algo, se sentía inútil y cobarde al no hacer nada.
—Es una situación compleja.—musitó Izuku, sentándose nuevamente en el escalón.—No sabemos qué verdaderamente estaba pasando. Naoto está muerto, todo escalón muy abrumador ahora, Kai no querrá ser encontrada.—asumía, pensativo.
—Ella hubiera hecho lo posible por encontrarlos. No se hubiese quedado de brazos cruzados, ¡son unos inútiles!—gritó molesto, enfurtiendo a Tenya quien respiro hondo.
—Kai también es mi amiga, siempre lo ha sido. Crecimos juntos.—afirmó Tenya, intentando de llevar cordura en su voz.—Sin embargo, la situación es compleja como dijo Midoriya. No nos quedaremos de brazos cruzados, eso te lo aseguro, Bakugo.—dijo, sin convencer a Katsuki quien denegó.
Estaba más furioso de la usual, también inquieto—, todos podían notar como no era capaz de controlar sus impulsos y temían que cometiera un error por la impulsividad que controlaba su mente—. Cuando se trataba de ella, Katsuki no media. De verla como competencia y tener temor de que ella lo sobrepasara, a verla como algo más que él nunca pudo entender. Kailani no le pertenecía y sus sentimientos de ella hacia él no era lo que Katsuki sí sentía, sin embargo, ella siempre lo respeto y nunca lo ha visto como un ser débil. Lo admiraba por sus virtudes y ganas de seguir. Quizás Katsuki empezaba a entender sus acciones pasadas y la alianza lo ha hecho empatizar en los conflictos de sus compañeros. Incluso entendía cómo debía sentirse Shoto, después de conocer su hogar y su familia, sentía pena por él y ahora comprendía porque siempre quería superarse sin importar las adversidades. No quería ser el mejor héroe, quería ser el héroe que entendiera a los demás y le diera un lugar seguro, porque él encontró su lugar seguro y su mejor versión cuando se enamoró de Kai.
—No importa. Es la segunda vez que la dejan ir.—masculló Katsuki, por lo que Izuku bajó la cabeza y cubrió su rostro entre las manos.
Kai era su mejor amiga. Ni siquiera él entendió lo que pasó, solo sabía que había pasado rápido y preciso—, las noticias no dejaban de hablar y especular—. Pero Izuku sabía con claridad que si Kai merodeaba por ahí, debía estar con un corazón en añicos por la muerte de su hermano. Naoto pudo haber sido un villano, habrá hecho cosas malas porque se sintió orillado a hacerlas, pero era humano y tenía una hermana que anhelaba verlo feliz de nuevo. Izuku solo se quedó sentado mirando el suelo, no podía creer que la historia se repetía, pero esta vez diferente y más cruel. Entre los pasillos Katsuki caminaba con sus nudillos cerrados, estaba furioso y la ira se apoderaba de él. Todos estaban con tensión y abrumados por la situación. No sabían qué pensar o tan siquiera opinar. Era confuso todo, ¿en qué momento no se percataron de que algo así podía pasar? Kai los tomó desapercibidos y no le quedó más opciones que huir. Katsuki se detuvo, mirando la puerta media abierta del cuarto de Shoto, ahí estaba recostado, ignorando al conejo que se escabullía.
—Controla a esta cosa.—pidió Katsuki, sosteniendo el conejo de Kai, se asomó a la habitación de Shoto, quien se inclinó para verlo.
—Lo intento, pero parece que siente la ausencia de Kai.—comentó Shoto, no tardó en sentarse y quedar cabizbajo, mientras que Katsuki lo veía.
—¿Y qué harás?—le preguntó el rubio, mirándolo de forma detenida.—¿Cuál es el plan?—insistió, para así Shoto encogerse de hombros.
—No sé por dónde empezar Bakugo.—afirmó Shoto, con un rostro opacado por la tristeza que sentía su corazón.—Pudo habernos dicho.—añadió, lleno de frustración e impotencia.
—Si vas a quejarte, entonces sigues atrasando el plan. ¿La quieres recuperar o no?—preguntó con un tono más agrio y amargo.
—Hablas como si fueras a ayudarme.—indicó Shoto, levantando su mirada para ver a Katsuki soltar al conejo en el suelo.
—Si eso es lo que necesitas para ir por ella, estaré de tu lado.—Katsuki se cruzó de brazos y respiró hondo.—Mira idiota, no haré esto por ti o por mi, lo hago por ella. Nos necesita, es todo.—esclareció.
—Yo también quiero ayudar.—Katsuki se giró, mirando como Momo yacía parada en el pasillo, el conejo se quedaba aún lado suyo.—No sé por dónde empezaremos, pero lo haremos.—dijo.
—Empezaremos por lo básico, seguir las pistas, procurar a los profesores, entender la situación nos ayudará a avanzar.—Tenya improviso esas palabras, llevando y uniéndose a los demás, estaba decidido a hacer lo correcto.
—¿Dónde estás Kai?—fue lo que se preguntó Shoto, bajando la cabeza y apretando sus nudillos, controlaba esa impotencia y desesperación de tenerla lejos, esta vez dolía más.
Sin embargo, estaba decidido a avanzar por ella y a encontrarla, sin importar las consecuencias—, él quería ser un héroe y no podía serlo si no era capaz de salvar a la chica que amaba—. Se levantó de su cama y asintió, aceptaba la ayuda de sus compañeros, quienes empatizaron con lo que él sentía y sufría. La habitación de Kailani estaba en ese mismo pasillo y su puerta estaba cerrada. No se abriría hasta que ella volviera, porque la traerían de vuelta. Shoto se giró, mirando por la ventana de su habitación. Las gotas de lluvia continuaban cayendo, como pedazos de su corazón en cada hora que pasaba sin saber de ella. Esas mismas gotas caían en el cabello oscuro de Shouta, el profesor estaba detenido frente a la lápida de la familia Nakamura. Observaba con frialdad el nombre de la mujer que alguna vez quiso, desconoció su última versión, pero ella vivía en su corazón. Por primera vez estaba dudoso y perdido, sin saber que debía hacer para arreglar las cosas.
Su alumna se había ido. Todo siempre fue planeado acorde al plan, pero no pensó que sería tan pronto. Recordó con detalle la conversación que tuvo con su alumna, varias semanas atrás, donde le contaba ciertos episodios en sus pesadillas que reflejaban la presencia de All for One pidiéndole algo a cambio. Jamás dio con detalle lo que realmente sucedió y el pacto que hicieron, pero se imaginaba que en algún punto, Kai ya no podía aguantar más la falsa máscara que traía. Dejó que las gotas empaparan su cabello. Si la comisión de héroes encontraba a Kai, la cambiarían y utilizarían por completo. Sería un arma del que podían sacarle provecho, pero si estaba con la Liga, daba el mismo resultado. Shouta llevó sus manos hasta su rostro, restregándolo en medio de la impotencia que sentía. La clase 1A era diferente a las que ya había tenido, las habilidades de los alumnos y sus ganas de superarse habían dominado sus sentidos, el cariño era diferente, eran más especiales.
—No han hallado nada.—las gotas dejaron de empaparlo, oyendo la voz de All Might, quien miraba la tumba, Eraserhead se mantuvo en su posición para seguir mirando la lápida.
—Era evidente que no dejaría rastros. Lo planearon muy bien.—respondió Eraserhead, la sombra del paraguas lo cubría de la lluvia, mientras que All Might dejaba que algunas le cayeran encima.
—Solo tiene dieciséis años.—afirmó All Might.—Le fallé a su padre.—añadió, sintiendo toda la culpa de lo que sucedía.—Naoto murió y Kai se ha ido. Me siento... inútil.—detalló.
—No siempre podremos salvar a todos.—infirió Eraserhead, sintiendo la impotencia de su compañero y claramente, de quien admiraba por haber sido en su momento el número uno.
—Para nosotros solo fue una pequeña cosa, para ella el mundo se acabó cuando ocurrió.—musitó All Might, mirando la lápida de la familia.—Ni siquiera dejó una pista, algo que pudiéramos seguir. Realmente quería irse.—afirmó, entristecido.
—Hawks y Endeavor no han dado avistamientos. Sus agencias han estado buscando, pero no han encontrado nada relacionado con ella. Desapareció.—respondió Eraserhead, mirando su celular mientras esperaba un mensaje.
—Si Kai quiere que la encuentren, lo dejara saber. Pero ahora no. Todos saben la verdad, tiene miedo, ya vivió algo similar con su padre cuando lo juzgaron.—explicó All Might.—Solo espero que donde esté, esté bien y que quiera ser encontrada pronto.—dijo.
—No les tomará mucho tiempo encontrarla.—expresó Eraserhead, dejando a All Might desconcertado.—No se quedarán sentados y esperarán a que vuelva, la traerán de regreso. Sin importar lo que les cueste. Ellos la salvarán y harán que el mundo la reconozca.—dijo con certeza, sintiendo una brisa de esperanza en lo que decía.
—Si, así es.—apoyó All Might, teniendo recuerdos de un consistente Izuku, sabía que el chico no se quedaría quieto, que haría algo por su mejor amiga.
Ambos profesores quedaron allí, atascados en los recuerdos que los orillaba la situación que vivían. Y tenían razón, para todos había sido una pequeña cosa, pero para Kai el mundo se había acabado. El patrón que vivió cuando se adentró a la UA fue uno lleno de obstáculos que a penas logró sobrepasar, la muerte de sus padres, el destino de su hermano. Kai venía cargando con demasiado caos en su mente. Su mundo ya se había acabado y lo único que la sacaba a flote eran sus compañeros, era la familia que había formado con la clase 1A. Estaba perdida, no reconocía que era el bien y el mal, porque estaba corrompida y eso era lo que tenía a todos en una incertidumbre. En la alianza, la televisión estaba apagada y los chicos se alejaban de sus celulares para evitar noticias. Shoto estaba sentado en el techo de la alianza, mirando como otra noche caía. La brisa removía su cabello y sostenía su celular con la esperanza de recibir algo de la alguna. Su corazón se sentía vacío y su esperanza se quebraba con la agonía. Sus ojos transmitieron lágrimas para así apretar sus labios y evitar llorar. ¿Dónde estás Kai?
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Próximo capítulo: Epílogo.
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