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𝟑𝟔

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ᴀʀᴄᴏ ᴛʀᴇs ——— ❛Lo que deja la noche.❜
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Omnisciente.
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—¿Tú hermano está...

—Shoto, ¿no le has contado sobre Touya a Bakugo y Midoriya?—se cuestionó Fuyumi a las expresiones confundida de Izuku.

Kai se mantenía sentada y silenciada en la mesa, oyendo el tema de conversación. La familia de Shoto era tediosa y con un fondo de trama sensible que los mantenía tensos entre ellos. Era algo de lo que Kai estaba enterada y mantenía recuerdos vagos de la infancia en donde se integró a esta familia que presentaba lo disfuncional. Shoto miraba como Kai oía a Fuyumi hablar sobre la relación de Natsuo con Touya, el hermano mayor, quien murió cuando Shoto era un niño. Hablar sobre su hermano era un sendero oscuro al que Shoto le huía, pues el vacío de los pocos recuerdos lo agobiaba y hacía que su rencor hacia Enji creciera aún más por haberle impedido ser cercanos con sus hermanos cuando era solo un niño—, por haberle denegado una infancia normal y permitirle ser lo que era, un niño—. Su expresión sin duda disimulaba la fortaleza que había creado durante su adolescencia, tener lejos a su madre luego de haber sido internada por lo que le hizo y estar distante de sus hermanos lo hizo valer por sí mismo. Ahora, el tener amigos y una novia sentada en la mesa de su hogar era algo que jamás hubiera pensado ver.

Sin embargo, la conversación quedó estancada cuando la presencia de Enji los acechó. Debían volver a la escuela y dejar este confortador lugar—, para Shoto era un alivio irse del lugar donde comenzaron sus pesadillas, pero rogaba volver con la armonía que siempre deseo tener—. Se despidieron cálidamente de Fuyumi, quien se sentía grata por haber compartido la mesa con los compañeros y amigos de Shoto. Era la primera vez que sucedía y la emoción por ver a su hermano crecer hacia que sus ojos humedecieran con nostalgia. En algún punto, Fuyumi recordaba a su hermano mayor Touya y se aferraba a su ausencia en medio de los hermanos que le quedaban. Aunque tenía recuerdos con él, entendía que su ida terrenal siempre haría un hueco en su familia y nada podría hacer que eso se dejara de sentir. Era algo que sin duda la albina entendía, de rodear su vida con familiares a estar completamente sola. No tenía un lazo sanguíneo que la hiciera sentir segura, así que prefería no hablar del tema o opinar. Kai sostenía su mochila y esperaba poder adentrarse al auto, para así volver a mirar algún punto fijo.

—¿Qué pasa, niña?—le preguntó Enji, Kai debía admitir que había un punto en donde se sentía como estatua cuando él se acercaba; pues solo veía las cenizas de su padre y lo culpaba.

—No es nada... —musitó Kai, obviando el sentir de que alguien los estaba observando, se hizo espacio en el auto y quedó pensativa, mientras que Enji la veía de manera detenida.

—Fuyumi, gracias.—agradeció Enji a su única hija, la joya viviente de su familia, quien sonrió por la gratitud de su padre para sostenerle la mano a Izuku quien se estaba despidiendo de ella.

—Muchas gracias por ser amigo de Shoto, Midoriya.—con una gran sonrisa, Fuyumi dejó su gratitud a Izuku, lo que hizo que Kai desde el interior del auto sonriera.

Un silencio se esclareció en el auto en cuanto todos se acomodaron. Enji miraba por el retrovisor como Shoto buscaba a Kai con la mirada y enseguida con su mano encontró la suya para entrelazarla—, vio en Shoto un lado que jamás le enseñó, tampoco que le hizo ver—. Nunca habló con sus hijos sobre sus gustos amorosos o como querían darse a conocer con las personas, por lo que ver a Shoto ser un caballero y demostrar siempre un interés en Kai, hacia que Enji supiera lo terrible que había sido para que su hijo aprendiera solo esas cualidades. Y es que así había sido. Cuando Shoto tenía duda sobre algo, le preguntaba a su hermana cómo tratar o hablar con Kai. A veces solía enviarle cartas a su madre, pero pocas veces recibía respuestas de cómo una chica debía ser tratada y Shoto con claridad entendía la razón, su padre nunca tuvo el interés de dar a conocer sus sentimientos. Por eso hacía lo posible por siempre entender como se sentía, pero Kai lo hacía más fácil. Por eso buscó su mano en el asiento y la miró de reojo. Shoto no temía demostrar lo que sentía por ella en público y solía imaginar cómo sería cuando fueran adultos.

Las ilusiones crecían en él mientras su padre hablaba de fondo y los miraba por el retrovisor. Kai oía de forma atenta lo que hablaba en el héroe numero uno y respetaba su entusiasmo por enseñarles lo más que pudiera. Aprovecharía cada fin de semana para entrenar con él, ella estaba sin duda dispuesta a aprender todo lo que pudiera sobre él. Aunque sus dones no eran compatibles tenía una ventaja de resistencia y fuerza que sin duda alguna ella necesitaba. Empezó a notar que Izuku a su lado tenía frío y es que la cercanía con Kai le provocaba que su piel sintiera escalofríos como si una nevada cayera encima de él. Kai pasó por encima de Shoto, de esa manera no le proporcionaría tanta incomodes. Izuku sonrió tímido y agradecido, con una bufanda en su cuello logró darle calidez a su cuerpo. De por sí, la temporada estaba fría. Kai miró de reojo a Shoto, topándose con su cicatriz y lado izquierdo. Era un lado cálido que ella se negaba a ver como horroroso, fue ese lado que la hizo prevalecer en el festival deportivo, cuando lo vio darlo todo.

—La carretera no tiene líneas.—indicó Kai, mirando detenidamente por la ventana, mientras que Katsuki se quejaba por el transporte tan pequeño.

—¿Qué dijiste niña?—le cuestionó Enji, por lo que Shoto miró la ventana notando que la carretera no tenía divisiones de línea.

—¡Chispas!—gritó el chofer mientras que los ojos de Shoto se abrieron grandemente para sostener la mochila de Kai cuando líneas oscuros y púrpuras abrieron la puerta del transporte.

—¡Sujétala!—gritó Katsuki, pero una fuerza imponente y otras franjas blancas que parecían las líneas de la carretera la sostuvieron.

Kai sintió su cuerpo flotar en el aire y como había sido sacada del auto bruscamente con un propósito mayor. La expresión del héroe numero uno no se comparó a la de su hijo cuando un villano yacía enfrente con el cuerpo de Natsuo flotando y siendo sostenido por las franjas blancas—, Shoto sentía una adrenalina indescriptible que hacia su cuerpo calentar mientras veía ambas escenas pasar ante sus ojos—. Kai rodeó por un suelo de hielo que ella misma construyó para no lastimarse y soltó su mochila en cuanto se levantó, bloqueando los ataques de unas franjas negras que ella reconocía, por lo que su corazón empezaba a tener un punto de quiebre. No entendía qué pasaba, pero dio un giro hacia atrás de forma consecutiva para lanzar una ola que la separaría del otro escenario, por lo que una pared de hielo con puntas era lo que veían los demás. La franja sujetó su tobillo y la arrastró por la calle, sintió como su piel se desprendía de su mejilla y la sangre manchaba el suelo rocoso. Enfurecida, sintió las venas marcarse en su mejilla. Oyó una explosión a lo lejos y un maletín cayó en la cercanía, el maletín que tenía sus cosas.

Dejó que la franja la levantara en el aire, así que se estiró y su mano la sostuvo para congelarla. Cayó en el suelo de pie y posó sus manos con agua elevada. En el final de la carretera lo veía—, era su hermano—. Después de tanto tiempo, Kai pensó sentir una conmoción al verlo, pero la furia la cegaba por la escena que la acompañaba de fondo. Se quitó su chaqueta de la academia y empezó a correr. Hizo elevaciones en el aire con pequeños charcos de agua que la hicieron pasar por encima de su hermano. Él no tardó en lanzar esas franjas oscuras para sostenerla pero ella perdió altitud y lo golpeó con pequeños destellos de hielo que lo empujaron hasta el suelo haciéndolo dar varias vueltas. Naoto sonrió. Jamás recordó que su hermana fuera tan fuerte e imponente. Pues ella estaba en el aire y un destello azul la acompañaba, su cabello flotaba y ella se veía sedienta de pelea, no había rastro de cansancio, estaba mejorando. Naoto se giró, mirando como la pared de hielo detrás de él se deshacía en agua.

—¡Todoroki!—señaló Izuku en cuanto la pared se deshizo, mostrando a Kai levitando en el aire con los charcos de agua y manipulando la que venía detrás de su hermano.

Shoto miró de forma detenida en medio del escenario de salvar a su hermano mayor de aquel villano, como Kai imponía una fuerza mayor con aquel villano presentado—, Nightmare no solo era un oponente, era el hermano de su novia—. La ola arropó a Naoto sin escapatoria, ¿cuál era su propósito? En una ilusión contraria, Kai corría para detener a su hermano, pero su mente entendía y asimilaba lo que él era, lo mismo que ella, unos monstruos con presagio y una familia maldita que sufría una tragedia tras otra. Shoto iba correr para alcanzarla, pero una línea de fuego azul se creó para impedirle el paso. La adrenalina de todos se sentía y también la energía de ganar. Organización y estrategia era lo que estaban trabajando con Enji en estos ataques de villanos repentinos. Una sonda de calor fría sofocó a Kai, dejó de levitar en el aire para buscar el otro agresor. Mientras que oía a su hermano toser y botar agua de su boca, Kai se acercaba, para quedar estoica cuando miró un cuerpo convertido en agua a lo lejos. La silueta de una mujer con cabello largo la sofocó. Era una pesadilla que su hermano le presentaba, la atrapó en una ilusión.

—Muy astuto de tu parte.—musitó Kai, mirando el vacío alrededor y dejando de oír los bombardeos al otro lado de la carretera.

—¿Astuto? A penas estoy empezando y eso... que no fui invitado.—Kai esquivó aquel fuego fugaz azulado que pasó por su rostro, llevándose solo un cabello; una voz más seria y un villano más.

—Es de mala educación venir sin invitación.—indicó Kai, mirando aquel hombre estar frente a ella, eran dos contra una.—Quizás es porque no eres tan relevante.—se burló, creando la incomodidad de aquel villano que reconocía por el campamento de verano donde fueron emboscados.

—Eres muy graciosa. ¿Ya decidiste en qué lado estarás?—Kai frunció su ceño cuando oyó a Dabi, su cabello se levantó con la brisa y enfurecida lanzó hielos con puntas que podían lastimar a cualquiera que se le acercara erróneamente.

—¿De qué estás hablando?—se cuestionó Kai, empezando a ver esa silueta de aquella mujer en todas partes, mientras que el fuego azul la acorralaba; no dejaba de ver a sus madre.

—Tu no perteneces aquí. No con esas manos.—Kai se detuvo en medio del ataque, mirando sus manos temblar, había agua helada, no había sangre; solo la quería asustar.

—¡Tu no me dirás a dónde pertenecer!—gritó ella enfurecida, destellando hielo por todas partes de forma puntiaguda para así Kai ver como Dabi se distancia bruscamente cuando llamas de fuego naranjales lo sofocaron.

—Increíble, Shoto Todoroki.—en la lejanía, al otro lado de la carretera se veía la impotencia de Shoto y como respiraba de forma agitada, viendo al villano que intimidaba a su novia hasta hacerla perder la cordura. Shoto se acercaba con fuego en su lado izquierdo, dispuesto a protegerla.

—Encontré tu punto débil.—musitó Naoto, creando ilusiones de Kai gritando de dolor alrededor de Shoto cuando lo miró a los ojos, sofocándolo y deteniendo su paso por lo que Kai abrió los ojos.

—¡Déjalo!—una emboscada de hielo puntiagudo acorraló a su hermano, sacando a Shoto del abismo para así Naoto reírse y ver como sacudidas de fuego atormentaron a Kai hasta sacarla de la calle, Dabi era práctico con su don y sofocaba.

Ella esquivó sus ataques, era un fuego más frío y menos caluroso, pero no dejaba de tener poder y daño sobre las personas que atacaba. Kai corrió, deslizándose debajo de las piernas de Dabi para empujar una ola de agua contra su espalda y hacerlo distanciarse de ella. Él se rio por lo alto por esa estrategia, girándose rápidamente para que el agua y el fuego chocaran, creando un vapor inmenso en medio de la calle. La engañó, bajando de altitud e impulsando el agua hasta sus compañeros y haciendo que se detuviera para Dabi atacarla con una bola de fuego. Kai se arrastró por el vacío de la calle, hasta que su cuerpo chocó con la tierra y el césped frío. Sentía la tierra temblar de tanto bombardeo y estallidos en la carretera de arriba. Miro nuevamente un punto fijo, donde una silueta de la mujer en agua completamente se desvanecía ante sus ojos. Quedo estoica e ida, arrodillada en el suelo y con sangre en su mejilla, intentó levantarse. Mirando el agua deslizarse y desaparecer. Oyó pasos de forma sutil y se giró bruscamente para ver a su hermano. Cara a cara con ella. Ambos se miraron de manera detenida en medio de los estallidos y bombardeos que se oían de fondo. Se veían exhaustos.

—No voy a pelear a muerte contigo.—indicó Kai, mirando como Naoto tenía un rostro diferente al de la última vez; cada vez se veía más cansado.

—Yo no voy a pelear.—musitó, girándose para darle la espalda a Kai y dejarla desconcertada por su decisión de huida luego de los ataques.

—¿Y es todo?—le preguntó ella, su hermano se detuvo en seco, aún dándole la espalda.—¿Así será siempre? ¿Tendré que pelear contigo hasta que un día alguno de los dos muera o pierda?—continuo cuestionándole, parada en su lugar.

—Si.—afirmó Naoto con tristeza en su voz.—Este es mi lado Kai y ese será el tuyo, no hay nada que pueda cambiarlo. Siempre estaremos en caminos diferentes.—decía él, para así Kai sentía sus labios tambalear en la impotencia de su negación.

—¡Porque así lo quisiste! ¡Solo ríndete!—le pidió Kai, acercándose y levantando su mano en el aire, mientras que Naoto seguía dándole la espalda.—Solo ríndete... —rogó, al punto del quiebre.

—Si me rindo, no hay nada aquí para mi. Seguiré siendo juzgado por lo que soy ahora, viviré bajo tu sombra de haber sido la resilencia de nuestra familia. Seré como papá, esclavizado por no haber sido escuchado.—Kai abrió sus ojos y apretó sus dientes, mirando como Naoto giró su rostro para verla.

—Papá iba a morir. ¡All for One lo envenenó!—justificó Kai, pero Naoto se giró y denegó, mirando la ceguedad de su hermana en aquel punto.

—Kai.—llamó su hermano Naoto, haciéndola sentir tibia por la forma en que la llamo.—No tienes culpa de lo que pasó con nosotros, nuestros padres no estaban preparados para que viviéramos en esta sociedad. No es nuestra culpa.—Kai sollozo, sin bajar la mano en forma de ataque.—Tienes que aceptar que ya no están. Y yo tampoco estoy. Jamás volveré Kai, seré lo que soy y cargaré con la vergüenza de nuestra familia.—añadía, mirando a Kai.

—Es lo más injusto que puedes decirme, ¡cuando yo cargo con la muerte de nuestros padres!—sollozo, con su mano tambaleando para así su hermano sostenerla, sostenerla de forma fuerte.

—No te veré como quieres que te vea. Deja de apuntarme para intentar de verla a través de mi.—pidió él, por lo que el cuerpo de Kai tambaleaba en sollozos.—Tienes que aceptarlo Kai. Estás sola en tu camino y yo solo en el mío. Sin importar que, siempre seremos hermanos, pero debemos seguir nuestro camino y dejarnos atrás.—musitó, desvaneciéndose en una bruma oscura.—Yo elegí ser un villano. Tu puedes elegir ser lo que sea... —fue lo último que oyó, para quedar sola.

En medio de la bruma oscura, oyó pasos de forma descontrolada y arrastrada. Shoto la buscaba en medio de la oscuridad, al igual que Katsuki e Izuku. Sin embargo, ella caminó sola hasta la superficie. Habían luces azuladas por toda la calle y ambulancias cubriendo las escenas. Ella buscó entre las personas a su hermano, pero ya no merodeaba por ahí. Verdaderamente se había ido y era duro de aceptar. Se sentía vacío, tan vacío estar donde estaba, que Kai ya no sabía dónde estar. Endeavor la miraba, mientras que aun lado su hijo Natsuo estaba en buen estado y habían acabado con el villano, gracias a los entrenamientos que sus pasantes pusieron en práctica, aquel imponente héroe numero no dejaba de ver a la joven que se quedaba estoica mientras que un trabajador de emergencias médica socorría su mejilla ensangrentada. Kai oía las voces de sus amigos y de Shoto, sintiendo su cuerpo un calentón cuando le fue abrazada por el bicolor. Ella lo abrazó devuelta, sintiendo esa calidez que le proporcionaba. Lo abrazó de una manera fuerte como si lo necesitara más que nada.

Endeavor los miraba de forma detenida—, veía como lo que alguna vez intentó separar, fue inútil—. Alguna vez oyó de Hikari que ellos serían la razón por la cual se arrepentirían de todo y así fue. Ver a su hijo buscarla entre medio de las personas como a nadie más, le recordó a él que Kai se había ganado el amor de Shoto por lo que ella le dio en el momento en que necesitó. Como padre, no supo hacerlo y verlo hoy eran consecuencias de sus acciones. Ending fue un villano que arrestó hace mucho tiempo, así que al salir, quiso vengarse lo más pronto posible y lo hizo al secuestrar a Natsuo, pero también para poner en peligro a Kai, dándole una recompensa a los otros dos villanos. Fue estratégico y útil. Los villanos conocían sus debilidades y estaban a un punto de la evolución. Estos niños eran el futuro y lo que demostraron hoy, era esa certeza del mañana que deberían alcanzar. Endeavor se acercaba, Kai estaba sentada en la cajuela de una ambulancia, mientras que Izuku contaba a detalle con emoción todo.

—No vieron pistas de él. Solo desapareció.—comentó Shoto, en la lejanía contaba Katsuki mientras veía a su padre acercarse a Kai.

—Quería molestarla.—afirmó Katsuki con coraje.—Pero al menos se dio a valer por sí misma.—añadió, reconociendo el esfuerzo de Kai.

—Le queda mucho por recorrer, pero ya empezó.—musitó Shoto con orgullo y sintiendo sus mejillas sonrojarse, veía a Kai con detenimiento y como Izuku se acercaba a ellos.

—Quería hablar en privado.—comentó Izuku, mirando como Shoto rápidamente decidió acercarse a su padre y Kai, pero Katsuki lo detuvo.

—Alto ahí mitad y mitad. Ella puede sola.—indicó Katsuki, mientras que Shoto se veía inseguro, mirando a su padre estar frente a Kai.

—Lo hiciste bien niña.—admitió Endeavor, mirando como Kai lo miraba fijamente.—Debo reconocer que siempre estuve equivocado contigo, no eres una distracción.—Kai bajó la cabeza y sonrió cuando sintió la mano de Endeavor en su hombro.—Tu padre era un gran hombre Kai, espero que puedas perdonarme.—sus ojos brillaron y asintió levemente, para así sentir una calidez.

—Gracias por enseñarnos a hacer como usted.—indicó Kai, haciendo en Endeavor enmendarse.—Es un honor ser el héroe que es.—Shoto sonrió en la lejanía, había algo que su corazón sentía y era el perdón, no el suyo propio, pero sí el de su novia.

Sellaron aquel capítulo vacío de sus vidas, Kai nunca fue una distracción para Shoto. Ella fue la razón por la cual decidió liberarse de su pasado y mirar adelante. Shoto y Kai se miraron finamente. Sonriéndose entre sí. Ambos habían hecho un gran trabajo y no esperaban poder contárselo a sus compañeros. No obstante, procuró a su hermano mayor y se aseguró que se sintiera bien. Natsuo había pasado por una noche larga, pero ver a su hermano menor convertirse en un héroe y practicar para ello fue un gran gozo. Y aunque la tensión de padre e hijo continuaba, Endeavor demostró una vez más que en medio de su camino a perdonarse a si mismo, podía darle a sus hijos el valor y el recibimiento que merecían. Kai observaba con atención a la familia y sonreía con melancolía. La brisa removió su cabello, ella giró su rostro y miraba la oscuridad. En aquel abismo, Naoto miraba a lo lejos con las manos en sus bolsillos. Su hermana siempre será un regalo preciado que sus padres le dieron cuando niño, esa compañía que tenía su misma sangre, pero no podían seguir en el mismo camino. Se separaban, sin un encuentro planeado, la familia Nakamura ya no existía.

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Próximo capítulo: Ten cuidado o me perderás.

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