𝟑𝟎
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ᴀʀᴄᴏ ᴛʀᴇs ——— ❛Un amor inquebrantable.❜
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Omnisciente.
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Hoy habían pronosticado lluvia, así que el día afuera lucía grisáceo. A Kai le darían de alta pronto, así que estaba recostada y descansando en la camilla. Leía unos artículos que sus profesores le habían compartido. Tenían técnicas e incluso notas que ellos mismos habían hecho—, en sí, explicaban las razones por la cual creían que algunos dones estaban vinculados a las emociones y porque entonces no debían reprimirlas—. Leía atenta. En eso Kai era muy disciplinada, le gustaba aprender y atesorar cualquier información que pudiera ayudarla a mejorar. Algunos de sus compañeros habían venido a verla, charlaban con ella y esperaban que se mejoraran pronto. No le gustaba estar muy inmóvil, deseaba siempre hacer algo que pudiera distraerla, por eso leía o oía de fondo alguna serie a la que no le prestaba atención. Su celular se encendió, recibía notificaciones de chat constante. Tanto de Izuku, como de Shoto.
Sonrió de lado al ver que en la alianza todo estaba en orden. Que sus compañeros también descansaban de los últimos entrenamientos y que dentro de todo, Shoto continuaba vinculándose con cada uno de ellos. Kai entendía la importancia de esto—, porque supo que Shoto fue criado lejos de la sociedad y que careció mucho de un criterio propio—. Sin embargo, Kai había notado que Shoto ahora se desenvolvía más hablando y que podía trabajar en equipo. Había avanzado más de lo que quizás ella misma creyó que avanzaría, no sentía celos, gozaba de que Shoto pudiera ser como era ahora y confiaba en que sería un gran héroe. Lo que la atormentaba era el hecho de no saber si pudiera estar al nivel del chico que le gustaba y a su vez, admiraba. Kai dejó de leer el artículo, cerrándolo para dejarlo aún lado cuando la puerta de su habitación se abrió luego de que alguien la tocara de forma sigilosa, esperando no interrumpirle su sueño o lo que estuviera haciendo.
—Joven Nakamura, alguien ha venido a verla.—artículo el profesor que yacía detrás de la puerta, All Might miró fijamente a su alumna quien aún estaba apenada por cómo se había comportado.
—Espero que no te moleste dedicarme un poco de tu tiempo, mocosa.—Kai sonrió hasta mostrar su impresión por ver al héroe alado frente a ella, sintió incluso conmoción de verlo ahí.
—¡Hawks! Viniste.—indicó ella, su voz se oía exhausta y el héroe no tardó en notar la debilidad de su pasante, incluso el cabello había cambiado.
—¿Cuando fuimos al salón de belleza?—se cuestionó él, All Might cerró la puerta y desapareció, por lo que Kai se sintió aún más apenada de que no se haya quedado con ellos.
—Tokoyami de seguro estaría muy celoso de que me visites seguido.—comentó Kai algo preocupada, Hawks se sentó en la silla de descanso para denegar la información sin preocupación.
—De hecho, fue él quien me dijo que debería venir a verte, me contó lo que pasó.—respondió Hawks, mirando a Kai impresionarse por eso.
—Espero que no haya exagerado.—presentó Kai con algo de preocupación, viendo al héroe con sus grandes alas hacer una negación con la cabeza.
—¿Qué está pasando copito de nieve?—le preguntó Hawks, aunque era claro que aún era un joven adulto, Kai le mostraba cierta confianza.
—No lo sé.—admitió Kai con un poco de vergüenza y frustración, su mirada por un momento se perdió; no obstante, sus ojos se humedecieron.
—Mira... Kailani.—llamó Hawks, respiro hondo y la miró, parecía que de su boca solo saldría calma.—La vida puede ser muy cruel a veces, pero debemos aprovechar para levantar los añicos que quedan de nosotros. Quizás no nos compense el sufrimiento que nos mantuvo alejados de la realidad, pero sí puede regalarnos un futuro diferente al que pensamos jamás llegar.—habló, de una forma detenida.
Los ojos de Kai mostraban ese brillo que estaría en segundos de desbordar sus lágrimas—, había una agonía en su ser y una depresión que no se iba de ella—. Estaba sufriendo, más que cualquier persona que hubiera conocido un dolor similar. Había un nudo en su garganta que la estaba lastimando, la lastimaba más que cualquier cosa. Ella respiraba hondo, no quería desgranarse ante Hawks, quien era un héroe al que ella admiraba. Aunque no estaba mal ser débil, Kai solía ser un poco orgullosa. Su padre había muerto ante ella y aún así, se vio obligada avanzar. No falto menos que su madre morir ante ella. Era un ciclo repetitivo que la hizo adormecer sus sentidos y su propio criterio. Kai era incapaz de usar su don sin sentir culpa, ¡era incapaz de vivir sabiendo lo que cargaba su pecho y que los añicos eran tan pequeños que casi no podía recogerlos! Hawks la veía y entendía con el silencio como sufría, como eso la mantenía en silencio al punto de preferir no hablar de su dolor.
—Espero poder compensarme por todo lo que perdí.—indicó Kai, mirando a la ventana sin aliento, para así bajar la cabeza y sollozar.—Espero al menos volver a ver a mi hermano, porque es lo único que me queda.—artículo, con tristeza.
—Está bien copito de nieve. Tu solo llora.—pidió Hawks, sonriendo de lado.—Te prometo que me encargaré de ayudarte compensarte. Tu solo despreocúpate.—añadió.
—¿Y si Naoto me odia?—se cuestionó ella.—¡Me odiaría si fuera él! Perdió a sus padres por mi... ¡por mi!—sollozo ella, denegando.
—No te odia.—afirmó Hawks, como si lo supiera, pero Kai no dudó en negar para dejar entender al héroe que ella sabía que él solo quería hacerle bien.
Hawks se acercó para abrazarla con fuerza, sintió todo lo que ella sentía y se preocupaba por sus próximos pasos. Kai estaba destruida, lo suficiente para encaminarse por un lugar al que no quería ir y con la comisión de héroes teniéndola a la vista, era más preocupante aún. Al héroe no le importaba tener que tutelarla—, le importa lo que la comisión de héroes podía hacer con ella, porque sabía que Kai había perdido la sensibilidad y podía ser capaz de manchar aún más sus manos—. La abrazo fuerte y pensó, pensó de forma fría que la comisión de héroes no le haría lo mismo que le hicieron a él. No lo utilizarían, no lo harían mancharse sus manos de sangre en vano. Hawks solo quería que los héroes pudieran descansar, podía ser un deseo estúpido o innecesario, porque los héroes debían estar en más partes, pero era lo que él pensaba. Logró pasar tiempo con ella e incluso yéndose, sintió que debía quedarse más tiempo para acompañarla. Kai lo miraba por la ventana y se despidió con tristeza.
Recogió sus cosas y salió de la habitación. Le enfermera la acompañaba por el pasillo—, ella tenía un conjunto de dos piezas acogedores—. Quería sentirse cómoda al llegar a la alianza, pero sabía que la seguirían tratando como si fuera débil y quizás si lo era. Pasando por los pasillos veía su reflejo en la ventana. Hace mucho no veía ese destello de mechones oscuros que alguna vez le recordó a su padre, pero ahora Kai pensaba que sin duda pudo haberlo heredado de su abuela, Nana Shimura. Aún era el día y la hora que quería saber más, entender su origen familiar y cómo terminó esto perjudicándola, pero decidió no pensar en eso. Camino por la acera que la llevaría hasta la alianza, donde sus compañeros estarían haciendo rutinas diarias. Shoto estaba sentado en el sofá, mirando a sus compañeros jugar y queriendo entender el videojuego. No solía perder el tiempo en eso, pero parecía relajar.
—Creo que deberías ir por la izquierda.—opinó Shoto, Katsuki quien tenía el control remoto abrió los ojos grandemente y casi detona.
—¡A mí no me digas que hacer, relleno!—gritó enfurecido, Shoto lo miró pasivo y sin entender porque se alteraba tanto por su comentario.
—Bueno, si debiste hacerle caso Bakugo, acabas de perder. ¡Ja!—exclamo Eijiro, para así Katsuki soltar un exclamó tan fuerte que pudo haber tambaleado el sofá por completo.
—Este imbécil no sabe ni siquiera para que sirven los botines, ¡jamás le hubiera hecho caso!—articuló Katsuki, refiriéndose a Shoto quien veía el símbolo de los botones confundido.
—Oh chicos, Kai está aquí.—indicó Izuku, quien estaba sentado en la mesa con Ochaco, ambos estudiaban y se levantaron animados para recibir a su compañera quien se asomó por la puerta.
—¡Sí, llegó Kiki!—anuncio Denki con emoción, mirando como Kai se adentraba a la sala con una sonrisa bastante neutral.
—¿Cómo luzco?—se cuestionó ella, dudosa mostró su cabello y denotó como todos la miraron, sin embargo... Shoto fue el único en hacerlo de una forma únicamente detenida.
—Increíble.—articuló Shoto, llegando hasta ella y poniendo su mano en la cintura de Kai, los demás sonrieron... otros hicieron burla de asco.
—Lo dices para hacerme sentir mejor.—expresó Kai, sintiendo los labios de Shoto plasmarse en su mejilla de una forma muy tierna.
—Te querré siempre en cualquier forma.—Kai sentía orgullo, oír a Shoto hablar así delante de todos sin duda alguna la llenaba de gozo.
—Que lindo oír eso Todoroki.—expresó Izuku con emoción, Shoto se veía sutil, no entendía porque todos exageraban al oírlo decir eso.
—Algunos les irá bien... mientras que a otros no tan bien.—comentó Hagakure, todos miraron como Denki y Mineta hacían alusión de que besaban a alguien, pero no había nadie.
—Te acompañaré, tienes que descansar.—indicó Shoto, sosteniendo la mochila de Kai para acompañarla al ascensor; quería asegurarse que no se expusiera a nada físico.
—No estoy invalida, Shoto.—articuló Kai, siguiéndole el paso.—Pero si es así... —con sorpresa, Shoto sonrío cuando sintió a Kai treparse repentinamente en su espalda.
—Te quieres aprovechar.—afirmó, sosteniendo la mochila con una mano y la otra dejándola libre para sostener el muslo de Kai.
—Tu jamás me dejarías caer, ¿o si?—le preguntó ella, ambos quedaron solos en el ascensor y la expresión de Shoto decayó por completo.
—No pude ayudarla esa noche.—pensó, mientras recordaba como a Kai se la llevaban.—¿Podré ayudarla ahora?—cuestiono, pensativo.—Es difícil sostenerte, pero no imposible. Siempre intentaré hacerlo.—musito, tranquilo.
Kai permaneció en la espalda de Shoto. Quedó afligida a sus palabras y las entendió de inmediato—, recordó claramente como fue el suceso de vivir unos días sin hablarle o tenerle cerca—. No se miraban, como si no existieran, sin embargo procesaron todo y aquí estaban con su amor inquebrantable. Aunque todo había pasado muy rápido, a Kai le alegraba tener el amor de Shoto devuelta. Ella sentía que le daba fuerzas, también que le brindaba algún tipo de esperanza. Porque de todos ellos, Shoto había tenido resilencia y se encaminó para superar su trágico pasado. Dejó de estar tendida en la espalda de Shoto, ambos caminaron por el pasillo de la alianza y se dirigían hasta el dormitorio de Kai. Jamás quisiera ella ser un peso en su espalda, uno con el que Shoto no pudiera cargar. Ambos estaban sometidos a sus pensamientos, mientras que Kai abría la puerta de su habitación y veía todo en orden, Shoto pensaba en lo que había dicho Katsuki. Tenían que aferrarla a la realidad, aunque fuera cruel.
—¿Quieres ir con los demás?—le preguntó curiosa, notando que Shoto tenía la cabeza baja; no tardó en levantarla para denegar y adentrarse.
—Si está bien que me quede un rato, lo haré.—anunció, Kai asintió y ambos se tumbaron en la cama para mirar el techo.
—¿Cómo está tu mamá?—se preguntó Kai, no mantenían contacto visual, ellos solo estaban ahí existiendo en la cercanía por un instante.
—Le envío cartas todo el tiempo.—afirmó Shoto.—Debe estar bien. Le dije que volvimos a ser novios, eso la alegró de inmediato.—indicó, por lo que Kai giró su cabeza para verlo fijamente.
—Eres el chico más atractivo de la clase y ahora tienes fanáticos afuera, ¿debo preocuparme?—bromeó Kai con una sonrisa, Shoto negó.
—Creo que podemos sobrepasar todo lo que venga, bueno... en las últimas películas que he visto, sé que las parejas pasan por mucho, aunque son adultos y nosotros niños llegaremos ahí, quisiera que nunca tuviéramos que rendirnos.—a Kai le pareció tierno, así que devolvió la mirada al techo y sonrió.
—Yo tampoco quisiera eso, pero es como si pausaras tu vida por mi.—expresó de forma fría, por lo que Shoto se giró para verla y notar sus facciones decaídas; lucía triste.
—¿Tú no te detendrías a ver cómo estoy subiendo una colina?—le preguntó, Kai suspiró hondo y no tardó en asentir de inmediato.
—Tu no mataste a nadie.—la crueldad en sus palabras la lastimaron, pero también a él, Shoto quedó atónico sin saber cómo continuar.
—Tienes que afrontarlo.—comentó Shoto, con la mente de Katsuki en su mente, reprimió con todo el hecho de que ella pudiera procesarlo.—Lo que pasó con tu mamá... tienes que aceptarlo.—añadió con temor, para ver los labios de Kai tambalear cuando fue a responder.
—Pero es que... también murió mi papá.—la espina fría cruzó el corazón de Shoto, entendía el factor de que Kai no había podido procesar nada y que estaba debajo de una fuerte avalancha.
—Hazlo. Acéptalo.—pidió, notando como las lágrimas salieron cuando parpadeo, mira al techo y denegó con mucho dolor en su corazón.—Y cuando lo hagas, sigue avanzando, con los demás... conmigo.—ella se acercó a él y Shoto no tardó en levantarle su mentón para robarle un dulce beso.
Si no era ahora... si era luego, la magnitud de su dolor crecería hasta endurecer su corazón. Porque casi sus lágrimas ya no caían, parecía no sentir y mucho menos el calor del sol cuando le daba. Se endurecía cada vez más y olvidaba su propósito en la vida, también en la academia. Se quedó abrazada a Shoto hasta cerrar sus ojos—, él no se movió de allí, solo observó como Izuku conjunto a Tenya se asomaban—. Idealizaron a Kai desbordando en lágrimas, enloquecida por el llanto, pero no era así. Estaba en una armonía que ellos creían correcta, pero Kai solo los engañaba. Su corazón estaba podrido, tenia odio y rencor. La raíz del daño que le hicieron se hacía cada vez más grande, toda esperanza desaparecía por eso cuando nadie la vio, miró a Shoto como si quisiera memorizarlo y nunca olvidar como lucía. Kai estaba cansada y estaría dispuesta a abandonar sus sueños, porque no estaba preparada para el mundo. Tampoco para ser una heroína, porque ella había hecho algo que no se perdonaba y aún veía la línea de sangre que creo por querer entender la verdad.
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Próximo capítulo: Tercer arco.
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